Y tras un majestuoso y elegante plegar de alas de una de las más emblemáticas bestias del Inframundo, un sueño profundo y duradero arropó la sádica aurora que despliega aquel que con sus dedos dominó ejércitos enteros, vidas efímeras. Dedos que otorgaron los más grandes espectáculos jamás mostrados a todos aquel que mantuviese la valentía de escuchar el crujir de los huesos, de observar como solo con un simple chasquido años, sentimientos, sucesos quedaban a merced de la voluntad del Verdadero Emperador.
Tras ese majestuoso batir de alas, tras ese arropo oscuro, aquélla sádica esencia se calmó, se mostró tranquila y con ella, se escuchó el respiro de tranquilidad por parte a los cuales estaba destinado ser su vida manipulada.
Es tras ese majestuoso batir que por un tiempo el Juez del Inframundo Minos de Grifo quedó en silencio hasta el momento que fuesen las mismas alas las que abrieran un nuevo futuro oscuro para todo aquel en contra del Inframundo. Hasta que el más imperioso de los grasnidos rompiese con la tranquilidad de la paz y la falsa justicia.
Minos de Grifo