"Hijo mío, tu destino es proteger estas tierras, pero para ello debes recibir una auténtica instrucción, algo más que lo que los habitantes ordinarios de Asgard podemos enseñarte, por eso a partir de este momento serás tutelado por uno de los hombres más importantes de nuestra sede gubernamental, el Palacio Valhalla, un hombre cuyo padre fue muy amigo de nosotros hasta que enfermó gravemente, un joven vivaz y poderoso, que te enseñará los secretos más fabulosos de nuestras tierras..."
Es el pensamiento que resuena en la mente de un joven Syd, quien guiado por los guardias en los pasillos del Valhalla, observa temeroso la gran estructura del lugar, como si los mitos y leyendas que desde ahi parten hacia las familias septentrionales se agigantaran como monstruos feroces en su aún infante mentalidad.
Hasta que de repente, un joven de una edad más avanzada interrumpe el camino de los guardias, un hombre con largas y distinguidas túnicas blancas, quien con una sonrisa amable en su rostro observa con atención al niño.
- Bienvenido al Palacio Valhalla, Syd de Mizhar...-
Dice con un tono gentil, transmitiendole tranquilidad y seguridad...
- Buenos dias, señor, quién...quién es usted...- dice, nervioso...
- Mi nombre es Freyr, yo seré tu tutor, tu instructor y si tu quieres, tu amigo...-
Dice al tiempo que pone su mano en la cabeza del pequeño, notándose en el brillo de sus ojos una pureza indescriptible, como si de la reencarnación del Dios del Sol Naciente se tratara.
La primera instrucción de un futuro guardián de Elite...
Syd, el pequeño Smilodon de Asgard...