En el famoso Santuario de Athena, ubicado en la península helénica, tras un largo tramo de paz luego de la culminación de la sangrienta Guerra Santa, unos sucesos precipitaron nuevamente aquel armonioso ambiente...
Dos jóvenes se adentran en un espeso bosque el cual es atravesado por un camino rocoso pero a su vez bastante destruido por su estado de abandono...
- Este debe ser el camino... - Menciona uno de los jóvenes al ver como el camino cada vez los adentra más y más en una especie de laberinto sin salida.
- Seguramente, no dudes amigo, yo me mantendré aquí a tu lado... - Adhiere su compatriota a la vez que palmea su hombro con su diestra, en señal de apoyo y hermandad.
Mientras la conversación sigue, como si por arte de magia fuera, la densa vegetación cede su insistente y molesta presión sobre los jovenes, dejando lugar a una misteriosa estructura que se erige paulatinamente por entre lo más alto de las montañas...
- ¡Allí esta! - Exclama el joven Lancelot justo al momento de visualizar a aquella enigmática pero a la vez majestuosa edificación, logrando apreciar como aquel Monasterio parece desafiar a la propia ley de gravedad, sustentandosé por su cuenta a centimetros del precipicio.
- Si, no queda duda. Que otra edificación estaría tan oculta y alejada del mundo? - Cuestiona Milo como asegurando la teoría de que aquella estructura es lo que tanto habían buscado.
Y a medida que van acercandosé, el camino pareciera cada vez estar más despejado, dejandolés libre la entrada.
Tras los últimos metros recorridos, un inmenso portón antiguo se hace presente, interponiéndose de esta manera entre el interior del misterioso Monasterio y los extranjeros.
- Y ahora que? Pasamos así sin más? - Cuestiona confundido y desconcertado el caballero de melena azul.
- Puede que sea la respuesta... - Intrépido, el joven encapuchado empuja una de las hojas de dicho portón, la cual cede ante la acción del joven y, crujiente, les abre paso a lso recién llegados.
Una vez dentro, enseguida después del portón, un hermoso y elegante patio se extiende a lo largo de todo su campo visual.
- Después de todo, no la pasan tan mal... -
- Si, es verdad. Mira los muros! - Le comenta a su amigo al ver algunas inscripciones talladas en las mismas rocas del templo que representan las insignias de Athena, la Diosa de la Justicia y la Sabiduría. Todas, decorando un ambiente simétrico. - Lo sientes, verdad? -
- Si. Es como si una paz mística nos acogiera en su seno más profundo. - Responde de inmediato, viendo que ambos sienten esa misma energía extraña pero a la vez para nada agresiva.
- He aquí nuestro lugar, hermano. Aquí es donde debemos quedarnos a entrenar y buscar las respuestas que estabamos buscando por años, luego de la finalización de esa Guerra Santa... -
Culmina por mencionar el joven con su identidad encubierta, mientras que ambos se quedan investigando cada detalle de aquel majestuoso lugar, adentrándose en lo que pareciera ser el pasillo central, el cual a cada lado de su entrada, presenta dos insignias de un buho... Un animal que se asemeja a la Diosa protectora de la Tierra...