- ¡Maldito Siegfried, cómo pudo equilibrar fuerzas conmigo. No sólo es un hablador, sino que ahora lo tendré que soportar por un tiempo en este Palacio! -
Exclama con vehemencia Haggen, en el momento que golpea una pared del pasillo con fuerza, sintiéndose tocado en su orgullo y valía como vikingo de alto linaje.
Pero en ese momento, una serie de pasos ajenos al guerrero son oídos, en el momento que una fragante y tranquila voz se escucha:
- Por un instante, pensé que en el Valhalla había un animal lleno de rabia, pero no, se trataba de ti, Haggen, aparentemente furioso por la llegada del buen Siegfried...-
- Eres tú, Mime de Benetnash, cómo sabes lo sucedido...-
- No es muy dificil darse cuenta que te sientes intranquilo por la presencia de aquel guerrero cuyo título lo precede. Si deseas calmar tu furia, puedo otorgarte una melodía que seguramente logre tranquilizar tu ira. Es lo menos que puedo hacer por un hermano...-
- No te rías de mi, Mime, si no deseas conocer la violencia de mi puño...-
- Jamás te faltaría el respeto de esa forma, lo digo muy en serio, por nuestro Padre Wodan que mis intenciones son sinceras...-
- Sabes que no soy un gran amante de la música, por más que tus dones sean los más destacados en toda la Unión de Pueblos de Europa del Norte...-
- Creeme, soy capaz de convertirte en un auténtico experto...-
La aparición del Juglar más reconocido de Europa del Norte
La música, el nexo entre los humanos y los Aesir
...CONTINUARÁ...