Las huellas sobre la nieve del encapuchado se desvanecen con la tormenta que azota los parajes más desolados del territorio de Asgard, ahí los ojos de Erik se posan sobre el sitio en búsqueda de algún indicio particular que revele el paradero del transgresor que ha llamado particularmente su atención...
- No permitiré que nadie merme mis planes...- emite alzando la vista hasta enfocarlos en el horizonte en dónde el sol es cubierto por las espesas nubes las cuales impiden que sus rayos se filtren en aquel país. Mientras tanto, a su costado se le une un cuadrúpedo de pelaje espeso y aterradora mirada.
-Por fortuna he entrenado a éste animal desde mi llegada al Valhalla para seguir los rastros de cualquiera que ose cazar en los bosques del Palacio...- se encamina hasta la criatura descubriendo un tramo de prenda desgastada que conserva aún el olor del extranjero – Guíame hasta el lugar de dónde provino, ahí marcaré su tumba…- advierte al instante en que de su iris aceitunado un rojo carmesí centella augurando la llegada del mal sobre el objetivo fijado en la lista de Loki.
De ésta forma, Erik se dirige más allá del límite de Asgard con otros pueblos, en dónde su único testigo son los ojos de aquella bestia que sigue cautelosamente el rastro de su presa.
Sin embargo, oculto a los ojos se abre paso un misterioso lugar, el camino del nórdico y el animal termina al borde de unas de las montañas más altas de la península helénica, ahí el rastro parece intensificarse a medida en que se adentran al extraño sitio.
El caos reclama la venganza.
Misión: Seguir los rastros del hombre llamado Lancelot y darle muerte.
Participante: Erik/Loki
Plazo: Tres días.
Erik
"El hijo del Caos"