Y es desde las afueras de Paris que una hermosa dama vislumbra con esperanza aquello que los parisinos reciben como un tormentoso castigo “Que maravilloso espectáculo,  posiblemente esta sea la señal que he estado esperando todos estos años” son las palabras que surcan por la mente de la dama quien no pierde de vista tan magna demostración de poderío y sometimiento, misma imagen que le hace recordar con nostalgia un anterior episodio de su arraigado pasado “Con esto vuelven a mí las esperanzas amado mío, de poder terminar lo que tu generosidad inicio…”

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“Escucha atentamente esta serenata; hipnótica a tal punto que, tu esencia me regalarás”