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Agathac:

- ¿En que estás pensando? ¡te has quedado embobadada! – Storm dio un codazo a Luna entre risas.

- ¡En nada! – suspiró Luna soplando su flequillo.

-   ¡ya! ¿A quién quieres engañar hermanita?.

-   Vale, fíjate en esa pareja. Mira que ramo de rosas le ha regalado el chico a su novia. Me gustaría tener un enamorado para un día tan especial como el de hoy. Pero estamos siempre en la granja. Y a parte de Mark y Hugh no hay más chicos en kilómetros a la redonda.

-  ¿Habéis terminado, chicas? – Kiki Lovett sacudió su melena observando a sus hermanas - ¿De qué estabais hablando?

-   Luna nos ha salido sentimental. Se lamentaba de no tener un chico con quién celebrar San Valentín.

Kiki se quedó callada, soñando con que algún día Mark y ella…

-  ¡Bah! Menudo par de soñadoras.- se burló Storm-  Volvamos a casa.

Cuando regresaron a la granja Lovett encontraron a su madre hablando con Hugh.

-  ¡Fantástico! Tu amigo puede empezar las clases esta misma tarde. Gracias por haber hecho tan buena publicidad. Este dinero extra nos vendrá muy bien para sacar adelante a esa nueva yegua que tu padre trajo la semana pasada.

-  ¡Por cierto! Dile que esta noche vamos a cenar juntos en la granja.

-  ¡Muy bien, se lo diré!.

Storm frunció el ceño y dijo:

- ¿Habéis oído?¡Un amigo de Hugh! Buahhhhh, no pienso salir de mi dormitorio en todo el día.

-  ¡Tú siempre tan simpática!

-  ¡Dirás realista!

Ambas se giraron para mirar a Luna. Seguía con la mirada fija y brillante. Se fueron sin decirle nada a limpiar los establos.

-  Sí solo apareciera mi chico ideal – suspiró – le reconocería enseguida. Sería tímido, como yo. Y tendría un aire interesante. Nos gustarían las mismas cosas y lo pasaríamos bien sólo con estar juntos.

Por la tarde, cuando Luna estaba sentada al sol leyendo un cómic, vio llegar a Hugh en su moto.

Cuando se quitaron los cascos Luna se quedó boquiabierta y dejó la lectura a un lado para ponerse de pie.

-  Ese debe ser el amigo de Hugh – dijo Kiki - ¿Qué te pasa? Se te ha quedado cara de sorpresa, ¿es que le conoces?

-  ¡Creo que sí! - murmuró ilusionada.

-   Chicas este es Chema – anunció Hugh – es el nuevo alumno de equitación. Ella es Kiki y esta es Luna. Falta Storm.

-   No cuentes con ella, ya sabes cómo es. ¡Bienvenido a la granja Lovett, Chema!

-  Pues será mejor que sepa cuanto antes que va a ser mi pareja en la cena de San Valentín que Patty va celebrar esta noche. Supongo que Mark será tu pareja, Kiki. Y había pensado que vosotros dos…

Cuando Hugh se dio la vuelta no encontró a su amigo. Él y Luna estaban sentados al sol ojeando un cómic y entre cálidas sonrisas…

Y es que en realidad, ellos dos ya se conocían… Él la había visto hasta en ocho ocasiones y ella… ella había soñado con él…

 
Chema:

Era un día de verano por la mañana en la granja de las hermanas Lovett. A la hora del desayuno, Patty se dirigió a sus hijas para darles una noticia.

 -Tengo que contaros algo. Mañana vendrá un grupo de estudiantes a hacer una visita cultural a nuestra granja. ¡Debemos darles una buena impresión!

 -¡Qué rollo, mamá! Con lo tranquilas que estábamos -se quejó Storm.

 -¡Ésa no es la actitud! -le reprochó Patty-. Nos pagarán bien por ello, y es una manera más de darnos a conocer.

 Al día siguiente llegó el grupo de estudiantes. El profesor que iba con ellos saludó a Patty en nombre de todos, y alabó la limpieza y el orden que allí había. Su primera impresión había sido buena.

 La visita comenzó sin más dilación. Patty les habló de sus actividades de cuidado y preparación de caballos para la hípica, así como de su labor de instrucción para la práctica de este deporte.

 Les enseñó las diferentes estancias, en las que Mark, Kiki, Storm, Hugh... estaban trabajando cada uno en sus ocupaciones asignadas. Todos ellos saludaban cortésmente cuando llegaba el grupo. La última en aparecer fue Luna.

 

Los estudiantes podían formular preguntas cuando lo desearan. Un chico que había estado muy concentrado hasta entonces, escuchando con atención y tomando notas, rompió el hielo.

 -Tengo una curiosidad. ¿Es posible que, en un futuro, alguna de estas chicas llegue a ser instructora de montar a caballo como usted, sra. Lovett? Si fuera así, ¿tal vez comenzarían como asistentes suyas en las clases de nivel más básico?

 -¡Interesante pregunta! ¿Cómo te llamas?

 -Chema.

 -Pues mira, Chema, como ocurre con todo, es muy distinto saber montar a caballo y saber enseñar cómo hacerlo. Hay que tener unas cualidades y una vocación especial. Si alguna de mis hijas mostrara esas cualidades y pudiera valer como instructora, posiblemente empezaría conmigo, observando cómo lo hago yo.

 Cuando la vista concluyó, todos salieron a despedir a los estudiantes. Chema miraba a Luna todo el tiempo, como si quisiera encontrar en ella a alguien a quien conocía de siempre.

 -Gracias a todos por vuestra visita y por vuestro interés -dijo Patty-. Quiero deciros algo. Este próximo sábado va a haber una competición de caballos local, en la que van a competir mis hijas. ¡Estáis todos invitados!

 *****

 El día de la carrera llegó. Kiki participaba con su caballo Socks, Luna con Ella, y Storm con Domino. Todos acudieron para animarlas. Allí estaba su madre, Patty. Tampoco faltó Peter, el veterinario.

 Mark se acercó a Kiki y le dijo al oído:

 -Seguro que vas a ganar, cariño. Y aunque no ganes, luego nos iremos juntos tú y yo. ¿Recuerdas qué día es hoy?

 -¿14 de febrero? -se preguntó Kiki en voz alta, respondiéndose ella misma-. Ayy Mark, ¿qué me tendrás preparado? Esto me anima para la carrera... ¡Deséame suerte! -le dijo, agarrando su mano.

 Storm estaba comprobando que los estribos de Domino estaban bien colocados, y en ese momento apareció Hugh. Le costó reaccionar y darse cuenta de que era él, pues se había cortado el pelo y se había hecho un tupé al estilo de Elvis Presley.

 -¡Hola, guapísima! He estado en la peluquería, porque verte competir en esta carrera era una ocasión especial. ¿Qué te parece mi nuevo peinado? ¿Puedo hacer algo por ti?

 -Sí, puedes hacer algo... ¡¡Desaparecer!! ¡Que tengo que estar concentrada para la carrera!

 -Ah, qué carácter tiene esta chica... ¡Cómo me gusta! -decía Hugh para sí-. Conquistarla será todo un reto.

 Las otras dos hermanas, que estaban viendo la escena, se lo tomaban a broma.

 -Storm, ¡en el fondo te gusta! Pero muy en el fondo... -decía Kiki entre risas.

 -¡Si ganas, invítale a tomar algo! -añadió Luna.

 La carrera comenzó. Las tres hermanas Lovett pronto se pusieron en cabeza, lo que denotaba su experiencia y su buen hacer en el mundo de los caballos.

 Domino había crecido y había ganado en agilidad, y ya era capaz de saltar las vallas sin rozarlas. Socks y Ella mantenían muy bien el ritmo, sin que su veteranía fuera un lastre.

 El final de la carrera fue muy satisfactorio para las hermanas, a pesar de que sólo una pudiera ganar. Llegaron casi al mismo tiempo a la meta, y sin haber cometido ningún fallo. La primera en llegar fue Luna con Ella, la segunda Kiki con Socks, y la tercera Storm con Domino.

 Cuando llegó el momento de entregarle a Luna su copa por haber ganado la carrera, se sentía muy emocionada y no tenía palabras. Todos se acercaron a felicitarla, incluidas sus hermanas Kiki y Storm, que aceptaron su victoria con deportividad y se alegraron por ella.

 Entre el público asistente se encontraba Chema, uno de los estudiantes que habían visitado la granja de las Lovett días atrás. Él también se acercó a felicitar a Luna por su victoria.

 -Ya me acuerdo de ti, ¡muchas gracias por haber venido! Ha sido todo un detalle -le dijo Luna, con una dulce sonrisa.

 -Claro, ¿cómo me lo iba a perder? -respondió Chema-. Por cierto, tengo aquí una cosa... -y se disponía a sacar algo de una bolsa que llevaba colgada en bandolera, pero en ese momento alguien se puso a hablar con Luna, y esperó pacientemente a que acabaran.

 Cuando vio el momento oportuno, reanudó su acción...

 -Luna, te decía que el otro día me fijé en ti y me recordaste mucho a una chica que sale en una revista juvenil antigua que tengo. Mira, es ésta. Es de una dibujante española muy buena que se llama Trini Tinturé. ¿Verdad que se parece mucho a ti? Es rubia, tiene los mismos ojos, la misma sonrisa...

 -Pero bueno, ¡si esta chica es guapísima! ¿Y dices que yo me parezco a ella? ¡Eso es todo un piropo! Ah, y sí que conozco a Trini Tinturé. He leído historietas suyas actuales, por ejemplo las de una chica que se llama Siska. Y mi madre tiene revistas antiguas en las que también hay historias suyas. Recuerdo que las leí y me gustaron. Tinker, Gypsy Rose, Uncle Pete...

 -Pues mira, si te gusta la ilustración de la chica que se parece a ti, la he escaneado y la he plastificado, para que la tengas. -dijo Chema, sacándola de su bolsa.

 -¡Pero bueno, qué detalle! ¡Vaya día llevo hoy, primero ganar la carrera y ahora esto! -exclamó Luna entre risas-. ¡Ven, que te dé dos besos! ¡Muack, muack!

 Chema, que no podía ponerse más rojo de lo que ya estaba, le preguntó a Luna:

 -Estooo... ¿Te apetecía que fuéramos a tomar algo...?

 -¡Vale! ¡Por mí genial! Voy primero a casa para cambiarme de ropa y dejar este armatoste -dijo en tono de broma, refiriéndose a la copa- y después nos vamos a algún sitio que haya por la zona. ¿Me acompañas?

 Y así, aquel día de San Valentín todos fueron felices a su manera. Kiki estaba con Mark. Peter coqueteaba con Patty. Hugh y Storm seguían con su relación de amor-odio: Hugh, sin perder la esperanza de llegar al corazón de Storm; y ésta, esperando ser algún día la elegida de Mark. Y en cuanto a Luna y Chema... Mmmm, habrá que preguntarles a los interesados. ;)

 
Bertha:

Storm Lovett  se fue unos días de vacaciones a la ciudad a ver a las amigas del colegio/instituto, pues hacia ya tiempo que no veía a las chicas; al estar ahora en el campo con la familia y con tanto trabajo que ahí allí, ya casi había perdió el contacto con ellas.

Aunque se chateaban por el Factbook, el Tuenti, el Msn y por algún que otro sitio mas, no era lo mismo que cuando estudiaban y hacían un monto de cosas juntas, pero aun a si, se enteraba de todo o casi todo lo que les ocurría a sus amigas y amistades echa allí eso años.

Storm nerviosa al reencontrase son sus amigas de la infancia y reencontrarse con los compañeros y amigos, pues esa noche irían a la discoteca/baile a celebrar San Valentin y volvería a ver a su antiguo amor, estuve mandando msn todo el trayecto, para verificar que me esperaban y cuantas de ellas vendrían.

En la estación de tren de Holanda, fueron llegando sus amigas Lily, Esther, Carol, Rita, Emma y Bertha; entre ellas se fueron saludando conforme iban llegando.

Hubo otras que no podrían venir, pero que se verían algún que otro día o en otra ocasión, pues Strom se quedaría en casa de Bertha una o dos semanas, Bertha era su amiga del alma, compañera de siempre desde parvulitos hasta de cuarto del instituto y casi lo hacíamos todo justas, nos llamaban las siamesas, pues hasta para salir  nos combinábamos la ropa, para no desentonar, aunque ya al final del curso, yo ya empezaba a tener mi propio Look y ella también el suyo.

Ya anunciaban que llegábamos a la estación; pensaba: donde y como encontraría a las chicas; estarían tan nerviosa como yo; pues yo estaba emocionadísima, tanto que se me salía el corazón del pecho de los latidos tan rápidos que tenia; cerré los ojos y di un par de respiraciones fuertes para tranquilizarme un poco.

El tren se paro y yo cogí mi maleta y me fui hacia la puerta para bajar de el; allí al final del anden reconocí a una rubia, seguro que era Rita, pues era inconfundible, estaba ligando con uno de eso chico que van informando a la salida y entrada de pasajeros en los trenes y las demás, estaban a su alrededor mirando a un lado y a otro.

Pegue un grito y todas miraron hacia mi, empezamos a correr ellas y yo a nuestro encuentro unos abrazos, unos besos y nos pudimos en marcha.

Nos fuimos a un centro comercial cercano a tomar algo y contarnos nuestras cosas, yo les conté lo bien que estaba en el campo con mi familia y con todos los animales que tenemos en él, de el aire y la tranquilidad que se respiraba allí, las aventuras que estaba viviendo y tanta y tantas cosas, que casi ni les dejo que me contasen las suyas.

Pero cerré la boca y espere pacientemente a que cada una de ellas me explicaran, lo que les había ocurrido desde la última vez que nos despedimos.

Esther estaba de ayudante de enfermera en el hospital central de la capital; Rita la habían cogido para unos anuncios de la Tele; Lily seguía estudiando pues quería ir a la universidad; Carol  trabajado en la tienda de sus padres, una droguería;  Emma en otra tienda, pero esta es de hierbas y productos naturales de todo tipo, para hacer ungüentos, curas y  tratamientos para sanar a las personas que no creen en las medicinas tradicionales, solo una horita, pues por las tarde estudiaba artes ocultas, pues siempre le intereso ese tema; y por ultimo Bertha que estaba haciendo un cursillo de mecánica/automoción, que cuando me lo contaba no podía creérmelo, pues nunca habría pensado que ella le gustase eso, me contó que le empezó a gustar por un noviete que tubo, que estudiaba y le contaba lo que hacia cada día en el, le entro el gusanillo y por eso se apunto a un cursillo sobre ello, estaba contentísima.

Estuvimos horas hablando y alguna de ellas ya miraba el reloj, pues se hacia la hora de comer y cada una tenia que ir a algún sitio, Carol y Emma se tenia que ir a sus respectivas tiendas, Lily a estudiar pues tenia un examen muy difícil en unos días, nos despedimos hasta otro día, Esther que tenia fiesta en el hospital, Rita que no tenia ir a grabar ningún anuncio hasta el lunes y Bertha que tanpoco iba hasta ese día, las cuatro no fuimos a comer en el mismo centro comercial.

Comimos y después me despedí de las demás, Bertha y yo nos fuimos a su casa, en el trayecto hable con ella sobre Efrén, de si le veía, de cómo estaba, de si vendría, vamos me falto preguntarle, de si preguntaba por mi, todo un interrogatorio; me dijo que no sabia si iba a venir; me quede pensando.

En la casa estaban sus padres, que salude y agradecí su hospitalidad por acogerme unos días, me pegue una ducha y me estire un rato, pues estaba agotada con tantas emociones vividas, por la noche saldríamos de nuevo a la discoteca/baile que íbamos cuando estudiábamos; allí nos encontraríamos a los demás chicos y chicas del instituto para la fiesta, espero ver a Juanito, Kerry, Hans, Danny, Felipe y Efrén, este últimos es el que mas  me encantaría volver a ver.

Me arregle para el baile y nos fuimos, al entrar nos encontramos con muchos de los compañer@s pero yo no dejaba de buscarlo, en un momento de distracción, alguien me toco el hombro, me giré y era el con una rosa roja en la mano, me la ofreció con un par de besos y estuvimos  todas la noche charlando, fue mi noche soñada; cuando nos despedimos de la fiesta, me dijo que si podíamos vernos de nuevo; le dije que me quedaba unos días aquí; nos vimos unas cuantas veces mas, me lo pase genial con el.

En otra ocasión ya os iré contando como me han ido todos estos días de vacaciones en su compañía y en la de mis amigas/amigos.

 
 
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