Pues sí, este es el juguete que no me pusieron los Reyes, pero a pesar de todo, siempre fue mío. Cuando yo era muy pequeña, y todavía no escribía mi propia carta a los Reyes Magos, mis padres o hermanos eran los encargados de hacerlo. Y ese año, la mañana de Reyes, al ver los juguetes y esa maravillosa cocinita justo al lado de los zapatos de mi hermana, tuve claro que los Reyes se habían despistado y equivocado, y en realidad esa cocinita era para mí. Creo que lloré, y lloré, pero mi hermana tenía claro que era suya y no estaba dispuesta a dármela. Mis padres nos dieron la charla de lo bonito que es compartir entre los hermanos, y bla, bla, bla… pero  nada, no hubo manera, no me dejaba ni tocarla. Claro, que mi hermana en dos días empezaba de nuevo el cole y yo todavía no iba (analfabeta estuve hasta los 5 años en que comencé a  ir ); y entonces, por fin, llegó mi momento. De nada le servía  a mi hermana que le dijera a mi madre, que me vigilase para que no tocara su cocinita en su ausencia, jajaja,¡lo tenía claro!. Lo que he jugado yo con ella, no lo sabe nadie. Hacía una “cocina creativa” que no veáis. Además de algunos productos que mi madre me dio de su cocina (azúcar, lentejas, arroz, fideos de sopa…),todo lo  que fuera diminuto me servía, tierra de las macetas, virutas de lapices, serrín, …con todo eso hacía unos potajes que pa qué. Mí hermana enseguida se cansó de ella, claro que ella era menos de hacer guarrerías en los pucheritos (que era lo más diver), la tenía siempre impoluta, y apenas jugó con ella. Y aunque en mi casa se refiriesen siempre a la "cocinita de Pilita" yo sabía que en realidad siempre fue Mi cocinita. Hay alguna foto de ella, si la encuentro la pongo.

Décadas después la rescaté de la falsa de casa de mi madre y la repinté y ahora son mis sobrinas quienes juegan con ella. ¡Y a mí me encanta el  haberla recuperado y que mis sobris disfruten de ella como yo lo hice en su día, porque fue muy especial para mí.