conservar los valores y buenos principios que se están desapareciendo poco a poco, como por ejemplo:
1. La Humildad: La cual es una virtud que nace en el corazón, y nos lleva a reconocer nuestros propios errores, rectificar y pedir perdón. Jesucristo dijo: aprended de mí que soy manso y humilde de corazón. No debe jamás ser confundida con pobreza ni con suciedad.
2. El Respeto: El cual los niños, adolescentes y jóvenes deberían tener a las personas mayores, a los padres y a las autoridades. En el matrimonio el respeto mutuo es fundamental para mantener estable la unión de los cónyuges.
3. La sujeción: Sujetarse a alguien no significa una obediencia ciega e involuntaria, tampoco es estar de acuerdo con todo lo que nuestros líderes o superiores digan, ya que la verdadera sujeción comienza cuando no estamos de acuerdo. .
4. La Obediencia: Obedecer (O.B.D.C.) significa Orden y Bendición Divina al Cristiano. Es un deber de todos los que están bajo autoridad. Dios premia la obediencia con grandes bendiciones (según Deut. 27:1-14). “Y todo lo hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa…” (Filip. 3:23).
5. El Amor: El amor es la virtud suprema que nos hace soportar las debilidades de los demás y perdonar los errores. Quien ama de verdad no busca sus propios intereses, sino los de los demás, y de esa manera se preocupa más por la felicidad y bienestar de otros que de sí mismo. Quien realmente quiere ser feliz debe aprender a amar.
6. La Hospitalidad: Ser hospitalario significa justamente ser amable, tratable, cortés y solidario con los demás. Cada uno cosechará tal como haya sembrado.
7. La Bondad: Ser bueno no es complacer a los demás en todo, sino sentir misericordia y compasión de los necesitados, pobres y desamparados. Es una virtud que nos impulsa a ayudar a los menos favorecidos.
8. La Sabiduría: es don de Dios y no debe ser confundida con el conocimiento literario que puede ser adquirido en la escuela. La sabiduría se revela cuando rechazamos lo malo, lo indecente, lo vergonzoso y lo vil, y nos aferramos a lo que es verdaderamente bueno.
9. La Reputación Moral: El sabio Salomón declara que la moral de una persona vale mucho más que la plata y el oro. Es la riqueza más grande que se puede tener en este mundo. ¿De qué sirve tener mucho dinero, y poca o ninguna reputación moral?
10. La Fidelidad: . Es un valor que no puede faltar en la vida de las personas, y que a su vez trae grandes beneficios a sí propio y a los demás. Quien es fiel guarda los secretos y no anda con chismes, y por eso Dios lo bendice.
11. La Sinceridad: Quien es sincero no anda con mentiras, ni hipocresía. Habla siempre la verdad, no importando por ella sufrir daños, afrentas y humillaciones.
12. La Honestidad: Quien es honesto no anda con engaño ni con cartas bajo la manga. No traiciona a sus amigos, maestros y seres queridos; tampoco retiene parte de lo ajeno, sino que reclama solamente lo suyo. Practica y defiende la justicia. Nuestra sociedad necesitas más personas con ese valor.
13. La Integridad: Una persona íntegra es una persona completa, sin falta alguna. Es aquella que tienen todos los valores y virtudes. Que se comporta con decencia, sirviendo de ejemplo a los demás. Es alguien que sabe ganar la confianza de todos por medio de su buen comportamiento.
14. La Buena Conducta: La conducta en sí es la manera con que los hombres se comportan en su vida y acciones. Entonces la buena conducta es la forma correcta de conducirse a sí mismo como ciudadano, responsable de sus actos. Esta debe ser formada en el hogar por los padres desde los primeros años de vida de los hijos.
15. El Trabajo: El trabajo en sí es un gran valor y dignifica al hombre. Es un deber sagrado, pues el hombre fue hecho para trabajar. Mucho antes de la caída de Adán y Eva en la transgresión del pecado, ya Dios les había ordenado que trabajara (Génesis 2:15). Nuestra sociedad actual necesita de personas más comprometidas con el trabajo, sobre todo la juventud
16. La Cortesía: Las normas de cortesía son evidencias de una buena educación y formación doméstica, sana y equilibrada. Los padres son los primeros responsables por ella. Cuando una persona tiene tal valor, sabe respetar y colaborar con los demás, principalmente con personas mayores,
17. La Prudencia: Es la capacidad de ver el mal y apartarse a tiempo. Es un valor inestimable que no puede faltar en la vida del hombre y la mujer. La prudencia nos lleva a temer a Dios y hacer su voluntad. Ser prudente es tener templanza, cautela, moderación, sensatez y buen juicio. Es una de las cuatro virtudes cardinales, que consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo o huir de ello. Una persona prudente no habla antes de pensar, no juzga antes de analizar,
18 La Educación Familiar: Es aquella transmitida a los niños por sus padres desde los primeros años de vida. Nuestra sociedad es el reflejo de la crianza, instrucción y formación que cada persona ha recibido de sus padres en el hogar. La educación domestica es un valor y también un deber de cada padre y cada madre impartir a sus hijos, para que ellos en el futuro no sea un problema para las autoridades y un dolor de cabeza para sus propios progenitores.
19. La verdad: Ella es el arma contra la mentira, el engaño y la malicia. Es un valor que debe estar siempre presente en nuestras vidas en todo lo que hablamos. Quien habla la verdad es porque tiene los demás valores y virtudes.
y el mas inportante ser bueno con la pobre alis que como sufre juajuajuaaaaaa