Al fondo de tus ojos hay costumbre de auroras, estallidos de luces, penetración visual, hay un reloj que marca por siglos, no por horas, hay sueños fabricados de rosas y cristal, y dos manos que se alzan, tejiendo trepadoras, una maraña angélica, y erótica, y mental. Flota en cada retina mi retrato redondo, y yo intento lastrarme para llegar al fondo.
Brevería Nº 1382
Retrato de mujer
Tu sonrisa es antigua; yo la veo como jardín fugaz, irrepetible, hoguera que, agotado el combustible, se desmaya en mortal chisporroteo.
Me sugiere el vital revoloteo de alondras en la tarde, la posible evocación del beso irresistible usurpado en discreto devaneo.
Cuantos han contemplado tu retrato oscilan de evidencia de recato, a embozo de sensual insensatez.
No revelas enigma ni motivo, pero me dice su temblor furtivo que no sonreirás así otra vez.