Se me vuelcan tus dedos, y me acosan, no sé si me acarician o desgarran, dedos de alondra que en la piel se posan, dedos de enredadera que me amarran.
Los dejo sobre mí, soy campo abierto; son pacífica tropa, y agresiva, cada uno lento explorador experto, y esta mi voluntad… tan permisiva.
Brevería Nº 1897
Tus dedos
Llevo tus dedos en el vientre hundidos, cosidos a la espalda, en las mejillas, entre los muslos, sobre las rodillas…, tan míos ya como mis apellidos.
Son diez alas, diez huellas, diez gemidos, diez fuegos de intención, diez banderillas clavadas sobre el lomo, me acuchillas a decenas de tactos retorcidos.
Diez círculos dorados en los senos, diez ruedas libres de programa y frenos sobre el mapa sin rutas de la piel.
Diez apolíneos exploradores, diez dionisíacos conquistadores, y sólo una mujer de nata y miel.