San José fue un hombre que hizo de su trabajo, sufrimientos y alegrías una obra de salvación al estar unido al Salvador, no sólo físicamente bajo el mismo techo, sino porque era consciente de que estaba compartiendo la obra redentora de Jesús, ya desde su vida oculta. Así convirtió su existencia terrena en una tarea humana y salvífica. Todos podemos imitar a san José, lo cual se hace posible por la unión a Cristo resucitado, quien nos aseguró: “Quien está unido a mí, produce mucho fruto”.
Día de los trabajadores.
ANTÍFONA DE ENTRADA SAL 127, 1-2
Feliz el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y todo te irá bien.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, creador de todas las cosas, que has establecido para el género humano la ley del trabajo; concédenos bondadosamente que siguiendo el ejemplo y con la protección de san José, realicemos las obras que nos mandas y obtengamos la recompensa que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA Col 3, 14-15. 17. 23-24
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Colosas.
Hermanos: Sobre todo, revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección. Que la paz de Cristo reine en sus corazones: esa paz a la que han sido llamados, porque formamos un solo Cuerpo. Y vivan en la acción de gracias. Todo lo que puedan decir o realizar, háganlo siempre en nombre del Señor Jesús, dando gracias por él a Dios Padre. Cualquiera que sea su trabajo, háganlo de todo corazón, teniendo en cuenta que es para el Señor y no para los hombres. Sepan que el Señor los recompensará, haciéndolos sus herederos. Ustedes sirven a Cristo, el Señor.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
San Pablo invita a los miembros de la comunidad a vivir de acuerdo a su vocación, haciendo todo en el nombre del Señor y de todo corazón.
SALMO Sal 89, 2-4. 12-14. 16
R. El Señor haga prosperar la obra de nuestras manos.
O bien: Aleluya.
Antes que fueran engendradas las montañas, antes que nacieran la tierra y el mundo, desde siempre y para siempre, tú eres Dios. R.
Tú haces que los hombres vuelvan al polvo, con sólo decirles: “Vuelvan, seres humanos”. Porque mil años son ante tus ojos como el día de ayer, que ya pasó, como una vigilia de la noche. R.
Enséñanos a calcular nuestros años para que nuestro corazón alcance la sabiduría. ¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...? Ten compasión de tus servidores. R.
Sácianos enseguida con tu amor, y cantaremos felices toda nuestra vida. Que tu obra se manifieste a tus servidores, y que tu esplendor esté sobre tus hijos. R.
Aleluya Sal 67, 20
Aleluya. ¡Bendito sea el Señor, el
Dios de nuestra salvación! Él carga con nosotros día tras día. Aleluya.
EVANGELIO MT 13, 54-58
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús al llegar a su pueblo, se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal manera, que todos estaban maravillados. “¿De dónde le vienen –decían– esta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María? ¿Y no son parientes suyos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Y acaso no viven entre nosotros todas sus parientas? ¿De dónde le vendrá todo esto?”. Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo. Entonces les dijo: “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia”. Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
¿Conocemos a Jesús? También somos de su pueblo, del pueblo de Dios, de la Iglesia, y nos podría pasar como a los habitantes de Nazaret, que no lo conocían suficientemente.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, fuente de toda misericordia, mira las ofrendas que te presentamos en la conmemoración de san José, y concédenos por tu bondad que sirvan de protección para los que te invocan. Por Jesucristo nuestro Señor.
Prefacio de san José
La misión de san José
V/. El Señor esté con ustedes.
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.
Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la celebración de san José. Él es el varón justo que diste como esposo a la Virgen Madre de Dios, y el servidor fiel y prudente que pusiste al frente de tu familia, para que haciendo las veces de padre, cuidara a tu único Hijo, concebido por obra del Espíritu Santo, Jesucristo, Señor nuestro. Por él, todos los ángeles celebran tu grandeza, la adoran las dominaciones, se estremecen las potestades; los cielos y las virtudes celestiales unidos a los gloriosos serafines la celebran en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:
Santo, santo, santo...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN COL 3, 17
Todo lo que puedan decir o realizar, háganlo siempre en nombre del Señor Jesús, dando gracias por él a Dios Padre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, alimentados con el manjar celestial, te suplicamos que, a ejemplo de san José, llevemos en nuestros corazones el testimonio de tu amor y así podamos gozar siempre del fruto de la paz eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. |