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Nuestro servicio religioso, durante el mes
de junio , la palabra de Dios y su presencia
dia a dia
Que el nos proteja y nos guie
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8 de JUNIO 2009
ANTÍFONA DE ENTRADA
Que se postre ante ti, Señor, la tierra entera; que todos canten himnos en tu honor y alabanzas a tu nombre.
ORACIÓN COLECTA
Oremos: Dios todopoderoso y eterno, que con amor gobiernas los cielos y la tierra, escucha paternalmente las súplicas de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu paz.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios (1, 1-7)
Yo Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, y Timoteo, hermano nuestro, deseamos a la Iglesia de Dios que está en Corinto y a todos los cristianos que viven en la provincia de Acaya, la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor.
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre lleno de misericordia y Dios que siempre consuela. El es quien nos conforta en nuestras tribulaciones, para que nosotros podamos también confortar con la misma fuerza que recibimos de Dios, a los que se encuentran atribulados.
Porque así como participamos abundantemente en los sufrimientos de Cristo, así, por medio de Cristo, recibimos también un gran consuelo.
Por eso, si sufrimos, es para consuelo y salvación de ustedes; si somos consolados, es también para consuelo de ustedes, para que puedan soportar con paciencia los mismos sufrimientos que nosotros soportamos.
Tenemos, pues, una firme esperanza en ustedes, porque sabemos que, así como ustedes son nuestros compañeros en el sufrimiento, también lo serán en el consuelo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL SALMO 33
Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo.
Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores.
Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias.
Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor acampa y los protege.
Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Dichoso el hombre que se refugia en él.
Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Aleluya, aleluya. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos. Aleluya.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (5, 1-12)
Gloria ti , Señor.
En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así:
Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos los que lloran, porque serán consolados.
Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía.
Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos, puesto que de la misma manera persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de tu Hijo, se lleva a cabo la obra de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
PREFACIO COMÚN II
La salvación por Cristo
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Pues por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, lo redimiste por tu misericordia. Por Cristo nuestro Señor.
Por él, los ángeles y arcángeles, y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría.
Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Para mí, Señor, has preparado la mesa y has llenado la copa hasta los bordes.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Oremos: Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad para que, alimentados del mismo pan del cielo, permanezcamos siempre unidos por el mismo amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. |
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9 DE JUNIO 2009
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 26, 1-2
El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el escudo de mi vida; ¿ante quién temblaré? Cuando avanzan hacia mí los enemigos, son ellos los que tropiezan y caen.
ORACIÓN COLECTA
Señor, de quien proceden todos los bienes, concede a los que te suplicamos que, siguiendo tu inspiración, entendamos lo que es recto, y guiados por ti lo llevemos a la práctica. Por nuestro Señor Jesucristo.
O bien: de san Efrén
Señor, infunde bondadoso en nuestros corazones el Espíritu Santo bajo cuya inspiración el diácono san Efrén exultaba cantando tus misterios, y con cuyo poder logró entregarse sólo a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA 2Cor 1, 18-22
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Les aseguro, por la fidelidad de Dios, que nuestro lenguaje con ustedes no es hoy “sí”, y mañana “no”.
Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, el que nosotros hemos anunciado entre ustedes –tanto Silvano y Timoteo, como yo mismo– no fue “sí” y “no”, sino solamente “sí”. En efecto, todas las promesas de Dios encuentran su “sí” en Jesús, de manera que por él decimos “Amén” a Dios, para gloria suya. Y es Dios el que nos reconforta en Cristo, a nosotros y a ustedes; el que nos ha ungido, el que también nos ha marcado con su sello y ha puesto en nuestros corazones las primicias del Espíritu.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Pablo había prometido una visita a los corintios. Las circunstancias le obligaron a cambiar sus planes y la visita no se realizó.
La comunidad se siente molesta. Pablo responde al fastidio y a las acusaciones de la comunidad, recordando simplemente que él es servidor de Cristo, el “sí” de las promesas de Dios. Cristo ha penetrado realmente en los designios de su Padre: su obediencia fue total, su sinceridad, perfecta.
Por eso, ha venido a ser un punto sólido de apoyo para todos los que buscan la gloria de Dios.
SALMO Sal 118, 129-133. 135
R. ¡Vuelve tu rostro y ten piedad de mí, Señor!
Tus prescripciones son admirables: por eso las observo. La explicación de tu palabra ilumina y da inteligencia al ignorante. R.
Abro mi boca y aspiro hondamente, porque anhelo tus mandamientos. Vuelve tu rostro y ten piedad de mí; es justo que lo hagas con los que aman tu nombre. R.
Afirma mis pasos conforme a tu palabra, para que no me domine la maldad. Que brille sobre mí la luz de tu rostro, y enséñame tus preceptos. R.
ALELUYA Mt 5, 16
Aleluya. Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que los hombres vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo. Aleluya.
EVANGELIO Mt 5, 13-16
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: “Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres. Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña. Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa. Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en el cielo”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Mateo da a la sal y a la luz un tratamiento particular, ya que ambos tienen aquí un alcance misionero. Ser sal de la tierra es dar sabor a la vida, gracias a la sal la tierra puede proseguir su vocación y su historia. Por otra parte, la luz nos facilita ver por dónde vamos. Nacer se llama “venir a la luz”. El Maestro se llamó luz del mundo (Jn 8, 12; 9, 5). Sus discípulos son hijos de la luz (Jn 12, 36). Y la Iglesia, depositaria del anuncio del Evangelio, se define “luz de los pueblos” (Vaticano II). En fin, ser luz del mundo es actuar de tal manera que sus acciones vengan a ser signo de Dios para los hombres. Pero, ¿cómo podemos ser los cristianos de hoy la sal de la tierra o la luz del mundo?
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, dígnate mirar con bondad este acto de nuestro culto, para que nuestra ofrenda te sea aceptable y acreciente nuestra caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 17, 3
Tú, Señor, eres mi roca, mi fortaleza, mi libertador; tú eres mi Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, te pedimos que tu acción salvadora nos libre benignamente de nuestras malas inclinaciones y nos guíe por el recto camino. Por Jesucristo, nuestro Señor. |
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10 JUNIO 2009
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 26, 1-2
El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el escudo de mi vida; ¿ante quién temblaré? Cuando avanzan hacia mí los enemigos, son ellos los que tropiezan y caen.
ORACIÓN COLECTA
Señor, de quien proceden todos los bienes, concede a los que te suplicamos que, siguiendo tu inspiración, entendamos lo que es recto, y guiados por ti lo llevemos a la práctica. Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA 2Cor 3, 4-11
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Es Cristo el que nos da seguridad delante de Dios, no porque podamos atribuirnos algo que venga de nosotros mismos, ya que toda nuestra capacidad viene de Dios. Él nos ha capacitado para que seamos los ministros de una nueva alianza, que no reside en la letra, sino en el Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida. Ahora bien, si el ministerio que lleva a la muerte –grabado sobre piedras– fue inaugurado con tanta gloria que los israelitas no podían fijar sus ojos en el rostro de Moisés, por el resplandor –aunque pasajero– de ese rostro, ¡cuánto más glorioso será el ministerio del Espíritu! Y si el ministerio que llevaba a la condenación fue tan glorioso, ¡cuál no será la gloria del ministerio que conduce a la justicia! En realidad, aquello que fue glorioso bajo cierto aspecto ya no lo es más en comparación con esta gloria extraordinaria.
Porque si lo que era transitorio se ha manifestado con tanta gloria, ¡cuánto más glorioso será lo que es permanente!
Palabra de Dios.
COMENTARIO
En este relato Pablo propone una reflexión sobre su ministerio apostólico comparado con el de Moisés, para ir contra la predicación de aquellos falsos apóstoles que, no se habían desprendido aún de la mentalidad de «la antigua ley» ni habían comprendido tampoco “la novedad del Evangelio”, sino más bien usufructuaban de éste, lo distorsionaban y callaban su mensaje.
SALMO Sal 98, 5-9
R. ¡Santo eres, Señor, Dios nuestro!
Glorifiquen al Señor, nuestro Dios, adórenlo ante el estrado de sus pies. ¡Santo es el Señor! R.
Moisés y Aarón, entre sus sacerdotes, y Samuel, entre los que invocaban su nombre, clamaban al Señor y él les respondía. R.
Dios les hablaba desde la columna de nube; ellos observaban sus mandamientos y los preceptos que les había dado. R.
Señor, nuestro Dios, tú les respondías; tú eras para ellos un Dios indulgente, pero te vengabas de sus malas acciones. R.
Glorifiquen al Señor, nuestro Dios, y adórenlo en su santa montaña: el Señor, nuestro Dios, es santo. R.
ALELUYA Sal 24, 4b. 5a
Aleluya. Señor, enséñame tus senderos, guíame por el camino de tu fidelidad. Aleluya.
EVANGELIO Mt 5, 17-19
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: “No piensen que vine para abolir la ley o los profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no quedarán ni una coma de la ley, sin cumplirse, antes que desaparezcan el cielo y la tierra. El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el reino de los cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el reino de los cielos”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Aquí comienza la presentación de la nueva Ley que deja en evidencia lo lejos que estamos en la búsqueda de nuestra salvación a través de prácticas como ayunos, oraciones y buenas obras. En el momento en que Jesús se dispone a enseñarnos una nueva manera de entender la Ley de Dios, nos pone en guardia contra la tentación de lo fácil.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, dígnate mirar con bondad este acto de nuestro culto, para que nuestra ofrenda te sea aceptable y acreciente nuestra caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN 1Jn 4, 16
Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, te pedimos que tu acción salvadora nos libre benignamente de nuestras malas inclinaciones y nos guíe por el recto camino. Por Jesucristo, nuestro Señor. |
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11 DE JUNIO 2009
ANTÍFONA DE ENTRADA Cf. Hech 11, 24
Feliz este santo que mereció ser contado en el número de los apóstoles: era un hombre bondadoso, lleno del Espíritu Santo y de mucha fe.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú ordenaste destinar a san Bernabé, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, para la conversión de los paganos; concede que el Evangelio de Cristo, predicado por él con tanta valentía, sea siempre anunciado fielmente tanto de palabra como con las obras. Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA Hech 11, 21-26; 13, 1-3
Lectura de los Hechos de los apóstoles.
En aquellos días: Muchos creyeron y se convirtieron. Al enterarse de esto, la Iglesia de Jerusalén envió a Bernabé a Antioquía. Cuando llegó y vio la gracia que Dios les había concedido, él se alegró mucho y exhortaba a todos a permanecer fieles al Señor con un corazón firme. Bernabé era un hombre bondadoso, lleno del Espíritu Santo y de mucha fe. Y una gran multitud adhirió al Señor.
Entonces Bernabé partió hacia Tarso en busca de Saulo, y cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Ambos vivieron todo un año en esa Iglesia y enseñaron a mucha gente, y fue en Antioquía, donde por primera vez los discípulos recibieron el nombre de «cristianos». En la Iglesia de Antioquía había profetas y doctores, entre los cuales estaban Bernabé y Simeón, llamado el Negro, Lucio de Cirene, Manahén, amigo de infancia del tetrarca Herodes, y Saulo. Un día, mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo les dijo: “Resérvenme a Saulo y a Bernabé para la obra a la cual los he llamado». Ellos, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
La dispersión provocada por la persecución suscitada por lo de Esteban fue una de las acciones más providenciales dentro de la vida de la Iglesia primitiva. Ella hizo que el evangelio empezara abrirse camino en las regiones paganas. Algunos cristianos de Chipre y Cirene empezaron a predicar a los paganos de Antioquía. Fueron misioneros anónimos que llevaron adelante su labor evangelizadora sin mandato oficial, sin organización y sin publicidad. En la narración aparece en escena Bernabé, enviado por la Iglesia madre de Jerusalén con la misión oficial de evangelizar en la región. Trabaja al lado de Pablo, consolidando en la fe a los hermanos. Bernabé es un apóstol más en esta larga lista de evangelizadores que se convirtieron en testigos de Cristo “desde Jerusalén hasta los confines de la tierra”.
SALMO Sal 97, 1-6
R. El Señor reveló su justicia a los ojos de las naciones.
Canten al Señor un canto nuevo, porque él hizo maravillas; su mano derecha y su santo brazo le obtuvieron la victoria. R.
El Señor manifestó su victoria, reveló su justicia a los ojos de las naciones; se acordó de su amor y su fidelidad a favor del pueblo de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios. Aclame al Señor toda la tierra, prorrumpan en cantos jubilosos. R.
Canten al Señor con el arpa y al son de instrumentos musicales; con clarines y sonidos de trompeta aclamen al Señor, que es Rey. R.
ALELUYA Mt 28, 19a. 20b
Dice el Señor: “Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo”.
EVANGELIO Mt 10, 7-13
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus apóstoles: “Por el camino, proclamen que el reino de los cielos está cerca. Curen enfermos, resuciten muertos, purifiquen leprosos, expulsen demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente.
No lleven encima oro ni plata, ni monedas, ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el que trabaja merece su sustento. Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, busquen a alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el momento de partir. Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella. Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa paz vuelva a ustedes”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Los discípulos deben continuar la obra del Maestro, y él les da la misión de anunciar la presencia del Reino. Tanto la predicación como las obras de los discípulos deben anunciar la proximidad del reinado de Dios. A ellos, el Maestro les recomienda un estilo de vida conforme al mensaje proclamado.
Por una parte, la pobreza debe permitirles manifestar la inminencia del fin. Su itinerancia recordará que el discípulo de Jesús está siempre en camino hacia el Reino y no se instala jamás. Por otra parte, el discípulo es un portador de paz. Por eso, hoy más que nunca, urge hacer nuestra la misión de los apóstoles y convertirnos en portadores de paz y esperanza, recordando esta bienaventuranza: “Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios”
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, santifica con tu bendición los dones que te ofrecemos, y que por tu gracia enciendan en nosotros aquel amor que impulsó a san Bernabé a llevar la luz del Evangelio a los paganos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Jn 15, 15
Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor. Los llamo amigos, porque les he revelado todo lo que aprendí de mi Padre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, después de recibir el anticipo de la vida eterna, te pedimos humildemente que alcancemos en su realidad manifiesta lo que hoy celebramos bajo el signo del sacramento en honor del apóstol san Bernabé. Por Jesucristo, nuestro Señor. |
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12 JUNIO 2009
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 26, 1-2
El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el escudo de mi vida; ¿ante quién temblaré? Cuando avanzan hacia mí los enemigos, son ellos los que tropiezan y caen.
ORACIÓN COLECTA
Señor, de quien proceden todos los bienes, concede a los que te suplicamos que, siguiendo tu inspiración, entendamos lo que es recto, y guiados por ti lo llevemos a la práctica. Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA 2Cor 4, 6-15
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: El mismo Dios que dijo: “Brille la luz en medio de las tinieblas”, es el que hizo brillar su luz en nuestros corazones para que resplandezca el conocimiento de la gloria de Dios, reflejada en el rostro de Jesucristo. Pero nosotros llevamos ese tesoro en recipientes de barro, para que se vea bien que este poder extraordinario no procede de nosotros, sino de Dios. Estamos atribulados por todas partes, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados.
Siempre y a todas partes, llevamos en nuestro cuerpo los sufrimientos de la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Y así, aunque vivimos, estamos siempre enfrentando a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De esa manera, la muerte hace su obra en nosotros, y en ustedes, la vida.
Pero teniendo ese mismo espíritu de fe, del que dice la Escritura: “Creí, y por eso hablé”, también nosotros creemos, y por lo tanto, hablamos. Y nosotros sabemos que aquel que resucitó al Señor Jesús nos resucitará con él y nos reunirá a su lado junto con ustedes. Todo esto es por ustedes: para que al abundar la gracia, abunde también el número de los que participan en la acción de gracias para gloria de Dios.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Pablo insiste en su debilidad y en las dificultades de su ministerio para resaltar más vivamente el poder de Dios que actúa en él y que explica, entre otras cosas, que lo peor haya sido evitado. Muerte y resurrección se condicionan y suceden también en la vida del apóstol. El apóstol es frágil vaso de greda portador del tesoro del conocimiento de Cristo. El Evangelio es siempre fuerza de Dios, aun anunciado desde la debilidad de la criatura. La prueba del cristiano de hoy, ¿acaso no se parece a Pablo? Por eso, no tememos ni nuestra fragilidad, ni los fracasos y reconocemos que el silencio es, a veces, el único medio para estar presentes.
SALMO Sal 115, 10-11. 15-18
R. ¡Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza!
Tenía confianza, incluso cuando dije: “¡Qué grande es mi desgracia!”. Yo, que en mi turbación llegué a decir: “¡Los hombres son todos mentirosos!”. R.
¡Qué penosa es para el Señor la muerte de sus amigos! Yo, Señor, soy tu servidor; tu servidor, lo mismo que mi madre: por eso rompiste mis cadenas. R.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza, e invocaré el nombre del Señor. Cumpliré mis votos al Señor, en presencia de todo su pueblo. R.
ALELUYA Flp 2, 15. 16
Aleluya. Brillen como rayos de luz en el mundo, mostrando la palabra de vida. Aleluya.
EVANGELIO Mt 5, 27-32
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: “Ustedes han oído que se dijo: “No cometerás adulterio”. Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. También se dijo: “El que se divorcia de su mujer, debe darle una declaración de divorcio”. Pero yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido comete adulterio”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
El pasaje evangélico de hoy es de quemante actualidad. Jesús no admite motivo alguno de divorcio y repudio. Dios no vuelve atrás ni negocia su fidelidad y espera lo mismo de aquellos que se unen en su nombre. El Maestro condena con su autoridad todo acto de adulterio y la decisión tomada en el corazón aunque no llegue a consumarse. Un caso pertinente es el divorcio. El Maestro lanza una verdadera llamada profética a favor de la indisolubilidad. Muchos que buscaron con ilusión su felicidad en el matrimonio quedan muy pronto dolorosamente decepcionados.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, dígnate mirar con bondad este acto de nuestro culto, para que nuestra ofrenda te sea aceptable y acreciente nuestra caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN 1Jn 4, 16
Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, te pedimos que tu acción salvadora nos libre benignamente de nuestras malas inclinaciones y nos guíe por el recto camino. Por Jesucristo, nuestro Señor. |
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13 JUNIO 2009
ANTÍFONA DE ENTRADA Cf. Dn 12, 3
Los sabios brillarán como el resplandor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la justicia, brillarán como las estrellas, por toda la eternidad.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que en san Antonio diste a tu pueblo un predicador insigne y un intercesor en nuestras necesidades, concédenos por su intermedio que, viviendo cristianamente, experimentemos tu ayuda contra toda adversidad. Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA 2Cor 5, 14-21
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: El amor de Cristo nos apremia, al considerar que si uno solo murió por todos, entonces todos han muerto. Y él murió por todos, a fin de que los que viven no vivan más para sí mismos, sino para Aquél que murió y resucitó por ellos.
Por eso nosotros, de ahora en adelante, ya no conocemos a nadie con criterios puramente humanos; y si conocimos a Cristo de esa manera, ya no lo conocemos más así. El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente.
Y todo esto procede de Dios, que nos reconcilió con él por intermedio de Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación.
Porque es Dios el que estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo, no teniendo en cuenta los pecados de los hombres, y confiándonos la palabra de la reconciliación. Nosotros somos, entonces, embajadores de Cristo, y es Dios el que exhorta a los hombres por intermedio nuestro. Por eso, les suplicamos en nombre de Cristo: déjense reconciliar con Dios. A Aquél que no conoció el pecado, Dios lo identificó con el pecado en favor nuestro, a fin de que nosotros seamos justificados por él.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Pablo describe la salvación como un continuo proceso de reconciliación con Dios, teniendo a Jesús como mediador. Dios Padre ha reconciliado al mundo consigo, modificando en Cristo la relación de los hombres con él. Esta reconciliación se ha cumplido en la muerte de Cristo en la cruz, signo de la fidelidad de Dios y de la aceptación plena de la condición humana. Pero lo que ha sido cumplido de una vez para siempre en Cristo debe ser cumplido aún por cada hombre en su vida: de ahí la importancia del ministerio de la reconciliación confiado al apóstol. Por tanto, la Iglesia en que vivimos es fuente inagotable de reconciliación. Creyentes o incrédulos, nadie ha acabado aún de reconciliarse con Dios.
SALMO Sal 102, 1-4. 8-9. 11-12
R. El Señor es bondadoso y compasivo.
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga a su santo Nombre; bendice al Señor, alma mía, y nunca olvides sus beneficios. R.
Él perdona todas tus culpas y sana todas tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de amor y de ternura. R.
El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; no acusa de manera inapelable ni guarda rencor eternamente. R.
Cuanto se alza el cielo sobre la tierra, así de inmenso es su amor por los que lo temen; cuanto dista el oriente del occidente, así aparta de nosotros nuestros pecados. R.
ALELUYA Sal 118, 36. 29
Aleluya. Inclina mi corazón hacia tus prescripciones y dame la gracia de conocer tu ley. Aleluya.
EVANGELIO Mt 5, 33-37
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: “No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor”. Pero Yo les digo que no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey. No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos. Cuando ustedes digan “sí”, que sea sí, y cuando digan “no”, que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
La palabra es un don, pero también puede convertirse en un abuso. Dice el apóstol Santiago: “El que no falla cuando habla es un hombre perfecto” (Sant 3, 2). Hay palabras que ya nada significan y palabras que ocultan podredumbre y promesas de honradez que esconden corrupción. En cambio, el Maestro pide una honradez de estilo directo que no necesita de evasivas idiomáticas: sólo nos basta decir “sí” o «no». Tampoco vale mucho aquí el juramento.
La palabra del hombre vale por la sinceridad y la lealtad que se empeña en ella. Dios no sacraliza el caminar del hombre desde afuera; él está dentro del corazón del hombre, en el origen misterioso del empeño humano y de la humilde fidelidad del hombre a su vocación y misión.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al celebrar estos divinos misterios te pedimos, Señor, que el Espíritu Santo nos ilumine con aquella luz de la fe con que ilustró siempre a san Antonio para propagar tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN 1Cor 1, 23-24
Nosotros predicamos a Cristo crucificado; a Cristo, fuerza y sabiduría de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, alimentados con el Pan del cielo, te suplicamos humildemente que, aleccionados por san Antonio, vivamos en constante acción de gracias por los dones que hemos recibido.
Por Jesucristo, nuestro Señor |
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.-RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 80, 17
El Señor los alimentó con lo mejor del trigo, y los sació con miel silvestre.
ACTO PENITENCIAL
- Tú que eres el pan vivo bajado del cielo. Señor, ten piedad.
- Tú que sellaste con tu sangre la Nueva y Eterna Alianza. Cristo, ten piedad.
- Tú que nos dejaste el memorial de tu cuerpo entregado y tu sangre derramada para el perdón de los pecados. Señor, ten piedad.
SE DICE GLORIA A DIOS
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra suplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.
ORACION COLECTA
Señor, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tu Pasión, concédenos venerar de tal manera los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que podamos experimentar siempre en nosotros los frutos de tu redención. Tú que eres Dios y vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo. Por los siglos de los siglos.
II.-LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Por medio de Moisés, Dios sella la primera Alianza con su pueblo rociándolo con la sangre de los terneros ofrecidos en sacrificio.
Lectura del libro del Éxodo. Éx 24, 3-8
En aquellos días: Moisés fue a comunicar al pueblo todas las palabras y prescripciones del Señor, y el pueblo respondió a una sola voz: «Estamos decididos a poner en práctica todas las palabras que ha dicho el Señor». Moisés consignó por escrito las palabras del Señor, y a la mañana siguiente, bien temprano, levantó un altar al pie de la montaña y erigió doce piedras en representación de las doce tribus de Israel. Después designó a un grupo de jóvenes israelitas, y ellos ofrecieron holocaustos e inmolaron terneros al Señor, en sacrificio de comunión.
Moisés tomó la mitad de la sangre, la puso en unos recipientes, y derramó la otra mitad sobre el altar. Luego tomó el documento de la alianza y lo leyó delante del pueblo, el cual exclamó: “Estamos resueltos a poner en práctica y a obedecer todo lo que el Señor ha dicho”. Entonces Moisés tomó la sangre y roció con ella al pueblo, diciendo: “Ésta es la sangre de la alianza que ahora el Señor hace con ustedes, según lo establecido en estas cláusulas”.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
El vínculo que surge entre el Dios salvador y el pueblo salvado en la Biblia se denomina con la palabra alianza. La salvación no es sólo pasado; es también presente y futuro. La Alianza del Sinaí es verdaderamente la puesta en común de dos vidas, y el rito que mejor la expresa es el de la sangre. Dios se humaniza para que él se divinice. En realidad, sólo Jesucristo cumplirá de una vez para siempre, el rito de la sangre, uniendo definitivamente a Dios a los hombres en una vida común. Una misma sangre, que es vida, une los dos extremos: el altar, signo de Dios y las doce piedras, representación del pueblo. Sólo el sacrificio de Cristo hará a los hombres hijos de Dios. Sólo la confianza y obediencia al Dios liberador es lo que sigue liberando al pueblo.
SALMO
En reconocimiento a la Alianza con Dios, el salmo da gracias al Señor recordando el gesto ritual de alzar el cáliz. Participamos de esta oración, aclamando: Alzaré la copa de la salvación e invocaré el nombre del Señor.
Salmo (Sal 115,12-13.15-18)
R. Alzaré la copa de la salvación e invocaré el Nombre del Señor O bien: Aleluya.
¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me hizo? Alzaré la copa de la salvación e invocaré el Nombre del Señor. R.
¡Qué penosa es para el Señor la muerte de sus amigos! Yo, Señor, soy tu servidor, tu servidor, lo mismo que mi madre: por eso rompiste mis cadenas. R.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza, e invocaré el Nombre del Señor. Cumpliré mis votos al Señor, en presencia de todo su pueblo. R.
SEGUNDA LECTURA
Con Cristo se inaugura una nueva Alianza sellada con su Sangre que nos purifica de todo pecado.
Lectura de la carta a los Hebreos. Heb 9, 11-15
Hermanos: Cristo, a diferencia de los sacerdotes del culto antiguo, ha venido como Sumo Sacerdote de los bienes futuros. Él, a través de una Morada más excelente y perfecta que la antigua –no construida por manos humanas, es decir, no de este mundo creado–, entró de una vez por todas en el Santuario, no por la sangre de chivos y terneros, sino por su propia sangre, obteniéndonos así una redención eterna. Porque si la sangre de chivos y toros y la ceniza de ternera, con que se rocía a los que están contaminados por el pecado, los santifica, obteniéndoles la pureza externa, ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por obra del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que llevan a la muerte, para permitirnos tributar culto al Dios viviente!. Por eso, Cristo es mediador de una Nueva Alianza entre Dios y los hombres, a fin de que, habiendo muerto para redención de los pecados cometidos en la primera Alianza, los que son llamados reciban la herencia eterna que ha sido prometida.
Palabra de Dios.
SECUENCIA
Esta secuencia es optativa. Si se la canta o recita, puede decirse íntegra o en forma breve desde: * Éste es el pan de los ángeles.
Glorifica, Sión, a tu Salvador, aclama con himnos y cantos a tu Jefe y tu Pastor.
Glorifícalo cuanto puedas, porque él está sobre todo elogio y nunca lo glorificarás bastante.
El motivo de alabanza que hoy se nos propone es el pan que da la vida.
El mismo pan que en la Cena Cristo entregó a los Doce, congregados como hermanos.
Alabemos ese pan con entusiasmo, alabémoslo con alegría, que resuene nuestro júbilo ferviente.
Porque hoy celebramos el día en que se renueva la institución de este sagrado banquete.
En esta mesa del nuevo Rey, la Pascua de la nueva alianza pone fin a la Pascua antigua.
El nuevo rito sustituye al viejo, las sombras se disipan ante la verdad, la luz ahuyenta las tinieblas.
Lo que Cristo hizo en la Cena, mandó que se repitiera en memoria de su amor.
Instruidos con su enseñanza, consagramos el pan y el vino para el sacrificio de la salvación.
Es verdad de fe para los cristianos que el pan se convierte en la carne, y el vino, en la sangre de Cristo.
Lo que no comprendes y no ves es atestiguado por la fe, por encima del orden natural.
Bajo la forma del pan y del vino, que son signos solamente, se ocultan preciosas realidades.
Su carne es comida, y su sangre, bebida, pero bajo cada uno de estos signos, está Cristo todo entero.
Se lo recibe íntegramente, sin que nadie pueda dividirlo ni quebrarlo ni partirlo.
Lo recibe uno, lo reciben mil, tanto éstos como aquél, sin que nadie pueda consumirlo.
Es vida para unos y muerte para otros.
Buenos y malos, todos lo reciben, pero con diverso resultado.
Es muerte para los pecadores y vida para los justos; mira cómo un mismo alimento tiene efectos tan contrarios.
Cuando se parte la hostia, no vaciles: recuerda que en cada fragmento está Cristo todo entero.
La realidad permanece intacta, sólo se parten los signos, y Cristo no queda disminuido, ni en su ser ni en su medida.
* o mas breve
Éste es el pan de los ángeles, convertido en alimento de los hombres peregrinos: es el verdadero pan de los hijos, que no debe tirarse a los perros.
Varios signos lo anunciaron: el sacrificio de Isaac, la inmolación del Cordero pascual y el maná que comieron nuestros padres.
Jesús, buen Pastor, pan verdadero, ten piedad de nosotros: apaciéntanos y cuídanos; permítenos contemplar los bienes eternos en la tierra de los vivientes.
Tú, que lo sabes y lo puedes todo, tú, que nos alimentas en este mundo, conviértenos en tus comensales del cielo, en tus coherederos y amigos, junto con todos los santos.
ALELUYA Jn 6, 51
Aleluya. “Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO
San Marcos reproduce el momento de la Ultima Cena en que Cristo asegura que su sangre sella la nueva Alianza.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos. Mc 14, 12-16. 22-26
El primer día de la fiesta de los panes ácimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús: “¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?”. Él envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: “Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo, y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice: ‘¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?’. Él les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario”. Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua.
Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: “Tomen, esto es mi Cuerpo”. Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo: “Ésta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos. Les aseguro que no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios”.
Palabra del Señor.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A cada intención, pedimos: Ayúdanos a ser fieles a tu Alianza.
Para que la vida de cada comunidad cristiana exprese vivamente la entrega de Cristo. Oremos.
Para que los moribundos y enfermos terminales encuentren en la eucaristía fortaleza y consuelo. Oremos.
Para que en nuestra comunidad se avive el fervor eucarístico participando más frecuentemente de la Misa. Oremos
Para que contemplando la sangre derramada por Cristo se extingan los odios y conflictos sociales. Oremos.
III.- LITURGIA EUCARÍSTICA
Presentación de las ofrendas: Cristo muerto y resucitado para nuestra salvación es nuestra gran ofrenda al Padre. Unidos a él, junto al pan y el vino, presentemos los bienes que hemos traído para compartir con los hermanos necesitados.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, en tu bondad concede a tu Iglesia los dones de la unidad y la paz, sacramentalmente significados en las ofrendas que te presentamos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA, I
Cristo ha sellado la nueva y eterna Alianza. Por eso, demos gracias al Señor, nuestro Dios, porque Jesucristo se ofreció al Padre como Cordero inmaculado.
EL SACRIFICIO Y EL SACRAMENTO DE CRISTO V/. El Señor esté con ustedes.
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.
Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Jesucristo Señor nuestro.
El cual, verdadero y eterno Sacerdote, al instituir el sacrificio perenne, primero se entregó a ti como víctima de salvación y luego nos mandó ofrecerlo en su memoria.
Cuando comemos su carne, inmolada por nosotros, somos fortalecidos; cuando bebemos su sangre, derramada por nosotros, somos purificados.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles, los tronos y las dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial, cantamos el himno de tu gloria, diciendo sin cesar: Santo, santo, santo...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Jn 6, 57
Dice el Señor: “El que come mi Carne y bebe mi Sangre, permanece en mí y yo en él”.
Con especial fervor acerquémonos a recibir el Cuerpo y la Sangre de Jesús (Hoy comulgaremos con las especies de pan y vino). Con alegría, marchemos al encuentro con Jesús.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, te rogamos que podamos saciarnos con el eterno gozo de tu divinidad, prefigurado por la comunión temporal de tu Cuerpo y de tu Sangre. Tú que vives y reinas, por los siglos de los siglos
IV.- RITO DE CONCLUSIÓN
Bendición
Canto final
Después de haber compartido el misterio del Cuerpo y la Sangre de Cristo, volvamos a la vida diaria a compartir también su entrega de amor por los hermanos. Nos retiramos cantando. |
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