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Respuesta  Mensaje 1 de 47 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD  (Mensaje original) Enviado: 28/06/2009 19:17

 

El encuentro con la palabra de Dios nos lleva a reflexionar

sobre nuestra mision , comportamiento y fe,  aqui dejare unas reflexiones

sobre  ella, el estar cerca de el, el hacerlo dueno de nuestra alma

el que haya dejado a su hijo derramar su sangre , por nosotros

nos hace perdonar nuestras faltas

Espero , la conversion real autentica en la gracia de Dios

gracias mis gaviotas

 

 




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Respuesta  Mensaje 33 de 47 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 28/06/2009 19:29

SAN JUAN BAUTISTA ROSSI

 1698-1764

Los santos pueden ser compañeros celestes, pero a veces pueden volver un poco infernal la vida en la Tierra para quienes no comparten su impulso. San Juan Bautista Rossi es uno de esos santos que probablemente distrajera con sus buenos actos a todos aquellos que lo rodeaban. Por ejemplo, cuando se le dio un puesto eclesiástico que había sido tenido por su sobrino, rápidamente entregó el salario para comprar un órgano para la iglesia y pagar a un organista. Donó a su orden religiosa, los capuchinos, la casa asociada con su puesto y se mudó a un ático. Usó los estipendios que recibía de la Misa para alquilar una casa para mujeres sin hogar.

Cuando estamos arrebatados por el entusiasmo hacia nuestros proyectos, necesitamos recordar que siempre tenemos el derecho a gastar nuestro propio tiempo y dinero como elijamos, pero que no tenemos derecho a insistir en que otros hagan las mismas inversiones.

Es natural que queramos que otros se involucren en las cosas que nos interesan, pero necesitamos ser caritativos con quienes no se hallan en nuestro mismo plano espiritual o emocional. No es justo insistir en que otros hagan sacrificios por causas en las que no creen. Necesitamos tener especial cuidado con los proyectos que suponen contribuciones financieras. Por muy entregados que estemos a una causa, necesitamos conceder a otros un espacio en el que tomar sus propias decisiones y llegar a sus propias conclusiones. Si somos afortunados, seremos capaces de compartir nuestro interés. Si no, bueno, que prevalezca la caridad.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo


Respuesta  Mensaje 34 de 47 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 28/06/2009 19:29

“Les digo esto para que encuentren la paz en mí”

Jn 16, 29-33

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

A la hora de pasar de este mundo al Padre, los discípulos le dijeron a Jesús: "Por fin hablas claro y sin parábolas. Pero ¿cuál fue la comprensión entonces de los apóstoles? Ahora dicen que habla claramente y no en parábolas. ¿Habrían podido comprender entonces la altura de este misterio? Es verdad que hay grados en ello. Pero algo les impresionó, hasta el punto de creer que habían penetrado el misterio. Mas esta plenitud de inteligencia estaba prometida para más tarde, para la gran iluminación que comenzaría en Pentecostés. Así dice San Agustín: ¿Por qué dicen ellos: Ahora hablas con claridad y no dices parábolas (que se les volvían a ellos enigmas), sino porque sus palabras son parábolas para quienes no las entienden, hasta el extremo de no entender que no las entienden?

Este pasaje es extraño. Los apóstoles creen, gozosamente, comprender este lenguaje que no es en parábolas, cuando el lenguaje es, fundamentalmente, el mismo que usó antes, en estos capítulos de san Juan 13:36; 14:2.5.19.27.30; 16:5, y que los apóstoles dicen que no entendían, san Juan 16:17.18. ¿Hay en ello algún intento del evangelista? Parece insistir en la necesidad de la venida del Espíritu Santo.

Por eso, ante esta actitud, Jesús les dice: ¿Ahora creen? ¿Cuál es el significado de esta frase?, ¿será una exclamación de júbilo? Talvez se encontraría ante una profesión de fe en su filiación divina; o se daría por satisfecho con esta profesión de los Once. Quizás esto le bastaba por ahora; el Espíritu Santo acabaría de glorificarle en ello. Sin embargo, no parece esto lo más probable. Primero porque esta revelación sería la luz pentecostal y porque la contraposición que inmediatamente se hace, anunciándoles el abandono que harán de El, así es como les dice: “me dejarán solo”, no parece orientar la interpretación de la frase en este sentido.

Ante la creencia de haber comprendido la enseñanza, debieron de tener, con aquel gozo, un fondo y presunciones humanas, como en otras ocasiones. Así la frase de Jesús está matizada de blanda ironía e impregnada de compasiva tristeza. Y les anuncia su abandono de El, lo que se cumple en Getsemaní.

Jesús les dice; Se acerca la hora, y ya ha llegado, en que ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo.

Ellos le abandonarán cuando los poderes de la tierra le prendan, sin embargo El está en la verdad, El no queda solo: se queda garantizándole el Padre, que está con El. Y Jesús se los dice: Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo. En boca de Jesús, estas palabras llevan toda la trascendencia de la filiación divina.

Dice Jesús; Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo, tendrán que sufrir; pero tengan valor: Yo he vencido al mundo. El se refiere a todo lo anteriormente dicho, enlazándose, sobre todo, con los pasajes anteriores en que se habla de persecuciones. El horizonte se amplía: en el mundo malo, no sólo en su ambiente judío, tendrán persecuciones por causa de Él. Pero que no se alteren ni teman haber perdido la partida. Se lo avisa para que se gocen con su verdad y en la esperanza que les abrió. Se lo avisa diciéndoles: “para que encuentren la paz en mí”.

La paz que ya antes les prometió: mi paz, que no es como la del mundo - Jn 14, 27 -. La paz, que, para los hebreos, incluye todo tipo de venturas, es sinónimo de la más amplia felicidad. Que aquí es que se sepan unidos a Él; morando en ellos, y sabiendo que El y el Padre los aman. Y que tengan, en su derrota, la certeza de su victoria, Y para que tengan valor, Jesús le dice: porque Yo he vencido al mundo malo. Se ven ya actuar las persecuciones contra la Iglesia naciente.

Con estas palabras, Jesús, completa su discurso previo a la Pasión y, advierte a todos los que habrán de ser sus discípulos sobre la experiencia del sufrimiento, pero nos deja una palabra de aliento, para que tengamos fuerza y no desfallezcamos, a sí mimo se pone como ejemplo: “Yo he vencido al mundo”.

El dolor es una etapa amarga, pero como discípulos de Jesús, habremos de comprender que solo es una etapa, luego vendrá la gloria que se ha merecido por el dolor sufrido. Podremos sufrir por nuestros defectos, por incomprensión, en algunas ocasiones humillaciones, es decir nos hará sufrir el prójimo, disgustos, sinsabores, molestias en el trabajo, molestia con nuestros propios hermanos de fe. Pero por mucho que sean nuestros sufrimientos, Jesús, sufrió más que nosotros y esta junto a nosotros y, esta sobre todo cuando sufrimos. Esto último, tengámoslo presente, las penas así se llevan con más suavidad, es decir en medio del dolor, no nos alejemos del Señor, al contrario, busquemos su compañía, aprendamos de El, recordemos que Jesucristo venció el dolor al darle un sentido de redención de si mismo y de los hombres.

Que Cristo Jesús viva es sus corazones

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

Respuesta  Mensaje 35 de 47 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 28/06/2009 19:29

SANTA MARIA MAGDALENA DE PAZZI

En un Carmelo no reformado, a la edad de dieciséis años ingresa Catalina de Pazzi, dos meses después de la muerte de Teresa de Jesús (1582).

Esta gran mujer - una de las más grandes figuras de la mística cristiana - nació el 2 de abril de 1566 en Florencia. Sus padres, nobles, se llamaron Camilo de Pazzi y Magdalena Buendelmonte. Fue bautizada al día siguiente de nacer y contaba diez años cuando recibió la Primera Comunión.

De muy niña fue internada en las religiosas de San Juan de los Caballeros para que recibiera una esmerada educación. Allí llamó poderosamente la atención de todas las religiosas por su virtud y por las largas horas que pasaba ante el sagrario y ante las imágenes de la Virgen María. Todas las religiosas cuando después depongan en los Procesos para su beatificación, resaltarán los heroicos ejemplos de virtud, especialmente de mortificación, oración y caridad que aprendían de aquella niña que parecía una veterana en la escuela de la perfección más encumbrada.

El 1 de diciembre de 1582 abrazaba la vida de religiosa carmelita en el Monasterio de Santa María de los Ángeles de Florencia. El 3 de enero de 1583 vestía el hábito de carmelita cambiando su nombre por el de Sor María Magdalena comenzando así su año de noviciado. A primeros de mayo de 1584 le vino una rara enfermedad que amenazaba su vida. Tuvo un exceso de amor como ya le había sucedido mientras vivía en el mundo, y los superiores le permitieron que hiciera su Profesión el 27 de mayo ante un altar de la Virgen María.

La joven patricia florentina había elegido es casa para consagrarse en ella a Dios puesto que allí se podía comulgar todos los días. Convertida en sor María Magdalena se distinguió enseguida por su amor a la Iglesia con el ofrecimiento de su vida a Dios para obtener su renovación espiritual.- iba a pasar pronto por las mas elevadas experiencia. Místicas: soportó purificaciones interiores extremadamente dolorosas y conoció éxtasis en los que el Señor le hablaba al corazón. Con las relaciones de tales éxtasis se llenan siete volúmenes de una doctrina profunda que enseña los caminos de la más alta mística. Se llaman: Los cuarenta días; Los visos; Sentencias y Cartas...a veces se advierte en ellos como un eco de Catalina de Sena.

Pero, donde María Magdalena ponía lo mejor de su amor, era en la fidelidad diaria sin desfallecimientos a los tres votos de su profesión religiosa:, y tampoco trazó nunca ningún otro camino a sus hijas.

Desempeñó varios cargos en la Comunidad, sobre todo, Maestra de novicias, dejando siempre destellos de santidad en los mismos. Llena de méritos, moría el 25 de mayo de 1607. Fue beatificada el 1626 y canonizada el 1669

Decía de ella San Pío X en 1908: "La Vida de Santa María Magdalena de Pazzi no es solamente un prodigio de estéril admiración, sino un vivo modelo que todos podemos y debemos en parte imitar..." Y en 1952 el Papa Pío XII: "Santa María Magdalena de Pazzi, la virgen de Florencia, brilló, más que por su nobleza, por el fervor de todas las virtudes, y, sobre todo, por su amor encendidísimo para con Dios y para con el prójimo".

 


Respuesta  Mensaje 36 de 47 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 28/06/2009 19:30

“Padre, ha llegado la Hora: glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti”

Jn 17, 1-11ª

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.           JESÚS LEVANTÓ LOS OJOS AL CIELO

A la hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús levantó los ojos al cielo, orando así. Jesús aparece frecuentemente en los evangelios orando ante los momentos trascendentales. Y éste es culminante. Esta es la oración resumen de su vida pasada, de su muerte, de su glorificación, del futuro de su Iglesia. Juan la redacta — como parte de un todo — con plenitud de teología cristiana pospentecostal. Es la gran oración introductoria a su pasión.

Jesús ora dirigiéndose directamente a su Padre. Ninguna invocación mejor en labios de Jesús, en esta oración, que invocar a su Padre, por cuya revelación da su mensaje. El vino al mundo y va ahora a la muerte. Y Jesús, como hombre, pudo llamar a Dios, en sentido propio, su Padre

El motivo de dirigir esta oración es que llegó la hora. Varias veces en su vida alegó para obrar de determinada manera que aún no había llegado su hora (Jn 7:30-8:20). Esta es la hora de su muerte, como se ve por el contexto, la hora que él había deseado tanto ( Lc 12:50).

2.           JESÚS VA A ORAR COMO HOMBRE.

En este sentido, él podía pedir al Padre que le concediese lo que era donación divina. La oración de Jesús en esta primera parte es la siguiente:

Padre, ha llegado la hora: glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti, ¿Qué glorificación pide aquí Jesús?, Así la dice luego; la gloria que yo tenía contigo antes que el mundo existiera. Jesús pide esta glorificación suya para así glorificar El al Padre. Esta gloria que Jesús pide ahora e inminentemente es su resurrección, cuerpo glorioso irradiando la divinidad, había de estar tres días en el sepulcro. Y que esta glorificación que pide aquí es principalmente la resurrección, aunque con lo que ésta llevaba agregado, es lo que El mismo dice al salir Judas del cenáculo: Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre, y Dios ha sido glorificado en El. Si Dios ha sido glorificado en El, Dios también le glorificará a El, y le glorificará en seguida (Jn 13:31-32) -. El Padre es glorificado en el homenaje de la muerte de Jesús, y le glorificó en seguida con su resurrección. Pues con ella verán que el mensaje de Jesús era verdad. Así lo comentaba San Agustín: Resucítame, para que seas manifestado a todo el mundo por mí.

3.           EL HIJO GLORIFICA AL PADRE DANDO LA VIDA ETERNA 

Jesús invoca el poder que el Padre le dio sobre todos los hombres. Jesús, por razón de su unión hipostática y su misión redentora, tiene este poder, dado por el Padre, sobre todo el género humano. Y es lo que ahora invoca para poder cumplir su misión: que el Padre le glorifique, para que, acreditado ante los hombres en su resurrección, pueda El cumplir su finalidad redentora: para que él diera vida eterna.

Y ésta va a darla a todos los que tú les has dado refiriéndose a todos los hombres, dice que Jesús llevó a cabo la obra que el Padre le encomendó: Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste, anunciar el Evangelio. Unos lo aceptaron y otros no. Pero él no se limitó a exponerlo sólo a los judíos predestinados. A esto mismo lleva la invocación que hace Jesús Padre, ha llegado la hora: glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti, ya que le diste autoridad poder que el Padre le dio sobre todos los hombres, Sería incongruente hacer esta invocación de un poder universal para luego limitarse sólo a darlo — con voluntad antecedente — a solos los predestinados. Le hace falta su glorificación en la resurrección, para dar a todos la vida eterna.

4.           ¿QUÉ SE ENTIENDE POR VIDA ETERNA EN EL EVANGELIO DE SAN JUAN Y EN ESTE PASAJE?

Los sinópticos presentan el reino de los cielos o reino de Dios como el reino instituido por Jesús, pero destacando preferentemente el aspecto externo y de organización social del mismo. En cambio, en San Juan, tanto en su evangelio como en su primera epístola, el reino se presenta bajo el concepto de vida eterna, con lo que se acusa preferentemente el aspecto interno y vital del mismo en el alma, vinculado a la fe, junto con sus repercusiones religiosas sobre el mismo cuerpo - San Juan 6:40 - . Concepto que aquí se expresa bajo un doble acto de fe en el Padre y en Jesús.

Dice Jesús: Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo. Este conocimiento que aquí se dice constituir la vida eterna, es, en la enseñanza de San Juan, un conocimiento vital, íntimo y amoroso, no abstracto; es un conocimiento que es vida - San Juan 3:14-21; 8:55; 10:15; 16:3 -

5.           LUEGO JESÚS ORA AL PADRE POR LOS APÓSTOLES.

Manifesté tu Nombre a los que separaste del mundo para confiármelos. Eran tuyos y me los diste, Comienza su oración presentando a los apóstoles, que, aun siendo de este mundo el Padre, por una elección, se los dio. Y El les manifestó su nombre, que está por persona, es decir, les enseñó el misterio de que, en aquel monoteísmo cerrado del Antiguo Testamento, había un Padre verdadero, del cual El es su Hijo.

Esta presentación tiene por objeto destacar los motivos que los recomiendan a la benevolencia del Padre en la oración que Jesús le va a dirigir por ellos.

Eran tuyos. Como criaturas y como piadosos israelitas que esperaban el Mesías. Y también lo eran por una elección que el Padre hizo de ellos para su misión apostólica - San Juan 6:37.44.65 -. Y me los diste. Estos hombres que así pertenecían privilegiadamente al Padre, se los dio a Jesús para que recibiesen de El su mensaje y fuesen sus apóstoles: los continuadores de su obra.

6.           DICE JESÚS: Y ELLOS FUERON FIELES A TU PALABRA.

Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti, porque les comuniqué las palabras que tú me diste: Guardaron tu palabra. El mensaje de Jesús. Por eso Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti, La frase quiere decir que todo lo que el Padre le dio: su filiación, su misión, sólo puede venir de El. Ellos han reconocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me enviaste. Este salí de ti no es ni la procesión eterna ni el simple venir como Mesías, sino, en el contexto de San Juan y en el de este mismo capítulo, es el salir del Padre por la encarnación.

Terminados los motivos que recomiendan al Padre a los apóstoles, por los que Jesús va a orar, comienza la oración propiamente dicha: Yo ruego por ellos, pero se añade que no ruego por el mundo, No es que lo excluya de su oración, pues por él muere - San Juan 3:16 -, sino que va a tener una oración exclusiva por sus apóstoles. Y alega también los motivos por los que ha de ser escuchada su oración, porque son tuyos, del Padre. Es el celo de Jesús en mirar con la solicitud máxima por todo lo que es del Padre. Y añade una frase que tiene una gran portada y un nuevo motivo para rogar por ellos: Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío.

7.           DICE JESÚS: Y EN ELLOS HE SIDO GLORIFICADO.

El maestro es glorificado en los discípulos al reflejar éstos las enseñanzas recibidas. Tales son los apóstoles, máxime frente a la indiferencia u hostilidad del mundo y la deserción de sus enseñanzas de muchos discípulos (Jn 6:66)

Dice Jesús: Ya no estoy más en el mundo, pero ellos están en él; Él va a la cruz; tan inminente, y yo vuelvo a ti, será que ya se considera fuera del mundo. Muy poco después será preso en Getsemaní. Pero ¡ellos se quedan huérfanos de su Pastor!

Jesús ha rezado por nosotros, para que tengamos éxito en esta santificación propia, la oración de Jesús, será oída por el Padre, por tanto, no nos faltará la gracia, y con la gracia, todo resulta más fácil. Porque Jesús, pide que sus discípulos seamos santos, y ser santos, es pensar y amar como Jesús, y es vivir una lucha constante contra las inclinaciones que nos llevan al mal.

Que Cristo Jesus viva es sus corazones

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


Respuesta  Mensaje 37 de 47 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 28/06/2009 19:30

SAN FELIPE NERI

San Felipe Neri nació en Florencia en 1515. Es uno de los santos más deliciosos del calendario. "El más italiano de los santos". Sencillo, ingenioso, alegre, extático, imprevisible, músico, poeta, extravagante. Y humorista. El hermano Zaboni riñó un día a Felipe porque reía a carcajadas leyendo Las bromas del cura Arlotto: --Los sacerdotes no deben reír ruidosamente.--El Señor es bueno, contestó Felipe. ¿Cómo no va a alegrarse de que sus hijos nos riamos? La tristeza nos hace doblar el cuello y no nos permite mirar el cielo. Debemos combatir la tristeza, no la alegría.

Contaba veintiséis años Felipe Neri, nacido en Florencia en 1515, cuando llegó a Roma, como vagabundo del Señor. Apenas si se despertaba por aquel entonces la ciudad de la pesadilla que se había cernido sobre ella con el pillaje de los Imperiales (1527).

En Roma, en donde permanece vivo su recuerdo desde San Jerónimo de la Caridad hasta Chiesa Nuova, ha profesado un verdadero cariño a este florentino jovial y travieso, sumergido a veces en éxtasis ante el Santísimo Sacramento y que consagraba largas horas a charlar con los jóvenes, sin lamentarse nunca de su turbulencia.

Si se quiere llevar cuenta de sus actividades, hay que añadir que servía en los hospitales, visitaba las cárceles y atendía a los peregrinos pobres y al catecismo de los niños.

Cuando fue ordenado sacerdote (1551), Felipe asumió además la tarea de la confesión de pequeños y mayores, y suscitó gran número iniciativas insólitas, que inquietaban a veces a la Curia  - como la peregrinación a las «siete iglesias» para hacer la competencia al carnaval -. Y todo esto vivido con alegría, pues Felipe es el santo de la alegría.

De hecho, sus dos libros favoritos fueron el Nuevo Testamento y un Libro de chistes. Era alegre incluso aconsejando a los penitentes. Una vez dijo a una mujer cotilla que arrojara un saco de plumas al aire y luego las recogiera todas. Cuando ella le dijo que una penitencia así era imposible, respondió que las palabras desenfrenadas eran como esas plumas; una vez que se sueltan son imposibles de recoger.

Quería difundir la alegría por todas partes y ante todo animaba a ella a sus hermanos del "Oratorio del divino Amor". Para él, la alegría es fruto del Amor y camino que conduce al Amor. Acaso sea por esta elección por lo que los cristianos nuestro tiempo hayan de sentirse más deudores con respecto a San Felipe Neri.

Fue amigo de San Carlos, San Ignacio, San Camilo y San Félix de Cantalicio. Su obra definitiva fue la fundación del Oratorio, una congregación de sacerdotes regulares, los oratorianos, para vivir en comunidad sin votos especiales para instruir y entretener a niños y jóvenes. Sed buenos... si podéis, les decía comprensivo. Con tal de no ofender a Dios, podéis cortar leña sobre mis espaldas. Desde el Oratorio extendía el bien a todas partes.

El Oratorio influyó mucho a través del Cardenal Baronio y otros muchos. Murió Felipe en 1595. Era la noche del Corpus y se fue a acabar la fiesta al cielo. Sus restos descansan en la Chiesa Nuova de Roma. Fue canonizado por Gregorio XV el 1622 junto con cuatro santos españoles.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo


Respuesta  Mensaje 38 de 47 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 28/06/2009 19:30

Cuídalos en tu nombre que me diste para que sean uno, como nosotros.”

Jn 17, 6a.11b-19

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.           PADRE SANTO, MANIFESTÉ TU NOMBRE A LOS QUE SEPARASTE DEL MUNDO PARA CONFIÁRMELOS

Cristo comienza su oración presentando a los apóstoles, que, aun siendo de este mundo, el Padre, por una elección, se los dió. Y El les manifestó su nombre, que esta por persona, es decir, les enseñó el misterio de que, en aquel monoteísmo cerrado del Antiguo Testamento, había un Padre verdadero, del cual El es su Hijo.

Esta presentación tiene por objeto destacar los motivos que los recomiendan a la benevolencia del Padre en la oración que Cristo le va a dirigir por ellos.

Eran tuyos. Y también lo eran por una elección que el Padre hizo de ellos para su misión apostólica (Jn 6:37.44.65).

Expuestos los motivos de su plegaria al Padre, comienza por esta invocación: Padre santo. La palabra padre, en labios de Cristo, lleva, aún en cuanto hombre, el sentido antológico de Dios-Padre, ya que El, por su persona, es su Hijo. El calificarle aquí de santo probablemente se debe a la santificación que va a pedir para los suyos.

2.           CUÍDALOS EN TU NOMBRE QUE ME DISTE PARA QUE SEAN UNO

Esta primera parte de la plegaria es como el aspecto negativo de la misma. En su ausencia, Cristo pide al Padre que los cuide de todo mal. Les hace falta esta protección contra el mundo hostil. Mientras Cristo estaba, El los cuidaba. Y no pereció, por lo mismo, ninguno, sino Judas. Pero esto estaba en la Escritura. No fue falta de celo en Cristo por él.

En tu nombre. Pide por la adhesión de fidelidad de ellos a este nombre, persona, del Verbo encarnado, Hijo, y a su mensaje. Es en esta unión de Padre-Hijo en la que ellos habrán de perseverar.

Para que sean uno como nosotros. El tema fundamental de esta oración de Cristo por sus apóstoles esta enunciado arriba. Como este pensamiento lo desarrolla mas ampliamente en los versículos 22-24, allí se estudia.

La pérdida de Judas. Mientras estaba con ellos, el Buen Pastor miraba celosamente por Judas. Pero este fue traidor. De los guardados por Cristo solo pereció el hijo de perdición, semitismo que esta calificando a una persona, que aquí es Judas. Ya Cristo le había avisado de los malos pasos en que andaba (Jn 6:70) al que deseaba salvar. Por eso, como justificación de la solicitud de Cristo, se invoca que esta perdición estaba predicha en la Escritura. No es que ella lo causase, sino que proféticamente lo anunciaba. Era un problema de libertad, al que afectaba la predestinación y donación del Padre (Jn 6:37.44): de misterio. Pero la Escritura tenía que cumplirse. En la ultima Cena también se cita un salmo --Sal 41:10-- como prueba profética de esta traición de Judas (Jn 13:18). Esta perdición es abandono de apóstol de Cristo; no se trata de su destino.

3.           PARA QUE TENGAN MI GOZO CUMPLIDO EN SI MISMOS.

Que gozo es este que Cristo desea que los apóstoles lo tengan pleno o cumplido en si mismos Esta frase para que vuestro gozo sea cumplido es usada varias veces por Cristo (Jn 15:11; 16:24) y parece tener un cierto valor proverbial o redundante.

En este contexto se establece relación entre las cosas que Cristo hablo, les acaba de hablar, para que tengan este gozo. Luego este gozo debe provenirles de estas cosas que Cristo ora en voz alta para que le oigan.

Y en el contexto inmediato de esta frase se ruega por ellos para que el Padre los guarde en su ausencia, para que tengan esa unión entre si, con el Padre y Cristo, y al modo de estos. Esta unión es la adhesión al Padre y al Hijo, garantizada por la guarda que les hará el Padre; es lo que les hará tener este supremo gozo: fe y caridad firmes con la esperanza abierta a su ida a las moradas del cielo.

4.           QUE LOS CUIDE DEL MAL.

Algunos piensan y discuten si Cristo ruega aquí que los libre del mal o del maligno, Satanás, ya que esta expresión puede tener ambos sentidos. Parece preferible el primer sentido el mal, pues, en estos contextos del sermón de la cena, se esta diciendo que el mundo es malo y que los odia y perseguirá. Por lo que parece que este concepto ha de prevalecer aquí (Jn 17:14-16). Además, cuando en el evangelio de Juan se habla del demonio, nunca se lo nombra por el maligno, sino por el diablo o Satanás, o el príncipe de este mundo El maligno lo usa en las epístolas, pero ninguno de estos textos es la explicación autentica del nuestro (cf. Jn 13:2.27- 17.)

5.           CONSÁGRALOS EN LA VERDAD

Que los consagre, los santifique. Si en la primera parte de esta oración predominaba el aspecto negativo, en esta predomina el positivo de santificación.

Cristo dice que se santifica a si mismo para que los apóstoles sean santificados en la verdad y  pedirá que los santifique verdaderamente.

El verbo aquí usado por consagrar, significa santificación, que puede ser interna, pero que también puede ser externa y equivalente a consagración. Muy especialmente se dice de las victimas dedicadas al sacrificio, y de los sacerdotes del A.T.

El sentido, pues, de esta santificación de Cristo no es otra cosa que su consagración, que es su dedicación, su entrega al sacrificio de la cruz: su consagración victimal; y, como se ve por el contexto, se destaca especialmente el sentido meritorio de la misma. Pues Cristo la hace en provecho de los apóstoles, y precisamente para que sean consagrados  verdaderamente.

El pensamiento es: Cristo se consagra victimalmente al Padre para merecer el que sus apóstoles sean consagrados, dedicados verdaderamente a lo que pide para ellos

6.           TU PALABRA ES VERDAD

¿Cual es la consagración que Cristo pide para ellos? Conságralos en la verdad. ¿Cual es ésta?, el texto lo dice abiertamente: Tu palabra  es verdad.

La palabra de Cristo es el mensaje del Padre; El Evangelio. Precisamente El dirá: “Yo soy la Verdad.” Lo que Cristo ruega al Padre es que los consagre verdaderamente en su verdad.

En su sacrificio mereció esta inconmovible permanencia y comprensión de los apóstoles de la verdad y en la verdad, y ahora pide que les aplique esos méritos que se lograran en la cruz.

Hasta donde se extiende y abarca esta santificación, no se dice. Pero en ella se incluyen todas las gracias y asistencias, externas e internas, que son necesarias para estar consagrados, verdaderamente, en la verdad.

Que Cristo Jesús viva en sus corazones

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


Respuesta  Mensaje 39 de 47 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 28/06/2009 19:31

SAN AGUSTÍN DE CANTORBERY

San Agustín de Cantorbery es el apóstol de Inglaterra, pues es quien dio comienzo a su conversión el 596. Puede con todo derecho ser colocado junto a los grandes apóstoles de Cristo, al lado de San Patricio de Irlanda, de San Bonifacio de Alemania y de otros evangelizadores.

Cuenta el Venerable Veda que paseando un día por el foro romano San Gregorio Magno, vio un grupo de jóvenes esclavos de blanca tez y rubios cabellos. Eran de la isla de Bretaña y todavía no habían oído hablar de Cristo. San Gregorio era abad del monasterio de San Andrés, en el monte Celio. Recogió a los esclavos y concibió la idea de ir a misionar a la isla de Bretaña. No pudo ir, pues poco después era elegido Papa.

Llevaba de papa seis años (596), cuando quiso enviar misioneros a Inglaterra para que anunciaran el Evangelio o a los Sajones, que habían rechazado a los Bretones hacia el oeste.

Eligió para semejante cometido a un grupo de monjes que vivían con Coelius en su casa natal, y les puso como superior al prior Agustín. No parece que éste tuviera una personalidad demasiado fuerte: se verá obligado con frecuencia Gregorio a intervenir para reconfortarle, darle consejos y hasta trazarle un plan concreto de acción. Mas, fiel a su misión, Agustín llegó Inglaterra, donde fue bien acogido por el rey de Kent, Erhelberto que acababa de desposarse con una francesa católica. El rey,  aunque pagano, era generoso y liberal. Después de algunas vacilaciones los recibió. Les agradeció las promesas que le ofrecían, y les dio libertad para predicar su fe.

La colonia romana se instaló en Cantorbery, siendo nombrado primer obispo Agustín, con la idea de convertir a esa diócesis en sede metropolitana.

Los benedictinos se extendieron por el reino con gran fruto. Les ayudó mucho la reina Berta, católica y descendiente de Clodoveo. Multitudes se bautizaron. El rey Etelberto también. Cedió a Cristo su palacio, que desde entonces fue la catedral de Cantorbery, primada de Inglaterra.

Gregorio Magno expresa en sus cartas la gran alegría que le embargaba por los frutos apostólicos de Agustín y sus monjes. Le enviaba más monjes, que fueron al reino de Essex, y le encomendaba erigir obispados. Entre otros, fueron creados los de Londres, York y  Rochester.

Anteriormente a la conversión de los anglosajones, había ya núcleos de bretones cristianos, pero muy reducidos y sin influencia, encerrados en sí mismos, por enemistad con los anglosajones. Agustín pidió colaboración a estos bretones, del país de Gales, pero de momento no pudo conseguirla. Sólo bastante más tarde se conseguiría la unión.

El apostolado de Agustín sólo duró siete anos. Pero al morir dejaba organizada la magna empresa de la evangelización de la isla. Murió el gran apóstol el año 605, dos meses después que San Gregorio Magno.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo


Respuesta  Mensaje 40 de 47 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 28/06/2009 19:31

“Para que el amor con que Tú me amaste esté en ellos, y Yo también esté en ellos.”

Jn 17, 20-26

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.           NO TE RUEGO SOLAMENTE POR ELLOS

Dice Jesús: Padre, no te ruego solamente por ellos, sino también por todos lo que, creerán en mí gracias a su palabra.

El tercer aspecto de esta oración de Jesús es por la Iglesia apostólica: por cuantos crean en mí por su palabra - de los apóstoles - Esta predicación seguramente ha de tomarse aquí con un sentido indefinido: aun los que procedan mediatamente de ellos. Son varias las cosas que Jesús pide en esta oración para esos creyentes futuros.

Dice Jesús: Que todos sean uno. Es unión doble: de los fieles entre sí y en unión con el Padre y el Hijo. Unión que ha de estar calcada - lo mismo que lo somos tú y yo - en la unión del Padre y el Hijo encarnado.

Con ello se busca la caridad, unión necesaria para que ellos - por ellos - estén en nosotros.

2.           YO LES HE DADO A ELLOS LA GLORIA QUE TÚ ME DISTE A MÍ.

Jesús ha hecho donación de la gloria que le dio el Padre a ellos, pero con esa donación busca la finalidad de la unión. La gloria de filiación divina; la gloria de los milagros; la gloria que Jesús comunicó al hombre dándose en la eucaristía y haciéndolo uno - 1 Cor 10:17 - basándose en el amor con que el Padre ama al Hijo y éste a los hombres. Esta gloria aquí ha de interpretársela por otros textos paralelos. Unas veces en San Juan esta gloria son los milagros - San Juan 1:14; 2:11 -. Pero en esta misma oración hay pasajes en los que su gloria es la divinidad.

Más si esta gloria es la divinidad que el Padre le dio en la unión hipostática, ¿cómo Jesús puede dar a sus fieles su divinidad? La explicación debe de ser lo que se lee en el mismo San Juan: que a los que creen en el Hijo los hace hijos de Dios (Jn 1:12.13). Por la unión hipostática,(relacionado con cada una de las tres personas de la Santísima Trinidad) el Padre le hizo a Jesús el ser verdaderamente su Hijo. Los cristianos — hijos de Dios — participan de la plenitud - San Juan 1:16 - de la gracia de Jesús al ser hijos de Dios, es decir, participan la naturaleza divina.

Ni se ve inconveniente en que la palabra gloria no pueda expresar la filiación divina natural de Jesús y la participada de los fieles. San Juan dice que Jesús es el Hijo de Dios, pero también los fieles son los hijos de Dios. Es la misma palabra para expresar conceptos analógicos.

3.           LA CARIDAD, QUE ES UNIÓN DEL SER HUMANO CON DIOS Y CON LOS DEMÁS HOMBRES.

Y en el mismo evangelio de San Juan se llama con una misma palabra — Dios, dioses — a Dios y a los jueces, por participar éstos el poder judicial de Dios. Y dice así: Si llama dioses a aquellos a quienes fue dirigida la palabra de Dios., ¿a aquel a quien el Padre santificó y envió al mundo, decís vosotros: Blasfemas, porque dije: Soy Hijo de Dios? (Jn 10:34-36) -.

De aquí que, conforme al espíritu literario de San Juan, se puede utilizar un mismo término para hablar del Hijo de Dios y de la participación de esa filiación divina en los hombres - 1 San Juan 3:2 -.

Supuesto esto, se explica bien cómo esa gloria produzca la unión de los creyentes, ya que la gracia — participación de la naturaleza divina, de esa gloria — lleva consigo la caridad, que es unión del ser humano con Dios y con los demás hombres.

4.           PARA QUE EL MUNDO PUEDA RECONOCER ASÍ QUE TÚ ME HAS ENVIADO.

Y el mundo pueda reconocer así que tú me has enviado, y que los amas a ellos como me a amas a mí.

Jesús busca con esto también el provecho apologético de esta unión. Dado el egoísmo humano, la superación del mismo hace ver que es don de Dios dispensado por Jesús, que dejó este mandamiento como necesario y nuevo. Ante ello, el mundo tiene objetivamente que reconocer que el Padre le envió, pues tal obra realiza.

Dice Jesús: y que los amas a ellos como me a amas a mí. Esta enseñanza está en íntima relación con la afirmación anterior. Si ese amor entre ellos era una prueba apologética de que el Padre lo había enviado, pues El enseñaba y dispensaba esa gracia de la superación del egoísmo, esta gracia era don sobrenatural, originariamente del Padre, en ellos. Y, por tanto, prueba del amor del Padre a los mismos.

5.           PADRE, QUIERO QUE LOS QUE TÚ ME DISTE ESTÉN CONMIGO DONDE YO ESTÉ

Luego Jesús pide que los suyos estén un día con El en el cielo y vean su gloria -- y yo mismo esté en ellos - La última petición es que los creyentes estén donde está El: en el cielo. Para que vean mi gloria, la que el Padre le dio, porque me amaste antes de la constitución del mundo. Esta gloria de Jesús se comprende aquí mejor de la predestinación de la humanidad de Jesús a la unión hipostática; éste es ese amor con que dice Jesús aquí que el Padre le amó desde la eternidad, como lo expresa la frase bíblica antes de la constitución del mundo - Ef 1:4 -.

Es de interés destacar la forma como que Jesús dice esto al Padre: yo deseo. Es más que simple deseo, es la abierta expresión de su voluntad. Es el Hijo, que, conociendo claramente la voluntad definitiva del Padre, conforma su querer absoluto con ella.

También se ve aquí una predestinación, pues se trata de los que el Padre le donó. Más no sería fácil saber si se trata de un deseo de Jesús por sus creyentes con voluntad antecedente o consiguiente. En otros pasajes de San Juan se habla de una predestinación del Padre, pero se expone en forma sapiencial y según la naturaleza de las cosas (Jn 6:36.39.44.65). Así, los que le da el Padre vienen a El, y los resucitará en el último día. Pero parece que se habla sólo según una forma enunciativa y conforme a la naturaleza de las cosas. No se dice si, después de venir a El, no lo abandonarán, como pasó con muchos discípulos suyos (Jn 6:66). Aquí es probable que la redacción tenga un valor equivalente a lo anteriormente dicho.

6.           PADRE JUSTO, EL MUNDO NO TE HA CONOCIDO, PERO YO TE CONOCÍ

Jesús finaliza este fragmento diciendo: Padre justo, el mundo no te ha conocido; yo, en cambio, te conozco y todos estos han llegado a reconocer que tú me has enviado. Les he dado a conocer quién eres, y continuaré dándote a conocer, para que el amor con que me amaste pueda estar también en ellos, y yo mismo esté en ellos

Estos dos versículos se los suele considerar como independientes de la triple petición que Jesús tuvo; por lo que más bien parecen un epilogo a la oración que el hace. Es una complacencia de Jesús en la fe de sus apóstoles frente al mundo incrédulo. Si el mundo malo no conoció — amor y entrega — al Padre, Jesús y los suyos lo conocieron: conocieron que me has enviado: al Hijo de Dios, que se encarnó.

Jesús hizo esta obra en los apóstoles y se lo hará conocer aún. Es la obra de Jesús, apareciéndoseles cuarenta días después de resucitado - Act 1:3 -- y habiéndoles del reino de Dios, pero también lo hará con nuevas luces e ilustraciones. Es la acción del Espíritu Santo en ellos, llevándolos a la verdad completa de sus enseñanzas mediante la obra mediadora de Jesús-Vid, sin el cual nada se puede - San Juan 15:5 -.

Si aquí se llama al Padre, Padre justo, acaso sea más que por una simple variación literaria. Pues al llamarle Padre santo o simplemente Padre, siempre se ve relación entre el nombre y el contexto en que se emplea.

Siendo el Padre justo y presentándosele el contraste entre el mundo hostil y el conocimiento amoroso — de vida — que de Él tienen Jesús y los suyos, quedaba establecido el motivo para que el Padre justo viese con complacencia el deseo que el Hijo va a realizar con ellos.

7.           PARA QUE EL AMOR CON QUE TÚ ME AMASTE ESTÉ EN ELLOS, Y YO TAMBIÉN ESTÉ EN ELLOS.

Pues, con toda esta obra de revelación, Jesús busca también, como síntesis de todo — síntesis terrena y celestial — para que el amor con que me amaste pueda estar también en ellos, y yo mismo esté en ellos.

¿En qué sentido pide Jesús a su Padre que el amor con que tú me amaste esté en ellos? Caben tres formas:

a) Que así como el Padre amó al Hijo encarnado y de ese amor nació en Jesús el amor al Padre, así, de semejante manera, que ese amor al Padre por el Hijo estuviese eficazmente en los apóstoles, haciendo que ellos, al conocer por la fe al Padre y al Hijo, amasen al Hijo al modo como lo ama el Padre. Acaso se podría basar esta interpretación en este mismo contexto (Jn 17:25cd).

b) Conociendo los apóstoles por la fe al Padre y al Hijo, haría esto que el Padre extendiese a ellos, por su unión con Jesús, el amor predilecto con que amó a éste.

c) Por razón del Cuerpo místico. Estando unidos ellos vitalmente a Jesús como sarmientos a la vid, así el amor del Padre a Jesús cabeza haría que lo extendiese a los miembros: al Jesús total, según San Agustín.

Si estas tres razones o modos de consideración se unen entre sí, formando una razón, la visión y la posibilidad de este amor del Padre todavía se vigorizan

Jesús pidió la unión de corazones y de espíritu en el amor de Jesús para sus apóstoles, y la sigue pidiendo hoy para todos sus fieles, para que nos unamos en el amor, por sobre cualquier obstáculo, esta unión, debe ser el argumento que debe convencer al mundo de la verdad de su misión. Es así como el Señor nos pide tener un solo corazón y una sola alma por la fe y la caridad. Esta unidad es el gran testimonio de que Jesucristo ha resucitado y sigue viviendo hoy en nosotros.

Que Cristo Jesús viva en sus corazones

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

Fuentes: Algunos comentários tienen como fuente las notas de la Bíblia Nácar-Colunga


Respuesta  Mensaje 41 de 47 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 28/06/2009 19:31

SAN GERMÁN DE PARÍS  496-576

 

Debió de nacer en las cercanías de Autun, en la Borgoña, en el seno de una familia numerosa y complicada de la que estuvo a punto de ser mártir; su tío, que hacía vida eremítica, se lo llevó con él, y así vivieron en la soledad quince años; durante su santo aprendizaje, se interesó por el joven el obispo de Autun, quien le hizo sacerdote para luego nombrarle abad de San Sinforiano.

La fama de sus virtudes y su lucha sin tregua contra la esclavitud y el paganismo atrajeron la atención del rey Childeberto, que le nombró obispo de París, y empieza así sus esfuerzos por cristianizar las costumbres del soberano franco, que buena falta le hacía, y de los magnates de su corte.

Las caridades de Germán no tienen límite, y cuando el rey le abre sus arcas, hace fundir su vajilla de plata y le entrega además la cadena de oro que adornaba su cuello, el obispo se lo agradece exhortándole a ser más generoso aún: «No dejéis de dar, la Providencia es una fuente que nunca se seca».

También hace milagros para salvar vidas apagando con sus oraciones el incendio de una casa, y al ver que los que no pueden pagar los impuestos llenan las cárceles, cae de rodillas ante las prisiones implorando al Cielo su libertad, y en seguida las puertas se abren solas (por eso en su escudo hay cadenas y llamas).

Antes de morir octogenario, el santo obispo funda en las afueras de París una abadía dedicada a san Vicente, una de cuyas reliquias acababa de recibir de Zaragoza; allí será enterrado, y la iglesia, con las transformaciones de muchos siglos de historia, aún hoy perpetúa su nombre en la ciudad, que es también el de un barrio famoso en el mundo entero, Saint-Germain-des-Prés.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo


Respuesta  Mensaje 42 de 47 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 28/06/2009 19:32

Simón Pedro: Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?

Jn 21, 15-19

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

Después de la aparición a la orilla del lago, Jesús resucitado dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Esta escena tiene lugar poco antes de subir Jesús al Padre, es muy conmovedora, Pedro pasa por un examen de amor, Jesús lo pone a prueba, y Pedro la pasa. Pedro experimenta una situación especial, Recordemos que Pedro había negado tres veces a Jesús, y lo hizo en público, sin embargo ahora Jesús mira con gran bondad a su discípulo.

Como vemos en este fragmento del Evangelio, antes de confiar a Pedro la misión pastoral de la Iglesia, Jesús le pregunta una triple confesión de amor. Pero para Pedro, es como una forma de rehabilitación, ante su triple negación durante la pasión del Señor.

Jesús, emplea dos formas amar y querer. El pregunta por dos veces ¿me amas? amor de caridad y misericordioso, que refleja en cierto modo el amor de Dios. Pedro responde humildemente Sí, Señor, sabes que te quiero, que es el verbo del afecto, de la amistad sincera. La tercera vez, sin embargo, Jesús pregunta Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?, así se pone a la altura de Pedro, condescendiendo amorosamente al nivel de Pedro. Entonces es cuando Pedro se entristece, al comprobar el amor inmenso del Maestro que no duda en ponerse a su misma altura.

Hermosa forma de establecer confianza, de comunión y de auténtico amor hacia Jesús. Luego le pasa a Pedro su misma misión: Apacienta mis ovejas.

El amor del apóstol se manifestará en su docilidad a los caminos de Dios en el servicio eclesial. El apóstol verdadero está siempre dispuesto a servir en cualquier circunstancia con obediencia y prontitud y sin olvidar que no hay amor más grande que dar la vida por sus amigos (Jn 15,13), como Jesús.

¿Como estamos nosotros para pasar la prueba? Si Jesús no examinara en esta materia, ¿la aprobaríamos? El cristianismo es amor, amar es darse, pero darse como Jesús, sin ninguna medida, porque el amor no tiene limites ni fronteras, menos tiempo de espera.

Pedro, respondió con generosidad y humildad, el estaba dispuesto a todo por Jesús. Pero el sabia que había negado al Maestro tres veces y en público y sin embargo el amor de Jesús, es inmenso, mira a su apóstol con ojos de infinita bondad, y estos hicieron surgir en su corazón sentimientos de sincera convicción; las lágrimas derramadas por Pedro le habían obtenido el perdón de Jesús. Pero para que el apóstol no abrigara ya ninguna duda del perdón y el recuerdo del pecado cometido no lo torturase más, quiso Jesús que públicamente le confesara su amor también tres veces.

Sin embargo, Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero. En esta respuesta Pedro ya esta cambiando, ya no presume y se entristece al llegar a la pregunta número tres, cargada de alusiones dolorosas.

En este examen de amor, por que cual Jesús nos examina día a día, tenemos que responder personalmente ante El, es a nosotros a quien corresponde responder, nosotros somos los preguntados, no podemos refugiarnos en las respuestas de los demás, nosotros somos los únicos que sabemos si podemos responder: Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero.

Es así como también el Señor conoce muy bien la debilidad de Pedro y conoce la nuestra, pero Pedro apela a ese conocimiento aun más profundo que Jesús tiene de él: sabes que te quiero. Pero al responder Pedro, con esta respuesta de amor, asume un gran compromiso, ya que amar a Dios, tienes la responsabilidad de ser pastor de los demás y conducirlos a verdes praderas. El primado de Pedro, su responsabilidad sobre sus hermanos, es una carga que Jesús le confió, y que se apoya en una profesión de amor: Jesús le ha pedido incluso ser superior en el amor, ¿me amas más que éstos?

En esta prueba del amor de Jesús, nadie debe tratar de sustraerse al interrogante que Jesús nos hace en la persona de Pedro. Nos encanta estar al lado del Señor, nos entusiasma ser amigos suyos, nos emociona tener fe, nos maravillamos al oír su palabra, nos gusta saborear las maravillas de su amor misericordioso, pero en pocas ocasiones nos habrá examinado Jesús tan a fondo como lo hace hoy preguntándonos por el grado de nuestro amor y por la seriedad de nuestros compromisos de vida. Entonces no desperdiciemos esta oportunidad que nos da hoy Jesús de provocar en nosotros mismos un cambio radical y un reencuentro con el Señor que sea fecundo en gracia.

Hoy ya estamos muy cerca de Pentecostés, venida del Espíritu sobre nosotros. La Antífona de Entrada de la Liturgia de Hoy dice: Cristo nos amó, y nos purificó de nuestros pecados por medio de su sangre; nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre, aleluya.

Que Cristo Jesús viva en sus corazones

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


Respuesta  Mensaje 43 de 47 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 28/06/2009 19:32

SAN GUILLERMO DE TOLOSA 1242

¿Alguna vez te han tomado el pelo? Si así es, sabrás lo poco que puedes hacer por salvarte a ti mismo. A San Guillermo de Tolosa y sus compañeros, Guillermo Amaud, Esteban, Raimundo y otros nueve, les tomaron el pelo: regiamente. Invitado a permanecer en un castillo perteneciente al conde Raimundo VII de Tolosa, fueron en cambio asesinados por una banda de soldados que los aguardaban allí.

Que le tomen a uno el pelo, incluso si no acaba en asesinato, no es agradable. En el mejor de los casos, nos enoja más con nosotros mismos, por haber sido tan estúpidos, que con los demás.

A veces, sin embargo, no hay nadie más a quien culpar. Nos burlamos de nosotros mismos por causa del fracaso, la decepción y el desánimo. Cuando emprendemos un proyecto sin la preparación adecuada, cuando dejamos una abertura para alguien de lengua mordaz, cuando nos andamos con tantas dilaciones que no podemos cumplir nuestras obligaciones, entonces nos dejamos tomar el pelo. De un modo perverso, creamos situaciones en las que estamos abocados a fracasar de modo que no se nos pueda pedir cuenta por nuestras acciones. Puede deberse a que tenemos miedo de vivir a la altura del nivel que nos asignamos a nosotros mismos, o a que tenemos miedo del éxito. Cualquiera que sea la razón, las peores exposiciones al ridículo a menudo vienen de dentro.

No siempre podemos impedir que otros traten de burlarnos, pero podemos evitar ponemos nosotros mismos en ridículo. Podemos tratamos a nosotros mismos con el mismo respeto que concederíamos a los demás. Y lo que es más importante, sin embargo, incluso cuando no nos ponemos en ridículo nosotros mismos, siempre podemos tratar la experiencia como un aprendizaje.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo


Respuesta  Mensaje 44 de 47 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 28/06/2009 19:32

“Este es el discípulo que ha escrito estas cosas, y su testimonio es verdadero”

Jn 21, 20-25

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

Este relato corresponde al ultimo capitulo del Evangelio según San Juan. Por la confrontación de textos se ve que el evangelista es el discípulo al que amaba Jesús, del mismo modo, es el mismo que en la cena descansó sobre el pecho del Señor.

Pedro y Juan aparecen frecuentemente en amistad, leemos en hechos 3:1 “Subían un día Pedro y Juan al templo”… Hechos 3:3-4; “Pues como este viese a Pedro y a Juan…Pedro entonces fijando con Juan la vista..”  3:11 “ Teniendo, pues, él de la mano a Pedro y a Juan..”

Por eso Pedro, que debió de comprender que Cristo aludía a su muerte, se interesó por la suerte de su amigo Juan con relación a su muerte. Pero Cristo le respondió: “Si Yo quisiera que éste permaneciese hasta que yo venga, ¿a ti qué (te importa)? Tú sígueme”

Si la amistad llevaba a Pedro a querer saber esto, eran planes de Dios, en los que él no debía introducirse. Es la actitud de Cristo en los evangelios.

Relata este Evangelio: Por eso comenzó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no habría de morir. Pero Jesús no dijo que no moriría, sino: “Si yo quiero que permanezca vivo hasta que yo vuelva, ¿a ti qué?”

Cristo sólo lo decía en forma condicional: “Si yo quisiera”; no era, pues, una afirmación. Pero la frase era un poco enigmática y corrió deformada, hasta el punto de decirse que Cristo le había prometido que no moriría hasta que El viniese en la parusía. Pero esto había que precisarlo. Dos son las soluciones que se dan en la teología a este propósito, sobre quién es el autor de esta rectificación y la finalidad que intenta.

Por una parte se dice que sería hecho por un discípulo de Juan. Este habría muerto recientemente. Y con esta “rectificación” se pretendía hacer ver que Cristo no se había equivocado, pues no había dicho esto, solo habría sido una mala interpretación  de lo que Cristo había dicho como en ciertas frases evangélicas, como lo que leemos en Mt 24; 34-36 (Parábola de la higuera)  “En verdad os digo que no pasará esta generación antes que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. De aquel día y de aquella hora nadie sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sino sólo el Padre”. Y la misma ambigüedad de ésta, se vino a crear un falso ambiente en los cristianos primitivos de que la parusía era inminente, y que no pasaría de la edad apostólica. A esto debe de obedecer esta precisión.

Dice el relato Evangélico: “Este es el discípulo que atestigua estas cosas y las ha puesto por escrito, y estamos ciertos de que su testimonio es verdadero.”

Para otros, es el mismo evangelista el que lo rectifica. Quiere, sin más, poner las cosas en su punto. Si hubiese circulado este rumor entre los fieles y hubiese sido desmentido por la muerte de Juan, el autor de esta rectificación no les hubiese dado, probablemente, el nombre de hermanos al círculo por el que corrió este falso rumor. Sería, pues, Juan mismo, ya muy viejo, que querría también evitar un posible culto supersticioso en torno a él o posibles cabalas en torno a la parusía.

En todo caso, parece indicarse aquí que Jn había llegado a una gran vejez. La tradición dice que murió bajo Trajano (98-117) y suele admitirse que en el séptimo año de Trajano, que es el 104.

Finalmente el último capitulo de Juan dice: “Muchas otras cosas hizo Jesús y creo que, si se relataran una por una, no cabrían en todo el mundo los libros que se escribieran.”

Manifiestamente estos versículos son otro epílogo. Pero la redacción del mismo hace ver que no es del mismo evangelista. “Este es el discípulo” que da testimonio y “el que escribió estas cosas,” no es el modo de introducirse de Juan como vemos en Jn 19:35, donde dice; Y el que ha visto, da testimonio. Y su testimonio es verdadero y el sabe que dice verdad para que ustedes también crean”. Pero el contraste entre lo que sigue es aún más fuerte para hacer ver esto: y nosotros “sabemos” que su testimonio es verdadero. Este plural, puesto en función de la manera más impersonal en que está expresado el primero, hace ver que este versículo está redactado por un grupo de “discípulos” del evangelista, o acaso de los “ancianos” de Efeso, que testifican que el evangelio que publican está escrito por Juan, y ellos saben la verdad de su testimonio. Es una autentificación colectiva y oficial del valor del cuarto evangelio.

En una reflexión final, recordemos que san Juan, mientras acompaño a Jesús, fue testigo de sus discursos, de sus enseñanzas, de toda su palabra, de sus milagros, el vivió tres años junto a Cristo, por tanto puede dar testimonio de lo que vio, escucho y vivió. Agradezcamos a nuestro amado Padre, por su maravillosa bondad en permitir conocer este cuarto evangelio con el mensaje de salvación.

Que Cristo Jesús viva en sus corazones

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


Respuesta  Mensaje 45 de 47 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 28/06/2009 19:32

SAN FERNANDO

Los designios de Dios resultan con frecuencia incomprensibles para los hombres. El Santo cuya fiesta celebramos hoy es el fruto de un matrimonio real incestuoso, anulado por el propio pontífice Inocencio llI, el de Alfonso IX de León y su sobrina Berenguela, pero luego el niño fue legitimado por el mismo Papa Inocencio III.

Vio la luz Fernando en los últimos años del siglo XII y llegaría a ser la máxima figura de la España de su tiempo, alcanzó la santidad santificando su propia función de rey.

Le acompañará siempre la fortuna. Una teja que hiere a su tío, Enrique I, mientras jugaba, le hace rey de Castilla. Le pertenecía a su madre, pero ésta con clarividencia pasa la corona a su hijo.

Poco después, en las Huelgas de Burgos, el obispo Don Mauricio le ciñe la espada de Fernán González y le arma caballero. Caballero de Cristo, según sus deseos.

Tuvo dificultades con su padre, pero al morir éste, Don Fernando heredó también el reino de León. Todos le aman y bendicen. Tenía obsesión por la justicia, pero estaba moderada por la piedad. Le gustaba la vida cortesana y participar en torneos, pero también sabía cantar bellas trovas en loor de Santa María y en su honor rezaba el oficio parvo mariano.

Pero su idea fija era la total reconquista de España, el retorno de Andalucía a la civilización cristiana. Conquista Baeza, Córdoba, Jaén, Murcia, Sevilla... Mientras las naves de Ramón Bonifaz entraban por el Guadalquivir, tuvo lugar la entrada triunfal en Sevilla, y cerrando la marcha, la Virgen de los Reyes, sobre un carro ricamente adornado.

No descuida San Fernando otras obligaciones. Creó la Universidad de Salamanca, mandó traducir el Fuero Juzgo, promovió la construcción de nuestras catedrales góticas, protegió a los artistas. Tenía buenos consejeros, como el arzobispo Don Rodrigo Jiménez de Rada. En todo veía la mano protectora de Dios.

Recibía con singular agrado a los pobres, los sentaba a su mesa, les servía y les lavaba los pies. "Más temo, solía decir, la maldición de una pobre vieja que todos los ejércitos juntos de los moros".

Aún preparó una poderosa flota para extender la cristiandad por el suelo africano. Pero le sorprendió la muerte.

No fue un monje revestido de monarca, sino un hombre de corte, cazador, jinete diestro y hábil en los juegos de salón, amigo de las bellas artes, buen guerrero — con la fortuna sonriéndole en las batallas, experto en las relaciones políticas y en la administración de la justicia...—. Pero, ante todo, se declaraba a si mismo como «caballero de Cristo, siervo de María y alférez de Santiago (Fuero de Castilla), cosa que los papas reconocerían al calificarle como «atleta de Cristo» y «campeón invicto de Jesucristo» (Gregorio IX e Inocencio IV). Austero, dentro de su elegancia natural, y penitente - poniendo especialmente esta penitencia en consagración plena al servicio de su pueblo, sin reservarse nada sí mismo -, «no conoció el vicio ni el ocio», como dice de él su propio hijo Alfonso X el Sabio. Para encontrar fuerza para a esa constante superación, sabía robar tiempo a sus noches para consagrarlas al trato con Dios en la oración, en la adoración de la Eucaristía y en el cariñoso trato con su Madre, cuya imagen de «la Virgen de las Batallas» - que hoy se guarda Sevilla - le acompañaba siempre asida al arzón de su cabalgadura y a la que cedió el honor de entrar en su lugar al frente del ejército victorioso en Sevilla.

Su hijo Alfonso X el Sabio, en su Historia General de España, narra con detalles tan conmovedores el fervor con que su padre recibió el Viático hiriéndose el pecho, besando la cruz y echándose una soga al cuello, y los últimos consejos que le dio. Luego pidió la candela "que todo cristiano debe tener en mano al su finamiento", adoró el cirio, símbolo del Espíritu Santo, y mientras los clérigos cantaban el Tedeum, "muy simplemente dio el espíritu a Dios".

Era el 30 de mayo de 1252. Sus restos, con elogioso epitafio, se veneran en la catedral de Sevilla.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo


Respuesta  Mensaje 46 de 47 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 28/06/2009 19:33

“Reciban el Espíritu Santo”

Jn 20, 19-23

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.           AL ATARDECER DEL PRIMER DÍA DE LA SEMANA

Estas apariciones a los apóstoles son destacadas en el Evangelio de San Juan para relatarnos su particular importancia, estos son hechos excepcionales. La primera aparición, sucede en la “tarde” del mismo día de la resurrección, cuyo nombre de la semana era llamado por los judíos como lo pone aquí San Juan, “el primer día de la semana.”

Los discípulos se encontraban con las puertas cerradas por temor a los judíos. Suponemos que los once apóstoles están juntos, sin embargo también se puede presumir que posiblemente hubiese con ellos otras personas, pero estas no se citan.

El relato evangélico no precisa el lugar donde sucedieron estos hechos, no obstante creíblemente podría ser en el cenáculo (Act 1:4.13). Los sucesos de aquellos días, siendo ellos los discípulos del Crucificado, les tenían temerosos. Esa es la razón por la cual se ocultaban y permanecían a puertas cerradas. Temía la intromisión inesperada de sus enemigos

2.           EL ESTADO “GLORIOSO” EN QUE SE HALLA CRISTO RESUCITADO

Pero la entrega de este detalle tiene también por objeto demostrar el estado “glorioso” en que se halla Cristo resucitado cuando se presenta ante ellos. Es así como inesperadamente, Cristo se apareció en medio de ellos. En el relato de Lucas, se comenta que quedaron “despavoridos,” pues creían ver un “espíritu” o un fantasma.

Entonces llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: “¡La paz esté con ustedes!”. Con ello les dispensó lo que ésta llevaba adjunto (cf. Lc 24:36-43). San Juan omite lo que dice en evangelio de Lucas, sobre que no se turben ni duden de su presencia. Aquí, al punto, como garantía, les muestra “las manos,” que con sus cicatrices les hacían ver que eran las manos días antes perforadas por los clavos, y “el costado,” abierto por la lanza; en ambas heridas, mostradas como títulos e insignias de triunfo, tal así que Tomás podría poner sus dedos.

En evangelio de Lucas se relata que les muestra “sus manos y pies,” y se omite lo del costado, sin duda porque se omite la escena de Tomás. Ni quiere decir esto que Cristo tenga que conservar estas señales en su cuerpo. Como se mostró a Magdalena seguramente sin ellas, y a los peregrinos de Emaús en aspecto de un caminante, así aquí, por la finalidad apologética que busca, les muestra sus llagas. Todo depende de su voluntad. Esta, como la escena en Lucas, es un relato de reconocimiento: aquí, de identificación del Cristo muerto y resucitado; en Lucas es prueba de realidad corporal, no de un fantasma.

Bien atestiguada su resurrección y su presencia sensible, San Juan transmite esta escena de trascendental alcance teológico.

3.           COMO EL PADRE ME ENVIÓ A MÍ, YO TAMBIÉN LOS ENVÍO A USTEDES.

Jesús anuncia a los apóstoles que ellos van a ser sus “enviados,” como El lo es del Padre. Es un tema constante en los evangelios. Ellos son los “apóstoles” (Mt 28:19; Jn 17:18, etc.).

Jesucristo tiene todo poder en cielos y tierra y los “envía” ahora con una misión concreta. Los apóstoles son sus enviados con el poder de perdonar los pecados. Para ese tiempo, ese envío era algo insólito. En el Antiguo Testamento, sólo Dios perdonaba los pecados. Por eso, de Cristo, al considerarle sólo hombre, decían los fariseos escandalizados: Este “blasfema. ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?” (Mc 2:7).

4.           AL DECIRLES ESTO, SOPLÓ SOBRE ELLOS Y AÑADIÓ: “RECIBAN EL ESPÍRITU SANTO”

El Espíritu Santo es el “don” por excelencia, infinito como infinito es Dios; aunque quien cree en Cristo ya lo posee, puede sin embargo recibirlo y poseerlo cada vez más. La donación del Espíritu Santo los Apóstoles en la tarde de la Resurrección demuestra que ese don inefable está estrechamente unido al misterio pascual; es el supremo don de Cristo que, habiendo muerto y resucitado por la redención de los hombres, tiene el derecho y el poder de concedérselo. La bajada del Espíritu en el día de Pentecostés renueva y completamente este don, y se realiza no de una manera íntima y privada, como en la tarde de Pascua, sino en forma solemne, con manifestaciones exteriores y públicas indicando con ello que el don del Espíritu no está reservado a unos pocos privilegiados sino que está destinado a todos los hombres como por todos los hombres murió, resucitó y subió a los cielos Cristo. El misterio pascual culmina por lo tanto no sólo en la Resurrección y en la Ascensión, sino también en el día de Pentecostés que es su acto conclusivo.

5.           LOS PECADOS SERÁN PERDONADOS A LOS QUE USTEDES SE LOS PERDONEN, Y SERÁN RETENIDOS A LOS QUE USTEDES SE LOS RETENGAN”.

Al decir esto, “sopló” sobre ellos. Es símbolo con el que se comunica la vida que Dios concede (Gen 2:7; Ez 37:9-14; Sab 15:11). Por la penitencia, Dios va a comunicar su perdón, que es el dar a los hombres el “ser hijos de Dios” (Jn 1:12): el poder de perdonar, que es dar vida divina. Precisamente en Génesis, Dios “sopla” sobre Adán el hombre de “arcilla,” y le “inspiró aliento de vida” (Gen 2:7) Por eso, con esta simbólica sopladura explica su sentido, que es el que “reciban el Espíritu Santo.” Dios les comunica su poder y su virtud para una finalidad muy concreta: “Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan”.

Aquí el regalo del Espíritu Santo a los apóstoles tiene una misión de “perdón.” Los apóstoles se encuentran en adelante investidos del poder de perdonar los pecados. Este poder exige para su ejercicio un juicio. Si han de perdonar o retener todos los pecados, necesitan saber si pueden perdonar o han de retener. Evidentemente es éste el poder sacramental de la confesión.

Por otra parte, para no confundirse, esta no es la promesa del Espíritu Santo que les hace en el evangelio de Juan, en el Sermón de la Cena (Jn 14:16.17.26; 16:7-15), ya que en esos fragmentos se les promete al Espíritu Santo, que se les comunicará en Pentecostés, una finalidad “defensora” de ellos e “iluminadora” y “docente.” En este relato san Juan trata sólo del poder que se confiere del perdón de los pecados. “Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan”.

6.           EL ESPÍRITU DEL SEÑOR LLENÓ TODA LA TIERRA, Y ÉL QUE DA UNIDAD A TODAS LAS COSAS, HABLA CON SABIDURÍA. (Sab 1, 7)

Esta realidad, anunciada en el libro de la Sabiduría, se cumplió en toda su plenitud el día de Pentecostés, cuando los Apóstoles y los que estaban con ellos se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería” (Hc 2, 4).

Pentecostés es el cumplimiento de la promesa de Jesús: Pero yo les digo la verdad: conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a ustedes el Paráclito; pero si me voy, se los enviaré: (Jn 16,7); es el bautismo anunciado por él antes de subir al cielo: “serán bautizados en el Espíritu Santo” (Hc 1, 5); como también el cumplimiento de sus palabras:”El último día de la fiesta, el más solemne, Jesús puesto en pie, gritó: “Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba el que crea en mí , como dice la Escritura: De su seno correrán ríos de agua viva. Esto lo decía refiriéndose al Espíritu que iban a recibir los que creyeran en él. Porque aún no había Espíritu, pues todavía Jesús no había sido glorificado. (Jn 7, 38-39)  No había sido dado en su plenitud, pero no quiere decir que el Espíritu faltara a los justos. El Evangelio o atestigua de Isabel, de Simeón y de otros más. Jesús lo declaró de sus Apóstoles en la vigilia de su muerte: “ustedes le conocen, porque permanece con ustedes” (Jn 14, 17); y más aún en la tarde del día de Pascua, cuando apareciéndose a los Once en el cenáculo, “sopló y les dijo: Recibid el Espíritu Santo”

7.           VEN, ESPÍRITU SANTO, LLENA LOS CORAZONES DE TUS FIELES Y ENCIENDE EN ELLOS EL FUEGO DE TU AMOR. ALELUYA.

Pentecostés, no es un hecho que sucedió cincuenta días después de la Pascua para que haya quedado cerrado y cumplido, esto es una realidad vigente y presente, y cada vez estamos mas deseosos de poder atenderlo y recibirlo con toda plenitud, agrandemos nuestro corazón para recibirlo efusivamente, como en la secuencia de la liturgia de Pentecostés que incluye hoy un himno de súplica y alabanza al Espíritu Santo

Ven, Espíritu Santo, y envía desde el cielo un rayo de tu luz. Ven, Padre de los pobres, ven a darnos tus dones, ven a darnos tu luz. Consolador lleno de bondad, dulce huésped del alma, suave alivio de los hombres. Tú eres descanso en el trabajo, templanza de las pasiones, alegría en nuestro llanto. Penetra con tu santa luz en lo más íntimo del corazón de tus fieles. Sin tu ayuda divina no hay nada en el hombre, nada que sea inocente. Lava nuestras manchas, riega nuestra aridez, sana nuestras heridas. Suaviza nuestra dureza, elimina con tu calor nuestra frialdad, corrige nuestros desvíos. Concede a tus fieles, que confían en ti, tus siete dones sagrados. Premia nuestra virtud, salva nuestras almas, danos la eterna alegría.

Que El Espírtu Santo viva en sus corazones

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

FUENTE: Algunos Comentarios están tomados de Intimidad Divina, Padre Gabriel de SMM ocd


Respuesta  Mensaje 47 de 47 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 28/06/2009 19:33

VISITACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

En la visita a Isabel, María realiza la primera obra de evangelización: una vez recibido a Cristo en su seno y en su persona, no se queda encerrada con él en su casa, sino que sale para llevarlo a donde lo acogerán de mil amores: a la casa de su prima Isabel, quien sale al encuentro de María con los brazos abiertos, y exultando de emoción, exclama: “¡Bendita tú entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!” También el niño de Isabel salta de  gozo ante el Niño Dios. María se llena de júbilo y rebosa gratitud al Señor, y la expresa con el canto del Magníficat: “Mi alma glorifica al Señor, y salta de júbilo mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva, y desde ahora me felicitarán todas las generaciones”.

Las palabras de Isabel y las de María se repiten incesantemente en todo el orbe, a través de los siglos, en la Iglesia, que revive el gozo, la gratitud y alabanza de ambas por las maravillas de la salvación. María es modelo de todo apostolado cristiano: si recibimos de verdad a Cristo en nosotros, lo llevaremos como ella a los demás con la vida, las obras y la palabra. De lo contrario, su venida a nosotros sería inútil y lo perderíamos para siempre...



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