Aprendiendo a escuchar desde el corazón
Querido humano, el mensaje de hoy es para ti: para ti que escuchas, para ti que lees esto ahora… Sabemos que estás aprendiendo a “escuchar” con el corazón, pues ya sabes que las palabras no son tan importantes cuanto ese sentir que está penetrando ahora en ti. ¡Siente! ¡Siente tu corazón! ¡Siente como te estamos acariciando el alma! Siente – como tantas y tantas veces se ha dicho – que te estamos lavando tus pies…
Para nosotros no hay nada mejor que lavarte los pies, pues para hacerlo nos colocamos literalmente a tus pies… ¡Ah, cómo nos gusta estar a tus pies! Representa para nosotros el máximo tributo que podemos hacerte, humano, porque… ¡cuanto valor has necesitado para renunciar a tu divinidad y venir a experimentar la dualidad del ser! Y a tus pies estamos, recordando quién eres y porqué estás aquí.
Estás aquí porque tú lo decidiste, porque tú lo contrataste. Aceptaste estar aquí y sabes muy bien que no fue a regañadientes. Al contrario, humano, estabas jubiloso, tan jubiloso… que no veías la hora de enfrentarte nuevamente con aquello que habías dejado pendiente. Ah, ¡cuántas cosas pendientes dejaste por resolver! ¡Sólo tú para recordarlo! ¿Sólo tú? Bueno… Yo sé cuántas cosas pendientes tú dejaste por resolver… Y también sé muy bien cuántas has resuelto y cuántas dan vueltas a tu cabeza de humano, deseando que sean resueltas… Por eso estas aquí, ¿verdad?
¡Nosotros sabemos todo de ti, querido ángel disfrazado de humano en servicio! Conocemos tu nombre, sabemos de tu vibración, vemos todos tus colores… ¿Sabías que tus colores también te los traes aquí a tu existencia terrenal? Aquí, ante nosotros, está desplegado tu arco iris en pleno éxtasis y en total magnificencia.
Te has integrado tanto a esta experiencia, humano, que estás escuchando con el corazón… No con tú corazón, sino con el corazón de esta alma-grupo que ha decidido estar aquí y ahora… Y estás aquí porque has venido a recibir el consuelo y el amor del hogar que tanto extrañas y anhelas cada día, la casa a la que dedicas tus últimos pensamientos antes de dormir, el hogar con el que sueñas todas las noches y ese espacio que visualizas durante tus meditaciones…
Siéntete seguro, estás en casa. Todos aquí te amamos. No tienes que preocuparte. Éste es tu dulce lugar. Simplemente disfrútalo. Saborea este momento porque tú lo has contratado a través de tu ser multidimensional… aquel que convive contigo en otras dimensiones, aquel que “pieza por pieza” se integra a ti… aquello con el cual tú te reunirás mañana… ¿Y cuándo es mañana? Quizás ya estés en el mañana, pues el tiempo es una ilusión y en realidad no existe.
Querido, trata de visualizar que ya estás reunido e integrado a tus piezas multidimensionales, pues ello hará posible que te sientas más completo que nunca y que sientas el verdadero propósito de esta reunión. ¿Sabes cuál es? El propósito es simplemente el de SENTIR. ¡Siente! No hay nada en qué pensar, no hay nada que debas procesar… se trata apenas de SENTIR.
La voz de Kryon te va a mecer… ¿Sientes cómo te mece y te transporta? Transpórtate con Kryon a las profundidades de tu ser. ¡Mírate! Observa tu propio rostro y mira quien tú eres en realidad. No hace falta que te esfuerces. ¡Mira ese rostro! Ese rostro eres tú. Está compuesto de esas piezas que conforman toda tu experiencia evolutiva, aquella que has buscado y continúas buscando en diferentes ámbitos y dimensiones… aquellas experiencias que hacen y harán que tú seas aquello que eres: ¡una pieza única!
¡Humano, tú eres único! En tu originalidad y en tu unicidad, la Creación vive y se expresa en ti. Tú eres la Creación y el propósito del Ser, porque el ser atemporal tiene que expresarse a través de ti. No hay otra manera de verlo. Todo lo que has hecho, todo lo que has logrado, todo lo que has atesorado y todo lo que te compone es perfecto. ¡Mírate! ¡Te insto a que te mires! Obsérvate, pero no con tus ojos físicos…