Lo que no puede faltar en ninguna vida es el
amor, porque es lo único que la hace visible, es lo único que fija
posturas, define posiciones, achica el sacrificio y deja un sedimento
que suaviza, afianza, perfuma y sostiene. No te pasees por el mundo: ¡Entra a la vida! Pero no rondes por su periferia... ¡métete en su
corazón!
La vida, en sí, es un problema. Los problemas de todos los días son su vitalidad y su reto.
Ahí
se trazan la trayectoria, la definición y la victoria, porque siempre
habrá problemas y conflictos... Siempre un destino inevitable y una
parte que el hombre deber ser consciente de manejar. Siempre un acierto que nos realice y un error que nos haga fracasar. Conjugar todo eso no
es fácil...
Los caminos cambian, el dolor desgasta.
Vivir
es batallar o rendirse. Sólo las armas religiosas, morales y
espirituales, unidas al manejo de voluntad y esfuerzo, hacen que la
raíz no se ablande y la cosecha no se seque.
Lo que importa es
la actitud mental junto a la vida. Hay vidas llenas de dolor que no
lucen amargas, y vidas llenas de ventaja que lucen desabridas.
Aunque muchos duden, confía en ti mismo.
Ponle
rienda a tus pasiones y paciencia a tus logros. Ponle calma a tus
reflexiones y fuerza a tus acciones. Ponle peso a tu balanza y poder
nivelador a sus agujas.
Ten alerta el pensamiento y en guardia la voluntad. No hagas dominadora tu fantasía, ni inconsciente tu realidad.
No
te sientas vencido, y nunca triunfador del todo. Siempre habrá huecos
en tu vida, porque ésta no llega nunca a su total plenitud.
No
ataques las corrientes que nazcan en tu corazón. Por pequeñas que
parezcan, si les vas ahondando el cauce, puede llegar el dia en que se
conviertan en potentes manantiales.
Supera a los que puedas, mejora a los que te rodean y no margines a nadie.
No lleves la vida como un libro de entretenimiento y frivolidades, sino como un libro para aprender a meditar.
No vivas evadiendo tu cuota de servicio y de responsabilidad.
Todos tenemos culpa y todos tenemos parte en el desastre.
No des tanto tiempo a las disculpas. Mejor busca las causas, elabora la rectificación y toma nuevas decisiones.
No sientas la vida como el palpitar de un dolor, sino como el renacer diario de tu corazón.
Lo
que no puede faltar en ninguna vida es el amor, porque es lo único que
la hace visible, es lo único que fija posturas, define posiciones,
achica el sacrificio y deja un sedimento que suaviza, afianza, perfuma
y sostiene.
No te pasees por el mundo:
¡Entra a la vida!
Pero no rondes por su periferia... ¡métete en su corazón!