A VECES
A veces cuando era temprano todavía para verte o cuando la ventana se abría a la distancia y al sonido de tanto hierro puesto y tanta arena que cruje a tierra extraña en los caminos remoto a la esperanza me volvía a aquel sitio en que dejamos las soledades juntas y las voces.
Te hallaba limitada de corazón disperso y de alegría por todos los costados y flotando en la noche segura y abundante que nunca se consuma.
Sin embargo a lo lejos tan pronto me acogías con los nombres de las cosas comunes, en sigilo sentía que tu isla no estaba ya a mi alcance.
Entonces por entero reincorporado al límite del cuerpo volvía a la certeza de la espera.
BARRAL CARLOS
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