También psicología positiva La otra línea de investigación abierta por Barak y su equipo está basada en la llamada psicología positiva que, según el científico, es “el área de la psicología que más rápido está creciendo en los Estados Unidos y en el mundo”.
Esta rama estudia las bases del bienestar psicológico y de la felicidad, así como de las fortalezas y virtudes humanas, contraponiéndose así al estudio de los aspectos negativos y patológicos del ser humano, característico de la psicología.
Aspectos positivos de nuestra mente, como la creatividad, la inteligencia emocional, el humor, la sabiduría, la felicidad o la resiliencia son los objetos de investigación de la psicología positiva, término acuñado por el profesor
Martin Seligman, de la Universidad de Pennsylvania y antiguo Director de la
Asociación Americana de Psicología, a finales de los años 90 del siglo pasado.
La aplicación de la psicología positiva permitiría propiciar ese 50% de la felicidad que no es genética en el ser humano. Barak trabaja con ella en talleres, los más recientes realizados con 120 participantes de la
Sociedad de Esclerosis Múltiple de Israel.
Según la Universidad de Tel Aviv, los primeros resultados obtenidos de estos talleres indican que la psicología positiva mejoró los niveles de felicidad de los participantes en un 30%.
Este trabajo, según Barak, busca desarrollar “intervenciones y prácticas orientadas a investigar las aplicaciones de la psicología a la medicina”. El estudio de los efectos físicos derivados del estado mental de pacientes con trastornos neurológicos es un intento de tender puentes entre la psicología y la medicina clínica.
Los beneficios psicológicos de los programas de psicología positiva van acompañados por beneficios físicos. El científico afirma que “hemos sido capaces de elevar los niveles de felicidad de estos pacientes, y también hemos podido demostrar que este hecho ha provocado una estabilización en su trastorno neurológico”.
Por tanto, la psicología positiva podría añadirse a los tratamientos ordinarios, y también aplicarse para mejorar la vida de cualquier persona sana.
Genes y felicidad Volviendo al tema de la genética de la felicidad, éste ha ocupado a diversos investigadores en los últimos tiempos.
En la revista
New Scientist, se publicó el pasado mes de febrero un artículo sobre las investigaciones de un equipo de científicos de la Universidad de Essex, en el Reino Unido, que había descubierto que, entre las personas estudiadas, aquéllas que habían heredado dos copias de la variante “larga” del
gen 5-HTLPR eran más optimistas.
Los individuos con este gen, que es el encargado de transportar un neurotransmisor llamado serotonina, tendían por naturaleza más que otras personas a evitar las imágenes negativas, prefiriendo más las positivas de un conjunto de imágenes mostradas durante las pruebas, que fueron realizadas con un total de 97 voluntarios.
Estudios previos habían revelado, por el contrario, una tendencia a la negatividad y a la ansiedad entre individuos con al menos una variante corta de este mismo gen. En la revista especializada
Proceedings of the Royal Society B los investigadores de la Universidad de Essex detallaron los resultados de sus investigaciones.
Por otro lado, científicos de la Universidad de Edimburgo
publicaban en 2008 los resultados de una investigación realizada con 900 parejas de gemelos y de mellizos, que demostró que la herencia genética es la responsable, en gran medida, de la felicidad de las personas.