Sólo me gloriaré en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí, como yo lo estoy para el mundo.
ORACIÓN COLECTA
Señor, que inspiraste a san Juan una total renuncia de sí mismo y un extraordinario amor a la cruz; concédenos que, tratando constantemente de imitarlo, alcancemos la eterna contemplación de tu gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de los Números (24, 2-7. 15-17)
En aquellos días, Balaam levantó los ojos y divisó a Israel acampado por tribus. Entonces el espíritu del Señor vino sobre él y pronunció este oráculo:
“Oráculo de Balaam, hijo de Beor, palabra del varón de ojos penetrantes; oráculo del que escucha la palabra de Dios y contempla en éxtasis, con los ojos abiertos, la visión del todopoderoso.
Qué bellas son tus tiendas, Jacob, y tus moradas, Israel. Son como extensos valles, como jardines junto al río, como áloes que plantó el Señor, como cedros junto a la corriente. De su descendencia nace un héroe que domina sobre pueblos numerosos”.
Y de nuevo dijo: “Oráculo de Balaam, hijo de Beor, palabra del varón de ojos penetrantes, oráculo del que escucha la palabra de Dios y conoce la ciencia del Altísimo y contempla en éxtasis, con los ojos abiertos la visión del todopoderoso. Yo lo veo, pero no en el presente; yo lo contemplo, pero no cercano: de Jacob se levanta una estrella y un cetro surge de Israel”.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL SALMO 24
Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. R.
Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros. R.
Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Aleluya, aleluya. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo (21, 23-27)
En aquellos días, mientras Jesús enseñaba en el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo y le preguntaron: “Con qué derecho haces todas estas cosas? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?” Jesús les respondió: “Yo también les voy a hacer una pregunta, y si me la responden, les diré con qué autoridad hago lo que hago: ¿De dónde venía el bautismo de Juan, del cielo o de la tierra’?”
Ellos pensaron para sus adentros: “Si decimos que del cielo, él nos va a decir: ‘Entonces, ¿por qué no le creyeron?’ Si decimos que de los hombres, se nos va a echar encima el pueblo, porque todos tienen a Juan por un profeta”. Entonces respondieron: “No lo sabemos”. Jesús les replicó: “Pues tampoco yo les digo con qué autoridad hago lo que hago”.
Palabra del Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios todopoderoso, mira con bondad los dones que te ofrecemos en la conmemoración de san Juan de la Cruz, y concédenos imitar los misterios de la Pasión del Señor que ahora celebramos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Mt 16, 24
Dice el Señor: El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue su cruz y me siga.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que en san Juan has iluminado admirablemente el misterio de la cruz, concédenos en tu bondad que, fortalecidos por este sacrificio, permanezcamos fielmente unidos a Cristo y trabajemos en la Iglesia por la salvación de todos los hombres.
Vendrá el Señor, y todos los santos con él, y brillará en aquel día una gran luz.
ORACIÓN COLECTA
Señor, que por medio de tu Hijo único has hecho de nosotros una nueva creatura, mira con amor la obra de tu misericordia, y, por su venida, purifícanos de nuestros pecados.
Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA Sof 3,9-13
Lectura de la profecía de Sofonías.
Así habla el Señor: Yo haré que sean puros los labios de los pueblos, para que todos invoquen el Nombre del Señor y lo sirvan con el mismo empeño. Desde más allá de los ríos de Cus, mis adoradores, los que están dispersos, me traerán ofrendas. Aquel día, ya no tendrás que avergonzarte de las malas acciones con las que me has ofendido, porque yo apartaré a esos jactanciosos prepotentes que están en medio de ti, y ya no volverás a engreírte sobre mi santa Montaña. Yo dejaré en medio de ti a un pueblo pobre y humilde, que se refugiará en el Nombre del Señor. El resto de Israel no cometerá injusticias ni hablará falsamente; y no se encontrarán en su boca palabras engañosas. Ellos pacerán y descansarán sin que nadie los perturbe.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
En medio de un pueblo infiel y corrupto, siempre hay un pequeño resto que sigue la Palabra de Dios. Ese resto es un pequeño foco de esperanza: son quienes viven en la justicia y la verdad. Son gente humilde, que vive su entrega y su amor sin hacer tanto ruido. Mientras los orgullosos exhiben descaradamente su insolencia, el pequeño resto, los pobres de Yahvé, siguen el camino del Señor.
SALMO Sal 33,2-3. 6-7. 17-19. 23
R. El pobre invocó al Señor, y él lo escuchó.
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios. Mi alma se gloría en el Señor: que lo oigan los humildes y se alegren. R.
Miren hacia él y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán. Este pobre hombre invocó al Señor: El lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R.
El Señor rechaza a los que hacen el mal, para borrar su recuerdo de la tierra. Cuando los justos claman, el Señor los escucha y los libra de todas sus angustias. R.
El Señor está cerca del que sufre y salva a los que están abatidos. El Señor rescata a sus servidores, y los que se refugian en él no serán castigados. R.
ALELUYA
Aleluya. Ven, Señor, no tardes; perdona los pecados de tu pueblo. Aleluya.
EVANGELIO Mt 21, 28-32
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: “¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: -Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña-. El respondió: -No quiero-. Pero después se arrepintió y fue. Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y éste le respondió:
-Voy, Señor-, pero no fue. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?’. “El primero”, le respondieron. Jesús les dijo: “Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios. En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
La predicación de Juan Bautista tuvo una fuerza que movió a la conversión de recaudadores de impuestos y prostitutas, considerados los más pecadores en su sociedad. Esos hombres y mujeres abrieron el corazón a la novedad de reino y se pusieron en camino hacia él antes que los otros. En el tiempo de Adviento, la Iglesia, pone frente a nosotros el llamado del Bautista a la conversión. ¿Caminaremos también nosotros decididamente hacia el reino?
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que te sean agradables nuestras humildes oraciones y ofrendas, y ya que carecemos de méritos propios, socórrenos con tu misericordia.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN 2 Tim 4, 8
El justo Juez dará la corona de justicia a todos los que hayan aguardado con amor su venida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, saciados con el alimento espiritual, te rogamos que por la participación de este misterio nos enseñes a valorar sabiamente las cosas terrenas y a adherirnos a las celestiales.
Sólo me gloriaré en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí, como yo lo estoy para el mundo.
LECTURA Is 45, 6-8. 18.21-25
Lectura del libro de Isaías.
Yo soy el Señor, y no hay otro. Yo formo la luz y creo las tinieblas, hago la felicidad y creo la desgracia: Yo, el Señor, soy el que hago todo esto ¡Destilen, cielos, desde lo alto, y que las nubes derramen la justicia! ¡Que se abra la tierra y produzca la salvación, y que también haga germinar la justicia! Yo, el Señor, he creado todo esto. Porque así habla el Señor, el que creó el cielo y es Dios, el que modeló la tierra, la hizo y la afianzó, y no la creó vacía, sino que la formó para que fuera habitada: Yo soy el Señor, y no hay otro. No hay otro Dios fuera de mí; un Dios justo y salvador, no lo hay, excepto Yo. Vuélvanse a mí, y serán salvados, todos los confines de la tierra, porque Yo soy Dios, y no hay otro. Lo he jurado por mí mismo, de mi boca ha salido la justicia, una palabra irrevocable: Ante mí se doblará toda rodilla, toda lengua jurará por mí, diciendo: Sólo en el Señor están los actos de justicia y el poder. Hasta él llegarán avergonzados todos los que se enfurecieron contra El. En el Señor hallará la justicia y se gloriará toda la descendencia de Israel.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Desde la óptica del profeta, es el Señor quien dirige los acontecimientos, valiéndose de todos los medios, y para que no queden dudas, la expresión « Yo soy el Señor, y no hay otro» confirma este poder absoluto del único Dios creador y sostenedor de su pueblo.
SALMO SaI 84, 9. 10-14
R. El Señor promete la paz para su pueblo. Voy a proclamar lo que dice el Señor: El Señor promete la paz para su pueblo y sus amigos. Su salvación está muy cerca de sus fieles, y la Gloria habitará en nuestra tierra. R.
El Amor y la Verdad se encontrarán, la Justicia y la Paz se abrazarán; la Verdad brotará de la tierra y la Justicia mirará desde el cielo. R.
El mismo Señor nos dará sus bienes y nuestra tierra producirá sus frutos. La Justicia irá delante de El, y la Paz, sobre la huella de sus pasos. R.
ALELUYA Is 40, 9-10
Aleluya. Levanta con fuerza tu voz, tú que llevas la buena noticia. Ya llega el Señor con poder. Aleluya.
EVANGELIO Lc 7, 19-23
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Juan el Bautista, llamando a dos de sus discípulos, los envió a decir al Señor: Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro? Cuando se presentaron ante Jesús, le dijeron: “Juan el Bautista nos envía a preguntarte: “Eres Tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?”. En esa ocasión, Jesús sanó mucha gente de sus enfermedades, de sus dolencias y de los malos espíritus, y devolvió la vista a muchos ciegos. Entonces respondió a los enviados: “Vayan a contar a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los paralíticos caminan, los leprosos son purificados y los sordos oyen, los muertos resucitan, la Buena Noticia es anunciada a los pobres. ¡Y feliz aquél para quien Yo no sea motivo de tropiezo!”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Ni para Juan ni para muchos de sus seguidores, las noticias sobre Jesús encajan con las expectativas mesiánicas de la época. La respuesta enviada por Jesús a un Juan encarcelado se basa en los signos que realiza y que son la prueba de una actitud mesiánica. Sólo los que no se han cerrado a ver en sus obras la acción de Dios, pueden comprender.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que este sacrificio, signo de nuestra total entrega a ti, te sea ofrecido siempre, para que realice la intención que tuviste al instituir este sacramento, y lleve a cabo plenamente en nosotros tus salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN 1s40, 10, Cfr 35,5
He aquí que el Señor vendrá con gran poder e iluminará los ojos de sus siervos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta Eucaristía nos purifique, Señor, de toda mancha y nos prepare así a celebrar dignamente la Navidad ya próxima. Por Jesucristo nuestro Señor.
Cielos, griten de alegría y regocíjate, tierra, porque vendrá el Señor, y tendrá compasión de sus pobres.
ORACIÓN COLECTA
Señor, creador y redentor del hombre, que quisiste que tu Verbo se encarnara en el seno de María siempre Virgen, escucha con bondad nuestras súplicas, para que tu Hijo único, que se hizo hombre por nosotros, se digne hacernos partícipes de su naturaleza divina. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA Gn 49, 1-2. 8-10
Lectura del libro del Génesis.
Jacob llamó a sus hijos y les habló en estos términos: Reúnanse, para que yo les anuncie lo que les va a suceder en el futuro: Reúnanse y escuchen, hijos de Jacob, oigan a Israel, su padre. A ti, Judá, te alabarán tus hermanos, tomarás a tus enemigos por la nuca y los hijos de tu padre se postrarán ante ti. Judá es un cachorro de león. —Has vuelto de la matanza, hijo mío!— Se recuesta, se tiende como un león, como una leona: ¿quién lo hará levantar? El cetro no se apartará de Judá ni el bastón de mando de entre sus piernas, hasta que llegue Aquél a quien le pertenece y a quien los pueblos deben obediencia.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
En el testamento de Jacob hay una bendición especial para Judá en que promete una superioridad incontestable sobre sus hermanos que se extenderá hasta la era mesiánica. De esta manera, el Mesías, vino precedido de una larga historia, con raíces en la propia historia de su pueblo, como descendiente de Abraham, David y tantos otros, y en El se cumplirán todas las promesas del Señor de manera irrevocable.
SALMO Sal 71, 1-4. 7-8. 17
R. ¡Que en sus días florezca la justicia!
Concede, Señor, tu justicia al rey y tu rectitud al descendiente de reyes, para que gobierne a tu pueblo con justicia y a tus pobres con rectitud. R.
Que las montañas traigan al pueblo la paz, y las colinas, la justicia; que él defienda a los humildes del pueblo, socorra a los hijos de los pobres. R.
Que en sus días florezca la justicia y abunde la paz, mientras dure la luna; que domine de un mar hasta el otro, y desde el Río hasta los confines de la tierra. R.
Que perdure su nombre para siempre y su linaje permanezca como el sol; que él sea la bendición de todos los pueblos y todas las naciones lo proclamen feliz. R.
ALELUYA
Aleluya. Sabiduría del Altísimo, que ordenas todo con firmeza y suavidad, ven y enséñanos el camino de la prudencia. Aleluya.
EVANGELIO Mt 1 , 1-17
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos. Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre de éstos fue Tamar. Fares fue padre de Esrón; Esrón padre de Arám; Arám, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón. Salmón fue padre de Booz, y la madre de éste fue Rahab. Booz fue padre de Obed, y la madre de éste fue Rut. Obed fue padre de Jesé; Jesé, padre del rey David. David fue padre de Salomón, y la madre de éste fue la que había sido mujer de Urías. Salomón fue padre de Roboám; Roboám, padre de Abías; Abías, padre de Asá; Asá, padre de Josafat; Josafat, padre de Jorám; Jorám, padre de Ozías. Ozías fue padre de Joatám; Joatám, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías; Ezequías, padre de Manasés. Manasés fue padre de Amón; Amón, padre deJosías; Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos, durante el destierro en Babilonia. Después del destierro en Babilonia: Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel; Zorobabel, padre de Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de Azor. Azor fue padre de Sadoc; Sadoc, padre de Aquím; Aquím, padre de Eliud; Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de Jacob. Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo. El total de las generaciones es, por lo tanto: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta el destierro en Babilonia, catorce generaciones; desde el destierro en Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
La genealogía ofrecida hoy por Mateo se distribuye en tres series de catorce gen e- raciones cada una. La primera está encabezada por Abraham, ya que por su descendencia serán bendecidas todas las generaciones. A la cabeza de la segunda está David, porque evoca la fidelidad del Señor a su pueblo (cf. Is 55, 3). Jeconías encabeza la tercera serie, que deberá caracterizarse por la fidelidad. Por eso, el Padre ha querido que su propio Hijo asumiera la naturaleza humana y que su realeza pasara por la realeza davídica como él lo había prometido.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, santifica las ofrendas de tu Iglesia y gracias a estos sagrados misterios fortalécenos con el pan celestial. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cfr. Ag 2,8
Vendrá el deseado de todas las naciones, y se llenará de gloria la casa del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso, saciados con el don celestial, te pedimos que colmes nuestro deseo, para que, encendidos por tu Espíritu, brillemos como luces resplandecientes cuando llegue tu Hijo Jesucristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.
El Mesías que Juan anunció como Cordero de Dios, vendrá como nuestro rey.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, concédenos que el esperado nuevo nacimiento de tu Hijo, nos libre a los que estamos oprimidos por la antigua esclavitud del pecado.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA Jer 23, 5-8
Lectura del libro de Jeremías ¡Llegarán los días —oráculo del Señor— en que suscitaré para David un germen justo; él reinará como rey y será prudente, practicará la justicia y el derecho en el país. En sus días, Judá estará a salvo e Israel habitará seguro. Y se lo llamará con este nombre: “El Señor es nuestra justicia”. Por eso, llegarán los días —oráculo del Señor— en que ya no se dirá: “Por la vida del Señor que hizo subir a los israelitas del país de Egipto”, sino más bien: “Por la vida del Señor que hizo subir a los descendientes de la casa de Israel, y los hizo llegar del país del Norte y de todos los países adonde os había expulsado, para que habiten en su propio suelo”.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Este oráculo mesiánico tiene su fuente de inspiración en Isaías 11, 1-4. El Señor salvará a su pueblo, a través de la mediación de un hombre, el Mesías esperado. Y será aquel que traerá justicia, paz y seguridad para un pueblo, y se lo llamará ‘El Señor es nuestra justicia”.
SALMO Sal 71,1-2.12-13. 18-19
R. ¡Que en sus días florezca la justicia!
Concede, Señor, tu justicia al rey y tu rectitud al descendiente de reyes, para que gobierne a tu pueblo con justicia y a tus pobres con rectitud. R.
Porque él librará al pobre que suplica y al humilde que está desamparado. Tendrá compasión del débil y del pobre, y salvará la vida de los indigentes. R.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, el único que hace maravillas. Sea bendito eternamente su Nombre glorioso y que su gloria llene toda la tierra. R.
ALELUYA
Aleluya. ¡Pastor de la casa de Israel, que diste la ley a Moisés en el Sinaí, ven a librarnos con el poder de tu brazo! Aleluya.
EVANGELIO Mt 1, 18-24
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo:
“José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados”. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: “La Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emanuel”, que traducido significa: “Dios con nosotros”. Al despertar, José hizo lo que el Angel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Un Ángel interviene para comunicarle a José que el Señor lo llama para hacer entrar al niño en la descendencia davídica y darle un nombre. Por eso, al sí incondicional de María, se une el sí incondicional de José.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que el sacrificio que vamos a ofrecerte nos haga agradables a ti, para que podamos participar de la eternidad de aquel que con su muerte venció nuestra muerte.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Mt 1,23
Le pondrán por nombre Emanuel, que significa: “Dios con nosotros”.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, concédenos tu misericordia en medio de tu templo, de manera que nos preparemos dignamente a celebrar la cercana fiesta de nuestra redención.
El que ha de venir, vendrá sin tardar, y ya no habrá temor en nuestra tierra, porque él es nuestro Salvador.
ORACIÓN COLECTA
Señor, que mediante el parto de la purísima Virgen María te dignaste revelar al mundo el esplendor de tu gloria, concédenos celebrar siempre con fe íntegra y con sincera piedad el admirable misterio de la encarnación de tu Hijo. Que es Dios y vive y reina contigo.
PRIMERA LECTURA
Jc 13, 2-7. 24-25
Lectura del libro de los Jueces. Había un hombre de Sorá, del clan de Dan, que se llamaba Manóaj. Su mujer era estéril y no tenía hijos. El Angel del Señor se apareció a la mujer y le dijo: “Tú eres estéril y no has tenido hijos, pero vas a concebir y a dar a luz un hijo. Ahora, deja de beber vino o cualquier bebida fermentada, y no comas nada impuro. Porque concebirás y darás a luz un hijo. La navaja nunca pasará por su cabeza, porque el niño estará consagrado a Dios desde el seno materno. El comenzará a salvar a Israel del poder de los filisteos”. La mujer fue a decir a su marido: “Un hombre de Dios ha venido a yerme. Su aspecto eran tan imponente, que parecía un ángel de Dios. Yo no le pregunté de dónde era, ni él me dio a conocer su nombre. Pero me dijo: - Concebirás y darás a luz un hijo. En adelante, no bebas vino ni bebida fermentada, ni comas nada impuro, porque el niño estará consagrado a Dios desde el seno de su madre hasta el día de su muerte -”. La mujer dio a luz un hijo y lo llamó Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo. Y el espíritu del Señor comenzó a actuar sobre él.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Es común en la Biblia encontrar historías y relatos en que se destaca la Intervención de Dios para el nacimiento, de quien será luego, un personaje clave en la historia de Israel Isaac, Samuel Sansón, Juan Bautista, entre otros. Dios viene no sólo a cumplir las expectativas de quienes desean ser padres, sino también a comunicar que el hijo al nacer trae una misión en beneficio del pueblo.
SALMO Sal 70,3-4. 5-6.16-17
R. ¡MÍ boca proclama tu alabanza, Señor!
Sé para mí una roca protectora, Señor, tú que decidiste venir siempre en mi ayuda, porque tú eres mi Roca y mi fortaleza. Líbrame, Dios mío, de las manos del impío. R.
Porque tú, Señor, eres mi esperanza y mi seguridad desde mi juventud. En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre; desde el seno materno fuiste mi protector. R.
Vendré a celebrar las proezas del Señor, evocaré tu justicia, que es sólo tuya. Dios mío, tú me enseñaste desde mi juventud, y hasta hoy he narrado tus maravillas. R.
ALELUYA
Aleluya. Renuevo del tronco de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos, ven a librarnos, no tardes más. Aleluya.
EVANGELIO Lc 1,5-25
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase sacerdotal de Abías. Su mujer, llamada Isabel, era descendiente de Aarón. Ambos eran justos a los ojos de Dios y seguían en forma irreprochable todos los mandamientos y preceptos del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril; y los dos eran de edad avanzada. Un día en que su clase estaba de turno y Zacarías ejercía la función sacerdotal delante de Dios, le tocó en suerte, según la costumbre litúrgica, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso. Toda la asamblea del pueblo permanecía afuera, en oración, mientras se ofrecía el incienso. Entonces se le apareció el ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías quedó desconcertado y tuvo miedo. Pero el ángel le dijo: “No temas, Zacarías; tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu esposa, te dará un hijo al que llamarás Juan. El será para ti un motivo de gozo y de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento, porque será grande a los ojos del Señor. No beberá vino ni licor; estará lleno del Espíritu Santo desde el seno de su madre, y hará que muchos israelitas vuelvan al Señor, su Dios. Precederá al Señor con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con sus hijos y atraer a los rebeldes a la sabiduría de los justos, preparando así al Señor un Pueblo bien dispuesto”. Pero Zacarías dijo al Angel:
“Cómo puedo estar seguro de esto? Porque yo soy anciano y mi esposa es de edad avanzada”. El ángel le respondió: “Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena noticia. Te quedarás mudo, sin poder hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo”. Mientras tanto, el pueblo estaba esperando a Zacarías, extrañado de que permaneciera tanto tiempo en el Santuario. Cuando salió, no podía hablarles, y todos comprendieron que había tenido alguna visión en el Santuario. El se expresaba por señas, porque se había quedado mudo. Al cumplirse el tiempo de su servicio en el Templo, regresó a su casa. Poco después, su esposa Isabel concibió un hijo y permaneció oculta durante cinco meses. Ella pensaba: “Esto es lo que el Señor ha hecho por mí, cuando decidió librarme de lo que me avergonzaba ante los hombres”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
El anuncio del nacimiento de Juan Bautista participa de las leyes del género literario, propio de estos anuncios: la aparición de un Ángel, la descripción de la misión del niño, el obstáculo que hay que vencer y el signo convincente (Zacarías quedó mudo hasta el nacimiento del niño). Todo ello se da en el marco de la liturgia del Templo y es parte de lo que está por venir, el advenimiento de la salvación.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, mira con bondad los dones que presentamos en tu altar, y santifica con tu poder lo que te ofrecemos en nuestra pobreza.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Lc 1, 78-79
Nos visitará el sol naciente, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso, al darte gracias por los dones recibidos, te rogamos que avives el deseo de los bienes futuros, para que, con un corazón purificado, podamos celebrar el nacimiento de nuestro Salvador. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Cielos, envíen su rocío. Nubes, lluevan al Justo. Que se abra la tierra y brote el Salvador.
ACTO PENITENCIAL
(Después de la invitación del celebrante y de un momento silencio).
Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego ante santa María, siempre virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
Dios todopoderoso... a la vida eterna. AMÉN
·Padre bondadoso, que nos envías al Salvador. Señor, ten piedad.
·Señor Jesús, que vienes a salvarnos. Cristo, ten piedad.
·Espíritu Santo, que haces fructificar la salvación en nuestras almas. Señor ten piedad
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor, derrama tu gracia en nuestros corazones, y ya que hemos conocido por el anuncio del Ángel la encarnación de Cristo, tu Hijo, condúcenos por medio de su Pasión y de su cruz, a la gloria de la resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo.
II. LITURGIA DE LA PALABRA
Sentados
PRIMERA LECTURA Miq 5, 1-4
En adviento, las primeras lecturas del domingo están siempre tomadas de los profetas que anuncian de diversas maneras la venida de Jesús como Salvador. Hoy, el profeta subraya dos cosas sobre esta venida: que Belén será el lugar del nacimiento de Jesús y que desde este lugar, Jesús se mostrará a sí mismo como el buen Pastor de su pueblo y fuente de paz.
Lectura de la profecía de Miqueas.
Así habla el Señor: Y tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti, me nacerá el que debe gobernar a Israel: sus orígenes se remontan al pasado, a un tiempo inmemorial. Por eso, el Señor los abandonará hasta el momento en que dé a luz la que debe ser madre; entonces el resto de sus hermanos volverá junto a los israelitas. Él se mantendrá de pie y los apacentará con la fuerza del Señor, con la majestad del nombre del Señor, su Dios. Ellos habitarán tranquilos, porque Él será grande hasta los confines de la tierra. ¡Y Él mismo será la paz!
Palabra de Dios.
SALMO Sal 79, 2. 3. 15-16. 18-19
Frente al anuncio del nacimiento del Salvador el salmo suplica vehementemente al señor del Universo” que venga a salvarnos. Participamos de esta oración, aclamando:
R. Restáuranos, Señor del universo.
Escucha, Pastor de Israel, Tú que tienes el trono sobre los querubines, resplandece, reafirma tu poder y ven a salvarnos. R.
Vuélvete, Señor de los ejércitos, observa desde el cielo y mira: ven a visitar tu vid, la cepa que plantó tu mano, el retoño que Tú hiciste vigoroso. R.
Que tu mano sostenga al que está a tu derecha, al hombre que Tú fortaleciste, y nunca nos apartaremos de ti: devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre. R.
SEGUNDA LECTURA Heb 10, 5-10
Este texto de la carta a los Hebreos nos recuerda la actitud interna de Jesús cuando vino al mundo. Nos salvará no por ofrendas exteriores y ritos, sino por la ofrenda de su propia vida a Dios Padre. Ofrecer la propia vida a Dios significa para él, hacer la voluntad de Dios.
Lectura de la carta a los Hebreos.
Hermanos: Cristo, al entrar en el mundo, dijo: “Tú no has querido sacrificio ni oblación; en cambio, me has dado un cuerpo. No has mirado con agrado los holocaustos ni los sacrificios expiatorios. Entonces dije: Dios, aquí estoy, yo vengo como está escrito de mí en el libro de la Ley— para hacer tu voluntad”. Él comienza diciendo: “Tú no has querido ni has mirado con agrado los sacrificios, los holocaustos, ni los sacrificios expiatorios, a pesar de que están prescritos por la Ley”. Y luego añade: “Aquí estoy, yo vengo para hacer tu voluntad”. Así declara abolido el primer régimen para establecer el segundo. Y en virtud de esta voluntad quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha de una vez para siempre.
Palabra de Dios.
ALELUYA Lc 1, 38
Aleluya. Yo soy la servidora del Señor; que se haga en mí según tu Palabra. Aleluya.
EVANGELIO Lc 1, 39-45
María que va hacia Isabel es portadora de Jesucristo en su misión de servicio. Aquel que luego dirá que “no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos”, aprendió ya a recorrer su camino de siervo en el vientre de su Madre, quien presurosamente acude a quien la necesita.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Durante su embarazo, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas ésta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”.
Palabra del Señor.
Homilía, Sentados
Profesión de fe. De pie.
CREDO
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de Vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo reciben una misma adoración y gloria. Y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A cada intención pedimos: Por María, auméntanos la fe. “Ven, Señor Jesús”
·Para que la Iglesia cuente con recursos materiales y humanos para anunciar la buena noticia de la salvación. Oremos.
·Para que los dirigentes políticos y sociales siembren la esperanza que siempre trae una mayor justicia. Oremos.
·Para que los pobres, enfermos y solos de nuestra comunidad reaviven su esperanza por nuestra ayuda solidaria. Oremos.
·Para que nosotros, y todos los que se llaman cristianos, festejemos la Navidad con espíritu de fe y solidaria austeridad. Oremos.
III. LITURGIA EUCARISTICA
Presentación de las ofrendas: Cristo, muerto y resucitado para nuestra salvación, es nuestra gran ofrenda al Padre. Unimos a él los gozos y las fatigas de cada día, y con atento silencio participamos de la presentación de los dones de pan y vino.
Bendito seas Señor... Bendito Seas por Siempre Señor.
Orad hermanos...El Señor Reciba de tus manos, éste sacrificio para alabanza y Gloria de su Nombre, para nuestro bien, y el de toda su Santa Iglesia.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que el mismo Espíritu que fecundó con su poder el seno de la bienaventurada Virgen María, santifique estos dones colocados sobre tu altar.
Por Jesucristo nuestro Señor.
PREFACIO II O IV DE ADVIENTO
Por medio de María, Dios quiso hacerse hombre y salvarnos. Demos gracias al Señor, nuestro Dios, uniéndonos al celebrante que, en nombre de todos, eleva a Dios
Durante la consagración, de rodillas, "a no ser que lo impida la estrechez del lugar, la aglomeración de la concurrencia o cualquier otra causa razonable". Terminada la consagración y la elevación del cáliz, con la genuflexión del sacerdote, hasta el final de la misa: de pie.
RITO DE COMUNION
PADRE NUESTRO De pie.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
LA PAZ
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz os dejo, mi paz os doy”. No tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia, y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
CORDERO
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Is 7, 14
Una virgen concebirá y dará a luz un hijo, cuyo nombre será Emanuel.
Comunión; La comunión es la culminación de nuestra acción de gracias a Dios. Con la fe y el espíritu servicial de María marchemos, alegres, a recibir a Jesús.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Después de recibir el anticipo de nuestra redención eterna, te rogamos, Dios todopoderoso, que cuanto más se acerca el día de nuestra salvación, tanto más se acreciente nuestro fervor para celebrar dignamente el misterio del nacimiento de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.