Primer
Anterior
2 a 7 de 7
Siguiente
Último
|
|
6 de octubre
Estos hombres -de quienes el mundo no era digno- anduvieron errantes, extraviados por desiertos y montañas, en cuevas y cavernas de la tierra. (Hebreos, 11, 37-38).
San Bruno, nacido en 1035 en Colonia, de padres nobles y virtuosos, llegó a ser rector de las escuelas de Reims, donde brilló como orador, poeta, filósofo y teólogo; se propuso después, con seis amigos suyos, ir a pedir un retiro a San Hugo de Grenoble, que les dio la Cartuja, donde puso los cimientos de la Orden fervorosa, austera y sabia de los Cartujos. Murió en un retiro de Calabria en 1101.
MEDITACIÓN SOBRE LA VIDA DE SAN BRUNO
I. Resolvióse San Bruno a prepararse para la muerte mediante una vida santa, dejó el mundo y se retiró a la soledad, El mundo es uno de los más grandes enemigos de nuestra salvación, y la soledad nos proporciona el medio para triunfar de él, alejándonos de los objetos que nos incitan al pecado, ¡Oh amable soledad! si los hombres conociesen la inefable alegría de que colmas a tus dichosos moradores, las ciudades se despoblarían y los hombres irían a buscar a Jesús en el seno de los desiertos más inhóspitos. La soledad es la morada habitual del Salvador. (Terrtuliano)
II. Después de haber vencido al mundo, hay que someter a la carne, este enemigo que nos sigue a todas partes y lleva contra nuestra virtud asaltos incesantes. Para hacerse señor de ella, San Bruno se sirvió del cilicio, del ayuno y otras austeridades. No creas que la penitencia Conviene sólo a los religiosos: tú que estás en el mundo, la necesitas más que ellos, sea para expiar tus pecados, sea para resistir las tentaciones que continuamente te atacan.
III. Al demonio, que es el tercer enemigo que debemos vencer, este ilustre ermitaño opuso la oración. Gran parte del día y de la noche la pasaba en oración y contemplación; los consuelos que gustaba en estos piadosos ejercicios trocaban su soledad en un verdadero paraíso. Retírate, siguiendo su ejemplo, para escapar al peligro del mundo y gustar los encantos del amor de Dios. Encontré la contradicción en la ciudad y me alejé de ella huyendo y habité en la Soledad. (El Salmista).
El amor a la soledad Orad por la Orden de los Cartujos.
ORACIÓN
Haced, os lo suplicamos, Señor, que los méritos de San Bruno, Vuestro confesor, acudan en nuestra ayuda, y que su intercesión nos obtenga el perdón de las graves ofensas que hemos cometido contra vuestra Majestad. Por J. C. N. S. Amén.
| |
|
|
|
6 de octubre SAN MAGNO Obispo y Confesor
A |
Según la tradición, Magno nació en Altino en una familia noble, probablemente en el último cuarto del siglo VI. Después de realizar estudios humanísticos en su ciudad natal, se retiró para hacer vida eremítica a una isla de una laguna cercana, donde se preparó para el sacerdocio. Fue ordenado en la ciudad de Oderzo, donde ejerció su sacerdocio combatiendo a los últimos propagadores del paganismo y a la infiltración arriana proveniente de la diócesis (Ceneda), ocupada por los Lombardos. En 630 sucede a San Tiziano en la sede episcopal de Oderzo. La Ciudad y parte de la diócesis todavía está sujeta a Bizancio, de la que constituía el último contrafuerte de resistencia en tierra firme contra el reino lombardo. No es extraño que Rotari, aprovechando la circunstancia de que las fuerzas bizantinas estaban comprometidas en Oriente, en 638-39 asaltó y ocupó la ciudad. La mayor parte de los habitantes, bajo la guía de su jefe político y especialmente del obispo, se refugió en la isla vecina de la laguna véneta, que formaba parte de la diócesis de Oderzo. Magno obtiene del Papa Severino (28 maggio - 2 agosto 640) y de Primigenio, patriarca de Grado, la transferencia de la sede episcopal, aunque conservando el nombre de Oderzo. Allí construye la catedral dedicada al apóstol San Pedro, de modo que la tradición también lo hace fudador, por divina inspiración, de otras ocho iglesias en la zona en donde surgirá Venecia. En 665-667, Oderzo fue reocupada y casi destruida por los Lonbardos. El santo sobrevive pocos años a este triste evento: muerenonagenario alrededor de 670 y fue sepultado en su catedral. Cuando debido al hundimiento de la laguna circundante, Eraclea fue abandonada por sus habitantes, Pietro Ziani (1205-29), el 6 de octubre de 1206, hizo trasportar los restos de San Magno Venecia, a la iglesia de San Jeremías. El 21 de dicembre de 1459 el senado veneciano decretó que ese día fuera festivo para toda la ciudad; el 28 de septiembre de 1563, un nuevo decreto del senado permite que un brzo del santo sea llevado a la basílica de San Marcos y que todos los años, el día 6 de octubre sea expuesto a la veneración de los fieles dentro de un rico relicario. En Venecia se sigue venerando a San Magno a pesar de que después de el 22 de abril de 1956 sus restos volvieron a la nueva Eraclea para ser conservados en la iglesia parroquial de Santa María Inmaculada. | |
|
|
|
6 de octubre SANTA Mª FRANCISCA DE NÁPOLES, Virgen
Nació en Nápoles (Italia) en 1715. Su padre era un tejedor, hombre de terrible mal genio. La mamá era una mujer extraordinariamente piadosa, la cual antes del nacimiento de la niña, ante los tratos tan violentos de su esposo y ante el misteriosos sueños que había tenido, le consultó el caso a San Francisco Jerónimo, el cual le profetizó que tendría una hija a la cual Dios le hablaría por medio de revelaciones.
Desde muy pequeñita fue obligada por su padre a trabajar muchas horas cada día en su taller de hilados. Pero la mamá aprovechaba todo rato libre para leerle libros piadosos y llevarla al templo a orar. El párroco, admirado de su piedad y viendo que se sabía de memoria el catecismo, la admitió a los 8 años a la Primera Comunión, y al año siguiente la encargó de preparar a varios niños.
Las demás obreras de la fábrica comentaban: "María Francisca trabaja las mismas horas que nosotras y hace el doble de hilados que las demás. ¿Qué será? ¿Vendrá su ángel de la guarda a ayudarla?." Y empezó a correr la noticia de que esta jovencita recibía especiales ayudas del cielo. Lo cierto es que cada día dedicaba cuatro o más horas a rezar, leer y meditar. Y cada mañana asistía muy devotamente a la Santa Misa.
Un domingo por la tarde, mientras preparaba unos niños a la Primera Comunión, de pronto se quedó callada como mirando a lo lejos y luego dijo: "José, Josecito: corra a su casa que su mamá lo está necesitando. Vaya allá enseguida". El niño salió corriendo y encontró que a la mamá le había dado un ataque y al caer había lanzado una lámpara encendida sobre un poco de ropa y se iba a producir un incendio. A tiempo pudo apagar las llamas y salvar la vida de su mamá. La noticia corrió por todo el barrio, y la gente empezó a comentar que a esta muchacha le enviaba Dios mensajes extraordinarios.
Como era hermosa, su padre le consiguió un novio de clase rica. Pero María Francisca le dijo que ella había prometido a Dios conservarse soltera y virgen para dedicarse a la vida espiritual y a ayudar a salvar almas. Su padre estalló en cólera y le dio violentos azotes. La encerró en una pieza a pan y agua por varios días. La jovencita aprovechó este encierro y este ayuno para dedicarse a orar y a meditar y a hacer penitencia. La madre logró hacer que un padre franciscano viniera a la casa y convenciera al furibundo padre para que dejara en libertad a su hija para escoger el futuro que más le agradara. El religioso logró convencer a Don Francisco Galo a que permitiera que su hija se dedicara a la vida espiritual, en vez de obligarla a contraer matrimonio.
El 8 de septiembre de 1731 recibió el hábito de Terciaria franciscana y siguió viviendo en su casa, pero con comportamientos de religiosa.
Como la gente comentaba que esta muchacha avisaba el futuro y leía las conciencias, un hombre de negocios le propuso a don Francisco que aprovechara las cualidades de su hija para conseguir mucho dinero. El papá le propuso entonces a María Francisca que se dedicara a adivinar la suerte a los demás y cobrara las consultas. Ella le dijo: "¿Papá, es qué has creído que yo soy adivina?" "No eres adivina", le respondió él, "pero eres una santa y lograrás que Dios te comunique el futuro de la gente". La joven le dijo humildemente: ¡Papá, yo no soy una santa. Yo soy una pobre criatura que lo único que hace es tratar de rezar con fe, pero no soy la que tú te estas imaginando. Y además nunca negociaré con lo que es de la religión!
Entonces el padre la castigó ferozmente a latigazos y a duras penas la madre logró sacarla de sus manos. La joven corrió aterrorizada a casa del Sr. Obispo, el cual se fue ante el juez y logró que a ese hombre le pusieran una sentencia de que si en adelante azotaba a su hija tendría que pagar una multa. Esto hizo que no la azotara más.
María Francisca era muy devota de la Pasión de Cristo, por eso al hacerse terciaria Franciscana tomó el nombre de María Francisca de las Cinco llagas. Y pasaba horas y horas meditando en la Pasión y Muerte de Jesús.
Frecuentemente mientras estaba en oración entraba en éxtasis (suspensión de la actividad de los nervios y de los sentidos, acompañada con visiones sobrenaturales). La Sma. Virgen se le aparecía y le traía mensajes. Pero también el demonio se le presentaba en forma de perro rabioso que la aterrorizaba. Afortunadamente descubrió que al hacer la señal de la cruz, y al pronunciar los nombres de Jesús, José y María lograba que el demonio saliera huyendo. Este fue el consejo que le oyó un día al crucifijo: "Cuando te asalten los ataques de los enemigos del alma haz la señal de la cruz, y además de invocar los nombres de las tres divinas personas de la Sma. Trinidad, debes decir varias veces: "Jesús, José y María".
Una señora la invitó a visitar un enfermo, pero la llevó a una casa en donde se efectuaba un baile inmoral. Ella huyó precipitadamente y se libró de la corrupción.
Cuando su madre murió, María Francisca se dio cuenta de que ante el temperamento tan violento de su padre, ella tenía que abandonar el hogar. Y un santo sacerdote le permitió que fuera atenderle la casa cural. Allí estuvo los últimos 38 años de su existencia, y ese tiempo le sucedieron muchos hechos misteriosos.
Un día estaba barriendo la sacristía cuando oyó una voz que le decía: "María Francisca, huya, salga huyendo rápido". Ella salió corriendo y minutos después se desplomó el techo de la sacristía. Así salvó su vida.
Cuando rezaba el viacrucis iba sufriendo algunos dolores parecidos a los que Jesús sufrió en el Huerto de los Olivos, en la flagelación, en la coronación de espinas, al llevar la cruz a cuestas y al ser crucificado. Cada Viernes Santo entraba en agonía como si estuviera muriendo en una cruz. Y todo esto lo ofrecía por la conversión de los pecadores, y el descanso de las benditas almas del purgatorio. Las gentes decían: "María Francisca saca más almas del purgatorio ella sola con sus sufrimientos, que todos nosotros con nuestras oraciones".
Unos de los fenómenos más extraordinarios de esta santa sucedieron durante la comunión. En tres ocasiones la Santa Hostia voló a posarse en sus labios. Una vez mientras el sacerdote decía: Este es el Cordero de Dios… la hostia que él tenía en la mano salió volando y fue a colocarse en la boca de la santa. Otra vez voló desde el Copón, y una tercera vez, al partir el celebrante la hostia grande, un pedazo de ella voló hacia la fervorosa mística que estaba aguardando turno para comulgar.
En la Navidad de 1741, el Niño Jesús le habló y le dijo: "Quiero que seamos amigos para siempre". Fue tan grande la emoción de ella al oírle esto a Nuestro Señor, que quedó ciega por 24 horas. Después recobró otra vez la vista y el resto de su vida lo dedicó por completo a amar a Jesús y a hacerlo amar por los demás.
Le aparecieron las cinco llagas o heridas de Jesús en su cuerpo. Su salud era muy defectuosa y las enfermedades la hacían sufrir enormemente. Cuando su padre estaba moribundo le pidió a Dios que le pasara a ella los dolores que el pobre hombre estaba padeciendo, y así sucedió con espantables sufrimientos para la santa mujer. Pero con estos sufrimientos logró convertir a su papá y a muchos pecadores más. En sueños veía a varias almas del purgatorio que le suplicaban ofreciera por ellas sus sufrimientos ya sí lo hacía. Muchas personas la trataron muy mal y ella ofrecía con paciencia estos malos tratos rezando por quienes le ofendían, y tratando bien a quienes le trataban mal. Las gentes murmuraban contra ella y le inventaban lo que no era cierto, pero ella callaba, para asemejarse a Jesús que callaba en su Pasión. A su director espiritual le dijo un día: "He sufrido en mi vida todo lo que una persona humana puede sufrir. Pero todo ha sido por amor a Dios". Y le añadía: ¡Padre, sean muy bondadosos con las personas que los vienen a consultar. No sean duros con nadie!.
Anunció que iban a llegar muy pronto unos sufrimientos terribilísimos para la Iglesia Católica (y en aquellos años llegaron las feroces persecuciones de la Revolución Francesa que ocasionaron tantísimas muertes de católicos). Pidió a Dios que no permitiera que ella presenciara estos desastres, y murió cuando estaban empezando.
El 6 de octubre de 1791 murió santamente. Y al año 1867 el Sumo Pontífice la declaró santa.
| |
|
|
|
6 de octubre SANTA FE,(*) Virgen y Mártir
Cuando esta doncella compareció ante los procuradores Daciano y Ageno por ser cristiana, hizo primero la señal de la cruz y pidió ayuda celestial, después se volvió hacia Daciano, quien le preguntó: "¿Cómo te llamas?" Ella respondió: "Me llamo Fe y espero estar a la altura de mi nombre". Daciano le preguntó: "¿Cual es tu religión? Fe replicó: "Desde niña he servido a cristo y a Él me he consagrado". Daciano, que se sentía inclinado al perdón, le dijo: "Hija mía, piensa en tu juventud y tu belleza. Renuncia a tu religión y ofrece sacrificios a Diana. Es una diosa de tu sexo y te concederá toda clase de bienes". Pero la santa respondió: "Todos los dioses de los gentiles son malos. ¿Cómo, pues, me pides que les ofrezca sacrificios?" Daciano exclamó: "Si no ofreces sacrificios, morirás en el tormento". La joven replicó: "Estoy pronta a sufrir todos los tormentos por Cristo. Ardo en deseos de morir por Él". Daciano ordenó a los verdugos que trajesen una parrilla y tendiesen a Fe sobre ella. Los verdugos vertieron aceite en el fuego para avivar las llamas y hacer más violenta la tortura. Algunos espectadores, horrorizados gritaron: "¿Cómo te atreves a atormentar a una doncella cuyo único crimen es adorar a Dios?" Daciano mandó arrestar al punto a algunos de los que habían lanzado ese grito. Como éstos se negaron a ofrecer sacrificios, fueron decapitados junto con Santa Fe.
La leyenda que acabamos de reproducir no es fidedigna, ya que se confunde en algunos puntos con la de San Caprasio (20 de octubre). Pero el culto de Santa Fe era muy popular en la Edad Media en Europa. La capilla del costado oriental de la cripta de la Catedral de San Pablo, en Londres, lleva todavía el nombre de la santa. Antes del Gran Incendio, existía en Faringdon Ward Withinuna parroquia consagrada a Santa Fe, que fue derribada en 1240 para ensanchar el coro de la catedral.
| |
|
|
|
6 de octubre
|
SAN NICETAS DE CONSTANTINOPLA,(*) Monje
|
Entre los cortesanos de la emperatriz Irene, quien fue gran defensora del culto de las imágenes de Nuestro Señor y de los santos, se contaba un joven patricio llamado Nicetas. Era miembro de una familia de Plafagonia, emparentada con la emperatriz y se dice que ella le envió al segundo Concilio ecuménico de Nicea, como uno de sus dos representantes oficiales; pero las actas del Concilio no mencionan al santo. A pesar de que una revolución de los cortesanos elevó al trono a Nicéforo, Nicetas no perdió el cargo de prefecto de Sicilia (su fiesta se celebra en Messina), aunque tal vez hubo de volver la espalda a su protectora. El año811, Nicéforo pereció asesinado, y Nicetas ingresó entonces en el monasterio de Krysonike, en Constantinopla, donde permaneció hasta que el emperador León V empezó a combatir el culto de las imágenes. Entonces, Nicetas y algunos monjes se retiraron a una casa de campo, llevando consigo una imagen particularmente preciosa del Señor. Cuando el emperador se enteró de ello, envió a un pelotón de soldados, quienes se apoderaron por la fuerza de la imagen y prohibieron a Nicetas salir de la casa. Nicetas desapareció entonces de la historia durante doce años. Volvemos a encontrarlo en el momento en que el emperador Teófilo le mandó llamar para que reconociese al patriarca iconoclasta Antonio. San Nicetas se negó a ello y fue expulsado del monasterio junto con otros tres monjes. Como se castigaba severamente a quienes ofrecían refugio a los defensores de las imágenes, Nicetas y sus compañeros tuvieron gran dificultad en encontrar albergue. Finalmente el santo pudo refugiarse en una finca de Katisia, en Paflagonia, donde pasó el resto de su vida.
| |
|
|
Primer
Anterior
2 a 7 de 7
Siguiente
Último
|