Afrontar problemas
Esto es cierto, se conoce como “fenómeno
de la bola de nieve” cuanto más hablemos,
critiquemos y nos quejemos del problema, más
grande se hará, es importante entrenarnos en
la resolución de problemas, pensar en soluciones inmediatamente después de ver el problema, es
como caer en tierras movedizas, si metes un pie
puedes sacarlo, si te quejas y te quejas te metes
hasta el cuello y en ese momento las
soluciones parecen imposibles.
Retrasa preocuparte. Si te encuentras preocupado por algo que
sucederá en el futuro, puedes decirte "me
preocuparé mañana, no hay ningún motivo
de preocuparse hoy, tardará en suceder".
Cuando vuelva el problema a tu cabeza, intenta
está técnica: retrasa preocuparte un día más.
El echo es que la mayoría de preocupaciones
nunca suceden, retrasarlo es una forma de
torear nuestra mente negativa. La naturaleza
de nuestra mente es crear problemas y cosas
para preocuparse, está es una manera de olvidarse.
Actúa. Cuando nos preocupamos podemos quedar paralizados por el miedo. A parte de preocuparte, piensa en una solución práctica para solucionar
el problema. Actuando y buscando una solución te sentirás mejor. Muchos problemas no deben ignorarse, requieren actuar; sin embargo, para
otras preocupaciones no hay nada que hacer ya
que son problemas imaginarios. Si te das cuenta
que nada se puede hacer, esa es una buena razón
para dejar de preocuparse.
Ten cuidado con lo que deseas. Cuando pensamos de forma intensa sobre algo,
esa idea cobra fuerza y es más fácil que suceda.
Si pensamos que vamos a equivocarnos, incrementaremos nuestras probabilidades de fallar. En lugar de pensar en un resultado negativo,
céntrate en cómo resolver la situación de
forma óptima.
Mantén la perspectiva. Escribe una lista de las cosas que te preocupan
y examina cuanto te afectan. ¿Te preocupas por
cosas importantes o insignificantes? No te sobrecargues con pequeñas cosas, mantén
una perspectiva más elevada.
Controla tus pensamientos. La clave para reducir la ansiedad y las preocupaciones es aprendiendo la habilidad
de controlar los pensamientos. A veces nuestros pensamientos nos superan, nos convertimos en
sus esclavos. Cualquier pensamiento que llega
a nuestra mente lo aceptamos como cierto y nos identificamos con él . Craso error. A menudos nuestros pensamientos son erróneos. Tenemos la habilidad de decidir que pensamientos son
ciertos y cuales están equivocados.
No seas presumido. Muchas veces nos preocupamos de lo que la
gente piensa. Nos preocupamos de cumplir las expectativas sociales, nos preocupamos de gustar
a los demás. Con esta perspectiva mental tendemos
a dar demasiada importancia a nuestro ego;
estamos constantemente buscando el aprecio y
la admiración de los demás. Si no obtenemos
este aprecio, pensamos que no somos válidos.
Si desarrollamos una suficiente confianza y tranquilidad interna, no nos preocuparemos
de lo que piensen los demás. Necesitamos dar menos importancia a las
opiniones del mundo. Si tomamos distancia de
los juicios de otros ganaremos mayor espacio
interior y evitaremos preocuparnos por la relativa insignificancia de los juicios de los demás.
Analiza. Otro enfoque para tratar con las preocupaciones
es analizar cuidadosamente si están justificadas. Pregúntate: ¿Por qué me preocupo por esto?
¿Podría estar equivocado? Analizando y distanciándote del problema puedes evaluar
su importancia de forma realista.
Tejvan de PickTheBrain
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