EL
KARMA
El
Karma es una palabra que proviene del sánscrito, que tiene un complejo
significado. Solo podemos ver la manifestación del Karma, si prestamos atención
a las consecuencias de los actos del hombre en el tiempo, tanto en su relación
con los demás como consigo mismo.
¿Pero
que es el Karma?
Para
hablar del karma habría que remontarse a Oriente, donde las religiones de estos
países aún conservan la tradición de las reencarnaciones, y por ende no solo
dedican su vida a no cometer tantos errores para que no les caiga el karma
encima en esta vida, sino también piensan en los efectos que pueden traer en una
vida futura, el mal comportamiento que puedan tener en la presente existencia.
El
karma sería una ley que busca el equilibrio de las cosas. Es una ley de causa y
efecto.
Sería
como un frontón que nos devuelve la misma pelota que lanzamos hacia la pared,
una y otra vez, sin parar, pero en este caso, sobre el que ahora tratamos, lo
que nos devuelve son las consecuencias de nuestras malas o buenas
obras.
Si
partimos de una base en que en la vida, el ser humano está para aprender, y el
karma no sería un castigo, sino sería mas bien una curación para el
alma.
Los
yoguis reciben con agrado los malos momentos, ya que estos lo aprovechan para
limpiarse interiormente, igualmente los monjes budistas avanzados, piden a sus
deidades que se les aumente el karma para superarse interiormente. Y con razón
un maestro gnóstico decía que....."hay que sonreír a las adversidades de la
vida, esa es la ley". (duras, pero sabias
palabras)
Esta
ley única se aplica siempre, por eso es importante la postura de quien le toque
recibirla, la de amargarse o la de recibir esta enseñanza con conocimiento de
causa, y así poder llegar a ser mejor, superándose, aprendiendo de los errores
cometidos.
Pero
no todo es tan duro en el karma, cuando realizamos buenas obras, esta ley nos
devuelve tarde o temprano la consecuencia de nuestra buena
acción.
Lamentablemente, hoy en día en las grandes ciudades, (y
no tan grandes) nos olvidamos de practicar las buenas acciones, y por el
contrario, vivimos más egóicamente, teniendo en consecuencia, una vida más
infeliz.
Sí,
las buenas acciones están relacionadas con la felicidad, ya que es una forma de
aliviarnos la vida. Con las buenas obras se equilibra la balanza en donde se
pesan nuestras acciones negativas y positivas. Realmente, vale la pena
esforzarse y salir de la mecánica rutina de no amar al prójimo. Si uno no ama,
seguramente las otras personas no nos amarán tanto, y como consecuencia
terminaremos enfermándonos todos, ya que el alimento primordial para que el alma
humana consiga felicidad, es el amor.
Así
que, cuando observéis en vuestro interior un estado alterado de conciencia
tenéis que relajaros y serenaros para no volver a cometer nuevos actos
equivocados.
En
fin, el karma, un tema para recordar y reflexionar una y otra vez, ya que casi
siempre volvemos a tropezar con la misma
piedra.
Un
abrazo a todos.
Ariel
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