UNA
ROSA ROJA
Vicente Herrera
Márquez
En el
cuaderno el niño pintó una flor para mamá.
En el escritorio de la maestra había una flor.
En la vera del camino crecía una flor. Y en las manos
de un amante, también había una flor. Era una rosa
roja.
En una flor de mi jardín puse todas las esperanzas.
Una por una, con cuidado, corté las espinas. En sus
pétalos escribí una canción y le pedí al viento amigo
que la llevara hasta ti. Era una rosa roja.
El viento con cariño la cobijó en sus ondas,
cuidando que no la marchitara el aire y que, de la
mañana, la fría brisa, no escarchara las palabras de
la canción que escribí. Era una rosa roja.
Tras
una hoja, escondida quedó una espina, la que hizo, sin querer,
sangrar tu mano y en tu corazón, dejo una herida, que
ojalá la puedan curar otras rosas de mi jardín. Era
una rosa roja.
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