LAS
PUERTAS DEL TEMPLO
Vicente Herrera Márquez
Quiero entrar al
templo de estructura universal
que
es simiente de la vida.
Quiero entrar y recorrer el continente
de un
cuerpo de mujer.
Quiero entrar en ti por todos los caminos y senderos
que
como mujer puedes ofrecer a un hombre.
Quiero entrar a tu mente encaramado en tus
pensamientos
y
amarrado a un sentimiento.
Quiero entrar por tus ojos en un haz de luz
que
se grabe en tus retinas
y
trasmita a tu cerebro la imagen de mi amor.
Quiero entrar por tus oídos como susurro de una brisa,
como
canto de calandria,
y
como bramido de trueno que retumbe en tus entrañas.
Quiero entrar por tu olfato como aroma de lavandas,
como
perfume de noche ardiente
y
como esencia de hombre
estrujada de mi cuerpo por tus brazos.
Quiero entrar por tu boca como sabor de piel curtida por
el tiempo,
succionado por tus labios
y
degustado por las papilas de tu lengua.
Quiero entrar por tus poros como mezcla de sudores
y
ungüentos de hierbas orientales.
Quiero entrar por el camino exquisito del placer
y
unirnos en rito sublime de caricias, de pasión y deseo compartido,
hasta
alcanzar la gloria
y
vernos reflejados en la cara oculta de la
luna.
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