VACUNA PARA UNA ENFERMEDAD
BENIGNA
Vicente Herrera
Márquez
Busqué en farmacias, recorrí droguerías;
pregunté a doctores, consejo a un cura pedí; a una
gitana hermosa le mostré mi mano, trajiné los estantes de viejas
yerberias, y no encontré remedio para el mal de amor.
La verdad no es un mal, solo enfermedad, a veces es
hermosa, otras llevadera, algunas pasajera y muchas dolorosa.
Yo la padezco desde que era un niño, y mil recaídas
como hombre sufrí. Son éstas las que hacen buscar medicina.
Después de mucho buscar y nada encontrar, un doctor
amigo que me vino a ver, me dijo no busques, es vano tu intento,
lo que tú necesitas no es un jarabe, no son
comprimidos y menos un parche lo que tú precisas es una vacuna
que no deje que entre ese mal en ti, produzca
anticuerpos al sentir amor, y te cure por siempre de esa
enfermedad. En una semana vendré por aquí a inyectarte
el suero que voy a inventar. Pasado tres días al sabio tuve que
llamar, diciendole: amigo no prepares vacuna ¿Porqué?
¿No me digas que del mal te curaste? Sí doctor, por ahora, me
enamoré otra vez.
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