Son alimentos esenciales para la salud del hombre actual gracias a la vitalidad que proporcionan y su riqueza en vitaminas, minerales, oligoelementos y enzimas.
El germinado es cualquier semilla cuyo metabolismo es activado al ponerse en contacto con el calor, el agua y el aire.
El capitán Cook pudo realizar sus travesías librándose del escorbuto gracias a los germinados, éstos tienen la ventaja de que la semilla se puede almacenar durante años, se transporta fácilmente, se digiere y asimila con facilidad por el organismo, son baratos y además son alimentos de alta calidad biológica.
Las semillas son muy ricas en enzimas, éstas transforman el almidón en azúcares simples, facilitan la síntesis de numerosas vitaminas y de otras sustancias biológicas importantes.
En la germinación las sales minerales, gracias a la fotosíntesis vegetal, se multiplican, se sintetizan abundantes vitaminas y fermentos.
Los germinados es mejor consumirlos crudos, así no perderemos sus propiedades.
Para hacerlos, es muy fácil, se meten en un bote de cristal la sexta parte de las semillas que queramos germinar, pueden ser alfalfa, soja, trigo, fenogreco, lentejas, garbanzos, girasol, cebada, maíz, guisantes, calabaza, sésamo, etc, se le echa agua y se deja 12 horas a remojo, se le saca el agua y se deja en un sitio oscuro, tapados con algo que transpire y, cada 12 horas, se le añade agua un rato, y se vuelve a dejar en la oscuridad sin el agua, en tres o cuatro días tendremos los germinados listos, ahí los meteremos al frigorífico para irlos consumiendo sin que se estropeen.
¡Qué manjar para el paladar!, y para nuestra salud