Cuando llegues... habrá un florecimiento de amapolas. Un himno nuevo entonará la sangre; y al sentir el milagro de tus manos, brotarán de mi canto lirios blancos.
Me vestiré los tules nupciales de la aurora. Bañaré mis cabellos con reflejos de sol; habré puesto a mi boca el dulzor de las mieles, y a mis senos, arrullos con preludios de amor.
Cantarán los minutos mis arterias cansadas. Ya mi espera se tiende con caminos de luz; pon a tus pies sandalias tejidas de ilusiones, que hallarán primavera cantando plenitud:
Cuando llegues... habrá germinación en los vergeles al abrirse mi carne en floración; y en el dulce cansancio de la entrega, se mecerá una cuna y una flor.
Autor: Beatriz Zuluaga
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