EL
TOQUE DE UNA MANO
Hay
una piedra preciosa que algunas veces llaman el ópalo de la
simpatía.
Si
viéramos uno de estos ópalos en el aparador de un joyero, preguntaríamos por qué
estaba allí.
Es
opaco, sin lustre, y sin hermosura.
Pero
si lo colocamos por un instante en la mano, brillará exhibiendo todos los
colores del arco iris.
Necesita el calor de la mano humana para poder lucir su
hermosura.
En el
mundo hay muchas vidas que son sombrías, sin hermosura y sin cariño que están
esperando
el
toque de una mano amiga y la simpatía de un corazón humano;
esperan que las comuniquemos con Aquel que puede
transformarlas hasta que brillen cual
joyas
en su corona eterna.
Vía
Renuevo de Plenitud
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