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Había una vez, una pequeña rana que se cayó dentro de un gran tazón lleno de crema. Sin poder salir, la pequeña pateaba, pateaba, pateaba hasta que finalmente la crema se transformó en mantequilla y así le fue posible saltar a un lugar seguro.
Así somos nosotros. Nosotros somos la rana. Podemos darnos por vencidos cuando nos enfrentamos a retos imposibles, o podemos patear, patear, patear hasta que las maldiciones se conviertan en bendiciones. Puedes estar seguro que nuestro Creador desea que sobrevivamos a nuestras batallas, conquistemos a nuestros demonios y, sin importar que tan oscura pueda ser la vida, siempre hay Luz al final del tunel. Nuestro reto es mantener nuestra certeza y continuar dando una buena pelea.
Continua pateando hoy. Puedes estar seguro que existe una solución para aquello que amenaza con abatirte.
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