Cristo, después de resucitar, no muere más porque la muerte ya no tiene poder sobre él. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, luz admirable de los santos, que nos concediste celebrar el misterio pascual en la tierra, te pedimos que nos hagas gozar de la plenitud de tu gracia en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu hijo que vive y reina contigo en la unidad del espíritu santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA Hech 11, 1-18
De los Hechos de los Apóstoles.
Los Apóstoles y los hermanos de Judea se enteraron de que también los paganos habían recibido la Palabra de Dios. Y cuando Pedro regresó a Jerusalén, los creyentes de origen judío lo interpelaron, diciéndole: “¿Cómo entraste en la casa de gente no judía y comiste con ellos?” Pedro comenzó a contarles detalladamente lo que había sucedido: “Yo estaba orando en la ciudad de Jope, cuando caí en éxtasis y tuve una visión. Vi que bajaba del cielo algo parecido a un gran mantel, sostenido de sus cuatro puntas, que vino hasta mí. Lo miré atentamente y vi que había en él cuadrúpedos, animales salvajes, reptiles y aves. Y oí una voz que me dijo: “Vamos, Pedro, mata y come”. “De ninguna manera, Señor, respondí, yo nunca he comido nada manchado ni impuro”. Por segunda vez, oí la voz del cielo que me dijo: “No consideres manchado lo que Dios purificó”. Esto se repitió tres veces, y luego, todo fue llevado otra vez al cielo. En ese momento, se presentaron en la casa donde estábamos tres hombres que habían sido enviados desde Cesárea para buscarme. El Espíritu Santo me ordenó que fuera con ellos sin dudar. Me acompañaron también los seis hermanos aquí presentes y llegamos a la casa de aquel hombre. Éste nos contó en qué forma se le había aparecido un ángel, diciéndole: “Envía a alguien a Jope, a buscar a Simón, llamado Pedro. Él te anunciará un mensaje de salvación para ti y para toda tu familia”. Apenas comencé a hablar, el Espíritu Santo descendió sobre, ellos, como lo hizo al principio sobre nosotros. Me acordé entonces de la Palabra del Señor: “Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo”. Por lo tanto, si Dios les dio a ellos la misma gracia que a nosotros, por haber creído en el Señor Jesucristo, ¿cómo podía yo oponerme a Dios?” Después de escuchar estas palabras, se tranquilizaron y alabaron a Dios, diciendo: “También a los paganos ha concedido Dios el don de la conversión que conduce a la vida”.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Dios, ha concedido a los paganos, los que en un principio no pertenecían a su pueblo escogido, el “don de la conversión que conduce a la vida”. Pedro fue conducido por el Espíritu Santo para bautizar a los extranjeros. Al comienzo no fue fácil aceptar el hecho de que la salvación ya no era exclusiva para los judíos. No existe un grupo particular que pueda poseer ni adjudicarse, sólo para sí, el Espíritu Santo. Las razones utilizadas por Pedro no dejan de ser válidas hoy: Si Dios es quien concede el don a quien quiere ¿Cómo podemos nosotros oponernos?
SALMO Sal 41, 2-3; 42, 3-4
R. ¡Mi alma tiene sed de ti, Dios viviente!
Como la cierva sedienta busca las corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, mi Dios. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente: ¿Cuándo iré a contemplar el rostro de Dios? R.
Envíame tu luz y tu verdad: que ellas me encaminen y me guíen a tu santa Montaña, hasta el lugar donde habitas. R.
Y llegaré al altar de Dios, el Dios que es la alegría de mi vida; y te daré gracias con la cítara, Señor, Dios mío. R.
ALELUYA Jn 10, 14
Aleluya. “Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO Jn 10, 11-18
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Jesús dijo a los fariseos: Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas. El asalariado, en cambio, que no es el pastor y al que no pertenecen las ovejas, cuando ve venir al lobo las abandona y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa. Como es asalariado, no se preocupa por las ovejas. Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí -como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre- y doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este corral y a las que debo también conducir: ellas oirán mi voz, y así habrá un solo rebaño y un solo Pastor. El Padre me ama porque yo doy mi vida para recobrarla. Nadie me la quita, sino que la doy por mí mismo. Tengo el poder de darla y de recobrarla: éste es el mandato que recibí de mi Padre.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
El asalariado frente al lobo, huye abandonando a las ovejas. Si las ovejas quedan solas, el mal personificado en el lobo, las arrebatará para sí, arrastrándolas irremediablemente a la muerte. Si no las atrapa, las dispersará del rebaño, para disminuir sus fuerzas, dejándolas indefensas hasta la próxima arremetida; el mal regresará una y otra vez. Permanecer junto al Buen Pastor es la vida, él está dispuesto a dar su vida, para conservar el rebaño unido y fuera del peligro. En la comunidad se encuentra la vida.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre, acepta los dones de tu Iglesia desbordante de alegría, y ya que le diste el motivo de un gozo tan grande, concédele participar de la felicidad eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Jn 20, 9
Jesús se puso en medio de sus discípulos y les dijo: “La paz esté con ustedes”, aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre, mira con bondad a tu pueblo, y ya que has querido renovarlo con los sacramentos de la Vida eterna, concédele alcanzar la gloria de la incorruptible resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor.
Con alegría y regocijo demos gloria a Dios, porque el Señor, nuestro Dios, el todopoderoso, ha establecido su Reino. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, concédenos que quienes celebramos los misterios de la Resurrección del Señor,merezcamos alcanzar la alegría de nuestra redención. Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA Hech 11, 19-26
Lectura de los Hechos de los apóstoles.
Los que se habían dispersado durante la persecución que se desató a causa de Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, y anunciaban la Palabra únicamente a los judíos. Sin embargo, había entre ellos algunos hombres originarios de Chipre y de Cirene que, al llegar a Antioquía, también anunciaron a los paganos la Buena Noticia del Señor Jesús. La mano del Señor los acompañaba y muchos creyeron y se convirtieron. Al enterarse de esto, la Iglesia de Jerusalén envió a Bernabé a Antioquía. Cuando llegó y vio la gracia que Dios les había concedido, él se alegró mucho y exhortaba a todos a permanecer fieles al Señor con un corazón firme. Bernabé era un hombre bondadoso, lleno del Espíritu Santo y de mucha fe. Y una gran multitud adhirió al Señor. Entonces partió hacia Tarso en busca de Saulo, y cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Ambos vivieron todo un año en esa Iglesia y enseñaron a mucha gente. Y fue en Antioquía donde por primera vez los discípulos recibieron el nombre de “cristianos”.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
La comunidad cristiana sigue predicando entre los judíos y también lleva su mensaje a otros pueblos. Poco a poco comienza a distinguirse del resto de los judíos, y ya se los reconoce con el nombre de cristianos. La comunidad está formada por aquellos que han reconocido que Jesús de Nazaret es el Cristo.
SALMO Sal 86, 1- 7
R. ¡Alaben al Señor, todas las naciones!
O bien: Aleluya.
¡Ésta es la ciudad que fundó el Señor, sobre las santas montañas! Él ama las puertas de Sión más que a todas las moradas de Jacob. Cosas admirables se dicen de ti, ciudad de Dios. R.
“Contaré a Egipto y a Babilonia entre aquellos que me conocen; filisteos, tirios y etíopes han nacido en ella”. Así se hablará de Sión: “Este, y también aquel, han nacido en ella, y el Altísimo en persona la ha fundado”. R.
Al registrar a los pueblos, el Señor escribirá: “Este ha nacido en ella”. Y todos cantarán, mientras danzan: “Todas mis fuentes de vida están en ti”.R.
ALELUYA Jn 10, 27
Aleluya. “Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO Jn 10, 22-30
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno, y Jesús se paseaba por el Templo, en el Pórtico de Salomón. Los judíos lo rodearon y le preguntaron: “¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si eres el Mesías, dilo abiertamente”. Jesús les respondió: -- Ya se lo dije, pero ustedes no lo creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de Mí, pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, Yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos. Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre. El Padre y Yo somos una sola cosa -.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Jesús es el Cristo, el Ungido de Dios, que ha venido para reunir las ovejas en un solo rebaño y darles la vida. Para pertenecer a su rebaño es necesario tener los oídos y el corazón abiertos a escuchar la voz del pastor. Y el Padre, que da vida plena a Jesús, la dará también a cada una de sus ovejas.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, concédenos alegrarnos siempre por estos misterios pascuales, para que la perenne actualización de nuestra redención, sea para nosotros causa de felicidad eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cfr. Lc 24, 46. 26
El Mesías debía sufrir y resucitar para entrar en su gloria. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, escucha nuestros ruegos, para que la participación en los sacramentos de nuestra redención nos proteja en esta vida y nos obtenga la felicidad eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.
Te alabaré entre las naciones, Señor, y anunciaré tu nombre a mis hermanos. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Señor, vida de los fieles, gloria de los humildes y felicidad de los santos, escucha con bondad nuestras súplicas y sacia con abundancia a quienes tienen sed de los dones que has prometido. Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA Hech 12, 24—13, 5
Lectura de los Hechos de los apóstoles.
La Palabra de Dios se difundía incesantemente. Bernabé y Saulo, una vez cumplida su misión, volvieron de Jerusalén a Antioquía, llevando consigo a Juan, llamado Marcos. En la Iglesia de Antioquía había profetas y doctores, entre los cuales estaban Bernabé y Simeón, llamado el Negro, Lucio de Cirene, Manahén, amigo de infancia del tetrarca Herodes, y Saulo. Un día, mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo les dijo: “Resérvenme a Saulo y a Bernabé para la obra a la cual los he llamado”. Ellos, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron. Saulo y Bernabé, enviados por el Espíritu Santo, fueron a Seleucia y de allí se embarcaron para Chipre. Al llegar a Salamina anunciaron la Palabra de Dios en las sinagogas de los judíos, y Juan colaboraba con ellos. Palabra de Dios.
COMENTARIO
Ningún miembro de la comunidad es el dueño de la misión. La misión es dirigida por el Espíritu Santo. Por eso, los encargados de llevar adelante la evangelización, surgen de la comunidad puesta en oración y son enviados bajo el gesto de la imposición de manos hecho por la comunidad.
SALMO Sal 66, 2-3. 5-6. 8
R. ¡Que todos los pueblos te den gracias, Señor!
O bien: Aleluya.
El Señor tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros, para que en la tierra se reconozca su dominio, y su victoria entre las naciones. R.
Que canten de alegría las naciones, porque gobiernas a los pueblos con justicia y guías a las naciones de la tierra. ¡Que los pueblos te den gracias, Señor! R.
¡Que todos los pueblos te den gracias! Que Dios nos bendiga, y lo teman todos los confines de la tierra. ¡Que los pueblos te den gracias, Señor! R.
ALELUYA Jn 8, 12
Aleluya. “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue tendrá la luz de la vida”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO Jn 12, 44-50
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Jesús exclamó: El que cree en Mí, en realidad no cree en Mí, sino en aquel que me envió. Y el que me ve, ve al que me envió. Yo soy la luz, y he venido al mundo para que todo el que crea en Mí no permanezca en las tinieblas. Al que escucha mis palabras y no las cumple, Yo no lo juzgo, porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien lo juzgue: la palabra que Yo he anunciado es la que lo juzgará en el último día. Porque Yo no hablé por Mí mismo: el Padre que me ha enviado me ordenó lo que debía decir y anunciar; y Yo sé que su mandato es vida eterna. Las palabras que digo, las digo como el Padre me lo ordenó.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Nuevamente Jesús declara la estrecha relación que existe entre Él y el Padre. El Padre lo ha enviado, y Él habla la palabra del Padre, que es palabra de salvación. Jesús no vino al mundo a condenar, sino a dar vida. Cada uno al escuchar la palabra toma una postura; el juicio está en que cada uno elija o rechace lo que dice esa palabra.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que por la fervorosa participación de este sacrificio nos haces compartir tu Vida divina, concédenos que así como hemos conocido tu verdad, manifestemos con una conducta digna. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA Cfr. Jn 15, 16. 19
Dice el Señor: Yo los elegí del mundo y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, ayuda con bondad a tu pueblo y, colmado con este sacramento celestial, concédele pasar de la antigua servidumbre del pecado a la vida nueva de la gracia. Por Jesucristo nuestro Señor.