Poeta enamorado
Vicente Herrera
Márquez
Los
poetas del amor lo buscamos en los abismos de la vida. Somos de amores, en
apariencia simples, pero complicados en los estamentos del hombre. Nos
gusta el peligro y desafiamos los códigos morales, nos perdemos en los
laberintos del subconciente y nos dejamos llevar por los impulsos sin
medirlos. Somos pasionales, obsesivos y juguetes de caprichos, no pensamos
en consecuencias ni lamentos y enredamos sentimientos en las redes de la
intriga. Los poetas somos simples marionetas del destino que amamos y
jugamos con las letras, buscando la entrega de mujer en cuerpo y
alma, sin pensar si tiene dueño, compromiso o algún lazo. Pues pensamos
que el amor es libre, sin fronteras, sin papeles y sin amarras impuestas por
amantes despechados, o por falsos personajes disfrazados de
intachables. Somos juglares libres que no distinguimos límites terrenos y
no respetamos sintaxis ni prosodia del idioma buscando palabras u oraciones
que resalten la pasión. Inventamos verbos y adjetivos para engrandecer el
amor. Los poetas somos seres del mundo que se esconde y se camufla en los
senderos que disimulan los setos limitantes sin sentido, que establecen los
pacatos enemigos del amor. Soy un simple poeta del amor, así lo creo, y no
me canso de escribir romance y pasión a la mujer que amo, desafiando los
códigos morales y las normas ciegas de la ley. Soy un loco poeta
enamorado.
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