AMÉMONOS
Buscaba mi alma con afán tu alma, buscaba yo la virgen
que mi frente tocaba con su labio dulcemente en el febril insomnio del
amor.
Buscaba la mujer pálida y bella que en sueño me visita desde
niño, para partir con ella mi cariño, para partir con ella mi
dolor.
Como en la sacra soledad del templo sin var a Dios se siente su
presencia, yo presentí en el mundo tu existencia, y, como a Dios, sin
verte, te adoré.
Y demandando sin cesar al cielo la dulce compañera de
mi suerte, muy lejos yo de ti, sin conocerte en la ara de mi amor te
levanté.
No preguntaba ni sabía tu nombre, ¿En dónde iba a
encontrarte? lo ignoraba; pero tu imagen dentro el alma estaba, más bien
presentimiento que ilusión.
Y apenas te miré... tú eras
ángel compañero ideal de mi desvelo, la casta virgen de mirar de
cielo y de la frente pálida de amor.
Y a la primera vez que nuestros
ojos sus miradas magnéticas cruzaron, sin buscarse, las manos se
encontraron y nos dijimos "te amo" sin hablar
Un sonrojo purísimo en
tu frente, algo de palidez sobre la mía, y una sonrisa que hasta Dios
subía... asi nos comprendimos... nada más.
¡Amémonos, mi bien! En este
mundo donde lágrimas tantas se derraman, las que vierten quizá los que se
aman tienen yo no sé que de bendición. dos corazones en dichoso
vuelo; ¡Amémonos, mi bien! Tiendan sus alas amar es ver el entreabierto
cielo y levantar el alma en asunción.
Amar es empapar el
pensamiento en la fragancia del Edén perdido; amar es... amar es llevar
herido con un dardo celeste el corazón. Es tocar los dinteles de la
gloria, es ver tus ojos, escuchar tu acento, en el alma sentir el
firmamento y morir a tus pies de adoración.
Manuel Maria Flores
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