Semana XX del Tiempo Ordinario, Domingo, ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARIA
María, victoria de Cristo
Ya llega la victoria, el poder y el reino de nuestro Dios.
La fiesta de hoy resalta el triunfo de María. O mejor, el triunfo de Dios en ella. Jesús había comenzado su predicación diciendo: “El reino de Dios está aquí”. Pues bien, en la Virgen de Nazaret se cumplen las palabras del Apocalipsis: en ella Dios reina totalmente; el influjo de Dios ha alcanzado incluso a su cuerpo, que queda inundado por la gloria de Dios. En ella Dios ha vencido definitivamente el mal, el pecado, la muerte. Por eso esta fiesta es también motivo de esperanza para nosotros: el triunfo de María es prenda de nuestro propio triunfo total y definitivo.
Por Cristo todos volverán a la vida.
Toda la acción vivificadora de Dios se realiza “por Cristo, con Él y en Él. El triunfo de María testimonia esta solidaridad con Cristo, esta unión profunda con Él. Unida a todo su misterio, unida a su cruz y a su sufrimiento, partícipe de su humillación, es también arrastrada por Él en su victoria. Igual para nosotros: la garantía de nuestro triunfo es la unión con Cristo, y sólo ella, pues no podemos vencer el mal, el pecado y la muerte por nuestras propias fuerzas. “Si morimos con Él, viviremos con Él. Si sufrimos con Él, reinaremos con Él” (2 Tim 2,11-12).
Dichosa tú que has creído.
La asunción de María testimonia igualmente el alcance de su fe. Testimonia que su fe no ha quedado sin fruto, que "los que confían en el Señor no quedan defraudados” (Dan 3,40). Un día se confió al Señor; durante toda su vida mantuvo esta entrega en la oscuridad de la fe; y ahora contemplamos el resultado de su confianza. El Señor no ha fallado nunca ni fallará jamás. Sí, dichosa tú, porque te has fiado de Él.
ANTIFONA DE ENTRADA
Apareció eh el cielo un gran signo: una mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza.
O bien:
Alegrémonos todos en el Señor, al celebrar esta solemnidad en honor de la Santísima Virgen María. Los ángeles se regocijan por su asunción al cielo y alaban al Hijo de Dios.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que has elevado en cuerpo y alma a los cielos a la inmaculada Virgen María, Madre de tu Hijo, concédenos que, tendiendo siempre hacia los bienes celestiales, merezcamos participar con ella de la gloria del cielo. Por Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA Apoc 11, 19; 12, 1-6. 10
Lectura del libro del Apocalipsis.
Se abrió el Templo de Dios que está en el cielo y quedó a la vista el Arca de la Alianza. Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza. Estaba embarazada y gritaba de dolor porque iba a dar a luz. Y apareció en el cielo otro signo: un enorme Dragón rojo corno el fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y en cada cabeza tenía una diadema. Su cola arrastraba una tercera parte de las estrellas del cielo, y las precipitó sobre la tierra. El Dragón se puso delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en cuanto naciera. La Mujer tuvo un hijo varón que debía regir a todas las naciones con un cetro de hierro. Pero el hijo fue elevado hasta Dios y hasta su trono, y la Mujer huyó al desierto, donde Dios le había preparado un refugio. .Y escuché una voz potente que resonó en el cielo: “Ya llegó la salvación, el podar y el Reino de nuestro Dios y la soberanía de su Mesías”.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Muchos creyentes ven en estas imágenes del Apocalipsis la presencia de la Virgen María, sin embargo, también podemos ver reflejada en ellas la imagen de la Iglesia que da vida a Jesús y que tiene muchos hijos que sufren la persecución y siguen la misma suerte del Hijo de Dios.
SALMO Sal 44, 10-12. 15-16.
R. ¡De pie a tu derecha está la Reina, Señor!
Una hija de reyes está de pie a tu derecha: es la reina, adornada con sus joyas y con oro de Ofir. R.
iEscucha, hija mía, mira y presta atención! Olvida tu pueblo y tu casa paterna, y el rey se prendará de tú hermosura. El es tu señor: inclínate ante él. R.
Las vírgenes van detrás, sus compañeras la guían, con gozo y alegría entran al palacio real. R.
SEGUNDA LECTURA 1Cor 15, 20-27
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos. Porque la muerte vino al mundo por medio de un hombre, y también por medio de un hombre viene la resurrección. En efecto, así como todos mueren eh Adán, así también todos revivirán en Cristo, cada uno según el orden que le corresponde:
Cristo, el primero de todos; luego, aquéllos que estén unidos a Él en el momento de su Venida. En seguida vendrá el fin, cuando Cristo entregue el Reino a Dios, el Padre, después de haber aniquilado todo Principado, Dominio y Poder. Porque es necesario que Cristo reine hasta que ponga a todos los enemigos debajo de sus pies. El último enemigo que será vencido es la muerte, ya que Dios “todo lo sometió bajo sus pies”.
Palabra de Dios.
COMENTARIO.
Pablo presenta sólidos argumentos ante quienes niegan la resurrección, pues sí Cristo no resucitó entonces nuestra fe carece de objeto y fundamento. El dolor y la muerte sonta opuesta al plan de Dios, así promedio de Cristo queda restablecida la vida.
ALELUYA
Aleluya. María fue llevada al cielo; se alegra el ejército de los ángeles. Aleluya.
EVANGELIO Lc 1, 39-56
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Durante su embarazo, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas ésta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: “i Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el-niño saltó de alegría en mi vientre. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”. María dijo entonces:
“Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo! Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquéllos que lo temen. Desplegó la fuerza do su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de este trono y elevó a los humildes. Colmo de bienes a los hambrientos y despidió los ricos con las manos vacías. Socorrióa Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre”. María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Los protagonistas de este relato están a la vista, María e Isabel, dos mujeres que en medio de una sociedad machista y patriarcal son objeto de la mirada de Dios; dos niños que aún sin nacer llaman la atención; y el Espíritu Santo, que llena de gozo a Isabel para bendecir a María, quien canta las grandezas del Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Llegue hasta ti, Señor, la ofrenda de nuestro servicio, y, por la intercesión de la santísima Virgen María, elevada al cielo, haz que nuestros corazones, encendidos en el fuego de tu amor, tiendan incesantemente hacia ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
LA GLORIA DE MARÍA ELEVADA AL CIELO
y. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque hoy fue elevada al cielo la Virgen Madre de Dios, como anticipo e imagen de la perfección que alcanzará tu Iglesia, garantía de consuelo y esperanza para tu pueblo peregrino.
Con razón, Tú no quisiste que ella sufriera la corrupción del sepulcro, ya que había engendrado en su seno a tu Hijo, el autor de la vida, Por eso, unidos a todos los ángeles, te alabamos, llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Lc 1,48-49
Todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: su nombre es santo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Hemos recibido, Padre, el sacramento de la salvación; te pedimos que por la intercesión de la santísima Virgen María, elevada al cielo, alcancemos la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
BENDICIÓN SOLEMNE
Dios, que por su bondad quiso redimir al género humano mediante la maternidad de la Virgen María, derrame sobre ustedes una abundante bendición. R. Amén.
Que experimenten siempre y en todas partes la protección de la Virgen María, por quien recibieron al autor de la vida. R. Amén.
Y todos ustedes, reunidos para celebrar con amor esta fiesta en su honor, reciban los dones de la alegría espiritual y los premios eternos. R. Amén.
Durante su embarazo, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Poco después de los días de la encarnación, como ya sabemos por el sexto mes de Isabel, se puso en camino sin demora a la casa de su prima. No eran motivos de curiosidad lo que lleva a María a visitar a su pariente, lo hace por amor y por atender a su familiar, que es más anciana. Pero, sobre todo, era por el entusiasmo de felicitarla y la alegría de verla.
El evangelista, nos relata que Isabel vivía en la región montañosa de Judá, no cita el pueblo, pero por la tradición, sabemos que es cercano a Jerusalén, en el actual Kain Karim, a siete kilómetros al oeste, auque esto no es muy seguro. En todo caso, para llegar hasta allí desde Galilea, se empleaban de tres a cuatro días.
El fragmento del Evangelio, nos muestra que a la llegada de María a casa de Isabel, la saludó primero. Podemos imaginar que por el parentesco debían saludarse muy cordialmente, esto es con muestras de afecto y de mutuo cariño. Por el modo como hace el relato san Lucas, nos hacemos la idea de cómo es María, por eso podemos decir que con un gesto de delicadeza, ella se daría por enterada del hecho de su gozosa maternidad. Es en este bello ambiente, con una agradable y dulce exquisitez espiritual, como se suceden las escenas de la visitación.
2.ISABEL, ILUMINADA POR EL ESPÍRITU SANTO, SE CONVIERTE EN PROFETISA AL DESCUBRIR EL MISTERIO DE MARÍA
Al oír Isabel el saludo de María, Apenas esta oyó el saludo de María, suceden dos bellísimos hechos, el niño, (Bautista), saltó en su seno de gozo, y ella fue llena del Espíritu Santo, y bendice a María y al Niño que guardaba en su seno.
Isabel, iluminada por el Espíritu Santo, se convierte en profetisa al descubrir el misterio de María y conocer que en su seno estaba el que era esperado a través de toda la historia del pueblo de Israel; El esperado por los Patriarcas y vaticinado por los Profetas.
Lucas, nos hace comprender que la bendición a María la hace con emoción y con una fuerte voz y la proclama bendita entre las mujeres, en otras palabras, quiere decir que es la más bendita de todas. Isabel, por revelación del Espíritu Santo, sabe que se halla ante la madre de mi Señor. Es la proclamación de hallarse ante el Mesías.
El Bautista saltó de gozo en el seno de Isabel Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre, como indicando el privilegio de hallarse el Precursor ante el Mesías. Algunos teólogos han pensado que en este momento fue la santificación del Bautista, y se plantearon problemas sutiles y gratuitos relativos a su libertad y conocimiento por razón del gozo.
Isabel esta inspirada por el Espíritu Santo, ella ve en María el instrumento providencial de la salvación que vendrá a través del Fruto de su vientre, el Salvador y Redentor de Israel, al que no se puede aclamar menos que bendito.
3.FELIZ DE TI POR HABER CREÍDO QUE SE CUMPLIRÁ LO QUE TE FUE ANUNCIADO DE PARTE DEL SEÑOR.
Nuevamente beatifica Isabel a María. En efecto, Isabel, elogia a María, que creyó, por lo que se realizarán en ella los misterios anunciados de parte de Dios. Con ello se exalta la fe de María.
Porque María creyó, ésta fue su grandeza, este es el fundamento de toda su alegría y felicidad, su fe, es decir María, es la Maestra de la fe. María, sin poder explicarse el modo como se iba a realizar el Plan de Dios, lo acepta cuando se le anuncia. María con su fe, hizo que la obra de Dios fuera una realidad.
María es La que ha creído y el acto de fe en el ángel, la constituye en María, Madre de todos los creyentes en Jesús, nuestro Salvador. Esto no fue oculto a Isabel, por eso llama a María, Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? En otras palabras, reconoce a María como la Madre Dios.
Bella enseñanza la de María, ella es feliz, es dichosa, porque ha creído, porque ha aceptado la Palabra de Dios que llegó a su corazón.
Ojala, la palabra de Dios, lleguen en estas fechas tan entrañables, a los corazones de todos los hombres y sea aceptada con amor, y así poder recibir las bendiciones del Señor.
4.EL “MAGNÍFICAT”
María dijo: Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo! Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de sus tronos, y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre.
El fragmento del evangelio, nos presenta el cántico de María, “El Magníficat”, responde a una explosión de júbilo en Dios, incubada desde que se había realizado en ella el misterio de la encarnación. “El himno de María no es ni una respuesta a Isabel ni propiamente una plegaria a Dios; es una elevación y un éxtasis” y una profecía.
5.MI ALMA CANTA LA GRANDEZA DEL SEÑOR
María dijo entonces; “Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador”, este canto es la una expresión elevadísima del alma de María, donde las lágrimas de alegría, gozo y esperanzas, se encierran en el Corazón de la Virgen María.
Podemos observar, en este cántico, la alabanza de María a Dios por la elección que hizo de ella, el reconocimiento de la providencia de Dios en el mundo y como con esta obra se cumplen las promesas hechas.
“Porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora”. La humildad de la Virgen María, es la causa de su grandeza, como ella, se humilla hasta en lo más ínfimo y Dios la eleva a lo más alto de la dignidad.
La alabanza que hace María a Dios por la elección que hizo en ella, engrandeciendo a Dios, ella esta profundamente agradecida, así es como le bendice y le celebra.
Este gozo de María es en Dios “mi Salvador.” Nunca como aquí cobra esta expresión el sentido mesiánico más profundo. Ese Dios Salvador es el Dios que ella lleva en su vientre, y que se llamará Jesús, Yehoshúa, es decir, Yahvé salva. Y ella se goza y alaba a Dios, su Salvador.
María atribuye esta obra a la pura bondad de Dios, que miró la “humanidad” de su “esclava.” Fue pura elección de Dios, que se fijó en una mujer de condición social desapercibida, aunque de la casa de David. Pero por esa mirada de elección de Dios, “desde ahora” es decir, en adelante, la van a llamar “bienaventurada todas las generaciones.”
6.“EN ADELANTE TODAS LAS GENERACIONES ME LLAMARÁN FELIZ”
“En adelante todas las generaciones me llamarán feliz”, por esa dignidad tan grande a la cual María fue elevada. Como vemos hoy, todas las generaciones cristianas de todos los siglos, han cantado las glorias de esta Virgen humilde y amorosa, que fue hecha la Madre de Dios.
Es la eterna bendición a la Madre del Mesías. Profecía cumplida ya por veinte siglos. Y todo es debido a eso: a que hizo en ella “maravillas”, cosas grandes — la maternidad mesiánica y divina en ella —, el único que puede hacerlas, Dios.
“Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas”. Esta obra sólo podía ser obra de la omnipotencia de Dios. Y “cuyo nombre es Santo.” Es, pues, obra de la santidad de Dios. ¡Su Nombre es santo!, Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. El pensamiento progresa, haciendo ver que todo este poder es ejercido por efecto de su misericordia. Esta es una de las “constantes” de Dios en el Antiguo Testamento. Ya al descubrir su nombre a Moisés se revela como el Misericordioso (Ex 34:6).
7.Y NINGUNA OBRA ERA DE MAYOR MISERICORDIA QUE LA OBRA DELA REDENCIÓN.
Pero se añade que esta obra de misericordia de Dios, que se extiende de generación en generación, es precisamente “sobre los que le temen.” Era el temor reverencial a Dios. Así, en el A.T., cuando el pueblo pecaba, Dios lo castigaba; pero, vuelto a él, Dios lo perdonaba.
“Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón.”, Con esta metáfora, se expresa el poder de Dios, que aplasta a los soberbios y exalta a los humildes.
“Derribó a los poderosos de sus tronos, y elevó a los humildes.”, como enseñándonos a todos, que si queremos ser grande a los ojos de Dios y ser amados por El, debemos ser humildes ante los hombres, reconociendo nuestra pequeñez y miseria. Esta imagen celebra cómo Dios quita a los “poderosos” de sus tronos y “ensalza” a los que no son socialmente poderosos.
8.MARÍA: A UNA VIRGEN, LA HACE MADRE MILAGROSAMENTE; Y A UNA “ESCLAVA,” MADRE DEL MESÍAS.
“Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.” Así María, se coloca en la línea de todos los que son pequeños y humildes, los hambrientos de Israel, los que están vacíos de si mismos, pero llenos de Dios.
“Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre.”
A María la elige para enriquecerla “mesiánicamente.” Es lo mismo que canta luego: los bienes prometidos a Abraham, que eran las promesas mesiánicas. Al fin, todo el Antiguo Testamento giraba en torno a estas promesas. Con esta Obra cumple Dios las Promesas, hechas a los Padres.
Con este hermoso himno, María, alaba a Dios por la elección que hizo en ella, reconoce la Providencia de Dios en el gobierno del mundo y nos recuerda como Dios cumplió las promesas hechas a los Patriarcas.
Nada será mas agradable a Dios, que lo alabemos como lo hizo María, con las hermosas palabra que el Espíritu divino la inspiró.
La Santísima Virgen María, viva en nuestros corazones
María, vive el gozo y la alabanza agradecida por el don de la vida que está en ellas, signo de la bondad de Dios y se confía con un corazón sencillo en el Señor, porque «es misericordioso siempre con aquellos que le honran» ¿Somos nosotros conscientes de que la pobreza y la sencillez de corazón son las condiciones esenciales para agradar a Dios y ser colmados de su riqueza? Los frutos de las obras de Dios se desarrollan no en la agitación ni con violencia, sino lentamente y en silencio. Dios actúa siempre en el secreto y no con ostentación, sin que por ello el resultado deje de ser eficaz y extraordinario.
No se puede obligar a una planta a que florezca por la fuerza; precisa germinar lentamente e ir creciendo hasta su punto de madurez y esplendor. Tampoco se pueden forzar los tiempos del Espíritu. Dios sabe ir llevando a la madurez el proyecto de cada uno, de acuerdo con los tiempos y momentos que sólo él conoce. Como Maria, se nos invita compartir esta ternura del Señor confiando nuestros proyectos y nuestra misma vida a aquel que nos ha amado primero y sólo desea nuestro bien, dirigiéndole nuestra alabanza porque «ha escogido lo que el mundo considera necio para confundir a los sabios; ha elegido lo que el mundo considera débil para confundir a los fuertes... de este modo, nadie puede presumir delante de Dios» (l Cor 1,27-29).
ORACION
Señor misericordioso y fiel, tú has puesto en labios de María, la oración de alabanza y agradecimiento, haciendo germinar en su corazón la alegría, fruto de tu visita amorosa y paternal: concédenos también a nosotros, deseosos de recorrer el mismo camino, descubrir en la oración la actitud de alabanza agradecida, por los múltiples beneficios que nos concedes sin mérito alguno de nuestra parte, y el agradecimiento gozoso por las maravillas que continuamente permites pregustar en tu Iglesia y en el contacto con nuestros hermanos en la fe.
Eres Padre de todos y no quieres que ninguno viva sumido en la tristeza sin experimentar tu amor: haz que, sobre todo los pobres de cuerpo y espíritu, los últimos y los pecadores, experimenten tu presencia misericordiosa y sepan confiar en ti en los momentos difíciles de su vida sin descorazonarse o alejarse de ti.
Te pedimos además que cada uno de nosotros pueda escribir en su vida su propio Magníficat siguiendo el modelo del de María, para poder descubrir en la oración que las riquezas que nos confías superan en mucho nuestra pobreza y que los dones que pones en nuestras manos y en las de nuestros hermanos son un signo de que siempre cuidas de nosotros con amor de Padre.
“da el dinero a los pobres –así tendrás un tesoro en el cielo- y luego vente conmigo”
Mt 19, 16-22
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.EN AQUEL TIEMPO, SE ACERCÓ UNO A JESÚS
El protagonista de esta escena esun jovenque además según los evangelios sinópticos es una persona importante, se supone además que tiene alguna dignidad a no ser que le llame así a causa de su influencia por sus riquezas. Esta persona es un joven, que dice que todos los mandamientos los ha cumplido.
2.SÓLO DIOS ES “BUENO,” O “EL BUENO.”
Jesús le responde que por qué le llama “bueno,” que sólo “uno es bueno”. Jesús le hace ver al jovencon esta replica que sólo Dios es “bueno,” o “el Bueno.” ¿Por qué esto? ¿Qué intenta el Señor con llamar la atención sobre una cosa tan evidente? . ¿Es que sugiere llamar la atención sobre el concepto “bueno” como exclusivo de Dios o para que el joven reflexione con profundidad lo que se atribuye?. ¿Es una atribución muy alta llamarse bueno?
3.SI QUIERES ENTRAR EN LA VIDA ETERNA, GUARDA LOS MANDAMIENTOS
Jesús le responde: Mira, si quieres entrar en la vida eterna, guarda los mandamientos, pero no le dice de inmediato cual en específico. Ciertamente la respuesta de Jesús al joven es el cumplimiento de los mandamientos, pero se advierte que no es ninguno directamente acerca de Dios. Probablemente se debe a que desea destacar la función positiva de sus riquezas en servicio del prójimo. No basta decir “Señor,” hay que poner por obra los mandamientos.
¿Por qué el joven hace esta pregunta? ¿Va llevado de deseos de perfección? Al menos, la respuesta de Jesús va en esta dirección. La respuesta de Jesús, en cualquier caso, le orienta una vida mas dotada de hermosura, “No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo.”
4.TODO ESO LO HE CUMPLIDO
El muchacho le dijo: -Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?- Jesús le contestó: -Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo.
Pareciera que esta persona aspira a una vida más perfecta o ve en Jesús la grandeza que anuncia el reino, cuando pregunta: -Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?, pero se encuentra, de pronto, con una doctrina de bondad que le haría desprenderse de sus riquezas y es darlas a los pobres, para tener un tesoro seguro en el cielo, donde no se lo robarán ladrones ni lo destruirá la polilla.
Sobre un caso concreto, Jesús expone toda una doctrina de perfección. Es la doctrina de los profetas sobre el amor eficaz al prójimo.
5.“LUEGO VENTE CONMIGO.”
Pero en el programa de Jesúshay más, tiene que seguirle, entonces le agrega “luego vente conmigo.” Con estas palabras le estimula a ser uno de sus discípulos. Son las mismas palabras que le dirigió a Pedro, a Andrés a Juan, a Santiagoa Mateoy a FelipeEl sentido profundo moral no es otro que el programa que Jesús enseñó en otra ocasión: “El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” La perspectiva de Jesús era la perfección por la cruz. Invitarle al “discipulado” no es lo mismo que a ser uno de sus “doce apóstoles.”
6.LOS OJOS DE JESUS, QUE LE “AMARON,” LE VIERON IRSE.
Pero el joven no lo aceptó. Los tres evangelistas recogen el motivo: “porque tenía muchos bienes.” No hubo respuesta. Sólo fue su rostro ensombrecido y su “marcha.” Los ojos de Jesús, que le “amaron,” le vieron irse.
Nos hacemos una pregunta, ¿Estamos satisfecho de nosotros mismos?, ¿estamos contento con la vida que llevamos?, ¿podemos hacer algo mas?, ¿Qué estamos dispuesto hacer si Jesús nos pide algo?
7.JESÚS NECESITA MUCHOS COLABORADORES
Jesús necesita muchos colaboradores, que estén dispuestos a desprenderse de de todo aquello que el nos pida, la renuncia debe ser radical, y llama a muchos jóvenes a tomar una buena decisión, Dios hace un llamado personal al hombre, y los hombres somos libres de aceptar o no ese llamado.
Dios tiene un plan para nosotros, y espera de nosotros. Cuando nos acerquemos a Jesús, hagámoslo con sencillez, con actitud humilde, sin responderle con una pregunta y sin tratar de justificarnos, para El solo valen los resultados y la honestidad de sentimiento, las excusas, no sirven.
A los judíos exiliados se les brinda la ocasión de reconocer el verdadero rostro de Dios en el dolor que va más allá de las lágrimas. «Cuando esto suceda... sabréis que yo soy el Señor». El joven rico, en cambio, por propia iniciativa y repleto de celo juvenil, busca el camino para obtener la vida eterna: pide consejo sobre lo que es bueno y sobre lo que se debe hacer para alcanzarlo.
Tenemos aquí dos modalidades de «trascendencia», es decir, de ir el hombre va más allá de sí mismo. Una toma el camino del descenso hacia abajo. Cuando el hombre toca el fondo de su miseria, cuando experimenta su extrema impotencia, se encuentra ante un momento de gracia en el que se le invita a descubrir la presencia misteriosa del Dios que lo sostiene. «El sufrimiento parece pertenecer a la trascendencia del hombre; es uno de esos puntos en los que el hombre está en cierto sentido "destinado" a superarse a sí mismo»: así escribe Juan Pablo II en la carta apostólica Salvificidoloris (n. 2).
El otro camino es un impulso hacia lo alto. El hombre descubre que puede más, que debe ir más allá de lo que es necesario y se le exige; entonces Dios lo anima y lo impulsa a dar el salto. La vida del hombre es una trama de altos y bajos, de impulsos y caídas, de entusiasmos y depresiones, pero Dios está siempre dispuesto a salirle al encuentro en cualquier punto del camino: «Si subo hasta los cielos, allí estás tú; si me acuesto en el abismo, allí te encuentro» (Sal 139,7).
ORACION
Señor, tus criaturas menos inteligentes nunca tienen necesidad de preguntarte: «¿Qué debemos hacer?». Las flores se abren espontáneamente a la llegada de la primavera, las estrellas aparecen en el cielo cuando desciende la noche, los pájaros emigran en cuanto empieza a hacer frío. Todos obedecen en silencio a tu Palabra dicha dentro de ellos. Y ninguno te pregunta: «¿Quieres explicarnos la razón de lo que haces?». Les basta con gozar, admirar y alabar.
Sólo nosotros, los seres humanos, la más noble entre todas tus criaturas, te bombardeamos a preguntas, te cansamos con nuestros: ¿qué... cómo... por qué? No aprendemos nunca a conocer tu voluntad por intuición tácita, por sintonía de corazón. Peor aún: tras haber obtenido tu respuesta, nos vamos tristes; tras haber sabido lo que debemos hacer,
“Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?-“
Mt 19, 23- 30
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1)JESÚS LES COMENTA, AVISANDO DEL PELIGRO DE LAS RIQUEZAS
Si recordamos la lectura del fragmento anterior de aquel joven rico que prefiere mantener sus bienes y se retira entristecido frente a la propuesta del Maestro, decíamos que Jesús debe haber quedado desilusionado del joven, porque los ojos de Jesús, le amaron y le vieron irse. Ahora, en este capitulo del Evangelio, Jesús sorprende a sus discípulos, diciéndoles "Les aseguro que difícilmente un rico entrará en el Reino de los Cielos. Sí, les repito, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos", y es así como le preguntan "Entonces, ¿quién podrá salvarse?"
A este propósito, Jesús les comenta, avisando del peligro de las riquezas. La lectura “camello” es genuina, es una hipérbole, un aumento exagerado, pero este tipo de comparación era completamente usada en el medio ambiente. En la literatura rabínica se sustituye el término “camello” por el de “elefante.” Algunos dichos conocidos eran; “Nadie piensa, ni en sueños, un elefante pasando por el agujero de una aguja.” Es un proverbio con el que se designa una cosa que es, por medios humanos, imposible. Jesús, tomando sus imágenes del medio ambiente, sustituye “elefante” por “camello.”Y así dirá en otra ocasión a los fariseos: que “coláis un mosquito y os tragáis un camello” (Mt 23:24).
2)EL PELIGRO DE LOS RICOS POR SU APEGO A SUS RIQUEZAS
Naturalmente, no predica Jesús una revolución social en que se exija la renuncia a la propiedad, ni es una condena y exclusión del reino de los cielos a los ricos. El mismo, reconociendo la propiedad, purificará los abusos económicos de Zaqueo (Lc 19:1-10). Es el modo de hablar por contrastes fuertes e hiperbólicos, con lo que se indica el peligro de los ricos por su apego a sus riquezas, a los placeres y a los abusos.
Pero esta afirmación de Jesús causó asombro a los apóstoles, que se preguntaban quién podría salvarse. La dificultad quedaba bien acusada. Pero Jesús da la solución. Lo que los seres humanos no pueden por su condición, Dios se lo puede hacer. El dijo en otras ocasiones cómo hay que recurrir al Padre para obtener el auxilio del cielo. Seguramente con estas palabras quiere sugerir este recurso.
3)¿QUÉ NOS TOCARÁ A NOSOTROS?
El este tema nos recuerda dos contrastes, el joven rico, que abandonó a Jesús por las riquezas y en el caso contrario de los apóstoles, que con poco o mucho, lo dejaron todo por Jesús. Pedro, tomando la palabra, dijo: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos tocará a nosotros?". ¿Qué premio tendrán?, Jesús les respondió: "Les aseguro que en la regeneración del mundo”, ¿Cuándo ocurrirá?, Mateo nos da algunos datos orientadores, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, mas adelante Mateo dice; “Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, se sentará sobre su trono de gloria” (Mt 25:31). El premio que les asigna es: “ustedes, que me han seguido, también se sentarán en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel”. El juicio como tal es de competencia exclusiva del “Hijo del hombre”, entonces nos imaginamos que este “juicio” que los apóstoles ejercerán con Jesús triunfante, en esta hora, es seguramente, como formando un acompañamiento en torno a Jesús, y por su unión privilegiada con él, participarán así de su poder judicial sobre las “doce tribus de Israel”
4)¿QUIÉN PODRÁ SALVARSE?"
Recordamos la preguntan "Entonces, ¿quién podrá salvarse?" .Es bueno para nosotros hacerse esta interrogación, ¿somos capaces de renunciar a los bienes y a la familia por seguir a Cristo? Jesús mantiene sus radicales exigencias, pero también mantiene su promesa, pero igual vemos hombres que ven como imposible desprenderse de sus riquezas, y también vemos otros que tocados por la Gracia de Dios, están dispuestos al desprendimiento.
Así es como Jesús después de la triste retirada del joven rico, aprovecha las circunstancias para dar una lección a sus discípulos, como hoy a todos nosotros. Sabemos que no se puede servir a Dios y a las Riquezas, y el poder hacerlo es un don más que un esfuerzo basado en una buena intención. En efecto en el contexto de fe, de confianza puesta en Dios, se puede dejarlo todo y seguir a Jesús. Es así, como la renuncia a los bienes y capacidad de compartirlos con los necesitados, y tener la disposición al seguimiento de Jesús, es un don de Dios, para el que todo es posible.
5)DEJAR LAS RIQUEZAS, ES UNA DE LAS CONDICIONES PARA SEGUIR A CRISTO, LA PERFECCIÓN, ES SEGUIRLO.
No significa que los ricos no puedan salvarse, sino aquellos que ponen su confianza en el dinero, difícilmente se salvarán. Peor es para aquellos que lo han obtenido a través de una vida desordenada, cometiendo injusticias, aferrados a su egoísmo, o con cualquier actitud contraria a los principios de salvación. Pero dejar las riquezas, es una de las condiciones para seguir a Cristo, la perfección, es seguirlo.
Al oír las enseñanzas del Maestro, sobre las riquezas y a los apóstoles que eran pobres y lo poco que tenían ya lo habían dejado para seguir a Jesús, El ha sido claro con su respuesta, y debemos meditar sobre ella y apreciar que la recompensa es grandiosa para nosotros, “Y el que a causa de mi Nombre deje casa, hermanos o hermanas, padre, madre, hijos o campos, recibirá cien veces más y obtendrá como herencia la Vida eterna
6)MUCHOS DE LOS PRIMEROS SERÁN LOS ÚLTIMOS, Y MUCHOS DE LOS ÚLTIMOS SERÁN LOS PRIMEROS
También es importante considerar que aún estamos a tiempo para tomar nuestra decisión, es así como el nos dice; Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los primeros". Esto es no porque hayan sido llamados antes van a merecer más que los llamados a última hora, no es el tiempo lo que vale, sino que la generosidad de la respuesta la que nos va acercar más a El, pero no basta solo comenzar, se debe perseverar, y no basta decir sí, es preciso hacerlo con generosidad.
En efecto, esta sentencia es utilizada en otras ocasiones, y aquí tiene el aspecto, como en otros sucesos, de ser un aviso de alerta ante la perspectiva de las diversas actitudes ante el reino, de aquellos que creen que lo tienen ganado por derecho propio. No solamente los fariseos se creyeron los primeros en el derecho de ingreso, a través de la historia en la conducta de diversos cristianos, han estado convencidos de que se han adjudicado ese derecho. Es por tanto también hoy un aviso “moralizante” contra la jactancia de los que así obrasen en la comunidad cristiana.
7)ACERQUEMOS MÁS NUESTRO INTERÉS EN DIOS
Despeguemos el corazón de las riquezas terrenales, y acerquemos más nuestro interés en Dios, y nos aseguraremos de llegar primero al Reino. El que ocupe un puesto de alta responsabilidad y superior, que busque vivir con humildad y en actitud de servicio a sus hermanos, y sin alejarse de Dios, porque si es humilde de corazón, Dios sabrá tenerlo dentro de los primeros y el que ocupe un puesto sin relevancia y de humildad y muchas veces ignorado, confianza en Dios, déjale que El viva en tu corazón, y podrás también ser de los primeros.
«Poderoso caballero es don Dinero», «tener es poder»: son modos de decir y de pensar que forman parte del credo de muchos, pero no de los que quieren seguir a Jesús. El, rico, se hizo pobre por nosotros (cf. 2 Cor 8,9) y proclamó bienaventurados a los pobres en el espíritu (cf.Mt 5,3). La riqueza lleva al orgullo, a la ilusión de ser omnipotente, como Dios, mientras que la pobreza se asocia con naturalidad a la humildad. La pobreza es el «vacío» que recibe, el «vacío» capaz de recibir la plenitud y lo absoluto.
Existe un relato popular que resulta muy iluminador a este respecto: la noche en que nació Jesús, los ángeles llevaron la buena noticia a los pastores. Había un pastor paupérrimo, tan pobre que no tenía nada. Cuando sus amigos decidieron ir al portal a llevarle algún regalo, también le invitaron a él. Pero el pastor pobre dijo: «No puedo ir: tendría que presentarme con las manos vacías, ¿qué puedo darle?». Los otros le convencieron de que se uniera a ellos. Llegaron así al lugar donde se encontraba el niño. María, la madre, lo tenía entre sus brazos y sonreía al ver la generosidad de los que le ofrecían queso, lana o algún fruto. Vio al pastor que no llevaba nada y le hizo una señal para que se acercara. El se adelantó embarazado. María, para tener libres las manos y recibir los dones de los pastores, depositó suavemente al niño entre los brazos del pastor... que había ido con las manos vacías.
ORACION
Señor, tal vez nuestro orgullo no llega hasta ese punto tan exagerado de hacernos decir: soy un dios; sin embargo, por el hecho de haber renunciado a poner las riquezas materiales en el centro de nuestra vida y de querer seguirte como verdaderos discípulos, nos creemos santos y merecedores de premios. Aunque de manera sumisa y un poco embarazados, te hemos preguntado en distintas ocasiones: ¿Y tú que nos darás? ¿Qué recibiremos en compensación por lo que te hemos ofrecido? El apóstol Pablo nos lo reprocharía como hizo con los corintios: «Pues ¿quién te hace superior a los demás? ¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿por qué presumes como si no lo hubieras recibido?» (1 Cor 4,7).
Reconocemos, oh Señor, que todo lo que te hemos ofrecido proviene de ti. Todo lo que tenemos, todo lo que somos, son dones tuyos. Hoy no queremos pedirte nada, sino sólo darte las gracias. Acoge nuestro reconocimiento, que es el don tímido de quien sabe que no tiene nada.
“¿O no tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece?
Mt 19, 30—20, 16:
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brantocds
1. “MUCHOS DE LOS PRIMEROS SERÁN LOS ÚLTIMOS, Y MUCHOS DE LOS ÚLTIMOS SERÁN LOS PRIMEROS”
Porque el reino de los cielos se parece a un propietario que salió muy de madrugada a contratar obreros para trabajar en su viña. Trató con ellos un denario por día y los envió a su viña. Pero al propietario, le hace falta aún mas gente, entonces volvió a salir a diferentes horas del día, a media mañana, a mediodía y a media tarde, es decir también a las horas tercia, sexta, nona y undécima. Una vez que concluye el día de trabajo, el propietario llamó a su mayordomo y le dijo: “Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando por los últimos y terminando por los primeros”.
2. AMIGO, NO SOY INJUSTO CONTIGO
Fueron entonces los que habían llegado al caer la tarde y recibieron cada uno su paga, un denario. Llegaron después los primeros, creyendo que iban a recibir algo más, pero recibieron igualmente un denario. Y surge la reacción tan humana de los primeros y comienzan a protestar diciendo: “Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del trabajo y el calor durante toda la jornada”.
A pesar del reclamo, el propietario respondió a uno de ellos: “Amigo, no soy injusto contigo, ¿acaso no habíamos tratado en un denario? Toma lo que es tuyo y vete. Quiero dar a éste que llega último lo mismo que a ti. ¿O no tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?”. Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos».
3. PERO EL SEÑOR, MIRA LAS COSAS DESDE UN PUNTO DE VISTA DISTINTO
Visto bajo la perspectiva de los hombres, o quizás visto bajo la figura de la justicia social, cualquiera podría decir que esto no es justo o que la lógica del propietario es impugnable.
Pero el Señor, mira las cosas desde un punto de vista distinto, no terrenal, y esta parábola aunque parezca una paradoja, no tiene intención de enseñar sobre la moral de los salarios, ni menos querer mostrar que el Reino de los Cielo, es algo distinto donde hay diferencia entre dar y recibir. Por cierto esto es: “Porque los pensamientos de ustedes no son los míos, ni los caminos de ustedes son mis caminos” (Is 55, 6-9)
4. ALGUNAS PRECISIONES DEL AMBIENTE
Esta es una parábola es propia de los Evangelios de Mateo, y es necesario hacer algunas precisiones del ambiente en la cual esta tomada, a fin de poder destacar la enseñanza que desea dejar.
Un señor dueño de una viña, el propietario, necesita jornaleros, y según se relata, solían reunirse en la plaza algunos desocupados, entonces no era difícil contratarlos y no era algo extraño esos de salir a buscar operarios en diversas horas del día, y se hacía cuando el trabajo requería los servicios ya desde la mañana o en otras horas.
Los judíos dividían el día, desde la salida del sol hasta el ocaso, en doce horas. Pero el uso ordinario utilizaba normalmente las horas de tercia (de las nueve al mediodía), sexta (del mediodía hasta las tres) y nona (desde las tres a la puesta del sol).
5. ¿CÓMO SE HAN QUEDADO TODO EL DÍA AQUÍ, SIN HACER NADA?"
Entonces vemos algo que nos llama la atención, a los jornales que contrata a primera hora, trata con ellos un denario por día, a los que contrata a media mañana le dice que; les pagaré lo que sea justo. Al caer la tarde salió de nuevo y, encontrando todavía a otros, es decir, algunos estaban todo el día de ociosos. A ellos les dice: "¿Cómo se han quedado todo el día aquí, sin hacer nada?". Ellos les respondieron: "Nadie nos ha contratado".
Llegada la tarde, el señor manda a su administrador que llame a los viñadores y les dé su salario. Se decía en la Ley: al trabajador “dale cada día su salario, sin dejar pasar sobre esta deuda la puesta del sol, porque es pobre y lo necesita” (Dt 24:15; cf. Lev 19:13).
6. MURMURABAN CONTRA EL DUEÑO PORQUE HABÍA IGUALADO A TODOS EN EL JORNAL
Pero, al pagarse los jornales, a todos se les daba “un denario.” Y los que habían ido a trabajar a la viña en las primeras horas, y que habían cargado con más trabajo, murmuraban contra el dueño porque había igualado a todos en el jornal. Sin embargo el es muy dueño de sus bienes y de hacer con ellos lo que quiera. A los primeros les da lo justo; pero con los otros quiere usar de magnificencia. Así es como le dice: Quiero dar a éste que llega último lo mismo que a ti. ¿O no tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?". De este modo, ellos no han de ver con malevolencia y envidia, su conducta, pues fue con unos justo y con otros generoso.
7. ¿O VAMOS A TENER ENVIDIA PORQUE DIOS ES BUENO CON LOS QUE HAN LLEGADO MAS TARDE QUE NOSOTROS?.
Sabemos que Dios, es incomparablemente justo, es infinitamente misericordioso, pero también El es libre y sabe bien a quien darle lo que necesita. Además Dios esta dispuesto a recibir a todos por igual en su Reino, en especial a los que son paganos, a los convertidos. Hay en el mundo muchos, que han sido hombres muy buenos, intachables en lo moral, hombres justos y de buen corazón, pero han llegado tarde a trabajar por el reino, incluso a edad muy avanzada. Por tanto debemos alegrarnos mucho cuando alguien, a la hora o a la edad que sea, se encuentra con el Señor. ¿O vamos a tener envidia porque Dios es bueno con los que han llegado mas tarde que nosotros?.
Entonces el Señor nos muestra que mas que un reclamo de justicia, hay muestra de envidia por la generosidad del propietario con los que llegaron al final. Y sabemos que a Dios, no le parece bien ni la envidia, ni las rivalidades, al contrario, se goza de saber que agradecemos y que somos generosos con todos los hombres. “Que el malvado abandone su camino y el hombre perverso, sus pensamientos; que vuelva al Señor, y él le tendrá compasión, a nuestro Dios, que es generoso en perdonar. (Is 55, 6-9)
8. LA ABSOLUTA LIBERTAD Y BONDAD DE DIOS EN LA DISTRIBUCIÓN DE SUS BIENES
Ciertamente, la última frase, que agrega Mateo a este fragmento del Evangelio: “Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos”, no parece muy coherente con la parábola, por que no tiene relación si vemos que a todos les paga por igual, tanto los que llegaron primero como los últimos reciben la misma recompensa. Pero si nos fijamos bien, al ordenar pagar él pide que se haga comenzando por los últimos y terminando por los primeros".
Entonces la parábola tiene el sentido de que los últimos contratados verían que ellos recibirían proporcionalmente más paga que otros haciendo menos trabajo. La doctrina formal que se destaca en la parábola es la absoluta libertad y bondad de Dios en la distribución de sus bienes. Si a unos, que trabajaron más, les paga lo convenido, es justo en su obrar; si a otros, que trabajaron menos, les da igual, con lo que puedan vivir los suyos, es efecto de magnanimidad.
9. DIOS PUEDE LLAMAR A CUALQUIER HORA O A CUALQUIER EDAD
Y así nos canta el salmo: “Día tras día te bendeciré, y alabaré tu Nombre sin cesar. ¡Grande es el Señor y muy digno de alabanza: su grandeza es insondable! El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; el Señor es bueno con todos y tiene compasión de todas sus criaturas. El Señor es justo en todos sus caminos y bondadoso en todas sus acciones; está cerca de aquellos que lo invocan, de aquellos que lo invocan de verdad. (Sal 144, 2-3. 8-9. 17-18.)
Interesante también parece aclarar, que no pretende alentar a los que son más perezosos y dejan para última hora el servicio de Dios y atrasar la conversión, al contrario, quiere enseñar que Dios puede llamar a cualquier hora o a cualquier edad y por otra parte, que el hombre debe estar siempre listo para acoger su llamado.
10. NADIE PUEDE PRESUMIR QUE TIENE MÁS DERECHO QUE OTROS
Otro asunto interesante, es que nadie puede presumir que tiene más derecho que otros por haber sido solicitado por Dios mas temprano, muchos han sido llamado a edad mas adulta, es decir casi por la tarde de su vida y no por esto deben sentirse menos privilegiados o desanimarse ante los que participan del trabajo por el Señor mas tiempo.
Y es así, como en esta parábola, en aquel tiempo, Jesús responde a las críticas farisaicas de buscar, aparte de gentes buenas, a publícanos y pecadores, llamándolos e ingresándolos a todos en su reino. ¿Por qué esta diversidad de dones, y por qué esta diversidad de “horas”? Porque Dios, pleno de bondad, es dueño absoluto de repartir sus dones a quien quiere y como quiere. Así también nos dice san Pablo: “Es el mismo y único Espíritu el que actúa distribuyendo sus dones a cada unos en particular según su voluntad” (1 Cor 12,11)
11. GRAN BONDAD Y EXCEDIDA DE DIOS
Dios concede su Reino a los pecadores que se han convertido del mismo modo que a los que fueron justos. Con este contraste se destaca la gran bondad y excedida de Dios y la estrechez mezquina y crítica del fariseísmo malo y egoísta.
Esta enseñanza fue muy oportuna en aquel tiempo, y ahora esta más vigente que nunca, y son múltiples. Todos podemos ser llamados a la viña del Señor, a cualquiera hora nos puede venir a invitar el Señor. Dios es dueño de invitar a cualquiera, sin importar su condición social ni su aspecto, ni su raza ni sus creencias, ni su sexo ni su edad. Debemos estar atentos para saber reconocer su llamado, y debemos ser oportunos en aceptarlo y fiel luego en cumplirlo. Algunos serán llamados por su fe, pero otros también por sus pecados, porque Dios no desprecia a nadie.
Dios nos muestra su gran generosidad, con los primeros fue justo, les dio lo acordado y sin quitarles nada. A los últimos les dio lo que el quería, de esta forma nos damos cuenta que la recompensa no esta en función al tiempo empleado, pero si están al cuidado, al afán, a la dedicación y al cariño con el cual nos dedicamos a El.
Dios desea que todos sus hijos sean buenos, y el poder hacer el bien nos viene de Dios, no nos podemos arrogar que es de nosotros el fin del bien moral, es la voluntad de Dios, no podemos exigir nosotros la recompensa, esta viene por la gracia, el Reino es un don gratuito de Dios.
No miremos cuanto hemos hecho por el Señor, ni cuanto más nos falta por hacer, ya que estamos llamados a trabajar por su gloria, el nos recompensara con amor todo el amor que pongamos en trabajar en cultivar la viña.
NO SOMOS MÁS QUE SERVIDORES VUESTROS POR AMOR A JESÚS
Los pastores malos se «apacientan a sí mismos». Puede haber egoísmo y búsqueda de sí mismo incluso en el ejercicio de ministerios nobles, sagrados. Ya Pablo ponía en guardia contra este peligro siempre actual; con modestia y verdad, compartía su experiencia de pastor: «No nos anunciamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo, el Señor, y no somos más que servidores vuestros por amor a Jesús» (2 Cor 4,5). «No me interesan vuestras cosas, sino vosotros [...], gustosísimamente me gastaré y me desgastaré por vosotros» (2 Cor 12,14ss).
El pastor bueno se da a sí mismo y todo lo que tiene con una generosidad semejante al dueño magnánimo del evangelio. Dios es grande, su amor rebasa la justicia y sus dones sobreabundan siempre. Constatamos esta característica en cada página del evangelio: nos sorprenden, por ejemplo, los milagros realizados por Jesús, que llevan todos ellos este signo de gratuidad y de sobreabundancia.
En Caná, el agua transformada en vino está más allá de toda mesura lógicamente necesaria. Multiplica los panes para saciar a la muchedumbre de una manera sobreabundante, de suerte que sobran doce canastos. En el milagro de la pesca habría bastado con unos pocos peces para que los apóstoles, tras haber faenado en vano toda la noche, hubieran reconocido al Señor, pero los peces fueron 153, muchos más de los necesarios. A este Dios de gran corazón debemos acogerlo con un corazón grande y anunciarlo con grandeza de corazón.
ORACION
Señor, danos un corazón grande, abierto al infinito, dispuesto a ser invadido por tu amor, cuya anchura, longitud, altura y profundidad no conseguimos ni siquiera imaginar (cf.Ef 3,18).
Danos un corazón grande, capaz de descubrir tu grandeza en todo lo que has creado, capaz de encontrar belleza y sabor en todo, capaz de sentir estupor, de alabanza y de agradecimiento. Danos un corazón grande donde encuentren sitio las alegrías y los dolores de todos nuestros hermanos y hermanas, próximos y lejanos. Danos un corazón grande que pueda abarcar la historia y que sepa guardar los acontecimientos en la meditación, como la de María (cf.Lc 2,19). Danos un corazón grande en el que puedas encontrar cómodamente morada, tú que eres un Dios grande y generoso.
“El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él”
Mt22, 1-14
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brantocds
1. "MI BANQUETE ESTÁ PREPARADO”
Jesús se dirige a los sumos sacerdotes y fariseos, diciendo esta parábola: El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo. El rey, es Dios, y el Hijo es Jesucristo. El banquete esta preparado, es decir la alegría y felicidad del Reino. Envió entonces a sus servidores para avisar a los invitados. Esto servidores son los profetas, y a quienes les van avisar como invitados es a los judíos, pero éstos se negaron a ir. De este modo fue como después envió a otros servidores, es este caso los apóstoles, con el encargo de decir a los invitados: "Mi banquete está preparado”, El banquete es la felicidad mesiánica.
2. NO TUVIERON EN CUENTA LA INVITACIÓN
Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio; Es decir, estos malagradecidos consideraron más importante que aceptar la invitación, dedicarse a sus asuntos económicos, preocuparse de su apego a lo material, sus cosas personales, sus propiedades, todo ello mucho más interesante que asistir a tan bella invitación. Así fue, como por preferir las comodidades, estos se hicieron indignos y no merecedores del Reino de los Cielos.
3. PERO LOS INVITADOS NO ERAN DIGNOS DE ÉL
También se acusa, que hubo otros que aumentaron su error, es decir quedaron en una situación que no podía ser peor, pues se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron. En uno de estos caso es lo que le sucedió a Juan Bautista, quien fue decapitado por orden de Herodes Antipas a fin de complacer a su ilegal relación con Herodías y la hija de esta Salome. Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su ciudad y luego dijo a sus servidores, es decir los apóstoles: "El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él. Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren". Entonces, cumpliendo el mandato del rey, reunieron e invitaron a todo los que vivían en las cercanías, a los caminantes, a los gentiles y, a cuanta persona encontraron, siendo éstas personas buenas y también malas, y la sala de fiesta se llenó de una gran variedad de convidados.
4. "AMIGO, ¿CÓMO HAS ENTRADO AQUÍ SIN EL TRAJE DE FIESTA?"
Cuando el rey, Dios, entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta y le pregunto "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?". Lo que esta representando esta pregunta, es que este invitado no esta investido de la gracia, la piedad, la bondad, la justicia y la fe, y como este permaneció en silencio, entonces el rey, Dios, dijo a los guardias, es decir a los ángeles: "Átenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes". Porque muchos son llamados, pero pocos son elegidos.
5. LA LLAMADA INSISTENTE DE DIOS A SU PUEBLO QUE AL PARECER ESTA SORDO
Este Evangelio relata una parábola que comienza con estas palabras, Jesús se dirige a los sumos sacerdotes y fariseos, es decir a lo judíos y lo hace de forma insistente, como es la llamada insistente de Dios a su pueblo que al parecer esta sordo. Para mayor gravedad, los judíos no solo parecen faltos de interés por el llamado de Dios, además no muestran provecho en oír a su Dios. Lo que hace Dios es de toda lógica, esto es, considerar que el primer pueblo que es invitado es Israel, y esto es natural, por que Dios primero cumple su promesa con su pueblo.
Sin embargo ante el rechazo de los judíos, Dios invita a todos, incluso a los pecadores a disfrutar de su reino, pero no basta aceptar la invitación e ir, además el invitado deberá entrar con las debidas disposiciones espirituales, es decir con una vida de gracia y rectitud.
6. JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR, NOS INVITA EN CADA EUCARISTÍA A SU BANQUETE
Jesucristo Nuestro Señor, nos invita en cada Eucaristía a su banquete, y a el debemos llegar con la gracia. Jesús, a todos quien lo acepta le da su consuelo espiritual, a todo quien responde a su llamado, a todo el que va a El y se entrega aceptando el llamado radical, incondicional, si reservas, esto es con todo el alma, dando todo de sí, El le tiene un buen sitio en el banquete, este es el festín del Reino de los Cielos.
Sin embargo lo triste es que de los invitados hay muchos que están muy preocupados de muchos problemas o situaciones que acaparan su atención o consideran que es más importante y con ello renuncian a la posibilidad de participar en la Vida Eterna.
7. NO TODOS SERÁN ELEGIDOS
Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados. Estos son los publícanos y pecadores, las gentes depreciables de Israel. Frente a los dirigentes, sabios y fariseos, que rechazaron su ingreso en el Reino a primera hora, que no fueron “dignos”. Los fariseos y los superiores religiosos de Israel — fueron los primeros invitados a ingresar en el reino; pero Dios es bueno con todos, y por eso abre también su reino para todos.
Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta. ‘Amigo —le dijo—, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?. El traje de fiesta, es la disposición moral requerida para participar en el reino. La unión a él por la fe se supone en todos los convidados — incluso en el que no está con el “traje de fiesta” —, pero hacen falta otras disposiciones de lealtad y entrega. El bautismo cristiano se supone como “ingreso” a este banquete de boda mesiánico, pero se exigen condiciones de permanencia en él, con aceptación y cumplimiento de los preceptos del Señor.
También es importante considerar que a pesar de que la entrada sea gratuita y que todos tienen la posibilidad de participar, no es menos importante que los invitados lleven el traje de fiesta y la disposición correspondiente. Los cristianos deben “revestirse de Cristo” (Rom 13,14; Gal 3,27), tener sus mismos pensamientos y sentimientos (cf. F1p 2,5).
El final de aquel que participa en el banquete sin el traje de boda, permaneció en silencio y fue apartado como la cizaña que esta junto al buen trigo (Mt 13,42) y como los peces malos de los buenos (13,50). La frase terminante de la parábola es un delicada advertencia: “Son muchos los llamados, pero pocos los elegidos”
CORAZÓN NUEVO Y TRAJE DE BODA: TODO HABLA DE NOVEDAD.
La salvación no consiste en reparar lo que está estropeado y ajustar lo que ha funcionado mal, sino en crear, en hacer nuevo. A YHWH le gusta presentarse en el Antiguo Testamento a su pueblo como un Dios vivo, dinámico, creativo, que proclama y lleva a cabo novedades sorprendentes: «Mirad, voy a hacer algo nuevo, ya está brotando, ¿no lo notáis?» (Is 43,19). El Exodo, la alianza, el retorno del exilio: todos los grandes acontecimientos de la historia de Israel son considerados desde esta perspectiva. La mayor novedad, la «buena nueva» por excelencia, es, a buen seguro, lo que ha llevado a cabo por medio de su Hijo, Jesucristo. Sin embargo, las novedades de Dios no son sólo las registradas en la historia. Dios continúa sorprendiendo al mundo cada día, hasta transformarlo en unos «cielos nuevos y una tierra nueva» (cf.Ap 21,1). «He aquí que hago nuevas todas las cosas» (Ap 21,5): este anuncio se realiza no sólo en los grandes acontecimientos clamorosos, sino también en la intimidad de cada corazón.
Frente a la novedad de Dios, mantenemos a menudo una actitud ambigua. Por una parte, deseamos lo nuevo, nos molesta el aburrimiento expresado drásticamente en el libro del Eclesiastés: «Lo que fue, eso será; lo que se hizo, se hará: nada hay nuevo bajo el sol» (Ecl 1,9). Por otra parte, sin embargo, tenemos miedo a la novedad. Resulta más cómodo refugiarse en las antiguas costumbres, permanecer sobre terreno seguro, conocido. Frente a la invitación a la fiesta de la boda tenemos mil excusas para justificar nuestra pereza. Nos urge también una nueva evangelización y, sobre todo, un corazón nuevo.
ORACION
Señor, te oramos con las palabras del salmo 51: «Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, renueva dentro de mí un espíritu firme; no me arrojes de tu presencia, no retires de mí tu santo espíritu. Devuélveme el gozo de tu salvación, afirma en mí un espíritu magnánimo» (vv. 12-14).
Te pedimos que vuelvas a enviarnos tu Espíritu, que, así como en la primera creación hizo pasar el mundo del caos al cosmos ordenado, pueda renovar todavía hoy la faz de nuestra tierra, marcada por la división, por la guerra y por la explotación. Tu Espíritu es como fuego que enciende y purifica, como agua que da vida y como el viento que sopla misteriosamente obrando prodigios. Que tu Espíritu nos haga firmes y generosos. Sin el sostén de tu Espíritu somos frágiles, permanecemos encerrados, inseguros, inestables, dispuestos a caer en compromisos. «Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento» (de la secuencia de Pentecostés). Que tu Espíritu nos haga saborear la alegría de estar salvados y salvadas, que nos enseñe a estar en tu presencia. Que impulsados por él nos atrevamos a llamarte «Padre» y nos atrevamos a hablarte con corazón de hijos. Que tu Espíritu nos prepare el traje nupcial para que, al final de nuestra peregrinación terrena, podamos ser recibidos en el banquete de bodas de tu Hijo.
1.“MAESTRO, ¿CUÁL ES EL MANDAMIENTO MÁS GRANDE DE LA LEY?”
“Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron con él, y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?”. Jesús le respondió con el mandamiento tomado del Deuteronomio: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu” y les asegura que: “este es el más grande y el primer mandamiento.” Y luego tomado de Levíticos 19,18 les amplía: “El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Estos eran mandamientos conocidos, pero muy tenidos en menos como los más importantes.
Aquí se busca conocer el pensamiento de Jesús, sobre un mandamiento de la ley, seguramente éste estaba en las habituales discusiones del ambiente rabínico, porque sabemos que era común de aquel tiempo discutir sobre la importancia de los preceptos. Sucedía que de todos los mandatos, una buena parte se consideraban como positivos y otros negativos, como del mismo modo se calificaban en graves y otros en leves. En este ambiente surge la pregunta que se le va a hacer a Jesús.
Los fariseos se caracterizaban por su rigor y austeridad en el cumplimiento de la letra de la ley y en la atención a los aspectos externos de los preceptos religiosos y los saduceos eran ciertas personas, que pertenecían a la aristocracia sacerdotal judía que negaban la inmortalidad del alma, aquí en este Evangelio, el fariseo quiere probar la opinión de Jesús, con habilidad y astucia para conseguir algo con oscuros propósitos y así comprometerlo, en otras palabras, mediante una treta, busca perjudicar a Jesús.
2.UN SOLO MANDAMIENTO “EL AMOR” Y PARA TODOS LOS EFECTOS LA NOVEDAD ESTÁ EN UBICARLOS EN PRIMER LUGAR
Jesús, les declara que “De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas”, y lo que hace con esto, al relacionar esto dos preceptos, los transforma en uno solo, y nos enseña que la voluntad del Padre, se concentra en el doble precepto del amor a Dios y al prójimo. Entonces la novedad es que no es necesario ya para nosotros discernir cuáles cual es el mas grande de los mandamientos, porque nos quedamos con uno solo “el amor” y para todos los efectos la novedad está en ubicarlos en primer lugar, es así como el Señor insistirá en situar el precepto del amor a Dios sobre todas las cosas, en su lugar primero, absoluto y excepcional, “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu”. Y luego va a insistir y situar en su propio lugar otro mandamiento descuidado por el judaísmo y pospuesto a otros preceptos menores, “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Jesús da este segundo mandamiento sin que el doctor de la Ley se lo haya preguntado. ¿A qué se debe esta insistencia y la proclamación de su excelencia?
Moralmente, quizás a los judíos les sonaba bien esto como un valor moral, en este caso para Jesús es un mandato y se los anuncia con las palabras del Levítico: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Lev 19:18). Pero en su mismo contexto se ve que este prójimo de un judío es sólo otro judío, y a lo más el “peregrino” que morase con ellos. Los samaritanos, los publícanos y las gentes de mala vida no eran para ellos prójimo; los samaritanos y los publícanos eran positivamente odiados (Eclo 50:27.28).
Entonces, Jesús sitúa este precepto en el puesto que le corresponde, y lo reglamenta en función de Dios. Por eso se da aquí a este mandamiento dos características. Por una parte saca el concepto de prójimo de los estrechos límites judíos para darle la universalidad de lo “humano”; es la doctrina de Jesús. Por otra parte, El pone y destaca la gravedad e importancia del mismo, al ponerlo, por encima de todas las insignificancias y pequeñeces del amor de Dios, porque no hay otro mandamiento mayor que éstos. Precisamente el precepto del amor al prójimo es “semejante” al mandamiento del amor a Dios. “La semejanza está en la caridad, que no va al prójimo sino por amor de Dios.” Pero lo que aquí también se urge es la gran obligación semejante al primero, la práctica del amor al “prójimo”
El amor a Díos, y el amor al prójimo, sumados las dos recopilan y sintetizan toda la Ley, de estos preceptos las leyes restantes cobran mucho sentido.
3.“AMARÁS”, Y CON TODO EL CORAZÓN
Este es nuestro deber, “Amarás”, y con todo el corazón, sin ninguna restricción y con todo lo que te da la vida, con toda el alma, esto con el primer principio de nuestra vida, lo mas importante, la parte espiritual e inmortal, capaz de entender, querer y sentir, y que, junto con el cuerpo, constituye su esencia humana, con toda la mente, con la capacidad intelectual humana, con el pensamiento, mas allá de toda imaginación y voluntad. Esto es amar con todo lo que hemos recibido de Dios, por tanto con todo lo que podemos acercarnos a Dios y estar con El.
Así es como Jesús, nos exige un amor total, El no aceptas un amor parcial o limitado, y lo mismo nos enseña y nos exige, la entrega y el amor, tanto a Dios como al prójimo. Eso quizás fue sorprendente para el fariseo, Jesús puso al mismo nivel los dos mandamientos, y así lo aclara el evangelio cuando diciendo “De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas".
Para nosotros, cristianos, seguidores de Jesús, debemos ser absolutamente contrarios a cualquier sentimiento acentuado de hostilidad, antipatía, rechazo y odio a los hombres, sin embargo es algo con lo que convivimos a diario, esta a la vista de cualquiera en la familia, en la amistad, con los vecinos, con los que piensan diferente, entre los políticos, entre las naciones y pueblos.
Esto es los que nos enseña Jesús, el hombre es imagen de Dios, y si tu amas a tu prójimo, amas a Dios, y si amas a Dios, lo amas en también en el prójimo.
Estos preceptos son nuestros fundamentos de la vida cristiana, ambos basados en el amor, y por amor a Dios y al prójimo, juntos el mandamiento más grande de la Ley
Jesús, con estas palabras, nos ha dado a toda la Humanidad otra de esas lecciones trascendentales. Es la lección de la caridad cristiana volcándose en la fraternidad de todos los seres humanos.
La esencia de la vida cristiana consiste en el amor a Dios y en el amor al prójimo. Esta es una verdad que se enseña desde la primera catequesis. Se trata de una verdad indiscutible, invulnerable, invariable, universal. En teoría, todos la conocemos bien; sin embargo, no es siempre para todos una verdad «apropiada», esto es, una ley que hacemos nuestra, con un asentimiento real, vital, existencial, personal. Se dice que nadie se ha emborrachado por haber leído un docto tratado sobre el vino. Job, después de haber reflexionado y discutido tanto, especialmente después de una experiencia fuerte, llegó a decir a Dios: «Te conocía sólo de oídas, pero ahora te han visto mis ojos» (Job 42,5). Entre el conocimiento «sólo de oídas» y el «te han visto mis ojos» existe una distancia enorme.
Tal vez, la respuesta de Jesús sobre el mandamiento más importante no le sonaba demasiado nueva y original al doctor de la Ley que le preguntaba con la intención de «ponerlo a prueba», ¿pero la habría comprendido de verdad? Las nociones no asumidas vitalmente son semejantes a los huesos secos de la visión de Ezequiel: son muchos, tantos que llenan todo el valle, pero están secos, calcificados, amontonados de modo desordenado, no tienen carne ni nervios y carecen sobre todo del soplo de vida.
ORACION
Señor, mira con misericordia los huesos secos que yacen inertes en nuestra historia, en nuestra sociedad, en nuestras comunidades, en nuestras familias y dentro de cada uno de nosotros. La superficialidad, la trivialidad, el frenesí, la avidez, esconden con frecuencia un vacío espantoso. Sin el soplo vital de tu Espíritu, estamos destinados a languidecer en el aburrimiento, en la frialdad, en relaciones estériles, entre los escombros de las ideologías derrumbadas y entre las ruinas de nuestros sueños triturados.
“Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán”
Lc 13, 22-30
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1."TRATEN DE ENTRAR POR LA PUERTA ESTRECHA”
Lucas nos muestra dos grandes imágenes, estas deben interpretarse a la luz del argumento que las encierra. La primera es la imagen de la puerta estrecha, esa a la si queremos entrar, tenemos que esforzarnos en pasar. La segunda imagen de la peregrinación que viene desde todas las partes de la tierra, Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, hacia aquella ciudad bendita en la que tiene lugar el banquete del Reino de Dios.
Nos relata el Evangelio, que Jesús enseña en todas partes, pequeñas poblaciones, aldeas, pueblo, ciudades, sanando enfermos. Pero donde más hay enfermos es en Jerusalén. Es así, como cuando se dirige hacia allí, una persona le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?". Él respondió: "Traten de entrar por la puerta estrecha”.
La persona que hace la pregunta, quiere saber cuantos se salvan, eso es algo que le compete solo a Dios. Esta claro que Dios nos da a todos los hombres las gracias suficientes para salvarnos. Lo que interesa no es cuantos, sino como salvarnos y que condiciones debemos cumplir.
2.EL CAMINO QUE LLEVA A LA SALVACIÓN, NO ES NADA DE FÁCIL
Jesús no responde directamente a la pregunta de si son pocos los que se salvan, no obstante nos invita trabajar con compromiso y perseverancia para que no encontremos la puerta cerrada, con lo que acentúa el carácter dramático de un desenlace que podría revelarse absolutamente negativo.
El camino que lleva a la salvación, no es nada de fácil. El camino de la vida es ancho en errores, el camino de la rectitud es estrecho. La puerta estrecha significa el trabajo y la paciencia de los santos. También significa que tenemos que hacer mucho esfuerzo, y que no tenemos que ser cómodos, en otras palabras, debemos luchar contra las tentaciones con paciencia inquebrantable.
3.EL CAMINO DEL EVANGELIO ES UNA COSA MUY SERIA
Es así como Jesús afirma una vez más con claridad que seguirle por el camino del Evangelio es una cosa muy seria, algo que requiere una opción fundamental y, sobre todo, un esfuerzo continuado. Traten de entrar, es también esfuércense por entrar, es en modo imperativo y expresa la idea de trabajar fervientemente, ahora mismo, con prontitud, con urgencia, en otras palabras, no podemos perder ni un segundo de tiempo.
Y si bien es verdad que el camino de la salvación es estrecho en la entrada, también es cierto que por él se llega a la mayor de todas las puertas, las del Reino de los Cielos. Entonces, ¿Qué puede importar si son muchos o pocos los que se salvan? Lo que es necesario saber, es el modo por el cual podemos salvarnos cada uno de nosotros y no olvidarnos de compartir las enseñazas del Evangelio, para que muchos puedan optar por el camino de salvación.
4.“PORQUE LES ASEGURO QUE MUCHOS QUERRÁN ENTRAR Y NO LO CONSEGUIRÁN.”
Jesús nos dice; “Porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán.” “Pero ¡qué angosta es la puerta y qué escabroso el camino que conduce a la salvación! y qué pocos son los que lo encuentran (Mateo 7,14). Esto es, que mucho creemos que vamos por el camino correcto para salvarnos, especialmente si el camino se nos da fácil, pero cuando el camino se nos pone difícil, debemos esforzarnos mucho y luchar por conseguir nuestro propósito de llegar. Esta lucha es contra todas las malas inclinaciones que nos pueden apartar del camino que nos conduce hasta Dios. En efecto, el alma vacila siempre. Si reflexionamos en la eternidad nos decidimos por la virtud, pero cuando miramos el presente preferimos los placeres de la vida.
5.HAY ALGUNOS QUE SON LOS ÚLTIMOS Y SERÁN LOS PRIMEROS, Y HAY OTROS QUE SON LOS PRIMEROS Y SERÁN LOS ÚLTIMOS".
La escena final, tan bien esbozada por este relato evangélico, nos pone ante una gran peregrinación en la que pueden participar todos los que, aunque no tengan vínculos de sangre con Abrahán, han heredado el don de la fe.
Dios mismo no hace acepción de personas: “Entonces Pedro tomó la palabra y dijo: “Verdaderamente comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en cualquier nación el que le teme y practica la justicia le es grato.” (Hch 10,34). Ni siquiera tiene importancia el conocimiento personal del Jesús terreno; lo único que vale es seguirle con todo el esfuerzo, con plena libertad y con una disponibilidad total
Es así como Jesús nos dice;”Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos".
Dios nos da la gracia y nos exige caminos de rectitud. Para llegar al Cielo, primero hay que ganarse ese derecho. Para entrar al Cielo, es necesario tener un corazón dispuesto a entrar. Allí en el Cielo no hay lugares reservados, pero si lugares privilegiados. Tienen privilegios para entrar, los pobres, los sencillos y los humildes de corazón.
6.AL REINO DE LOS CIELOS SE LLEGA SEGÚN SEA NUESTRA VOLUNTAD Y DISPOSICIÓN.
En efecto, no por seamos muy cultos, ricos, o muy influyentes, podemos considerar que tenemos la puerta abierta. El haber recibido la gracia de la fe o la vocación al apostolado, no nos da seguridad de salvación. En efecto, no basta haber sido llamado a la fe, o haber recibido una vocación especial, para tener seguridad de llegar al cielo. Muchos han sido favorecido y a mitad de camino se quedan atrás y muchos han sido pecadores que al convertirse se adelantan a los favorecidos.
Vivamos en santidad, que esta sea propia de nuestra condición y lugar que ocupemos, recordando que ningún puesto de honor o autoridad que ocupemos en la tierra, no acreditará para ocupar los primeros puestos en el Reino de Dios. Eso esta en las manos Dios y si no tenemos ningún lugar destacado o ningún puesto de renombre aquí en la tierra, eso no es condición para ser privilegiado por Dios.
EL AMOR DE DIOS ES UN AMOR EXIGENTE: ¡ES UN AMOR DE DIOS!
Esta liturgia de la Palabra nos pone ante dos grandes verdades, ambas relacionadas con Dios y su proyecto de salvación. Debemos detener nuestra atención sobre ellas, a fin de hacer crecer en nosotros la conciencia del gran don y del gran compromiso que van unidos a nuestra fe.
El amor de Dios es un amor exigente: ¡es un amor de Dios! Ahora bien, es evidente que tal exigencia está dictada sólo por el amor. No puede ser signo de una voluntad despótica ni, mucho menos, indicio de una autoridad que no deja espacio a la libertad de los otros. También nosotros conocemos las exigencias del amor, unas exigencias que no son menos fuertes que las exigencias de la autoridad. No por ello nos producirá cansancio considerar las exigencias de Dios como signo manifestador de su amor absoluto e incondicionado, preveniente e indulgente. El amor de Dios es un amor universal: no puede ser constreñido dentro de categorías o límites humanos, sino que quiere moverse libremente sobre todos los tiempos y en todos los lugares, a fin de alcanzar a toda la humanidad. A diferencia del nuestro, el amor de Dios no disminuye cuando es participado; es más, cuando se comunica se realiza en plenitud.
Para el creyente, Dios está en el vértice de toda atención y de todo proyecto. Todo lo que constituye la red y el trenzado de nuestras relaciones adquiere significado y valor sólo si, de algún modo, deriva de nuestra relación con Dios y conduce a él. Esta verdad constituye algo así como una fuerza vital que es capaz de regenerar y de motivar todas nuestras decisiones. Para el creyente, Dios está en el centro de todo su pensamiento y de todos sus proyectos; en caso contrario, ya no se podría hablar de fe. Tener a Dios en el centro de nuestra propia vida significa, en concreto, no olvidarle nunca y, sobre todo, no sustituirle nunca con cualquier tipo de ídolos.
ORACION
¡Es fuerte, oh Señor, tu amor por nosotros!
Haznos sentir, oh Señor, la fuerza de este amor tuyo, capaz no sólo de trasladar los montes, sino hasta de enternecer nuestros corazones.
Haznos comprender, oh Señor, la grandeza de este amor tuyo, capaz de abrazar no sólo a tus fieles, sino a todos los habitantes de la tierra.
Haznos intuir, oh Señor, la profundidad de este amor tuyo, que esconde misterios abismales y también nos revela verdades consoladoras.
Haznos ver, oh Señor, los signos de este amor tuyo, con los que quieres iluminar nuestras mentes, revigorizar nuestra voluntad y orientar nuestros pasos.
Haznos experimentar, oh Señor, la dulzura de este amor tuyo, un amor capaz de disipar las excesivas amarguras de nuestra vida y de hacernos saborear esa alegría que no acabará nunca.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, ……¡Ay de ustedes, guías ciegos!
Mt 23, 13-22
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1.¡AY DE USTEDES, ESCRIBAS Y FARISEOS HIPÓCRITAS
En el Evangelio de hoy, como todos los de este capitulo 23 del Evangelio de san Mateo, Jesús condena fuertemente a los escribas, personas que copiaban textos o que los escribían al dictado y así también lo hace con los fariseos. Es una desaprobación de algo que el Señor considera malo y pernicioso. Jesús, y se los dice a la cara, los considera hipócritas, porque fingen cualidades, ideas o sentimientos contrarios a los que verdaderamente aparentan tener.
Reiteradamente nos hemos dado cuneta de la “calaña”, es decir de la calidad que son los fariseos, y sobre todo los escribas y doctores de la Ley, ellos además eran oficialmente los transmisores e intérpretes de la Ley, eran los que tenían la “llave” de la misma (Lc 11:52). Como sabemos además, ellos no reconocían a Jesús como Mesías, al que señalaban las Escrituras, a las que El mismo para reconocerle les remitía, del mismo modo no reconocían sus milagros. Algo malo también era que las turbas, seguían ciegamente a los fariseos, como a sus dirigentes religioso. Como consecuencia, los seguidores de los fariseos venían a rechazar a Jesús como Mesías. Con su actitud, ellos cerraban, en lugar de abrir, como era su misión oficial, a las turbas su ingreso en el reino mesiánico de Jesús. Como sabemos luego estos fariseos, prepararon la muerte y movieron a las “turbas” a pedirla (cf.Mt 27:20-25).
Es a estos, que Jesús habló diciendo: ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quisieran.
2.NO TEMAMOS DECIR LAS COSAS CON MUCHA CLARIDAD
Jesús dice las cosas con gran claridad, es de este modo es como debiéramos decirla nosotros frente a la hipocresía, porque esta actitud de fingimiento de los hombres no tiene cabida en ninguno de los hijos de Dios, por tanto en ningún discípulo de Jesús. Entonces no temamos decir las cosas con mucha claridad. Si nos sentimos apóstoles, debemos mostrar coherencia, y ésta, está en la sencillez, en la humildad, pero al mismo tiempo en la actitud recta y honesta en la defensa de la verdad. La hipocresía es absolutamente contraria a nuestros principios, especialmente por que ella pretende disimular la falta de franqueza, y también para ocultar lo que verdaderamente somos y así, intentar que los demás no se den cuenta de la falta de inclinación para hacer el bien que se manifiesta en nuestro corazón.
Jesús consecuentemente, nos advierte, que la hipocresía es maligna en nosotros los cristianos si queremos ser evangelizadores, y si queremos ejercitar el apostolado, porque no es posible ocultar o encubrir por mucho tiempo la falta de virtud, la desidia y la poca participación y el nulo sacrificio, como la falta de amor a Dios y a los hombres.
3.LA CENSURA DELA OBRA DEL APOSTOLADO DE LOS FARISEOS
Jesús dice: ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para conseguir un prosélito, y cuando lo han conseguido lo hacen dos veces más digno del infierno que ustedes!
Es la censura de la obra del apostolado de los fariseos. No sólo impedían el ingreso en el reino mesiánico, sino que ellos se dedicaban a ejercer un apostolado de “prosélitos”, es decir de partidarios y seguidores fuera del judaísmo. Con ese proselitismo, lo que lograban los fariseos era hacer de hecho “hijo de la gehenna” (infierno) al que se incorporaba al judaísmo farisaico. El fariseo que ganaba a un “prosélito” y le infundía su espíritu lo abocaba al infierno al separarlo de Jesús Mesías. Y esto sin tener en cuenta que la mayor parte de los “prosélitos” eran conversiones aparentes, que traían al judaísmo gentes pésimas. El mismo Talmud llega a decir que los “prosélitos” eran una enfermedad en Israel. Y los presenta como un obstáculo a la venida del Mesías.
4.“AY DE USTEDES, GUÍAS CIEGOS”
Pero aquí también Jesús nos deja una lección. En efecto, gran daño le hacemos a aquellos que se sienten atraídos por nuestras palabras, por nuestra prédica, si luego no damos autentico testimonio de una vida recta, de una permanente actitud de vida honesta, y de conciencia limpia a toda prueba, porque nunca será suficiente el convertir, y motivar nuestra fe, es necesario también motivar a los que se han acercado al Señor y a toda su fe, a que la mantengan, la refuercen y la perfeccionen.
Jesús condena diciendo luego una tercera censura, llama a los fariseos:” ¡Ay de ustedes, guías ciegos” No en vano la censura va a ellos como jefes y directores espirituales del judaísmo popular.
¿Va esto para nosotros también?, estamos hablando de ser honestos. En efecto, resulta que queremos ser Luz y sin embargo podemos ser tinieblas, y en vez de llevar a nuestros hermanos por el buen camino, los llevamos por el despeñadero, empujados por nuestra mala actitud y malos ejemplos, y así nos transformamos en ciegos, guiando a otros ciegos por caminos peligrosos, y esto porque nosotros no somos capaces de ver cual es el verdadero camino, que conduce a la santidad, al Reino de los Cielos.
5.LA CENSURA CONTRA EL ABUSO DEL “JURAMENTO”
Jesús sigue diciendo: "Si se jura por el santuario, el juramento no vale; pero si se jura por el oro del santuario, entonces sí que vale"! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante: el oro o el santuario que hace sagrado el oro?
Esta censura va contra el abuso del “juramento” y sobre las diversas fórmulas acerca del mismo. Se juraba por todo; por Dios, por el cielo, por el Poder (el Todopoderoso), por el templo, por el altar, por el servicio del templo, etc. ¿hacemos esto hoy de jurar por todos, como buscando una forma que nos crean? En aquel tiempo esto se prestaba a grandes abusos y a la irrespetuosidad más flagrante. Como con el principio que para ellos regía esta práctica, se metía la práctica de la vida en una red de complicaciones que la hacían imposible, luego para salir de ellas se inventaban unos códigos sutiles de dispensas.
Es en este ambiente en que Jesús va a censurar a los fariseos por sus métodos y su moral del juramento y de los votos. Se utilizaban como juramentos: “Sea para mí como el cordero (probablemente del sacrificio cotidiano), como las cámaras (del templo), como las maderas (del templo), como los fuegos (de los sacrificios del templo), como el altar. Así, el que jurase “por el templo,” o “por el altar” de los holocaustos, o “por el cielo,” no quedaba obligado a nada.
6.LES HARÁ VER EL MATERIALISMO RITUALISTA
Pero si jura “por el oro del templo,” sí. Por el oro del templo podría entenderse el oro que revestía el “sancta sanctorum,” o el candelabro de oro, o la mesa de oro de los “panes de la proposición,” en cuanto estaba más directamente al servicio de Dios, aunque podrían ser también exvotos dados al templo, en cuanto que eran cosas consagradas directamente a Dios. O si se jura “por la ofrenda que está sobre el altar” de los holocaustos, entonces el voto hecho tenía validez, pues, siendo cosas consagradas a Dios, quedaba incluido en ellas el mismo Dios. Y así la promesa se hacía al mismo Dios.
Por eso les hará ver el materialismo ritualista y circunstancial de esta actitud rabínica, que ahoga y va en contra del mismo espíritu del juramento o voto y de la misma ley natural.
Dice el Señor: ¿Qué es más importante: el oro o el santuario que hace sagrado el oro? Ustedes dicen también: "Si se jura por el altar, el juramento no vale, pero vale si se jura por la ofrenda que está sobre el altar". Es por lo que son “hipócritas,” porque, si vale el juramento hecho “por el oro del templo” o “por la ofrenda que está en el altar,” tiene que valer el juramento hecho “por el templo” y “por el altar” o “por el cielo,” porque son precisamente el templo y el altar los que hacen ser “santos” a ese oro que decora el templo y a esa ofrenda que se pone sobre el altar, que es, por su misma naturaleza, santo. Lo mismo que el que “jura por el templo, jura por él y por quien lo habita.” Lo mismo que el que jura “por el cielo — que es “el trono de Dios” (Mt 5:34) — jura por el trono de Dios y por el que en él se sienta.”
7.NO NOS DEJEMOS CONDUCIR POR CIEGOS, SEAMOS LUCES VERDADERA
Hasta esta sutileza de laxismo llegaba la casuística de los escribas y fariseos, quienes así jugaban con el “espíritu” más santo en las cosas sagradas, y podían ejercer ellos, como intérpretes de la particularidad por ellos establecida, el monopolio de las conciencias y de su influencia y prestigio. Y tan divulgado estaba, que llegó a trascender, a los paganos, con el consiguiente desprecio para ellos.
Entonces Jesús les hecha en cara: ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar que hace sagrada esa ofrenda? Ahora bien, jurar por el altar, es jurar por él y por todo lo que está sobre él. Jurar por el santuario, es jurar por él y por aquel que lo habita. Jurar por el cielo, es jurar por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él.
Esa es la claridad que nos pone Jesús en el Evangelio de Hoy, esta por condenarnos si actuamos soberbiamente, si nos resistimos a la verdad y si arrastramos a otros por nuestro error. Tratemos entonces de cumplir con la obligaciones de vida apostólica que el Señor nos haya encargado, hagámoslo con consecuencia, con coherencia, pero no solo hoy, debemos hacerlo siempre y en todo lugar, es nuestra tarea como cristiano que estamos siendo llamados por Dios todos los días, no hagamos oídos sordos, no nos dejemos conducir por ciegos, seamos luces verdadera, demos todo de sí, para dar testimonio y ejemplo, para que mas hombres se hagan cristianos, y muchos cristianos católicos, de ese modo, creo que nuestro mundo andará mejor.
Hay un modo refinado de manipular las conciencias, un modo de hacer violencia camuflado de justificaciones religiosas. Jesús habla de él de una manera general en el sermón de la montaña: «Tened cuidado con los falsos profetas; vienen a vosotros disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces» (Mt 7,15). Y ahora repite la exhortación con una clara referencia a los maestros de la Ley y los fariseos hipócritas. Dios se fía de nosotros, frágiles seres humanos, y nos ha encargado a nosotros el anuncio de su Reino. Podemos entrar en él y facilitar la entrada a los otros, aunque, desgraciadamente, podemos hacer también lo contrario: negarnos a entrar nosotros y alejar a los otros, como hacen los hipócritas. Estos tienden a transformar a los otros en «copias» de sí mismos, imponiéndoles su propia imagen y semejanza, su egoísmo y su falsedad. Se trata de una especie de «donación espiritual» que conduce a la masificación de las personas. Por desgracia, a lo largo de toda la historia y todavía en nuestros tiempos hay por todas partes «guías ciegos» y ciegos que se dejan guiar, convirtiéndose en personas sin rostro, encuadrados, nivelados, homologados por las ideologías vigentes, sofocados por las etiquetas.
La evangelización está muy lejos del proselitismo opresor. El que anuncia el Evangelio tiene conciencia de ser un vaso de arcilla que contiene un tesoro (cf. 2 Cor 4,7), y el que lleva este tesoro al corazón de los otros es como Moisés ante la zarza que ardía. Ante él tiene un terreno sagrado: antes de acercarse, debe quitarse las sandalias, por temor a profanarlo.
ORACION
Señor Dios, dicen que nadie va al cielo sin atraer a alguien, ni nadie va al infierno sin arrastrar a otros con él. ¿Es verdad? Nunca nos has dicho nada de manera explícita al respecto, pero nos hiciste comprender algo cuando te declaraste dispuesto a perdonar a la ciudad de Sodoma en consideración a los únicos diez justos (cf.Gn 18,16-33). Ahora, en el evangelio, tu Hijo unigénito nos ha puesto ante los ojos la posibilidad de cerrar la puerta del Reino a los otros. Haz que esto no suceda nunca a los discípulos de Jesús. Es difícil pensar que entre nosotros los cristianos haya quien se empeñe de modo intencionado en sacar fuera a las ovejas de tu redil, aunque es posible pecar por omisión y faltar de mil pequeños modos.
Oh Cristo, haznos dignos testigos de ti y de tu Reino. Haz que estas palabras del profeta Zacarías puedan hacerse realidad para los cristianos de hoy: «En aquellos días, diez extranjeros agarrarán a un judío por el manto y le dirán: "Queremos ir con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros"» (Zac 8,23).
"Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel"
Jn 1, 45-51
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1.FELIPE ENCONTRÓ A NATANAEL.
El apóstol Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro (Jn. 1, 44). Esa circunstancia, sumada al hecho de que Andrés y él son los únicos apóstoles que tienen nombres griegos, y la intercesión conjunta de ambos por los griegos que querían ver a Jesús (Jn. 12, 21-22), hace suponer a algunos autores que Felipe y Andrés eran parientes o amigos.
Tiene varias intervenciones significativas en el Evangelio además de las mencionadas. Juan relata el llamado a Felipe Al día siguiente, Jesús resolvió partir hacia Galilea. Se encontró con Felipe y le dijo: Sígueme. (Jn. 1, 43). Y cómo éste, a su vez, invita a Natanael a conocer a Jesús, menciona también la participación del apóstol en la multiplicación de los panes (cfr. Jn. 6, 5ss), y relata su intervención (Muéstranos al Padre) durante el discurso de la Última Cena (Jn. 14, 8);
2.NATANAEL, SIGNIFICA DON DE DIOS
Sabemos que Dios se vale de muchos medios para llamar a sus hijos, esto es, puede ser directamente o indirectamente por intermedio de otras personas, o bien nos prepara alguna causa especial, pero lo que importa es que sepamos oír su llamado, estar atento a su voz y a estar dispuesto a seguirla. Es así, como los discípulos que siguen a Jesús, rápidamente son sus principales promotores, y propagan su amistad. En efecto, si nosotros hemos encontrado el camino, es correcto que lo promovamos, para que muchos se incorporen a el. Así lo hace Felipe, cuando encuentra a Natanael, y le dice: Es Jesús, el hijo de José de Nazaret.
El nombre de Natanael significa don de Dios. Natanael, es también llamado Bartolomé, el era oriundo de Caná de Galilea y Felipe se lo presenta a Jesús, de acuerdo a la tradición predicó el Evangelio en Arabia y Armenia donde murió mártir. Natanael le preguntó Felipe: ¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret? Ven y verás, le dijo Felipe.
3.ÉSTE ES UN VERDADERO ISRAELITA, UN HOMBRE SIN DOBLEZ.
Viéndole Jesús venir hacia El, después que Felipe le había dicho que habían encontrado al Mesías en la persona de Jesús de Nazaret, al verle, y cercano ya, le dice: Éste es un verdadero israelita, un hombre sin doblez. Esta expresión va cargada de sentido. Ojala podamos recibir también un elogio semejante. En efecto ser un verdadero Israelita era decir que sabía reconocer Yahvé por el único y verdadero Dios y además que permanecía fiel plenamente a su divina Ley. En efecto, verdaderamente indica que es digno del nombre que se tiene o da, que responde intrínsecamente a su nombre (Rut 3:12) 105. Natanael, don de Dios, es, en consecuencia, un hombre que es con toda autenticidad un verdadero israelita. ¿Qué intenta decir Jesús con estas palabras?
Ser llamado Israel es equivalente a reconocer a Yahvé por el único y verdadero Dios y permanecer en plena fidelidad a su ley (Sal 22:24). Israel es el nombre que indica la elección divina del pueblo santo, lo que exige, para la prometida protección de Dios, fidelidad a su ley. Por eso, Israel viene a ser sinónimo de fidelidad a Yahvé.
Pero aún hubo algo más, Jesús añade un hombre sin doblez, esto es para destacar lo que es un hombre verdaderamente fiel a Dios y a su ley. Era un verdadero elogio, y por partida doble, porque primero lo hace con el título de verdadero israelita, título religioso por excelencia, para luego concluir que no era un hombre sin doblez, es decir que no es mentiroso y no es hipócrita ni simula lo que no es.
4.NATANAEL ES UN JUDÍO FIEL A YAHVÉ EN SU FE Y EN SU PRÁCTICA
Es interesante aclarar para mejor comprensión del suceso, los judíos solían llamarse israelitas precisamente para indicar el aspecto religioso de ellos y de su elección por Dios. Pero, una vez que Israel rechaza reconocer a Jesús por Mesías, viene a no ver, a estar ciego (Jn 9:40ss), por lo que no merece el nombre de Israel: el que ve a Dios. Así, los judíos dejan de ser Israel.
En cambio, Natanael es un judío fiel a Yahvé en su fe y en su práctica; es un ser humano que, en este sentido, ve a Yahvé, por lo que es digno de ser llamado con toda verdad Israel. Y como premio a esta fidelidad a Dios, que es la óptima preparación para recibir al Mesías, se le promete que verá a éste en lo que es: el Hijo de Dios.
5.¿DE DÓNDE ME CONOCES?, LE PREGUNTÓ NATANAEL.
Jesús le respondió: Yo te vi antes que Felipe te llamara.., La respuesta de Jesús es una nueva prueba de exploración en su corazón, y que hará ver a Natanael que, ante Jesús, su corazón está al descubierto en toda su vida, te vi antes que Felipe te llamara, para decirle que en Jesús habían encontrado al Mesías.
Jesús continúa: Yo te vi cuando estabas debajo de la higuera. Era decirle a Natanael que, antes de conocerle ahora personalmente, ya le conocía.
Que bien nos sentimos cuando alguien nos dice que ya nos conoce, pero que maravilloso es oír de Jesús, que tiene puesto sus ojos en nosotros, y que bueno es estar atento a su llamado, para no perder una oportunidad como esa. Es así, como talvez no nos damos cuenta que Jesús ya nos conoce, quizás es porque no estamos lo suficientemente atentos, o tenemos el corazón algo cerrado o no le hemos dado la sencillez para ver que en la simplicidad El nos esta invitando, Entonces es hora de de tener un corazón abierto a las inspiraciones del Espíritu Santo, a las influencias del amor de Dios.
6.MAESTRO, TÚ ERES EL HIJO DE DIOS, TÚ ERES EL REY DE ISRAEL.
Nos preguntamos al meditar este fragmento del Evangelio ¿A qué hecho de su vida aludía Jesús a Natanael? ¿Acaso, como fiel israelita, abría su corazón a Dios, en aquellos días de fuerte expectación mesiánica, máxime ante las nuevas que llegaban del Bautista, y se ocupaba en pensar o en orar por el advenimiento del Mesías?, esas preguntas y respuesta, son algo que suponemos que puede haber sido así. Pero lo que si debe haber sucedido es que la mirada de Jesús, es certera, hasta el punto que Natanael, vivamente sorprendido, le hace esta confesión: Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.
Ante la penetración profética de su mirada, Natanael tiene que rendirse a la evidencia del Mesías, que había encontrado y le habían presentado.
¿Qué valor tiene aquí el primer título que se le da, de Hijo de Dios? La revelación de su divinidad la va haciendo Jesús paulatinamente a sus mismos discípulos. Fue entonces increíble que, al primer encuentro con Natanael, le revelase su divinidad.
7.PORQUE TE DIJE: 'TE VI DEBAJO DE LA HIGUERA', CREES. VERÁS COSAS MÁS GRANDES TODAVÍA.
Debiéramos preguntarnos si nos conocen como Jesús dijo conocer a Natanael, hombres fieles a Dios, es hora de reflexionar si nos conocen como verdaderos cristianos, cual es nuestra reputación como hombres seguidores de Jesús, es tiempo para que en conciencia, tengamos la esperanza que por nuestra actitud, por nuestra forma de ser con Dios y con todos los hombres, tendremos la dicha de ver lo que Jesús le promete a Natanael, Verás cosas más grandes todavía. Y los que le afirmo: Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.
En efecto, esta glorificación de Jesús que verán los discípulos, es un tema que incluye un especial y rico contenido en el evangelio de de san Juan y que son las cosas mayores que verán. Entre ellas por ejemplo, en las bodas de Cana, en donde Jesús manifestó su gloria y creyeron en El sus discípulos (Jn 2:11).
Como decíamos, en el evangelio de san Juan, la gloria de Jesús se manifiesta, en primer lugar, por los milagros, que son signos de su mesianismo y de su filiación divina; pero, entre éstos, el gran signo de lo que El es y de su misión es el milagro de su resurrección.
También Natanael, como otros apóstoles antes que él, llega al descubrimiento de Jesús no sin una cierta fatiga. En su caso, debe superar, en primer lugar el handicap de su excesivo conocimiento veterotestamentario. Es justamente verdad —como leemos en el Eclesiastés— que el saber excesivo engendra dolor: sólo cuando haya alcanzado a la sencillez y a la transparencia del encuentro personal, podrá reconocer Natanael en Jesús al Hijo de Dios.
En segundo lugar, Natanael debe superar asimismo una especie de desconcierto, el que provocó en él su primer encuentro con Jesús, quien demuestra conocerle muy bien. Mas Natanael tiene necesidad de entablar un diálogo con aquel que le sorprende y, al mismo tiempo, le cautiva. Sólo el diálogo interpersonal es la vía segura para el conocimiento recíproco, el conocimiento que lleva a la experiencia y a la entrega de nosotros mismos en el amor.
Ahora bien, yo diría que Natanael debe superar también la mediación del amigo Felipe, respecto a la cual, de primeras, muestra cierto escepticismo. Sólo cuando haya tomado la decisión de ir al encuentro del Nazareno, le reconocerá por lo que Jesús es verdaderamente. La amistad puede ser, a buen seguro, una gran ayuda para el descubrimiento de la verdad, pero, cuando la verdad es Alguien, sólo el encuentro personal puede satisfacer la búsqueda.
ORACION
Señor Jesús, tú naciste en Belén, «la más pequeña de las cabezas de partido de Judea». Allana ante mí el camino que conduce hasta ti, pequeño entre los pequeños, verdadero hombre entre los hombres, hijo de María y José.
Señor Jesús, te criaste en Nazaret, un pueblo del que nadie esperaba nada bueno. Enséñame también a mí, como revelaste a tus otros discípulos, el secreto de la espiritualidad de Nazaret, pueblo donde viviste durante treinta años, secreto del que se desprende el mensaje del silencio, del amor, del trabajo.
Señor Jesús, tú quisiste elegir Jerusalén como ciudad de tu martirio y de tu pascua: dame el valor de subir contigo y detrás de ti hasta la ciudad santa, en donde deben morir los verdaderos profetas, ciudad amada por todos tus discípulos.
Señor Jesús, tú recorriste los caminos de Palestina, país pequeño e insignificante a los ojos de los grandes, pero elegido, amado y privilegiado por ti. Enséñame a valorar las cosas según tus criterios, según tus proyectos.
1. AY DE USTEDES, ESCRIBAS Y FARISEOS HIPÓCRITAS QUE PARECEN SEPULCROS BLANQUEADOS!
El Evangelio de hoy nos trae una nueva censura dirigida a los fariseos para precisarles su vida moral de hipocresía. Su moral es la de los “sepulcros blanqueados.” Jesús continua condenando fuertemente a los escribas, que eran expertos en la interpretación de la ley, estos eran en su mayoría de la secta de los fariseos, a quien también Jesús les habla con mucha claridad, y los siguen considerando hipócritas, y ellos no dejan de fingir cualidades distintas a las que verdaderamente aparentan tener.
2. EN SU AUTÉNTICA REALIDAD INTERNA ESTABAN LLENOS DE “HIPOCRESÍA E INIQUIDAD.”
Según el libro de los Números que cualquiera que tocase un muerto, o huesos humanos, o “un sepulcro,” quedaría legalmente “inmundo” por siete días (Núm 19:16). De ahí la costumbre preventiva de blanquear los sepulcros antes de las fiestas de “peregrinación,” sobre todo antes de la Pascua, para lo cual se empezaba esto desde el 15 del mes de Adar. Esta alusión se lleva como censura global a los fariseos. Aquellos “sepulcros blanqueados” estaban llenos de “huesos de muerto y de toda suerte de inmundicias.” Así, los fariseos “aparecen por fuera justos a los hombres,” pero en su auténtica realidad interna estaban llenos de “hipocresía e iniquidad.”
3. LO QUE CUENTA ES LO QUE SOMOS ANTE LOS OJOS DE DIOS
Jesús al comparar a los hipócritas con “sepulcros blanqueados”, nos quiere demostrar que muchas veces el exterior está cuidado y resulta hermoso de ver, pero lo que hay por dentro es descomposición y muerte.
Ya en otros fragmentos del Evangelio (Mt. 6,1), el Señor nos advierteque no hay que hacer el hacer el bien para que los vean los hombres, porque lo que cuenta es lo que somos ante los ojos de Dios, y no lo que aparentamos ser ante los hombres.
4. ¡AY DE USTEDES, ESCRIBAS Y FARISEOS HIPÓCRITAS, QUE CONSTRUYEN LOS SEPULCROS DE LOS PROFETAS!
En la segunda parte del fragmento del evangelio de hoy, Jesús les hace una última censura, enlazada por la anterior, va sobre los fariseos por homicidas de “profetas” y de “justos.”
“El culto de los sepulcros, tenido en mucho entre los judíos, como lo prueba la veneración que todavía tributan a los sepulcros de Abraham y de Sara, de Isaac y Jacob, en Hebrón; de Raquel, cerca de Belén; de David y de varios antiguos profetas, en Jerusalén; de José, no lejos de Naplusa, ofrecerá también al Salvador ocasión” de otra condenación.
Estas tumbas a las que alude Jesucristo podían ser excavadas en las rocas y realizadas en forma de monumentos, al estilo del que hoy se llama tumba de Absalón, en el valle de Josafat. La expresión “que adornan las tumbas” se refiere a ciertas representaciones, sea en las fachadas o en los subterráneos. La distinción que ha querido verse entre “profetas” y “justos,” entendiendo que por estos últimos se refería a personajes posteriores a los profetas, mientras en los primeros se referían a los profetas antiguos, cuyos sepulcros, en esta época, exigirían una restauración.
5. SI HUBIÉRAMOS VIVIDO EN EL TIEMPO DE NUESTROS PADRES
Los judíos de otras generaciones mataron a “profetas” y a “justos.” Los escribas y fariseos contemporáneos de Cristo arreglaron estos sepulcros. Pero ellos decían: Si hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no nos hubiéramos unido a ellos para derramar la sangre de los profetas!. Pero Jesucristo parece sacar una consecuencia de esto: que por arreglar estos sepulcros son cómplices en la muerte de los que guardan en esos sepulcros; lo que formula con un gran realismo.
Se separan de sus padres y casi se avergüenzan de ellos, pero no se dan cuenta de que, si no hacen suya la herencia espiritual de los profetas, siguen matando y su culpa se vuelve más grave que la de sus padres
6. HIPÓCRITAS NO SÓLO RESPECTO A DIOS Y A LOS HOMBRES, SINO TAMBIÉN RESPECTO A SU TRADICIÓN E HISTORIA.
Jesús denuncia el doblez de los hipócritas no sólo respecto a Dios y a los hombres, sino también respecto a su tradición e historia. Sus padres rechazaron y mataron a los profetas. Ellos creen poder tranquilizar su propia conciencia por el hecho de arreglar estos sepulcros, es decir, honrando las sepulturas y poniéndoles adornos, especulan que pueden purificar la memoria del pasado olvidando o buscando justificaciones conmovedoras, y se sienten inocentes por el hecho de que son capaces de acusar a los otros.
Por el hecho de arreglar estos sepulcros, De esa manera atestiguan contra ustedes mismos que son hijos de los que mataron a los profetas “De esa manera atestiguan contra ustedes mismos que son hijos de los que mataron a los profetas. ¡Colmen entonces la medida de sus padres!,.
7. ¡JERUSALÉN, JERUSALÉN!, LA QUE MATA A LOS PROFETAS Y APEDREA A LOS QUE LE SON ENVIADOS!
En diversos textos del los Evangelios, se nos relata sobre los profetas rechazados, perseguidos y asesinados. “Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, que vuestra recompensa será grande en el cielo. Pues de ese modo trataban sus padres a los profetas. (Lucas 6,23), “¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados”.(Lucas 13,34).
En los tiempos de la peregrinación de Jesús por la tierra, hubo, al igual que hoy, hombres elegidos y enviados por Dios para ser su portavoz y para agitar la conciencia oscura de su pueblo, fueron rechazados y perseguidos. El mismo Señor Jesucristo participará del destino de los profetas, también él será rechazado por los suyos “Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio”. (Mateo 13,57) y, finalmente, morirá en la Cruz.
Jesús habla con frecuencia en el evangelio de los profetas rechazados, perseguidos, matados (cf.Mt 13,57; Lc 6,23; 11,50; 13,34). El mismo es considerado como un profeta y se introduce en muchas ocasiones en la categoría de los profetas, es decir, entre las personas elegidas y enviadas por Dios para ser sus portavoces y para sacudir la conciencia turbia de su pueblo. También Jesús participará del destino de los profetas, también él será rechazado por los suyos y, finalmente, morirá. Frente a su muerte, habrá quien se lave las manos, quien huya, quien reniegue de él diciendo que no le conoce; habrá espectadores indiferentes; y los que se consideran inocentes echan las culpas a los otros. Siglos después, muchos lo lamentarán y construirán gran cantidad de edificios y monumentos en su honor.
¿Quién mató a Jesús? La Iglesia, desde sus comienzos, anuncia con valor en los Hechos de los Apóstoles: «Vosotros, valiéndoos de los impíos, lo crucificasteis y lo matasteis» (Hch 2,23). En este «vosotros» no están incluidos sólo los judíos y las autoridades romanas de aquel tiempo, y tampoco están incluidos sólo nuestros antepasados, sino todos nosotros. Todos, cada uno a su modo, hemos pecado, y cada pecado contribuye al sufrimiento de aquel que «llevaba nuestros dolores, soportaba nuestros sufrimientos. Aunque nosotros lo creíamos castigado, herido por Dios y humillado, eran nuestras rebeliones las que lo traspasaban, y nuestras culpas las que lo trituraban» (Is 53,4-5).
ORACION
Señor Jesús, te pedimos perdón. También nosotros somos sepulcros blanqueados, con tanta maldad por dentro que ni siquiera nosotros mismos tenemos plena conciencia de ella. También nosotros somos responsables del sufrimiento y de la muerte de muchos hermanos y hermanas nuestros, y creemos poder saldar las cuentas construyendo tumbas y poniendo fáciles remedios. Como hiciste con los hipócritas de tu tiempo, dirígenos también a nosotros tu Palabra cortante. Sabes que tenemos necesidad de estos golpes, de estos shock que nos sacuden del torpor, de la pereza, de la indiferencia, de la ilusión de estar en nuestro sitio, del cómodo mantenerse a distancia, del observar sin ser observados, del criticar sin implicamos; de la conciencia, también irreflexiva, de no tener pecado.
Envía a nosotros tu Espíritu, que «pondrá de manifiesto el error del mundo en relación con el pecado» (Jn 16,8), para que cada uno pueda confesar con sinceridad en tu presencia: «Yo te he matado». Todos tenemos necesidad de sentirnos alguna vez dignos de condena, para poder comprender lo inmenso que es tu amor por nosotros.
Feliz aquel servidor a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo”
Mateo 24, 42-51
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1.ESTÉN PREVENIDOS, PORQUE USTEDES NO SABEN QUÉ DÍA VENDRÁ SU SEÑOR.
Este fragmento del Evangelio se refiere a la necesidad de vigilar. Puesto que ese día y hora es desconocido, no cabe más que estar alerta y preparados para su llegada. Esta necesidad de la vigilancia es presentada por san Mateo con dos comparaciones o pequeñas parábolas.
En la primera nos presenta el dueño de la casa. La noche es la hora propicia para los ladrones, amparados en las tinieblas salen a robar. Ciertamente, Jesús se refiere a los tipos de casa de aquella Palestina. Las casas palestinas estaban hechas, sobre todo en su techumbre, de argamasa de barro con ramas (Mc 1:2), y las paredes laterales no raramente eran de adobes. De ahí la descripción del ladrón que hace un abertura para entrar en la casa. Por eso, si el dueño de la casa supiese la hora en que pudiese haber un robo en su hogar, el estaría vigilante y no permitirías que la abran un agujero en su casa para entrar a robar (2 Pe 3:4-14).
2.¿CUÁL ES, ENTONCES, EL SERVIDOR FIEL Y PREVISOR?
La segunda comparación, la hace con un criado fiel y cuidadoso y otro que es malo, así compara las diferentes actitudes y conducta de estos servidores.
El relato nos habla por tanto de un dueño que tiene varios siervos, y pone al frente de ellos a un criado que ha de ser fiel y prudente: Además de leal en todo a este dueño, este servidor cumple con la confianza de saber bien su oficio en ausencia de su señor. El propósito, es que cuando éste vuelva y llegue a casa sin avisar, encuentre que todo se ha manejado en orden. De este modo este buen servidor, obtendría una recompensa por su diligencia, fidelidad y buen cuidado de sus bienes.
3.UN MAL SERVIDOR QUE PIENSA: MI SEÑOR TARDARÁ
Por el contrario, otro siervo desleal e incumplidor, el malo, aprovechándose que su patrón se demora en regresar, arremete y le da una paliza a sus compañeros. No contento con ello, este canalla, se dedica a la gula y al alcohol mezclándose con los borrachos, por tanto tendrá lo que se merece a su actitud y comportamiento. Es decir cuando llegue al amo le hará pedazos y le pondrá con los hipócritas.
4.¿QUÉ NOS QUIERE COMUNICAR JESÚS?
Ahora nos preguntamos, ¿Qué nos quiere comunicar Jesús al decir: Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor? Es cierto que no sabemos cuando será este día, sin embargo sabemos como debemos estar preparados, y lo mas seguros que nos sorprenderá, porque vivimos en un ciega confianza que nos prepararemos a última hora, al menos en mi país,es muy común dejar todo para última hora. Pero, ¿Cómo estamos de preparados para rendir cuentas si nos la pidieran en este minuto? ¿Nuestra vida es para ser pasada por un examen?, ¿hemos llevado una vida recta?, ¿hemos hecho buenas obras?, ¿Lo que hacemos por nuestro prójimo es por amor o por algún interés en particular?
Entendámoslo bien y reflexionemos que significa para nosotros esa venida del Señor, talvez estemos algo equivocado de como va a ser esta venida, como en el caso de los judíos, recordemos que ellos estaban esperando un Mesías distinto a como se presento Jesús, por eso, cuando vino El, no fueron capaces de reconocer al Hijo de Dios.
5.SI EL DUEÑO DE CASA SUPIERA A QUÉ HORA DE LA NOCHE VA A LLEGAR
Es decir, Jesús ya vino por primera vez pero no vino, como así sabemos, para muchos que lo rodearon, lo vieron y lo escucharon, de estos algunos pudieron reconocer en él, el Mesías, el Hijo de David, pero otros se burlaron y lo coronaron con espinas. ¿No nos irá a pasar lo mismo a nosotros? ¿Vivimos preparados para esta segunda venida? Pues si no aprendemos lo que nos enseñó en su primera venida, si no profundizamos en sus palabras, jamás seremos capaces de reconocerlo y experimentar el gozo de su segunda venida.
Y con que claridad lo dice Jesús con esta comparación: Entiéndanlo bien; si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada.
6.JESÚS, NOS EXHORTA A ESTAR ATENTOS Y VIGILANTES
En esta parábola Jesús, nos exhorta a estar atentos y vigilantes, ya que no conocemos ni el día ni la hora de su venida, y no lo hace para que nos desesperemos, no pretende angustiarnos, lo que quiere es motivarnos en una siempre activa vigilancia, y en una prudente espera, porque la angustia o temor, no es cosa de Dios, lo que si es cosa de El, la bondad, la paz y la serenidad de espíritu.
La vigilancia debe ser en aquello que nos aparta de Dios, lo que nos aleja del cumplimiento de nuestros deberes, también para estar atentos para responder adecuadamente al llamado del Señor.
También dice el Señor,”Feliz aquel servidor a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo”, esto es para indicarnos que no solo el dueño de casa debe estar preocupado, también todos los que trabajan con él, este además debe ser un servidor amable con sus otros hermanos, además de hacer bien sus tareas. Y por hacer todo lo contrario al servidor malo, el Señor lo hará administrador de todos sus bienes. Por tanto, el final del criado bueno no es de temer. Entonces hagamos una vida para estar preparado y dispuestos a rendir cuenta al Señor, pero tengámosla al día para que no nos halle desprevenido, así estaremos dispuestos para recibir su visita y con mucha alegría.
Pablo tranquiliza a los cristianos de Corinto: Dios es fiel, él «os mantendrá firmes hasta el fin, para que nadie tenga de qué acusaros en el día de nuestro Señor Jesucristo». Jesús nos explica en el evangelio con esta parábola lo que significa que nadie tenga de qué acusarlos hasta el final. El Señor nos pone ante dos certezas: nuestra vida tendrá un final, deberemos dar cuenta de nuestra vida al final.
Somos «seres temporales». La Biblia, para hablar de esto, no emplea ni conceptos racionales, ni argumentaciones sistemáticas, sino que asume un lenguaje poético y evocador; introduce símbolos concretos, tomados de la vida diaria: hierba, flores, sombra, soplo, polvo, el tejido cortado por la urdimbre, la lanzadera que corre veloz, las hojas del árbol que caen dejando sitio a otras nuevas, etc. Todos estos símbolos hablan de fragilidad y de caducidad. La muerte es la realidad más cierta de la vida, y es de tontos no tenerla presente. El sabio Ben Sirá enseña: «Como hojas verdes en árbol frondoso, que unas caen y otras brotan, así las generaciones de carne y sangre unas mueren y otras nacen. Toda obra corruptible perece, y su autor se va tras ella» (Eclo 14,18-19). «En todo lo que hagas ten presente tu final» (Eclo 7,36). Quien olvida el pensamiento de su propio final no llega nunca a la madurez de la vida y permanece en la superficie de la misma.
Por largo o corto que sea nuestro vivir en la tierra, no somos amos absolutos de nuestra vida; somos más bien sus administradores. La rendición de cuentas final es necesaria, y no es posible huir ni jugar con astucia. La responsabilidad del siervo de la parábola es múltiple: el amo le ha confiado a sus criados y le ha confiado el cuidado de sus propios bienes. Esa responsabilidad es también la nuestra. Deberemos presentarnos irreprensibles ante el Señor, amo de nuestra vida, ante los otros siervos compañeros de camino, ante la casa que es nuestro mundo y nuestra historia.
ORACION
Oremos con palabras inspiradas por el salterio:
«Señor, dame a conocer mi fin, y cuántos van a ser mis días; que me dé cuenta de lo frágil que soy. Me diste sólo un puñado de días, mi vida no es nada ante ti; el hombre es como un soplo fugaz, como una sombra que pasa; se afana por cosas fugaces, atesora, sin saber para quién será» (Sal 39,5-7).
«Tú haces que el hombre vuelva al polvo, diciendo: "¡Retornad, hijos de Adán!". Porque mil años son para ti como un día, un ayer que ya pasó, una vigilia de la noche... Enséñanos a calcular nuestros días, para que adquiramos un corazón sabio» (Sal 90,3-4.12).
«Mis días son como sombra que pasa, y yo me voy secando como el heno. Pero tú, Señor, reinas por siempre, tu fama dura por todas las edades» (Sal 102,12ss).
«El Señor es clemente y compasivo, paciente y lleno de amor; no nos trata como merecen nuestros pecados ni nos paga de acuerdo con nuestras culpas. Él sabe de qué estamos hechos, se acuerda de que somos polvo. Los días del hombre son como la hierba: florecen como la flor del campo, pero cuando la roza el viento deja de existir, nadie la vuelve a ver en su sitio. Pero el amor del Señor a sus fieles dura eternamente, y su salvación alcanza a hijos y nietos (Sal 103,8.10.14-17).
Nuestro servicio al Reino de Dios reclama que hagamos rendir los “talentos” que el Señor nos dio. El Evangelio (Mt 25, 14-30), nos relata la parábola de los talentos, que habla precisamente del siervo fiel que no derrocha la vida en pasatiempos o en la ociosidad, sino que hace rendir los dones recibidos de Dios.
Dios da a cada hombre unos talentos: el don de la vida, la capacidad de entender y querer y de obrar, la gracia, la caridad, la fe y muchas virtudes que debemos saber aprovechar. Es falsa humildad no reconocer los dones de Dios, es apocamiento y pereza dejarlos inactivos.
2."EL REINO DE LOS CIELOS SE PARECE”
Y les dice Jesús a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes”. Esta es una parábola alegorizante, es decir figurativa o simbólica. Según nuestras costumbres, si vamos a emprender un viaje, no disponemos de nuestros bienes por este hecho, sin embargo en la parábola de hoy, el amo, les confía a sus siervos su hacienda y lo distribuye a tres categorías de siervos.
Nuevamente Jesús nos esta haciéndonos ver como debemos ser en nuestra vida terrena para llegar a vivir en el Reino. Nosotros somos en este relato los siervos y los bienes que nos son confiados, es decir los talentos, son todas esas condiciones con la que Dios nos ha dotado a cada uno, tales como la inteligencia, la capacidad de generar amor, de hacer felices a los demás y los bienes naturales.
3.EL TALENTO
El talento, más que una moneda, era el peso de un determinado número de dinero. En aquel tiempo, el talento era una unidad contable que equivalía a unos 35 a 42 kilos de plata, (algunos sostienen 50, pero no es lo importante), esta medida se empleaba para medir grandes cantidades de dinero, y representaba mas o menos unos seis mil denarios, eso era mucho dinero, ya que un denario aparece como el jornal de un trabajador del campo, con esto podemos deducir que el siervo que recibió menos bienes (un talento) obtuvo del Señor una gran cantidad de dinero, entonces pensemos que hemos recibido bienes incontables.
Después de mucho tiempo volvió aquel señor. Con ello se da margen suficiente a la producción de los bienes confiados. Pero el primero y único acto que se destaca, por su valor de enseñanza, es el que pide cuentas de los “talentos” entregados a aquellos siervos.
4.ENTRAR A TOMAR PARTE EN EL GOZO DEL SEÑOR
Los dos primeros, gozosos, le traen el doble de lo entregado: el primero recibió cinco talentos, y logró otros cinco; el segundo, con dos, logró otros dos. El Señor los felicita por haber sido “siervo bueno y fiel.” Han sido fieles en “lo poco.” Pero como ya he comentado, cinco y dos talentos eran una fortuna cuantiosa, hagamos la cuenta para dimensionar cuanto era: Los cinco “talentos” eran equivalentes a 30.000 denarios, y los dos “talentos” equivalían a 12.000, es decir el jornal de 30.000 y 12.000 días.
El felicitar por haber sido fiel en lo “poco,” siendo una cantidad excesiva, en todo caso, probablemente se destaca por su valor simbólico: la abundancia y excelencia de los dones de Dios. El premio será una mayor abundancia de dones: si aquí se le encargó de administrar una cantidad limitada, lo “poco,” el premio será “constituirlo sobre lo mucho.” Así, de administrador limitado pasa a ser mayordomo. El premio es “entrar en el gozo de su señor,” cuyo significado alegórico, como luego se verá, es el premio definitivo mesiánico. Lo mismo pasa y se dice con el mismo cliché proporcional, con el segundo siervo.
5.DIOS EXIGE QUE LOS SERES HUMANOS RINDAN, RELIGIOSAMENTE, LOS VALORES QUE DIOS LES CONFIÓ
Pero al llegar el siervo al que, por sus condiciones, se le había dado un solo “talento,” el señor le dirá, torpe y osadamente, como disculpa de su temor y de su inactividad, que “lo escondió en tierra,” para asegurarlo así incluso del robo de ladrones, por temor al Señor, y las razones que da, son: “eres hombre duro, que quieres cosechar donde no sembraste y recoger donde no esparciste.” De hecho, como explicación, se añade lo siguiente: “Porque al que tiene, se le dará y abundará; pero a quien no tiene, aun lo que tiene se le quitará”.
La enseñanza doctrinal fundamental es clara: Dios exige que los seres humanos rindan, religiosamente, los valores que Dios les confió, preparándose así al glorioso regreso del Señor. En efecto, lo que debemos aprender de este relato, es que todos tenemos la necesidad de hacer fructificar los dones recibidos, de una manera esforzada, exigente y constante durante toda nuestra vida. Tenemos la necesidad de producir buenas obras, y estas buenas obras deben ser realizadas proporcionalmente a los dones recibidos, ya que los talentos de la parábola designan la capacidad que recibimos para hacer buenas obras.
6.TODOS TENEMOS QUE CORRESPONDER A LAS GRACIAS QUE HEMOS RECIBIDO
El tiempo que dura el viaje del señor o el amo, representa nuestra vida, y el regreso inesperado, el fin de la vida terrenal, la muerte, el arreglo de las cuentas, la rendición de cuentas, es el juicio. El Señor, nos esta enseñando con este relato, es que todos tenemos que corresponder a las gracias que hemos recibido, hayan sido estas mayores o menores. Aquel que recibió mucho, deberá rendir cuenta por lo mucho que recibió, y se le exigirá muchos frutos, así se manifiesta diciendo al que hizo fructificar: "Está bien, servidor bueno y fiel; ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor". Pero aquel que recibió poco, también está obligado a responder por aquello que recibió, y al no hacerlo le dijo: "Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses”.
Observamos como el servidor que recibió un talento lo enterró y no lo usó, y fue reprendido duramente por ello. Nos enseña el Señor, que no es suficiente evitar el no utilizar nuestro talento para el mal, el servidor no malgastó su talento en cosas inservibles ni en maldades, pero no fue capaz de realizar cosas positivas con el.
7.¿QUÉ TALENTOS POSEO? ¿CUÁLES SON MIS DONES Y QUE DE BUENO PUEDO OBRAR MEDIANTE ELLOS?
Dios sabe por que nos entrega cantidades distintas de talentos y no son comparables nuestros talentos con lo que otros han recibido. Se nos ha otorgado una vida de talento y somos invitados por Dios a utilizar lo que nos otorgado para su gloria.
Nos hacemos algunas preguntas y estas pueden ser, ¿Qué talento poseo? ¿Cuáles son mis dones y que de bueno puedo obrar mediante ellos? ¿Qué soy capaz de realizar por la gracia de Dios? ¿Qué bien, si omito realizarlo, nunca será realidad?, Cada uno hemos de contestar a estas cuestiones por sí mismo.
Tenemos que pensar en nuestra vida toda en servicio y entrega a Dios, para su honor y gloria, trabajar en nuestra vocación en servicio a los que nos rodean, en favor de la paz y la justicia, de la comprensión entre los seres humanos, del bien común, es parte integral del servir a Dios y darle gloria. La justicia, la honestidad y solidaridad, con la que vivimos cotidianamente es sustancial a la realización del reino de Dios.
8.HACER EL MEJOR Y MAYOR USO POSIBLE DE LOS TALENTOS QUE DIOS NOS HA BRINDADO.
Debiera ser nuestro anhelo hacer el mejor y mayor uso posible de los talentos que Dios nos ha brindado. Hemos de estar siempre dispuestos y abiertos a hacer algo más o algo mejor de lo que ya estamos realizando a fin de que Reino de Dios se haga realidad en la tierra así como ya lo es en los cielos.
Como vemos entonces, esperar el Reino no es quedarse parados a ver qué sucede, sino trabajar para que se haga realidad ahora mismo. La persona que escondió su talento, es como el que guarda la fe entre sus recuerdos, el que nunca se arriesga a tomar iniciativas fructíferas, el que no tiene el valor de emprender algo nuevo.
Los que arriesgaron sus talentos son los que desean colaborar con Dios, que necesita la cooperación de los hombres, no porque El no pueda obrar solo, sino porque nos hace partícipes de la salvación del mundo. Arriesgando construimos en la tierra, y esta obra se convierte en el inicio de lo que seremos en el cielo. Confiar en Dios y en nosotros mismos es confiar en los talentos que Dios nos ha dado para ponerlos al servicio de los demás.
El fragmento paulino de hoy -en particular, la frase final: "El que se gloría, que se gloríe en el Señor", hace pensar en María y en su canto del Magníficat. Ella, recordando su propia vida, descubre en ésta, con conmoción, el proyecto grandioso de Dios, reconoce que es bienaventurada porque Dios ha hecho grandes cosas en ella, sierva humilde. Presumiendo en el Señor, María «proclama su grandeza». Se trata de un encuentro estupendo entre la gracia generosa del Creador y la gracia humilde de la criatura, entre la gratuidad pura y la gratitud sincera.
El siervo malvado de la parábola, por el contrario, ha empequeñecido a su señor. Ve y juzga a su amo con la medida de su mezquindad, con la tacañería de su corazón. En vez de estarle agradecido por el talento recibido y de sentirse bienaventurado por la ocasión que se le da de desarrollar su capacidad, se cierra en su inercia, en su miedo y en su tristeza. Nos viene a la mente, por asociación espontánea, la figura de otro hombre, el primero, Adán. Nos viene a la mente el diálogo entre Dios y Adán después del primer pecado: A la pregunta de Dios: «¿Dónde estás?», le responde: «... tuve miedo y me escondí» (Gn 3,9ss). ¿No será que, en la raíz del pecado, se encuentra siempre una sospecha mezquina sobre la inmensa bondad de Dios?
ORACION
Señor Jesús, tanto tú como tu madre, María, ensalzasteis en un Magníficat al Padre. Al ver regresar a tus discípulos «llenos de alegría» de la misión, porque habían podido multiplicar los talentos que tú les habías entregado y habían podido recoger los frutos visibles de su actividad misionera, le dijiste al Padre: «Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y prudentes y se las has dado a conocer a los sencillos. Sí, Padre, así te ha parecido bien» (Lc 10,21). Contagiado por la alegría de tus discípulos y movido por el Espíritu, también tú estabas exultante. Al contemplar la grandeza del Padre y su ternura con sus criaturas pequeñas y humildes, tu corazón se llenaba de admiración y salieron de tu boca aquellas palabras.
Deja, oh Jesús, que nos unamos a tu oración de alabanza, del mismo modo que nos asociaste a ti en la oración del Padre nuestro. Alégrate también por nosotros, tus discípulos de hoy, cuando, por tu gracia, consigamos hacer algo con nuestros talentos, y considéranos en el número de los «pequeños» por los que ensalzaste en tu Magníficat al Padre.