EL MENDIGO...
Se trataba de un pordiosero que llevaba ya muchos años mendigando y que de tal modo se habia habituado a vivir de la mendicidad que no queria volver a trabaja, a peasar de que habia gaaente que le ofrecia de vaez en cuando trabajo. Callejeaba a lo largo del dia pidiaendo limosna y cierto dia, inesperadamente, se encontro con un amigo de la infancia. Ambos hombres se pusieron a pasear y a contarse sus cosas. El amigo que se habia encontrado con el pordiosero, dijo: - Yo no me puedo quejar, de verdad.Me ha ido muy bien en estos años. Mi vida ha sido facil y el destino se ha mostrado generoso. - A mi me ha ido farancamente mas, como ves - repuso el pordiosero -. Llevo años mendigando de aqui para alla, soportando el frio y el mal trato de muchas personas. Es muy dura la vida de un mendigo. Estuvieron paseando y hablando. Tanto se quejaba el pordiosero, que el amigo le dijo: - Yo te tenia un gran cariño cuando eramos niños. Te voy, por tanto, a hacer una confidencia. Tengo poderes sobrenaturales. No te sorprendas; asi es. Y creo que podre ayudarte a mejorar tu miserable existencia. Entonces el hombre toco con el dedo indice un ladrillo y lo convirtio en un lingote de oro. - Para ti - dijo entregandoselo al mendigo con cariño -. Esto aliviara muchas de tus penas. Ya no tendras que pasar hambre, frio y malos tratos. Pero el mendigo replico: - ¡ Pero la vida es tan larga, da tantas vueltas! ¡Tan larga, tan larga!. Pasaron junto a una escultura en piedra de un leon. El hombre con poderes extendio el dedo indice, toco el leon y lo convirtio en oro. - Ahora no te va a faltar nada - dijo al mendigo -. Cuentas con una verdadera fortuna. - Pero la vida es tan larga, tan imprevisible...- argumento en su voracidad el mendaigo -. Es tan larga que lo que uno cree suficiente luego no lo es. - Bueno, ¿que mas puedo hacer por ti? Y el prodiosero dijo: - Regalame tu dedo. EL SABIO DECLARA: EL AFAN ACUMULATIVO DEL SER HUMANO NO TIENE FIN...
Cuentos espirituales del Tíbet
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