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Respuesta  Mensaje 1 de 29 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD  (Mensaje original) Enviado: 09/07/2011 22:39

Enviado: 28/06/2009 21:20

 

El encuentro con la palabra de Dios nos lleva a reflexionar

sobre nuestra mision , comportamiento y fe,  aqui dejare unas reflexiones

sobre  ella, el estar cerca de el, el hacerlo dueno de nuestra alma

el que haya dejado a su hijo derramar su sangre , por nosotros

nos hace perdonar nuestras faltas

Espero , la conversion real autentica en la gracia de Dios

gracias mis gaviotas

  

  

 

  



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Respuesta  Mensaje 15 de 29 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 09/07/2011 22:53

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

NO HEMOS DE QUERER QUE NOS LLAMEN SANTOS ANTES DE SERLO.

“No todo el que me dice: ¡Señor, Señor! entrará en el Reino de los Cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos” (Mt 7,21). Hacer la voluntad de Dios es, por consiguiente, el compromiso más importante del cristiano, su deber imprescindible. ¿Y cuál es la voluntad del Padre con nosotros, sino que pongamos en práctica la Palabra de Jesús; más aún, que nos convirtamos nosotros mismos en Palabra acogiéndola, custodiándola en nosotros, dejándonos transformar por su secreto dinamismo interior? Es éste un proceso lento, cuyos ritmos de crecimiento forman parte asimismo de la voluntad de Dios. Nosotros lo queremos todo y enseguida, y querríamos también que nuestra santificación tuviera lugar al mismo ritmo de la intensidad de nuestro deseo.

Sabiamente nos amonesta san Benito: “No hemos de querer que nos llamen santos antes de serlo”. En efecto, podemos correr el riesgo de forzar los tiempos, de decir una gran cantidad de palabras hermosas que nos ilusionen a nosotros mismos y a los otros. El Señor crucificado se pone en silencio ante la mirada de nuestro corazón para recordarnos que no podemos hacer trampas con Dios. Tampoco podemos encontrar astucias o atajos. Suyo es el proyecto, suyos son los tiempos y las modalidades de la realización. A nosotros nos corresponde el humilde reconocimiento, en nuestra vida diaria, de su santidad, de su amor, que nos ha elegido “antes de la creación del mundo para ser santos e inmaculados ante él” (Ef 1,4).

ORACION (3)

 

Oh Señor, has querido vincularte a nosotros con una alianza perenne que nada ni nadie podrá romper, a no ser nuestro obstinado rechazo de tu amor. Enséñanos a descubrir en la vida de cada día los signos de tu presencia en medio de nosotros y renueva nuestro deseo de serte fieles, seguros del cumplimiento de toda palabra tuya, de toda promesa tuya, incluso cuando el horizonte se pone oscuro y no se vislumbran las luces de la aurora. Concédenos esperar de ti sólo la alegría verdadera y perfecta, esa que nadie nos podrá arrebatar. No nos dejes caer en la tentación de construirnos una felicidad cumpla todas sus enseñanzas (Ch. de Foucauld, Meditazioni sui passi evangelici, Roma 1984, pp. 8 1-84).


Respuesta  Mensaje 16 de 29 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 09/07/2011 22:57
 

REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“¿Qué llegará a ser este niño?”.

Lc 1, 57-66.80

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

  1. 1.     CUANDO LLEGÓ EL TIEMPO EN QUE ISABEL DEBÍA SER MADRE, DIO A LUZ UN HIJO….

Observamos en este fragmento del Evangelio según san Lucas, una narración muy sencilla y sobria, resumida en una sola frase; Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Este nacimiento fue un acontecimiento, por esa razón los amigos y familiares de Isabel y Zacarías, se alegraban. Las congratulaciones eran por la bendición que recibió Isabel, quien de ser estéril, paso a ser madre.

  1. 2.     A LOS OCHO DÍAS, SE REUNIERON PARA CIRCUNCIDAR AL NIÑO.

Al octavo día, como era tradicional se hacia la circuncisión, rito por que un judío se incorporaba a Israel. Además, en esta reunión familiar, se le pondría nombre al recién nacido. La costumbre era poner el nombre de los abuelos, no era muy habitual ponerle el nombre del padre. Sin embargo, como Zacarías era de edad avanzada, le querían poner su nombre.

  1. 3.     ISABEL, PROPONE QUE EL NIÑO SE LLAME JUAN

Sin embargo a los familiares y amigos, les parece extraño, ya que nadie en la familia se llama así. Zacarías, se encontraba mudo y sordo, y le preguntaron por señas que nombre quería para su hijo, luego de escribir en una pizarra Zacarías recupero el habla. Este suceso, causo un gran impacto, entonces por toda la región de Judea se comentaba sobre los destinos providenciales de este niño. Juan Bautista había sido concebido en una vejez estéril y acompaño su nacimiento con prodigios.

Una vez escrito esto, Zacarías rompió el silencio, con razón se activo en seguida su lengua, era absurdo que siguiera así después, no era el quien le ponía el nombre, sino que ya lo había recibido de Dios. Sus labios estaban cerrados por la incredulidad, ahora debía ser abierto por la fe.

  1. 4.     ABRE SUS LABIOS PARA BENDECIR AL SEÑOR

La sordera y la mudez espiritual, en muchas ocasiones van de la mano, esto es, cuando estamos incapacitados de oír a Dios, también nos incapacitamos para hablar con El.

Ahora, la dormida lengua de Zacarías, se despierta y se activa, y abre sus labios para bendecir al Señor por el hijo que le dio. El nacimiento de Juan, fue para ellos una gran bendición de Dios.

Nosotros, tenemos también muchos motivos para bendecir al Señor, el nos bendice con su gracia en todo instante, con gran cariño y mucha bondad. La mano de Dios, es nuestra protección, allí estuvo con Zacarías, Isabel y Juan, hoy esta con nosotros.

  1. 5.     ¿Qué LLEGARA A SER ESTE NIÑO?

Dios, continuamente nos esta hablando y, esta esperando nuestra respuesta, nuestra fe en EL. Es importante oírlo y responderle. Oímos la Palabra de Dios y respondemos con la oración.

Este fragmento del Evangelio de San Lucas, nos invita a no perder las esperanzas, nos estimula a tener fe también, y nos enseña que nuestros labios no se deben enmudecer ante la incredulidad, tal como lo hizo Zacarías, para bendecir a Dios, tenemos motivos suficientes para alabar al Señor, la mano de El, nos bendice con su gracia, abramos los labios para cantar alabanzas y dar gracias al Señor.

San Lucas nos dice en este fragmento; Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: ¿Qué llegará a ser este niño? Porque la mano del Señor estaba con él.

  1. 6.     LA MISIÓN DEL BAUTISTA ERA PREPARAR LA VENIDA DEL MESÍAS

Juan Bautista, es El Precursor del Mesías. — Zacarías, dirigiendo el pensamiento a su hijo, le anuncia lo que va a ser, conforme el ángel le dijo en el templo. Será llamado, con lo que se indicaba lo que se es y el reconocimiento en que todos le tendrán, profeta del Altísimo. El Bautista tan profeta fue del Altísimo, nombre con que los gentiles conocían al Dios de Israel, que lo presentará a Israel. Por eso, irás delante del Señor. Esto hace ver que el evangelista presenta a Cristo como Dios.

La misión del Bautista era preparar la venida del Mesías, logrando un pueblo dispuesto a recibirle. Esto es lo que dirá en su predicación en el desierto: convertíos. Por eso, su misión es enseñar la ciencia de la salud a su pueblo, para la remisión de sus pecados. Es la preparación espiritual del pueblo para recibir al Mesías en su mesianismo espiritual.

Todo ello es obra de la misericordia de Dios. Del cielo nos visitará: Oriens ex alto es el Mesías en la literatura rabínica. El viene del cielo, como san Lucas narró antes, en la encarnación. Su misión es iluminar con la luz de la verdad a los que están sentados en tinieblas y sombras de muerte (Is 9:2). A su luz se podrá caminar verdaderamente por el camino de la paz.

  1. 7.     EL NIÑO IBA CRECIENDO Y SE FORTALECÍA EN SU ESPÍRITU.

Ya niño, no sólo crecía físicamente, sino que se fortalecía en la vida de austeridad y penitencia en los desiertos, hasta el día de su manifestación a Israel. El evangelista cierra el pasaje preparando la escena del Bautista en su acción de Precursor en el desierto o en lugares desiertos. Naturalmente el niño no pudo ir al desierto hasta una edad oportuna, ni se lo presenta en él morando, de pastor, como Amos, sino que se lo sitúa en él como en lugar de preparación, para su misión. La frase --- vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel ---- supone su ausencia del culto del Templo y sinagogas. El fortalecerse en espíritu en el desierto, ha de entenderse de una vida de tipo monacal/solitaria, en este contexto desértico puede haber llevado una vida cenobítica, donde la oración ocupa un lugar principal. Juan Bautista, se preparó para cumplir su misión, pasando varios años de soledad, con una vida austera. En el recogimiento de la oración, es donde mejor nos encontramos con Dios.

La Paz de Cristo

   Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds


Respuesta  Mensaje 17 de 29 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 09/07/2011 22:57

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

Entonces le preguntaron por señas”. Si leemos con detención este Evangelio de Lucas, nos damos cuenta que Zacarías, el padre de Juan el Bautista, no solo estaba mudo, también debería haber estado sordo, ya que: Entonces le preguntaron por señas”. Por lo demás, por lo general la sordera y la mudez siempre van juntas. Si estos dos defectos son de índole  espiritual, se puede estar sordo a las inspiraciones que vienen de Dios y mudo con El, es decir inhabilitado para hablar con Dios.

“Y en ese mismo momento recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.”Sin embargo, la lengua de Zacarías deja de estar muda y se abre para bendecir a Dios. Y todos estaban felices, familiares y amigos, es especial la madre Isabel por el hijo que Dios les había concedido, lo que para ellos era una verdadera bendición de Dios.

Zacarías ya puede hablar y bendice al Señor por el hijo que le ha dado; ¿Cuántos motivos tenemos para alabar y bendecir al Señor? Dios nos está  bendiciendo siempre con su gracia, ¿es motivo esto agradecer al Señor su gran bondad para con nosotros?.

Porque la mano del Señor estaba con él. La mano del Señor protegía en todo  a Juan, para protegerlo y guiarlo hasta llegar a ser “El Precursor del Mesías”. Del mismo modo, Dios también está nosotros y quiere estar con nosotros, nos bendice y nos protege. La mano de Dios está con nosotros cada día en los momentos más decisivos y en los momentos sencillos. Por todo esto tenemos muchos motivos para alabar y bendecir al Señor.

 

ORACION (3)

 

Oh Dios de nuestros padres, Tú nos llamas a ser voz: Concédenos reconocer la única Palabra, reconocer la única Palabra de vida eterna, para que anunciemos esta sola Verdad a los hermanos.

Oh Dios de nuestros padres, Tú nos llamas a ser el amigo del Esposo: hazme solícito a preparar los corazones de los hombres, para que estén bien dispuestos a acogerlos.

Oh Dios de nuestros padres, Tú nos llamas a señalar el Cordero de Dios a los hombres: haz que nunca me ponga sobre él, sino que él crezca y yo mengue.


Respuesta  Mensaje 18 de 29 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 09/07/2011 23:01

REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel que tenga tanta fe.”

Mt 8, 5-17

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

 

  1. 1.       TENÍA UN ESCLAVO AL QUE AMABA MUCHO Y ESTABA ENFERMO

Este milagro lo realiza Cristo después del sermón de la Montaña, en Cafarnaúm, donde tenía, desde hacía ya mucho tiempo, su domicilio (Mt 4:13).

Vivía allí un centurión, no judío, sino gentil, pero que admiraba la religión judía. “Ama a nuestro pueblo,” decían los de la ciudad, y prueba de ello es que les había levantado la sinagoga (Lc). Debía de estar a las órdenes de Herodes Antipas, que tenía un pequeño ejército compuesto de tropas mercenarias y extranjeras organizadas al modo romano. Este centurión tenía un esclavo al que amaba mucho. Estaba enfermo de “parálisis” y “próximo a la muerte” (Lc). En esta circunstancia llegó Cristo a Cafarnaúm y el centurión acudió a él con solicitud y urgencia.

  1. 2.       "YO MISMO IRÉ A SANARLO".

Se acercó a Jesús un centurión, rogándole: "Señor, mi sirviente está en casa enfermo de parálisis y sufre terriblemente". Jesús le dijo: "Yo mismo iré a sanarlo". Se llama centurión porque tiene a su cargo y manda a cien hombres, y este ruega por uno de sus siervos. Jesús observa la fe, la humildad y la prudencia del centurión, así es como le ofreció inmediatamente que iría y sanaría al siervo. Lo que nunca había hecho Jesús lo hizo ahora. En todas partes sigue la voluntad de los que suplican, aquí la excede. No sólo ofreció curarlo, sino también ir a su casa.

Hizo esto para que conozcamos la virtud del centurión. Además, prometió ir porque se pedía para un siervo, a fin de enseñarnos que “no debemos complacer a los grandes y despreciar a los pequeños, sino que igualmente debemos complacer a pobres y a ricos” (San J. Crisostomo).

  1. 3.       SEÑOR, NO SOY DIGNO DE QUE ENTRES EN MI CASA

San Jerónimo nos explica: Así como admiramos la fe en el centurión, porque creyó que el paralítico pudo ser curado por el Salvador, así se manifiesta también su humildad, en cuanto se considera indigno de que el Señor entre en su casa, y por ello: "Y respondiendo el centurión, dijo: Señor, no soy digno de que entres en mi casa".

Sin duda creyó el centurión que más bien debía ser rechazado por Jesús, esto por ser gentil. En todo caso él ya estaba lleno de fe y todavía no había recibido para sí el misterio de seguidor de Jesús..

San Agustín nos comenta sobre esto “Considerándose como indigno apareció como digno, no de que entrase el Verbo entre las paredes de su casa, sino en su corazón. Y no hubiera dicho esto con tanta fe y humildad si no hubiese llevado ya en su corazón a Aquel de quien temía que entrase en su casa, pues no era una gran felicidad que Jesús hubiese entrado en su casa y no en su pecho”.

  1. 4.       “NO HE ENCONTRADO A NADIE QUE TENGA TANTA FE”.

Jesús, admirándose, dijo a los que le acompañaban: “Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel que tenga tanta fe”.  Esta es la fe que Jesús nos pide, esa en la cual renunciamos a apoyarnos en nosotros mismos, en lo que creemos validos, en nuestros pensamientos, esto es en nuestras fuerzas o en nuestro particular juicio. En efecto, es distinta nuestra fe  si la hacemos abandonados plenamente a ojos cerrados en la Palabra del Señor, esa Palabra que jamás deja de cumplirse, esa Palabra que es de Vida eterna.

En la lectura de los Evangelios, observamos que la falta de fe, impidió en alguna ocasión al Señor hacer alguna de sus maravillosas obras, así nos dice Mateo 13,58, “Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe”. Es así como debemos vivir en gran profundidad la fe, de esa manera serían aún más visibles las obras de la gracia del Señor.

Tal como este centurión, que gracias a su fe, obtuvo del Señor Jesús ese milagro de la curación de uno de sus hombres, no le cerremos a El, ese deseo de poner sus manos en nosotros por nuestra falta de fe.

  1. 5.       NUESTRO AMOR DE CRISTIANOS DEBE SER DESINTERESADO

El ejemplo de este centurión, es que el era pagano y en ese entonces supero la fe del pueblo de Dios, ¿y nosotros?, que nos decimos creyentes, ¿nos damos cuenta que a veces somos superados en la fe por otros hermanos que no se dicen practicantes o católicos?, la fe exige sacrificio de si mismo y aceptación total a Dios.

Otro ejemplo que destaca este evangelio, el enfermo no era familiar del centurión, era su sirviente, pero él se preocupa por su salud. La caridad no tiene y no debe tener límite, debe se entregada por igual a todos los hombres, sin importar su condición social, si es rico o pobre, si es joven o anciano, y cual es su raza. Es decir que nuestra caridad jamás se debe preguntar quien es el que sufre. En otras palabras nuestro amor de cristianos debe ser desinteresado.

No nos consideremos mejores que los demás, no sintamos superiores que otros, aprendamos de la natural inclinación que tiene Jesús por la bondad y dulzura por los que sufren y los mas pobres. Es decir, nunca le cerremos nuestro corazón a ningún necesitado.

  1. 6.       LE TOCÓ LA MANO Y SE LE PASÓ LA FIEBRE

Cuando Jesús llegó a la casa de Pedro, encontró a la suegra de éste en cama con fiebre. San Mateo, introduce la escena, según su frecuente método, diciendo sin más; Cuando Jesús llegó a la casa de Pedro, la suegra de Pedro yacía “en cama con fiebre, sólo se describe que tenía una enfermedad febril.

La curación fue instantánea. Le tocó la mano y se le pasó la fiebre. Los gestos de Jesús en esta curación hacen plásticamente visible su dominio sobre la enfermedad y la conciencia clara de su poder. No solamente la dejó la fiebre, sino que se restableció también instantáneamente de su estado anterior de agotamiento en que deja una fiebre.

El que resucitó, vence la muerte, las enfermedades y miserias, era el que hacía levantarse a los pecadores y enfermos.

La Paz de Cristo

   Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds


Respuesta  Mensaje 19 de 29 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 09/07/2011 23:02

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

JAMÁS HE ENCONTRADO EN ISRAEL UNA FE TAN GRANDE

Entrar en contacto con leprosos, paganos y mujeres no era conveniente para un rabí y, en todo caso, podía producir un estado de impureza legal. A pesar de todo, Jesús no se sustrae a las peticiones de curación (según Lucas, también le pidieron que curara a la suegra de Pedro) e infringe los tabúes que habrían contradicho la lógica misma de la encarnación. Si Dios asume un cuerpo humano es para comunicarse con el cuerpo del hombre: «El cuerpo es para el Señor y el Señor para el cuerpo», dirá Pablo (1 Cor 6,13). Jesús interviene en consideración a la fe del enfermo (el leproso) o de la comunidad (en el caso de la suegra de Pedro), pero tiene palabras de elogio sobre todo para la fe que un pagano ha manifestado en su palabra. Una fe de la que dice Jesús: «Jamás he encontrado en Israel una fe tan grande», una fe que nadie había sido capaz de igualar hasta entonces.

Hoy no es ya el toque taumatúrgico que el Señor despliega en la eucaristía lo que pretendo experimentar, sino la «simple» fuerza de su palabra. Traigo a mi mente las palabras de vida que me ha transmitido el Señor, y me interrogo sobre el impacto curador que estas han producido y siguen produciendo todavía en mi persona.

ORACION (3)

 

Tú, oh Señor, nos has enseñado que «se redime sólo aquello que se asume» (cf. Ad gentes, 3). Por eso «tomaste nuestras flaquezas y cargaste con nuestras enfermedades», y no buscaste un «chivo expiatorio» sobre el que cargar el mal que aflige el corazón del hombre, sino que cargaste tú mismo con él.

Reavivo en mí la certeza de que tú pretendes restituir el género humano a la condición originaria de belleza y sanidad con que salió de las manos del Creador. Y, mientras pretendo secundar en mí tu obra taumatúrgica, acojo las penas y los sufrimientos que la vida me reserva, a fin de asociarme a tu pasión redentora en favor de la santa Iglesia y de toda la humanidad (cf. Col 1,24).


Respuesta  Mensaje 20 de 29 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 09/07/2011 23:04

REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día”

San Juan 6,51-58

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

1.        EL QUE COME MI CARNE Y BEBE MI SANGRE TIENE VIDA ETERNA.

Jesús, continúa el gran discurso pronunciado en Cafarnaúm, en el, nos explica cuidadosamente, en forma muy explicita, con una claridad admirable la eucaristía, se repiten algunos conceptos ya antes dicho, pero con un nuevo matiz, con un cambio notable, ya no dice el que cree, sino que El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna.

En el fragmento anterior de este Evangelio, Jesús se proclama a sí mismo: Yo soy el pan de vida. (Jn 6, 48). Es pan de vida, en el sentido que El causa y dispensa esta vida: Les dijo Jesús: « Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed. (Jn 6,35) En este mismo Evangelio, fragmento anterior, “Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: Pan del cielo les dio a comer.  (Jn V30.31) los judíos le habían hecho ver o debatir el prodigio del maná, que Dios hizo en favor de los padres en el desierto. Y Jesús recoge ahora aquella alusión para decirles, una vez más, que aquel pan no era el pan verdadero: “Jesús les respondió: “En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; (Jn  6,32). Pero este era sólo un alimento temporal. Por eso, los padres comieron de él, pero murieron.

2.        YO SOY EL PAN VIVO BAJADO DEL CIELO.

Hay, en cambio, un pan verdadero. Y éste es el que está bajando del cielo, precisamente para que el que coma de él no muera. No morirá en el espíritu, ni eternamente en el cuerpo. Porque este pan postula la misma resurrección corporal.

Es interesante notar la formulación del versículo 58, Jesús ahora no dice: “Yo soy el pan vivo,” sino “Este es el pan bajado del cielo” (Jn 6,58),” con lo que se palpa muy de cerca la fórmula de la consagración eucarística: “Este es mi cuerpo.”

Y este pan hasta aquí aludido encuentra de pronto su concreción: Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Antes “Yo soy el pan de la vida.” (Jn 6,48) se definió como el Pan de vida, acusando el efecto que causaría ser comido y masticado en el alma; ahora se define por la naturaleza misma viviente, es decir tiene en sí mismo la vida: Porque, como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo tener vida en sí mismo, (Jn 5:26).

3.        EL QUE COMA DE ESTE PAN VIVIRÁ PARA SIEMPRE

Y la tiene, porque ese pan es el mismo Jesús, que bajó del cielo en la encarnación, cuyo momento histórico en que se realizó esa bajada se acusa por la forma como los dice. Es el verbo que tomó carne. Y al tomarla, es pan vivo. Porque es la carne del Verbo, en quien, en el principio, ya estaba la vida (Jn 1:4) que va a comunicar a los seres humanos.

Si ese pan es viviente, no puede menos de conferir esa vida y vivificar así al que lo recibe. Y como la vida que tiene y dispensa es eterna, se sigue que el que coma de este pan vivirá para siempre, porque tendrá Vida eterna El tema, una vez más, se presenta, según la naturaleza de las cosas, sapiencialmente, sin considerarse posibles deserciones o abandonos que impidan o destruyan en el sujeto esta vida eterna: …”El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada….”(Jn 15:1-7).

4.        EL PAN QUE YO DARÉ ES MI CARNE PARA LA VIDA DEL MUNDO.

Y aún se matiza más la naturaleza de este pan: el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo.

Al hablarles antes del Pan de vida, que era asimilación de Jesús por la fe, se exigía el venir y el creer en El, ambos verbos en participio de presente, como una necesidad siempre actual: “Les dijo Jesús: “Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed.”(Jn 6, 35); pero ahora este Pan de vida se anuncia que él lo dará en el futuro. Es, se verá, la santa Eucaristía, que aún no fue instituida. Un tiempo después de esta promesa, este pan será manjar que ya estará en la tierra para alimento de los seres humanos. Con ello se acusa la perspectiva eclesial eucarística.

Éste pan es, dice Jesús, mi carne, pero dada en favor y en provecho de la vida del mundo. Este pasaje es, doctrinalmente, muy importante.

Se trata, manifiestamente, de destacar la relación de la Eucaristía con la muerte de Jesús, como lo hacen los sinópticos y Pablo. San Juan utilizará el término más primitivo y original de carne.

Si la proposición vida del mundo concordase directamente con el pan, se tendría, hasta por exigencia gramatical, la enseñanza del valor sacrifical de la Eucaristía. Pero vida del mundo ha de concordar lógicamente con mi carne, y esto tanto gramatical como conceptualmente.

5.        ES LA CARNE DE JESÚS

Pero ya, sin más, se ve que esta carne de Jesús, que se contiene en este pan que Jesús dará, es la carne de Jesús; pero no de cualquier manera, la carne de Jesús como estaba en su nacimiento, sino en cuanto entregada a la muerte para provecho del mundo, mi carne para la Vida del mundo es la equivalente, y está muy próxima de la del relato de Lucas: “Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío.”(Lc 22, 19), o como lo relata Pablo: “Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo mío.”  (1 Cor 11,24).

Aquí Jesús no habla de la entrega de su vida sino de la entrega de su carne. Podría ser porque se piensa en la participación del cuerpo y sangre en el banquete eucarístico, o porque se piensa en la unidad del sacrificio eucarístico/Calvario.

6.        EL PAN QUE JESÚS DARÁ ES LA EUCARISTÍA.

Y ésta, para San Juan, es el pan que contiene la carne de Jesús. En el uso semita, carne, o carne y sangre, designa el hombre entero, el ser humano completo. Aquí la Eucaristía es la carne de Jesús, pero en cuanto está sacrificada e inmolada por la vida del mundo Precisamente el uso aquí de la palabra carne, que es la palabra aramea que, seguramente, Jesús usó en la consagración del pan, unida también al el pan que yo daré, es un buen índice de la evocación litúrgica de la Eucaristía que San Juan hace con estas palabras.

Si por una lógica filosófica no se podría concluir que por el solo hecho de contener la Eucaristía la carne de Jesús inmolada no fuese ella actualmente verdadero sacrificio, esto se concluye de esta enseñanza de San Juan al valorar esta expresión tanto en el medio ambiente cultual judío como grecorromano.

7.        ¿CÓMO ESTE HOMBRE PUEDE DARNOS A COMER SU CARNE?

Ante la afirmación de Jesús de dar a comer un pan que era precisamente su carne, los judíos no sólo susurraban o murmuraban como antes, al decir que bajó del cielo: Los judíos murmuraban de él, porque había dicho: “Yo soy el pan que ha bajado del cielo.”  (Jn 6, 41), sino que, ante esta afirmación, hay una protesta y disputa abierta, acalorada y prolongada entre ellos, como lo indica la forma imperfecta en que se expresa: ¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne? Esto sugiere acaso, más que un bloque cerrado de censura, el que unos rechazasen la proposición de comer ese pan, que era su carne, como absurda y ofensiva contra las prescripciones de la misma Ley, por considerársela con sabor de antropofagia, mientras que otros pudiesen opinar: “Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿donde quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna”,  (Jn 6:68), llenos de admiración y del prestigio de Jesús, el que no se hubiesen entendido bien sus palabras, o que hubiese que entenderlas en un sentido figurado y nuevo, como lo tienen en el otro discurso: ¿No dice la Escritura que el Cristo vendrá de la descendencia de David y de Belén, el pueblo de donde era David? (Jn 7:42)

Preguntaban despectivamente el cómo podía darles a comer su carne. ¡El eterno cómo del racionalismo! Ante este alboroto, Jesús no sólo no corrige su afirmación, la atenúa o explica, sino que la reafirma, exponiéndola aún más clara y fuertemente, con un realismo máximo. La expresión se hace con la fórmula introductoria solemne de "Les aseguro que, y liego les agrega; si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.

8.        LA NECESIDAD DE COMER Y BEBER LA CARNE Y SANGRE DE JESÚS

La doctrina que aquí se expone es por una parte la necesidad de comer y beber la carne y sangre de Jesús; por otra, porque sin ello no se tiene la vida eterna como una realidad que ya está en el alma; “pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna…….. (Jn 4:14.23), y que sitúa ya al alma en la vida eterna, y finalmente y como consecuencia de la posesión de la vida eterna, que esta comida y bebida confieren, se enseña el valor escatológico de este alimento, pues exigido por él, por la vida eterna por él conferida, Jesús, a los que así hayan sido nutridos, los resucitará en el cuerpo en el último día.

La enseñanza trascendental que aquí se hace es la de la realidad eucarística del cuerpo y sangre de Jesús como medio de participar en el sacrificio de Jesús: necesidad absoluta para el cristiano. Sacrificio que está y se renueva en esta ingesta sacrificial eucarística.

9.        EL QUE COME MI CARNE Y BEBE MI SANGRE PERMANECE EN MÍ Y YO EN ÉL.

Como verdadera comida y bebida que son la carne y la sangre eucarísticas de Jesús, producen en el alma los efectos espirituales del alimento. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Es una forma que aquí se usa para expresar esta presencia de Jesús en el alma, la unión de ambos, tiene en los escritos de San Juan el valor, no de una simple presencia física, aunque eucarística, sino el de una unión y sociedad muy estrecha, muy íntima: ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? ……..Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí… (Jn 14:10.20), “Permaneced en mí, como yo en vosotros.”, (Jn 15:4.5), “para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti", que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.” (Jn 17:21). Este es el efecto eucarístico en el alma: así como el alimento se hace uno con la persona, así aquí la asimilación es a la inversa: el alma es poseída por la fuerza vital del alimento eucarístico.

10.    COMO YO, QUE HE SIDO ENVIADO POR EL PADRE QUE TIENE VIDA, VIVO POR EL PADRE

Luego Jesús nos dice; Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí.

Así como Jesús vive por el Padre, del que recibe la vida: “Porque, como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo tener vida en sí mismo,” (Jn 5:26), así también el que recibe eucarísticamente a Jesús vive por Jesús, pues El es el que le comunica, por necesidad, esa vida (San Juan 1.16; 15:4-7). El Padre es la fuente de la vida que el Hijo goza; esta vida, difundiéndose luego a su humanidad, constituye aquella plenitud de que todos hemos de recibir (San Juan 1:16). Así el discípulo que se nutre del Pan de vida eucarístico se consagrará enteramente, por ello, a promover los intereses de Jesús. Con esta interpretación estaríamos en presencia de una noción nueva. Unido a Jesús en la Eucaristía, el fiel se consagraría enteramente a promover los intereses de aquel que se le da a él.

11.    JESÚS ENSEÑABA TODO ESTO EN LA SINAGOGA DE CAFARNAÚM

Finalmente, san Juan ha querido precisar donde se dijo este discurso con exactitud, Jesús enseñaba todo esto en la sinagoga de Cafarnaúm. Jesús enseñaba todo esto en la sinagoga de Cafarnaúm. Talvez los hace, para certificar que estas cosas se decían en reuniones públicas, no de una forma clandestina.

Los sacramentos nos comunican la gracia, la Eucaristía nos da a Jesucristo, el mismo autor de la gracia, es así como la Eucaristía nos produce un efecto admirable.

San Agustín, en una ocasión nos advierte: Al comer la carne de Cristo y beber su sangre, nos transformamos en su sustancia

El Señor les Bendiga

    Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds


Respuesta  Mensaje 21 de 29 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 09/07/2011 23:05

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

“EL PAN DE LA VIDA”.

Nos impresionan las palabras del Señor proclamadas en el evangelio de hoy. Significan que la “muerte” no tiene ninguna posibilidad de acceso allí donde se come “el pan de la vida”. Sabemos que el pan de la vida es la carne de Jesús entregada para la vida del mundo. Quien come su carne vive en Cristo. Es transformado en una realidad eterna. Y desde ahora. Vive ya la vida eterna, que es propia de Dios.

Después, el futuro: “y yo lo resucitaré el último día”. El horizonte de la eucaristía es la resurrección de los muertos: “El que come mi carne y vive mi sangre tiene vida eterna”. Nunca más el horror del desierto, la angustia de la noche y las insidias del camino, sino la vida eterna. Mejor aún, el misterio del amor que reina entre el Padre y el Hijo en la Santísima Trinidad. La vida eterna está presente en quien come el cuerpo de Cristo. Es una realidad tangible. Es una vida que extiende y propaga el fuego inagotable de Dios y transforma al hombre, preparándolo para la “boda eterna”. Por cierto, siempre existe el riesgo de tropezar en las propias limitaciones. Pero el Señor es el “pan vivo” que está continuamente a nuestra disposición. Él nos ayuda a vivir en la fe, esperanza y caridad y a gustar desde ahora, incluso sufriendo la soledad del desierto, la verdad de la resurrección. No por nada la vida eterna es la resurrección.

Ahora sólo nos queda corear el gozo y la alegría de haber encontrado en el corazón de nuestra vida un camino que no conocíamos. El camino que conduce a la resurrección. Desde ahora, y hasta el final, la resurrección está aquí con nosotros: “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día” (Jn 6,54).

ORACION (3)

 

Te damos gracias, Dios de eterno amor, por el regalo de la eucaristía, comunión y unión con Cristo y los hermanos. Cuando participamos en la eucaristía no sólo nos unimos a Cristo y formamos una sola cosa con él (“un solo cuerpo”,), sino que nos ponemos en común unión entre nosotros y nos convertimos en “un solo cuerpo” con Cristo y los demás. Te pedimos perdón porque no siempre hemos experimentado el misterioso e irresistible atractivo de la eucaristía, porque a veces hemos gastado el tiempo en conseguir seguridades personales, embaucados por nuestros egoísmos y atrapados por la desconfianza y la desesperación.

Te rogamos, Padre, que nos concedas el don de la sabiduría para que comprendamos que la fatigosa peregrinación por el desierto de nuestra vida es ya una confortable estancia en la patria del cielo. Porque “no sólo de pan vive el hombre”, sino de ese “pan” que es él, en cuanto Hijo de Dios, enviado al mundo para salvarlo. Te suplicamos que, comulgando del cuerpo de Cristo, nos convirtamos en lo que somos, como nos dice san Agustín: cuerpo de Cristo y miembros los unos de los otros. Éste es el deseo profundo que queremos cultivar con la oración y en el corazón: dejar que tú, Señor, obres este milagro en nosotros. Tú eres el Señor, tú lo puedes todo. Amén.

SANTORAL (4)


Respuesta  Mensaje 22 de 29 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 09/07/2011 23:06

REFLEXIÓN BÍBLICA

 

"Sígueme”

Mt 8, 18-22

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

 

MAESTRO, TE SEGUIRÉ ADONDE VAYAS

El fragmento del Evangelio de hoy, nos muestra un primer ofrecimiento, que se los hace un escriba a Jesús diciéndole; Maestro, te seguiré adonde vayas. Jesús no le rechaza, el escriba es el que se invita, sin embargo, le pone la perspectiva ardua del apostolado: sólo tiene asegurado, en comparación con los zorros y aves, el incesante ir y venir para anunciar la Buena Nueva.

Nuestro hogar en un lugar que nos da cierta seguridad, como a los animales su madriguera, es allí donde se esconden del peligro. Pero el hogar además es un sitio de descanso, con ciertas comodidades, protegidos del frío, tenemos nuestros alimentos y allí podemos dormir con tranquilidad.

Es así, como Jesús nos advierte, que para caminar junto a El, debemos desprendernos de lo bienes terrenales, debemos olvidarnos de la comodidad, como así también, seguirlo a El, no es para conseguir ventajas terrenales, ni económicas ni de posición social, aún más, se debe estar dispuesto a todo y en todo tipo de lugar. Así es, donde haya que llevar el mensaje del Evangelio, ahí hay que ir sin pensar en el camino, si este será fácil o difícil.

EL HIJO DEL HOMBRE NO TIENE DÓNDE RECLINAR LA CABEZA

Dice Jesús; El Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza, debe de referirse a esta vida de incesante caminar apostólico más que al no tener alguna morada para descansar, como en Nazaret y Cafarnaúm. Es aquí donde por vez primera sale en lo evangelios el título que se da Jesús de Hijo del hombre. Jesús frecuentemente lo utilizará para nombrarse. Esta expresión sólo aparece en los Evangelios en boca de Jesús. Es El quien se designa con ella. En algunos textos en los que se usa esta expresión, es para designar calificativamente, al Mesías humilde, despreciado, y que irá a la muerte, en otros textos se designa con esta expresión al Mesías en su aspecto glorioso y triunfal, o para destacar su potestad.

SÍGUEME, Y DEJA QUE LOS MUERTOS ENTIERREN A SUS MUERTOS.

Luego este mismo fragmento, trae un segundo ofrecimiento, ahora es un discípulo, pero éste antes le ruega; Señor, permíteme que vaya antes a enterrar a mi padre. A éste, Jesús le da la orden-invitación; Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos. No era esta invitación para incorporarlo a ser uno de los Doce. Era invitarle a seguirle más de cerca, y acaso más habitualmente, en sus correrías apostólicas, como le acompañaban sus discípulos en otras ocasiones. Sin embargo, este discípulo, en lugar de seguir al punto la invitación del Maestro, le suplicó un espacio de tiempo para cumplir un deber sagrado: Enterrar a mi padre.

La frase y el ruego no se refieren, manifiestamente, a que el padre de este discípulo acabase de morir o estuviese muy grave y le pidiese licencia para ir a cumplir sus deberes de piedad. Sería una coincidencia aquí increíble. Y más increíble aún el que Jesús le hubiese negado lo que era un deber incluido en el mandamiento del Decálogo: “Honra a tu padre y a tu madre” Debe, pues, de tratarse de un discípulo que, antes de seguir a Jesús en su apostolado de una manera total y habitual, rogó que se le permitiese antes esperar a la muerte de su padre, de este modo ya sin tener que preocuparse de estos deberes, entregarse entonces a esta misión. Pero esto era incierto, y la llamada del Señor para acompañarle en la mies, que era mucha y los operarios pocos, urgía más

LOS QUE VIVEN EN EL MUNDO DESPREOCUPADOS DE LA VIDA ETERNA, ESTÁN COMO MUERTOS

Quizás no sea fácil comprender esta lección del supremo amor a Jesús sobre nuestros padres, que los muertos entierren a sus muertos, sin embargo si no concentramos en la idea de que la obra del apostolado es la predicación del reino, es decir la vida eterna, todo lo demás es como la muerte, porque los que viven en el mundo despreocupados de la vida eterna, están como muertos. Entonces decimos que ellos cuiden de sí mismos: que los muertos entierren a sus muertos. En otras palabras, los que no han encontrado la vida del Reino en Jesús

Fuerte paradoja para expresar los derechos de Dios sobre nosotros, que no esta por sobre los mismos de los padres de manera afectiva, sino efectiva. Por que el mismo Jesús nos dijo “si alguno viene a mí y no aborrece a su padre, madre., no puede ser mi discípulo” (Lc 14:26). Por este procedimiento, Jesús evoca su trascendencia divina.

¿TENEMOS QUE HACER ESPERAR A JESÚS?

Pero también debemos comprender, que una situación es, si el padre acaba de morir, entonces hay que enterrarlo y otra situación es que debo preocuparme de el mientras viva hasta que muera, ¿Por cuánto tiempo?, ¿tenemos que hacer esperar a Jesús?, el Señor quiere una respuesta inmediata, sin retrasos, y acordándose que debemos amar a Dios por sobre todas las cosas, y esto es claro, es anteponer todo por El, es así, que cuando el Señor no pide un servicio, esto va primero a todo lo demás.

Ahora, preocupémonos de llevar el mensaje para anunciar el Reino de Dios a los vivos, y por supuesto, especialmente a los que no están cerrados a la salvación y no hayan muerto espiritualmente o a la gracia.

Es de esta forma, es como Jesús nos pide que lo sigamos, con decisión absoluta, dispuesto a peregrinar en la vida, sin comodidades, desprendidos, es una forma exigente, no es un camino fácil, es ir cuesta arriba, pero peor es ir con una mochila a la espalda, es fatigarse, por tanto es necesario estar con el corazón limpio, habrán en este caminar decaimiento, desaliento, incomprensiones y persecuciones, pero al final, la recompensa, la vida eterna.

¿POR QUE ES TAN DIFÍCIL SEGUIR A CRISTO SIN CONDICIONES?

¿Por que es tan difícil seguir a Cristo sin condiciones? ¿Será porque seguir es un verbo que indica ir detrás?, ¿será porque es ir por un determinado camino sin apartarse de él?, o ¿porque es actuar conforme a determinadas pautas?.

Seguir también es proseguir con lo empezado y permanecer o mantenerse en lo comenzado, ¿es difícil mantenerse leal a Cristo?. También es imitar a alguien como modelo, ¿Hay algún modelo a seguir mejor que Jesús?

Cada uno de nosotros debe responder a estas preguntas en conciencia, aunque tengamos que hacer un sobreesfuerzo. Confiemos en la misericordia del Señor. Pidámosle su ayuda, rogándole  que nos aumente la fe y la fuerza, para seguirle, porque en el seguimiento a Jesús, no hay lugar para ser cristianos a medias, no se puede ser mas o menos cristianos, esto es “sin medias tintas”, hay que entregarse con todo. 

El Señor les Bendiga

    Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds


Respuesta  Mensaje 23 de 29 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 09/07/2011 23:07

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

JESÚS NO PUEDE SER SEGUIDO MÁS QUE POR AMOR A ÉL

Vivimos en una época marcada por una especie de delirio de omnipotencia. El hombre parece no ponerse límites a la voluntad de gozar, pero se encuentra mudo y desorientado cada vez que tropieza con acontecimientos —como la muerte— que le hacen tocar con la mano su extrema impotencia, y a los que no puede dar un sentido fuera de una perspectiva de fe. Sin embargo, el hombre está llamado, verdaderamente, a poseer una grandeza inesperada, aunque sólo si acepta ser criatura y adherirse a un designio que no es suyo. «Ya no os llamo siervos... sino que os llamo amigos». eso es lo que dice Jesús (cf Jn 15,12-17).

En el pasaje del Génesis propuesto a nuestra meditación encontramos a Dios que se pregunta: «Cómo voy a ocultarle a Abrahán lo que pienso hacer?». El, Dios, en efecto, es quien ha elegido a Abrahán, se ha unido a él, y esto le da a su amigo un gran poder sobre el corazón divino, un poder de intercesión que Dios mismo suscita, porque quiere ser rogado, suplicado, para poder manifestar su suma justicia, que es misericordia. Abrahán se detiene, en el relato, en diez justos: será preciso esperar aún la llegada del único Justo, que, cargando con la culpa de todos, salvará no sólo a las ciudades corruptas, sino a toda la humanidad, lavándola en su sangre.

Entonces Dios seguirá estando, aún más, con nosotros y escogerá a amigos para asociarlos a su misión de Salvador.

Con todo, la iniciativa de esa elección seguirá siendo siempre suya y sólo suya: “No me habéis elegido vosotros, sino que yo os elegí” Dios es Dios, y nuestra verdadera libertad consiste en conseguir pronunciar un “SÍ” de asentimiento pleno y amoroso a su elección. Jesús no puede ser seguido más que por amor a él. Todas las otras motivaciones desaparecerán un día u otro: entonces nos encontraremos con nuestros sueños rotos. Podremos ser sus amigos y convertirnos en intercesores sólo cuando nos hayamos adherido a su persona no por las ventajas que esto pueda acarrearnos, sino sólo por dejarnos conducir por su camino de peregrino que no tiene dónde reclinar la cabeza. Esa llamada —cuando es verdadera— tiene una urgencia y un valor que la hacen ineludible. Entonces y sólo entonces tomará cuerpo esa inesperada grandeza que consiste en ser amigos de Dios, de un Dios poderoso que se ha hecho débil para solicitar nuestro amor.

ORACION (3)

 

Señor, también nosotros, como los grandes orantes del Antiguo Testamento, nos quedamos sorprendidos ante el misterio de tu grandeza y, aún más, ante el don de tu benevolencia.

Los cielos de los cielos no pueden contenerte y, sin embargo, tú, que al venir a la tierra elegiste una vida de pobreza y de abandono, te presentas cada día como alimento para nuestra hambre de amor y de vida. Coima nuestro corazón de un infinito agradecimiento que nos convierta, en medio de los hermanos, en alegres testigos de tu amistad con los hombres. Conviértenos también en audaces intercesores, para que a nadie le falte la alegría de saberse pensado, elegido y amado desde toda la eternidad. Amén


Respuesta  Mensaje 24 de 29 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 09/07/2011 23:08

REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?”

Mt 8, 23-27

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

 

  1. 1.        SOLO VA JESÚS CON SUS DISCÍPULOS

En aquel tiempo, Jesús subió a una barca junto con sus discípulos. San Mateo es preciso, es decir, en la barca solo va Jesús con sus discípulos, talvez para que fueran testigos del milagro que habría de suceder, pero además previniendo una demostración de poca fe, Jesús considero era prudente que otros no se enteraran, entonces viaja solo con ellos. Cuando leemos a san Marcos, dice que también habían otras barcas alrededor. Jesús, Maestro de excelencia, para que no se enorgullecieran sus discípulos porque los llevaba solo a ellos, permitió el peligro en que se vieron, con objeto, pues, de que los impresionase más el milagro que iba a obrar. Pero Él estaba dormido. Como dándole tiempo al temor entregándose al sueño.

  1. 2.        NO PENSARON EN SU PODER ANTE UN ESPECTÁCULO TAN IMPONENTE

Aunque los apóstoles ya habían presenciado algunos milagros de Jesús, no pensaron en su poder ante un espectáculo tan imponente, esto les produce una fuerte admiración de preguntarse quién será el que tiene tantos poderes, así es como ellos dicen; ¿Quién es éste, a quien hasta los vientos y el mar obedecen?. Ya se había pensado que El fuese el Mesías y ahora, Jesús les va preparando gradualmente el proceso de su revelación divina.

Si Jesús hubiese estado despierto, no habrían temido ni rogado por la tempestad que se levantó, pero también pudo haber sucedido, que no hubiesen creído que pudiera hacer tal milagro.

  1. 3.        TODAVÍA NO CONOCÍAN SU GLORIA LOS DISCÍPULOS QUE ESTABAN CON EL

Según el evangelio, parece que Jesús los dejó caer en el peligro de la prueba, para que experimentasen en sí mismos su virtud, cuyos beneficios habían visto en los otros, así es como dormía, pues como dice en san Marcos, sobre la popa de la barca reclinada la cabeza en una tabla. Todavía no conocían su gloria los discípulos que estaban con El, y aunque creían que despierto podía mandar a los vientos, no creían pudiera hacerlo estando dormido o descansando.

  1. 4.        SEÑOR, ¡SÁLVANOS, QUE PERECEMOS!

Muy asustados, los discípulos despertaron a Jesús diciéndole: Señor, ¡sálvanos, que perecemos!. Despertándose Jesús, primero le increpa a ellos, ¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?, Lo que Jesús hace es reprender a sus discípulos por su falta de fe. Si hubieran tenido fe, hubiesen creído que aun durmiendo podía conservarlos sanos y salvos. Jesús se mostró a ellos como Dios, y como hombre, por cuanto se rindió al sueño.

Jesús luego le increpa al viento y al mar, y les da una orden terminante y sobrevino una gran calma.

Del movimiento del mar se levantan ciertos sonidos o ruidos que parecen ser como un anuncio de los peligros que amenazan. Las palabras de Jesús, sosiegan las turbulencias y calman los corazones agitados. A la sola voz del Señor, el efecto vino de inmediato, el viento se aplacó y sobrevino una gran calma.

  1. 5.        LOS TEMORES NOS INVADEN EL ALMA Y NOS HACEN PERDER EL TRATO ÍNTIMO CON DIOS

Dice el evangelio: De pronto se levantó en el mar una tempestad tan fuerte, que las olas cubrían la barca. Así nos sucede algunas veces a nosotros, se nos desata un vendaval de problemas en nuestra vida y la turbación entra en nosotros con amenaza de hundirnos, olas que ahogan nuestro ánimo y nuestro deseo de superarnos. Los temores nos invaden el alma y nos hacen perder el trato íntimo con Dios. Muchas veces son cosas simples de resolver, pero nos imposibilitan a entregarnos con tranquilidad a la oración. En otras ocasiones, recibimos alguna noticia poco agradable y perdemos la calma. Entonces vemos que en el fondo de nuestro corazón, pareciera que esta dormido Jesús, y le preguntamos con desesperación, Señor sálvanos.

  1. 6.        JESÚS, NO DUERME NI NOS ABANDONA

El Señor nunca nos deja, pero nosotros preocupados de las cosas temporales y solo de valor material, nos atrevemos a dejarlo a El, entonces, El permite una tempestad en nosotros y vivimos momentos de contradicción, temor, la angustia nos zozobra y nuestro corazón naufraga en las dificultades. Es así, como para superar todo momento difícil, no dejemos de acudir a El, aunque pareciera que no nos esta oyendo, si lo esta. Porque Jesús, no duerme ni nos abandona, pero si prueba nuestra fe, nuestra constancia y fidelidad.

En cierta oportunidad, Santa Catalina de Siena, se quejo que de que el Señor la había abandonado en la hora de una prueba y el Señor le respondió, “Nunca estuve mas cerca de ti que en ese momento”

El Señor les Bendiga

    Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds


Respuesta  Mensaje 25 de 29 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 09/07/2011 23:09

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

SEÑOR, SÁLVANOS

Se puede percibir más de una analogía entre las lecturas propuestas por la liturgia de hoy. En ambas se habla de una situación tranquila que padece un cambio imprevisto: el fuego que baja del cielo y el desencadenamiento de los elementos naturales sobre el mar alborotado. En ambos casos se ofrece al hombre aterrorizado una salvación misericordiosa por parte de alguien que le presta socorro. Ambas situaciones pueden ser una gran metáfora de la condición humana, del viaje del hombre hacia la salvación, un viaje acechado por una gran cantidad de adversidades que hacen que, con frecuencia, el hombre sienta miedo frente a realidades que le superan, que le aplastan. ¿Y qué miedo es superior al de la muerte? Nosotros sabemos hoy que no estamos solos, y, aunque nos sintamos así, siempre podemos gritar “Señor, sálvanos!” a aquel que quiso pasar por nuestras mismas situaciones, que quiso dormir con nosotros el sueño de la muerte, para despertarnos con él en la vida sin fin. Se nos pide que no seamos «pequeños en la fe», que seamos audaces, constantes, perseverantes en la oración.

Estamos seguros, en efecto, de que a quien llame se le abrirá, a quien pida se le dará, y a quien ha sido bautizado en la muerte y resurrección del Señor Jesús no se le arrebatará la vida, sino que simplemente le será cambiada, porque “tanto si vivimos como si morimos, somos del Señor”. Él vino a compartir nuestra condición humana para darnos su paz, su alegría, su plenitud de vida. También nosotros, por tanto, aferrándonos al madero de su cruz, podemos atravesar todos los mares tempestuosos, seguros ahora de llegar incólumes con él a la tierra de los vivos.

ORACION (3)

 

Señor Jesús, tú has llevado a cabo por nosotros, de una vez por todas, la gran travesía del mar tempestuoso de la historia apoyando suavemente tu cabeza entre los brazos del Padre en el leño de la cruz. De este modo, abriste para todos nosotros un camino grande y seguro, que nos permite atravesar incólumes el gran abismo del mal, que intenta atraparnos constantemente.

Haz que cada hombre te conozca y experimente que los sufrimientos del momento presente no son comparables a la alegría de la salvación que nos has preparado en el abrazo del Padre. Él nos ha querido desde siempre para ser uno con él y contigo en el amor.


Respuesta  Mensaje 26 de 29 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 09/07/2011 23:10

REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.

Mt 16, 13-19

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

 

  1. 1.        “¿QUIÉN DICE LA GENTE QUE ES EL HIJO DEL HOMBRE?”

Al llegar a la región de Cesárea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: ¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?

Es en este lugar de Cesárea de Filipo, es el momento cuando Jesús, dirigiéndose a los discípulos, les hace abiertamente esta pregunta: ¿Quién dice la gente que soy yo? Jesús no lo ignoraba por su conocimiento sobrenatural, pero también lo que pensaba la gente de El lo sabía, como los apóstoles, por el rumor popular. ¿Por qué les pregunta primeramente a ellos lo que piensan de El las gentes?

  1. 2.        JESÚS, PARA UNOS, ERA JUAN BAUTISTA,

El contacto de los apóstoles con las muchedumbres a causa de la predicación y milagros de Jesús les había hecho recibir toda clase de impresiones en torno a esto. Las que recogieron eran éstas: Jesús, para unos, era Juan Bautista, sin duda resucitado, como sostenía el mismo Antipas. Pues esta opinión había cobrado cuerpo entre el pueblo, ya que Lc mismo dice que Antipas estaba preocupado con la presencia de Jesús, puesto que algunos decían que era Juan, que había resucitado de entre los muertos (Lc 9:7).

  1. 3.        OTROS, QUE ELÍAS; OTROS, QUE JEREMÍAS

Para otros, Jesús era Elías. Lc recoge en otro lugar esta creencia popular. Jesús era, para diversos grupos, Elías, que había aparecido (Lc 9:8). Según la estimación popular, Elías no había muerto, y debía venir para manifestar y ungir al Mesías 12.

Otros piensan que fuese Jeremías (Mt). El profeta Jeremías era considerado como uno de los grandes protectores del pueblo judío, sobre todo por influjo del libro II de los Macabeos (2:1-12). Pero no pasaba por un precursor del Mesías. Mateo ya hizo referencia a él (2:17). Acaso se lo cita por el simple prestigio que tenía en el judaísmo, y del que se podrían esperar cosas extraordinarias.

Por último, sin saber a ciencia cierta quién sea, para muchos era algún profeta de los antiguos, que ha resucitado (Lc). Era el poder milagroso de Jesús el que los hacía creer en la resurrección de un muerto (Mt 14:2; Mc 6:14).

  1. 4.        ¿QUIÉN DICEN QUE SOY?

No deja de extrañar el que los apóstoles no citen, tomado de la opinión de las gentes, el que El fuese o pudiese ser el Mesías.

Así fue como ellos le respondieron: Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas. Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?

Por eso, después de oír lo que las gentes pensaban de El, se dirige a los apóstoles para preguntarles abiertamente qué es lo que, a estas alturas de su vida y de su contacto de dos años con El, han captado a través de su doctrina, de su conducta, de sus milagros. Era un momento sumamente trascendental. Si no fuera que Jesús tenía un conocimiento de todo por su ciencia sobrenatural, se diría que esperaba impaciente la respuesta de sus apóstoles.

  1. 5.        TÚ ERES EL MESÍAS, EL HIJO DE DIOS VIVO

Los tres sinópticos no dicen la respuesta que hayan podido tener éstos. Sólo recogen la respuesta que le dirigió Pedro. Todos los detalles se acumulan en la narración de Mateo para indicar no sólo la precisión que interesa destacar, sino con ella acusar la solemnidad del momento y la trascendencia del acto.

Mientras Mc-Lc presentan sin más a Pedro, Mateo lo precisa ya de antemano como Simón Pedro. En efecto, Pedro tenía por nombre Simón (Mateo 4:18 y par.). En Juan se lee que Jesús, al ver por vez primera a Simón, le anunció que será llamado Pedro (Jn 1:42). Ya desde un principio, Jesús puso en Simón la elección para Pedro, para ser piedra El conservar aquí los dos nombres es sumamente oportuno.

La confesión de Simón Pedro es expresada así: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Aquí se confiesa por Pedro la mesianidad y la divinidad de Jesús. Al decir que es el Mesías, indica su relación supereminente de autoridad con Dios — el Padre — que lo envía.

  1. 6.        FELIZ DE TI, SIMÓN, HIJO DE JUAN

Pedro, desde su primer encuentro con Jesús, deja al descubierto, por una parte, la amistad no disimulada del Maestro, y por otra, la entrega sin reservas a su servicio o compañía, es así como Pedro sabe quien es Jesús, el Mesías, el Hijo de Dios.

Y Jesús le dijo: Feliz de ti, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo.

La respuesta de Jesús tiene dos partes bien marcadas: la primera es una felicitación a Pedro por la revelación tenida. La felicitación de Jesús a Simón es porque esta confesión no se la reveló ni la carne ni la sangre, con la que se expresa el ser humano. Tal era la grandeza de este misterio, que su revelación se la hizo su Padre celestial. Se trata, pues, de un misterio desconocido a Pedro, y un misterio que no podía, sin revelación, ser alcanzado por la carne y sangre — el hombre — Entonces, este conocimiento no es por su capacidad humana, es un don de Dios. En efecto, Pedro alcanzó este conocimiento por la fe.

  1. 7.        TÚ ERES PEDRO, Y SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICARÉ MI IGLESIA

Jesús, volviéndose a Simón, le dice: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Y Jesús lo eligió como la roca para construir sobre ella su Iglesia y le confirió los poderes para llevar a la salvación a todos los hombres. Pedro es la roca, en el sentido de que la fe y los creyentes no pueden tener otra fe que la de los apóstoles y profetas, que son los que enseñan esa verdad, que está construida sobre la piedra angular de Jesús, y así es, como luego dice; y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Es decir, no podrá vencer a la Iglesia, pues ésta está firme y estable, porque está construida sobre la roca firme, que es Jesús.

  1. 8.        YO TE DARÉ LAS LLAVES DEL REINO DE LOS CIELOS

Dice Jesús: Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo. La promesa es que ese atar y desatar sobre la tierra tendrá su automática ratificación en el cielo. Todo lo relacionado con esta misión — cuanto permita o prohíba en el reino, todo eso será también ratificado en el cielo. Y eso garantizado por Jesús.

Así, Pedro como Mayordomo de la Casa de Dios, ha recibido el poder para admitir o excluir, según el Evangelio y de administrar la comunidad, en Pedro recaerán las responsabilidades de la doctrina y de la moral, el podrá decidir lo que es bueno y licito para su Iglesia y sus miembros, sentencia que será ratificada Por Dios en lo alto de los cielos.

Así, como Pedro en épocas de la Iglesia naciente, hoy el Papa, su sucesor, es el encargado de animar la fe en nuestra comunidad creyente, el es en nombre de Jesucristo Pastor y guía de la Iglesia.

  1. 9.        ACOGER AL SUCESOR DE PEDRO

Como Pedro en los orígenes y ahora le ha correspondido a Benedicto XVI fundamento visible de la unidad y de la caridad de la Iglesia.

A través del Evangelio, podemos comprender como Jesucristo, nos invita a acoger al sucesor de Pedro, y a mirarlo con los ojos de la fe.

Este es un día especial, para rezar por el Papa y es una buena ocasión para apoyar su inmensa obra a favor de la comunidad cristiana y de toda la humanidad. Dios le Bendiga

El Señor les Bendiga

    Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds


Respuesta  Mensaje 27 de 29 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 09/07/2011 23:11

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

DOS APÓSTOLES SU FUNDAMENTO APOSTÓLICO

La Iglesia celebra a través de estos dos apóstoles su fundamento apostólico, mediante el cual se apoya directamente en la piedra angular que es Cristo (cf Ef 2, l9ss). Pedro y Pablo son los “fundadores” de nuestra fe; a partir de ellos se entabla el diálogo entre institución y carisma, a fin de hacer progresar el camino de la vida cristiana.

El pescador de Galilea empezó su extraordinaria aventura siguiendo al Maestro de Nazaret, primero, en Judea y, a continuación, tras su muerte, hasta Roma. Y aquí se quedó no sólo con su tumba, sino con su mandato, es decir, en aquellos que han subido a la “cátedra de Pedro”. Pedro continúa siendo, en los obispos de Roma, la “roca” y el centro de unidad sobre el que Cristo edifica su Iglesia.

Pablo de Tarso, el apóstol de los gentiles, se convirtió de perseguidor de Cristo en celoso misionero de su Evangelio. Cogido por el amor al Señor, Cristo llegó a ser para él su mayor pasión (2 Cor 5,14), hasta el punto de decir: “Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí” (Gal 2,20). Su martirio revelará la sustancia de su fe.

La evangelización de estas dos columnas de la Iglesia no se apoya en un mensaje intelectual, sino en una praxis profunda, sufrida y atestiguada con la palabra de Jesús.

ORACION (3)

 

Dios omnipotente y eterno, que con inefable sacramento quisiste poner en la sede de Roma la potestad del principado apostólico, para que a través de ella la verdad evangélica se difundiera por todos los reinos del mundo, concede que lo que se ha difundido por su predicación en todo el orbe sea seguido por toda la devoción cristiana. (Sacramentariurn Veronense, ed. L. C. Mohlberg, Roma 1978, n. 292).


Respuesta  Mensaje 28 de 29 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 09/07/2011 23:13

REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“El Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados?”

San Mateo 9, 1-8

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1. TEN CONFIANZA, HIJO; SE TE PERDONAN TUS PECADOS.

En aquel tiempo, Jesús subió de nuevo a la barca, pasó a la otra orilla del lago y llegó a Cafarnaún, su ciudad. Estando allí le trajeron un enfermo en una camilla. Era paralítico. Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, seguramente tanto de los que llevaban la camilla como del enfermo, dice al paralítico: Ten confianza, hijo; se te perdonan tus pecados. Esta actitud de Jesús que comienza perdonándole los pecados tiene un valor especial. En aquel ambiente existía la creencia de que la enfermedad era castigo de pecados. Al oír esto, algunos escribas pensaron: Este hombre está blasfemando. Esto porque ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios? Y Jesús aquí aparece perdonando los pecados en su nombre, con autoridad propia. Ni al mismo Mesías en la mentalidad rabínica, atribuyeron jamás el poder de perdonar los pecados. En el Antiguo Testamento, este poder es una prerrogativa exclusivamente divina. Dios ofendido es quien únicamente podría perdonar su ofensa. Y, porque Jesús usa estos poderes de Dios, dicen que blasfema.

2. ¿ QUÉ ES MÁS FÁCIL: DECIR SE TE PERDONAN TUS PECADOS, O DECIR ¿LEVÁNTATE Y ANDA?

Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: ¿Por qué piensan mal en sus corazones? Jesús que los conoció en su espíritu, admite la interpretación que ellos censuran. Esta normal penetración de los corazones es un atributo de Dios. Los rabinos habían deducido por un texto de Isaías (11:2ss) que la penetración del pensamiento le sería comunicada al Mesías sólo para el recto juzgar, aunque el perdón de los pecados era don de los días mesiánicos (Jer 31:34; Ez 36:25). Por ello les pregunta: Qué es más fácil: decir Se te perdonan tus pecados, o decir ¿Levántate y anda? Ambas cosas están en la misma línea de poder sobrenatural. Luego Jesús les dice; ¿Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados –le dijo entonces al paralítico, Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. El se levantó y se fue a su casa.

3. EL PODER DE PERDONAR LOS PECADOS PERTENECE PROPIAMENTE A JESÚS

La repercusión de este milagro fue grande, por eso el fragmento del Evangelio dice; Al ver esto, la gente se llenó de temor y glorificó a Dios, Todos los que vieron esto se maravillaban y glorificaban a Dios (Lc), porque jamás hemos visto tal cosa, decían. Lo singular, es que habían visto milagros, pero no para acreditar el poder de perdonar los pecados.

Quedaron temerosamente impresionados y alabando a Dios, que había dado tanto poder a los hombres, expresión esta última que pudiera revestir diversos matices: el poder de hacer milagros ¿a los apóstoles? (Mt 10:8), ¿para perdonar en la confesión los pecados? El poder de perdonar los pecados pertenece propiamente a Jesús; los ministros de la Iglesia no lo ejercen sino en su nombre.

4. EL PODER DE PERDONAR LOS PECADOS

En este pasaje hay dos temas: una curación y el poder de perdonar los pecados. Jesús nos muestra el supremo poder de perdonar los pecados, poder exclusivo de la divinidad, pero la principal preocupación es curar el alma, mucho más que el cuerpo, y cuando nos concede la salud del cuerpo, es en atención a que se viva en mayor plenitud la salud espiritual. Es así como además dice al paralítico, Ten Confianza, por tanto tengamos nosotros confianza en la bondad del Señor, el es compasivo y misericordioso, a nosotros nos dice lo mismo que al paralítico, Confía, hijo, tus pecados te son perdonados, es la confianza en su bondad para perdonar la que arrancará nuestro perdón.

El perdón de los pecados, es algo que no se ve, no se puede constatar a simple vista, por esa razón algunos fariseos murmuran, pero no se atreven a formular algo, pero Jesús lee sus pensamientos y estos quedan al descubierto y los increpa. En muchas ocasiones, no nos atrevemos a formular cuestionamientos o reparos sobre la voluntad de Dios de una forma abierta, sin embargo en nuestro interior muchas veces cuestionamos el Plan de Dios. San Juan de la Cruz, nos dice que no hay que entristecerse por las cosas que nos trae Dios. El solo quiere el bien para nosotros.

5. EL HIJO DEL HOMBRE TIENE SOBRE LA TIERRA EL PODER DE PERDONAR LOS PECADOS

Dice Jesús; Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados, Jesucristo habla ahora con afirmación absoluta, el tiene poder para perdonar los pecados, ahora afirma que es hijo de Dios, lo demuestra además conociendo lo intimo de los hombres, esto es en el pensamiento y en los sentimientos de los escribas. Pero con todo, Jesús nos ha hechos partícipes de su capacidad de perdonar a los ministros, que lo ejercen siempre en su nombre, glorifiquemos a Dios el haber dado este poder a sus ministros.

6. SOLO DIOS PUEDE PERDONAR LOS PECADOS

Cuando la gente vio a Jesús perdonar los pecados decía: Solo Dios puede perdonar los pecados, si Jesucristo los perdona, luego el es Dios, entonces nosotros debemos ser ese modelo, modelo de vida sin pecado, algo que se logra viviendo en Jesucristo, viviendo en Dios, entonces, que mejor razón para acercarnos a El.

Alimentemos la confianza en la infinita bondad de Dios, que quiere perdonar nuestros pecados, vivamos en plenitud la alegría de haber recibido el Perdón de Dios; si a Dios le gusta perdonar, se complace en olvidarse y borrar los pecados de sus hijos; también le agrada que sus hijos reciban el perdón; confiemos en el perdón y vivamos gozosos al sentirnos perdonados.

De este modo también, es como estamos comprometidos a llevar una vida que debe ser un testimonio, que motive a los demás a ir hacia Dios, para que todos lleguen al Reino de Dios, reino de justicia y de paz, de la verdad y del amor.

La Paz de Cristo

   Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds


Respuesta  Mensaje 29 de 29 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 09/07/2011 23:14

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

«ESPERAR CONTRA TODA ESPERANZA»

En la vida de todo creyente, llega un momento en el que Dios le «pone a prueba». Es la hora dolorosa en la que Dios deja de ser para nosotros el Dios bueno y amante que nos ha colmado de favores y bendiciones, para convertirse —de una manera inexplicable— en el patrón exigente de sus dones a quien hemos de devolverle todo. Es el momento crucial en el que, faltándonos toda seguridad, nos queda sólo la fe, una fe pura y exigente, que nos pide «esperar contra toda esperanza», devolviéndole —en una adhesión incondicionada— todo lo más querido que nos había dado: tal vez la vida, los talentos que hemos recibido, las personas queridas. Nos queda sólo él, convertido en «Otro».

Dichoso quien sepa reconocer la «hora» y recorra con Abrahán, en silencio, el camino hacia el lugar del sacrificio. Dichoso quien pueda subir como él, sin proferir un solo lamento, sin una sola protesta, la montaña de la ofrenda. Dichoso quien sea capaz de creer —como él— que Dios puede hacer resucitar también a los muertos. Dichoso el que recorra hasta el final, con una determinación firme y ponderada, el camino de la obediencia y de la fe, porque se configurará plenamente con aquel Dios que, por amor a nosotros, sacrificó a su Hijo amado, al verdadero Isaac.

ORACION (3)

 

Virgen santa, tú conociste —como ninguna otra criatura en el mundo— la hora oscura en que Dios nos somete a prueba para verificar nuestra fe como oro en el crisol.

Tú, de pie en el monte del sacrificio, consumaste de una manera generosa la ofrenda de tu Hijo, el verdadero Isaac, inmolado por nosotros en la cruz. Allí pronunciaste, de una manera tácita, tu nuevo e imposible “sí”, convirtiéndote en madre de todos los creyentes.

Acompáñanos en la hora de la prueba, para que no dudemos de que Dios es fiel y capaz de dar vida incluso a los muertos. Que la alegría de la resurrección que gustaste, después de la tragedia del viernes santo, sea para nosotros prenda y certeza de la gran sonrisa que contemplaremos en el rostro del Padre cuando la obediencia de la fe nos haya configurado plenamente con el verdadero cordero ofrecido, Jesús, tu Hijo y Señor nuestro. Amén.



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