La Luz desea fluir en tu vida y llenar todos tus hoyos negros. Pero necesitas invitarla a que entre. Puedes hacer esto pidiendo ayuda. No necesitas ser un experto Kabbalista para comunicarte con la Luz. A la Luz no le importa si dices las palabras correctamente, todo lo que necesitas hacer es extender tu mano.
Es como un niño que empieza a andar diciendo sus primeras palabras a sus padres. Aunque no puede hablar bien, ellos están encantados cuando les pide algo. Recuerda, el Creador nos creó para que puediésemos estar satisfechos. Necesitamos tomar esos pequeños pasos de bebé.
Hoy, háblale a la Luz. ¿Contra qué problemas estás luchando? ¿Qué relaciones te están preocupando? ¿Qué gran decisión se está vislumbrando? Llámala desde tu mente y pide señales, mensajes y guía. Aprender cómo pedir es el primer paso para recibir mensajes de arriba.