Sexto Pilar: Los Rayos. La llama Violeta y otras llamas.
Los Siete Rayos por el Maestro Tibetano Djwhal Khul
Se afirma que existen siete grandes rayos en el cosmos. En nuestro sistema solar sólo uno de estos grandes rayos está en actividad. Las siete subdivisiones constituyen los "siete rayos" que manejados por nuestro Logos solar, forman la base de infinitas variaciones en su sistema de mundos. Estos siete rayos pueden describirse como los siete canales a través de los cuales fluye todo lo que existe en Su sistema solar, las siete características predominantes, o modificaciones de la vida, que no sólo se aplican a la humanidad sino también a los siete reinos. En realidad no existe nada en el sistema solar, cualquiera sea su grado de evolución, que no pertenezca ni haya pertenecido a uno de los siete rayos...
Los siete rayos son la suma total de la divina Conciencia, la Mente Universal; podrían ser considerados como las siete Entidades inteligentes a través de las cuales el plan se desarrolla. Personifican el divino propósito; expresan las cualidades requeridas para la materialización de ese propósito; crean las formas, y son las formas mediante las cuales la idea divina puede ser llevada a su consumación. Simbólicamente pueden considerarse como que constituyen el cerebro de divino Hombre Celestial. Corresponden a los ventrículos del cerebro, a los siete centros del cerebro, a los siete centros de fuerza y a las siete glándulas principales que determinan la cualidad del cuerpo físico. Son los conscientes ejecutores del propósito divino y los siete Alientos que animan todas las formas que han sido creadas por Ellos para llevara cabo el plan.
Tal vez sería más fácil comprender la relación de los siete rayos con la Deidad, si recordamos que el hombre mismo (por ser hecho a imagen de Dios) es un ser séptuple, capaz de expresar siete estados de conciencia y los siete principios o cualidades fundamentales que le permiten percibirlos siete planos en los cuales actúa en forma consciente o inconsciente. Es un septenario en todo momento, pero su objetivo es percibir conscientemente todos los estados del ser, expresar conscientemente todas las cualidades y actuar libremente en todos los planos.
Los Seres de los siete rayos, a diferencia del hombre son totalmente conscientes y perciben en su totalidad el propósito y el Plan. Están siempre en "profunda meditación", y llegaron al punto en que, a través de Su avanzada etapa de desarrollo, son “impulsados hacia la realización". Son totalmente conscientes de sí mismos y del grupo; constituyen la suma total de la mente universal, y se hallan “despiertos y activos". Su meta y propósito es de tal naturaleza que sería inútil especular sobre ambos, porque el punto más elevado de realización para el hombre es el punto más bajo para Ellos. Estos siete Rayos, Alientos y Hombres Celestiales tienen como tarea luchar con la materia a fin de subyugarla al propósito divino, y la meta –hasta donde podemos percibirla— es someter las formas materiales a la acción del aspecto vida, produciendo así esas cualidades que llevarán la voluntad de Dios a su culminación. Por lo tanto, constituyen la suma total de todas las almas dentro del sistema solar, y Su actividad produce todas las formas; de acuerdo a la naturaleza de la forma así será el grado de conciencia. A través de los siete rayos fluye la vida o aspecto espíritu, pasando cíclicamente a través de todos los reinos de la naturaleza, produciendo así estados de conciencia en todos los campos de percepción.
Para llevar a cabo los propósitos de este tratado los estudiantes tendrán que aceptar la hipótesis de que todo ser humano es arrastrado a la manifestación por el impulso de algún rayo, está coloreado por esa particular cualidad de rayo que determina el aspecto forma, e indica el camino que debe seguir y le permite (cuando llegue a la tercera iniciación) presentir y luego colaborar con el propósito de su rayo. Después de la tercera iniciación comienza a presentir el propósito sintético para el cual trabajan los siete rayos. Como este tratado ha sido escrito para los aspirantes y discípulos, y no para los iniciados de tercer grado, es innecesario hacer conjeturas sobre este destino final.
El alma humana es una síntesis de la energía material cualificada por la conciencia inteligente, además de la energía espiritual que está, a su vez, cualificada por uno de los siete tipos de rayo. Así emerge el ser humano, un hijo de Dios encarnado en la forma, con una mano, como dice El Antiguo Comentario, aferrada firmemente a la roca de la materia y la otra sumergida en un mar de amor. Una antigua escritura lo expresa de esta forma:
"Cuando la mano derecha del hombre material toma la flor de la vida y la arranca para él, la mano izquierda permanece vacía.
"Cuando la mano derecha del hombre material toma el loto dorado del alma, la izquierda desciende buscando la flor de la vida, aunque no lo hace para fines egoístas.
"Cuando la mano derecha sostiene firmemente el loto dorado y la mano izquierda toma la flor de la vida, el hombre descubre que es la planta de siete hojas que florece en la tierra y también ante el Trono de Dios."
El propósito de la Deidad, como lo conoce el Creador, es desconocido totalmente para todos, excepto para los iniciados más elevados. Pero el propósito de cada Vida de rayo puede ser sentido y definido, sujeto por supuesto a las limitaciones de la mente humana y a lo inadecuado de las palabras. La actividad planeada de cada rayo cualifica toda forma que se halla dentro de su cuerpo de manifestación.
Hemos llegado ahora a una declaración técnica que debe ser aceptada para bien del argumento, pues es imposible comprobarlo. Los Señores de los rayos crean todos un cuerpo de expresión, y de este modo han venido a la existencia los siete planetas. Damos a continuación sus expresiones principales:
El Sol (que oculta a Vulcano) Júpiter Saturno Mercurio Venus Marte La Luna
Las energías de estas siete Vidas, sin embargo, no están confinadas a su expresión planetaria, sino que se extienden alrededor de los confines del sistema solar, así como los impulsos de la vida de un ser humano –sus fuerzas vitales, el impulso de sus deseos y sus energías mentales— recorren su cuerpo activando los diversos órganos, permitiéndole llevar a cabo su intención, vivir su vida y cumplir el objetivo para el cual creó su cuerpo de manifestación.
Propiedades del textoFuente Arial Texto de muestra Times New Roman Texto de muestra Courier Texto de muestra Georgia Texto de muestra Verdana Texto de muestra Comic Sans MS Texto de muestraTamaño 1 2 3 4 5 6 7 Estilo Negrita Itálica Subrayado color Cada uno de los siete reinos de la naturaleza reacciona a la energía de alguna Vida particular de rayo. Cada uno de los siete planos reacciona en forma similar. Cada septenario de la naturaleza vibra con uno de los septenarios iniciales, porque los siete rayos establecen ese proceso que asigna los límites de influencia para todas las formas. Son aquello que determina todas las cosas, y al emplear estas palabras quiero indicar la necesidad de que prevalezca la Ley. La Ley es la voluntad de las siete Deidades, que se plasman en la sustancia a fin de producir una intención específica, mediante el método del proceso evolutivo. (14?69/72)
Es de gran interés para nosotros conocer algo referente a las energías y fuerzas que originan la actual situación internacional y presentan los complejos problemas enfrentados por las Naciones Unidas. En último análisis, toda la historia es el registro de los efectos de estas energías o radiaciones (en otras palabras, rayos) a medida que actúan sobre la humanidad en las muchas y variadas etapas de su desarrollo evolutivo, que se extienden desde la etapa de la humanidad primitiva hasta nuestra moderna civilización; todo cuanto ha acontecido es el resultado de estas energías que afluyen cíclicamente a través de la naturaleza y de esa parte de la misma que llamamos reino humano.
Si queremos comprender lo que hoy está ocurriendo, debemos reconocer que estas energías son siete. En los diversos países se las denomina de distintas maneras, pero para nuestros propósitos emplearemos las siete denominaciones siguientes:
1. La energía de Voluntad, Propósito o Poder, llamada en los países cristianos, la energía de la Voluntad de Dios.
2. La energía de Amor?Sabiduría, denominada frecuentemente el Amor de Dios.
3. La energía de Inteligencia Activa, designada la Mente de Dios.
4. La energía de Armonía a través del Conflicto que afecta grandemente a la familia humana.
5. La energía de Conocimiento Concreto o Ciencia, tan poderosa en esta época.
6. La energía de Devoción e Idealismo, causante de las actuales ideologías.
7. La energía de Orden Ceremonial, que produce las nuevas formas de civilización.
Estas energías actúan incesantemente sobre la humanidad, produciendo cambios y expresándose mediante sucesivas civilizaciones y culturas, dando forma a las distintas razas y naciones...
La enseñanza referente a los siete rayos es una especulación infructuosa mientras no sea susceptible de investigación, de comprobación eventual y de utilidad general y particular. Mucho de lo que hoy se escribe deberá ser descartado por inútil, y no puede ser aceptado como posible hipótesis, y tampoco presenta una verdad que pueda ser probada.
Dos rayos constituyen en gran parte la meta del esfuerzo humano, primero y segundo. Un rayo, el tercero, es la meta de la evolución dévica o angélica. Estos tres rayos hacen contacto con los dos polos y el logro de la meta final del ciclo, marca la realización del Logos solar. Esto también es un misterio. El séptimo y el primer rayo están muy íntimamente ligados y los une el tercer rayo, de manera que la relación se expresa así, 1.3.7. También hay una íntima relación entre los rayos 2.4.6; el quinto rayo está en una posición peculiar, como punto central de realización, el hogar del ego o alma, el plano personificado de la mente, el punto de culminación para la personalidad y el reflejo de la triple mónada en los tres mundos.
1er. Rayo Voluntad, demostrándose como poder en el desarrollo del Plan del Logos.
3er. Rayo Adaptabilidad de la actividad a la inteligencia. Este rayo predominó en el sistema solar anterior; es la base de este sistema, y lo controla el MahaChohán.
7mo. Rayo Rito, ceremonial u organización. Es el reflejo de los dos rayos anteriores en el plano físico y se relaciona con el MahaChohán. Controla las fuerzas elementales, el proceso involutivo y el aspecto forma en los tres reinos de la naturaleza. Mantiene oculto el secreto del color y del sonido físicos. Constituye la ley.
Estos tres rayos juntos abarcan e incorporan todo. Son el poder, la Actividad y la Ley en manifestación.
2do. Rayo Amor?Sabiduría, rayo sintético, meta de este sistema, que mantiene todo en íntima armonía y relación.
4to. Rayo Expresión de armonía, belleza, música y unidad.
6to. Rayo Devoción a la fervorosa aspiración y al sacrificio del yo personal para bien de todos, a fin de alcanzar la armonía y la belleza, impelidos por el amor.
Estos dos grupos de rayos pueden relacionarse entre sí de la manera siguiente:
Rayos 1.3.7 Constituyen los grandes rayos conectados con la forma, el proceso evolutivo, el inteligente funcionamiento de¡ sistema y las leyes que controlan la vida de todas las formas en los reinos de la naturaleza. Rayos 2.4.6 Se relacionan con la vida interna, expandiéndole a través de esas formas –rayos de móvil, de aspiración y de sacrificio. Rayos preeminentemente de cualidad. Rayos 1.3.7 Se ocupan de las cosas concretas y del funcionamiento de la materia y la forma, desde el plano inferior hasta el superior. Rayos 2.4.6 Se ocupan de las cosas abstractas y de la expresión espiritual por medio de la forma. Rayo 5 Constituye el eslabón vinculador de la inteligencia.
El Séptimo Rayo
7mo. Rayo. Es la energía de Orden Ceremonial. Constituye una expresión de la voluntad que impele hacia la manifestación externa; contiene en sí la periferia y el punto en el centro. Es la voluntad para “la síntesis ritualista", si puedo expresarlo así; la necesidad, principal factor condicionante de la naturaleza divina –la necesidad de expresarse en forma rítmica y ordenada, de abarcar “lo que está arriba y lo que está abajo" y, por medio de esa actividad, producir belleza, orden, totalidad perfecta y rectas relaciones. Es la energía impulsora que emana del Ser cuando aparece, toma forma y vive. Es la Voluntad de Expresión. Actualmente, en lo que concierne a la humanidad, su expresión más elevada es la organización.
El Señor de Orden Ceremonial o Magia está ahora entrando en el poder, y en forma lenta y segura hace sentir Su presencia. Su influencia es muy poderosa en el plano físico, porque existe una íntima interrelación numérica entre el Señor del séptimo rayo, por ejemplo, y el séptimo plano, el físico, así como la séptima raza raíz estará en completo acuerdo y expresará perfectamente la ley y el orden. Este rayo de orden y su advenimiento es parcialmente responsable de la actual tendencia en los asuntos mundiales de implantar gobiernos dictatoriales o imponer el control de un grupo central de gobierno. "Cuando la luz de los siete rayos se fusiona con la del séptimo rayo, entonces se podrá conocer la luz suprema.”
Las implicaciones derivadas de este... punto sorprenden al primer golpe de vista y exigen un reconocimiento inmediato de dos factores, tiempo y espacio. Las significaciones implícitas en este punto pueden ser más claras si parafraseo el enunciado, dándoles así un sentido de la significación que les traerá comprensión. Cuando la energía de la luz de todos los rayos se expresa por intermedio del séptimo rayo, entonces el aspecto más elevado de la luz divina puede penetrar en el plano físico. Evidentemente será muy difícil que capten este enunciado, por ser además la afirmación de una verdad fundamental.
En una instrucción anterior señalé que estaban involucradas tres ideas para comprender la significación de estos puntos de revelación que, una vez captadas, aparecen en toda su belleza, claridad y simplicidad. El Procedimiento requerido para la manifestación de la “luz suprema" tiene lugar cuando se alcanza un nivel transitorio de síntesis y las siete energías se fusionan en una gran Luz energética. Estas siete energías de conjunto han creado siempre la “luz suprema" en los niveles más elevados de la expresión divina, pero esa luz reveladora encuentra Ubicación sólo cuando el séptimo rayo de Orden Ceremonial está activo y en proceso de manifestarse en los tres mundos y necesariamente en el séptimo plano, el plano físico. Tal manifestación tiene lugar inevitablemente en los momentos de crisis planetaria, cuando el séptimo rayo está activo y el Sol se encuentra en Acuario. Esta combinación de relaciones se va estableciendo ahora porque el séptimo rayo se está manifestando rápidamente, y el Sol está en Acuario, comenzando ahora la era acuariana. El Objetivo de esta combinación (que ha tenido lugar seis veces durante el período de la quinta raza raíz) es traer iluminación y establecer orden en la Tierra. La divulgación de la Nueva Invocación fue el primer indicio de la posibilidad de la efectividad de estas proposiciones divinas; su poder fue tan grande que hubo que esperar las correctas condiciones antes de su posible enunciación. Ese fue el primer paso en la proyectada precipitación de la “luz suprema"; el segundo será la reaparición del Excelso Señor, que actuará como lente por el cual podrá enfocarse la luz y adaptarla a la necesidad humana. Se están creando rápidamente las condiciones que posibilitarán este gran acontecimiento de distribución de luz. El Cristo puede actuar y actúa ahora en el plano átmico, personificando en Sí Mismo al gran Punto de Revelación, como lo manifesté con las palabras: "La Voluntad es una expresión de la Ley de Sacrificio". La invocación que asciende ahora desde la humanidad hasta el Lugar elevado donde mora el Cristo, se enfoca u origina en el plano de las emociones; por eso se dice en las Escrituras que al final de la era surgirá "el Deseo de las Naciones". Por lo tanto, desde el plano astral surge –desde las masas— el movimiento para que Él venga. Los proyectos de Su venida se están forjando en la analogía superior del plano astral, el búdico, o el plano de la razón pura.
El poder motivador para Su advenimiento, lo proporcionan los discípulos e iniciados, siendo, por consiguiente, un movimiento conjunto, calificado por el deseo y el móvil de la Jerarquía y la Humanidad unidas; en consecuencia, la Invocación no puede ser desoída. Astrológicamente el momento es propicio; desde el aspecto planetario son inminentes grandes e importantes acontecimientos, porque el Logos planetario está recibiendo una iniciación cósmica; la energía que trae orden y une en forma mágica el espíritu y la materia (la energía de séptimo rayo), ya está organizando los asuntos humanos, y estos tres grandes acontecimientos coincidentes en tiempo y espacio, hacen posible que las energías del séptimo rayo alcancen un elevado punto de actividad y cooperación fusionadas.
El resultado será la creación de un canal directo para la precipitación de la “luz suprema" en los tres mundos y su enfoque predominante en el plano físico. Así se creará la nueva civilización y el nuevo orden mundial y hará posible el nuevo acercamiento a la divinidad; se darán entonces los pasos iniciales para la creación del "nuevo cielo y la nueva tierra". Es aquí donde necesitarán discernir cuidadosamente entre símbolos y realidades; no es necesario darles más indicaciones.
El Séptimo Rayo: Revelador de la Nueva Era. De los escritos de Alice A. Bailey y el Maestro Tibetano Djwhal Khul.
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