Estaban un día todos los ingredientes de la mesa navideña discutiendo entre ellos, para determinar cual era el más importante de la cena de noche buena, en ese momento intervino el Pan de Jamón y exclamo: ¡Yo soy el favorito, me desean todos los comensales!. La Ensalada de Gallina, lanzó una carcajada y dijo: ¡Disculpe usted mi querido amigo, primero estoy yo!. La discusión tomaba fuerza cuando intervino el Pavo Relleno: ¡A mí nadie me deja por fuera, si quieren préguntenle a los dueños de la casa!. Viendo la situación, el Pernil de Cochino exclamo: ¡Una cosa voy a decir, todo el mundo se acuerda de mí en la navidad!. Muy serio en una esquina de la mesa, el Vino intervino para decir: ¡Lo cierto es que sin mí, no hay celebración, allí les dejo eso para que reflexionen!. Don Rigoberto, satisfecho por la gran cena, se paso la mano por la barriga y exclamó: ¡Caramba mujer, que sabrosas te quedaron esas hallacas, de verdad que he comido de todo, pero sin ellas no hay navidad!.
|