CORREN MALOS TIEMPOS PARA LAS BRUJAS
Pobres brujas: están en la época de vacas flacas.
No son taquilleras, no asustan, no preocupan, no desvelan, no nada.
En tiempos del Antiguo Testamento, en Éxodo, Levítico y Deuteronomio les daban duro
y a la cabeza.
"A la hechicería no la dejarás que viva", se lee en el primero de los libros mencionados.
En tiempos de Internet, las tales brujitas son una amable nota de pie de página que
tiene su apoteosis este 31 de octubre, cuando la población menuda nos abruma
con disfraces desde que amanece hasta por la noche.
Preparémonos para la cacofónica admonición de que se nos crecerá la nariz si no
nos gastamos parte de la quincena en dulces "para mí".
Tiempo llegará en que para los trajes de Halloween los imitadores de hoy se inspiren
en la literatura clásica, que nos regaló a dos brujas famosas: Circe y Medea. Agradecidos.
Autores como Teócrito, Horacio, Ovidio, les coquetean a estos seres hechizados que le jalan
a la magia de estirpe erótica.
Neskatilla
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