Son sólo mis palabras, Alma mía,
Los golpes dados con ritmo en el centro del pandero
Voces de un poeta que admira y reconoce a su igual
Do más allá de lo frontero, no se distingue discípulo o Maestro.
Luz dorada amada en La Voz, predestinada,
Eres loba, gacela, colibrí y serpiente emplumada,
Noche y día, copo de nieve y rayo de sol, rocío de la mañana,
Agua que bajas de Los Cielos, fecundas y preparas el terreno...
Mira tus manos y en ellas estampados mis besos
Dándoles dulzura a lo ácido de los cosechados cerezos...
Mujer y misterio: ¿será verdad que siempre caminan juntas?
Polvo del suelo: ¿lo sentiste pisar, quedó estampada la huella del jaguar?
Así Bernardo y Francisco lo decían: "Mi Secreto Para Mi"
Porque hay ingredientes que requieren de cocciones especiales
Para luego obsequiarlos con amor a los viandantes convidados
No sea que enfermen si los prueban antes de haber sido procesados.
¿Cuántas cosas se dicen en un beso?
Tal vez nadie pueda comprenderlas todas
Porque son fugaces aleteos de las almas aladas
Que emprenden vuelo así retomando La Jornada...
Que aflore Tu Ser y ¡gracias doy al Cielo por poder mirarte!
Roja Rosa de Suave Terciopelo: eres el carmín de Su Túnica echada a juego;
Voces dan las cuentas de las discretas misiones que en Su Santo Nombre cumples
Camina despacio si vienes escalando do La Cumbre, haz tuya a esta alta montaña mientras subes.
Tu amigo,