No huir de la cruz.
2014-02-21 Oración preparatoria
Señor Jesús, no quiero que mi egoísmo y soberbia me hagan sordo a lo que hoy me quieres pedir. Envía la luz de tu Santo Espíritu para que esta oración sea el cimiento para vivir este día con un particular esfuerzo espiritual y apostólico.
Petición (gracia/fruto que se busca)
Señor, concédeme la gracia de vivir mi cruz con paciencia, amor y alegría, convencido de que es el medio que me has dado para amarte más.
Texto base para entablar el diálogo con Dios
Del santo Evangelio según san Marcos 8, 34 -9, 1
En aquel tiempo, Jesús llamó a la multitud y a sus discípulos y les dijo: «El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará.
¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla? Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras ante esta gente, idólatra y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él, cuando venga con la gloria de su Padre, entre los santos ángeles».
Y añadió: «Yo les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto primero que el Reino de Dios ha llegado ya con todo su poder».
Palabra del Señor.
Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)
No huir de la cruz.
«La Cruz nos da miedo también en la obra de evangelización, pero está la "regla" que el discípulo no es más grande del Maestro. Está la regla que no hay redención sin la efusión de la sangre, no hay obra apostólica fecunda sin la Cruz. Quizá nosotros pensamos, cada uno de nosotros puede pensar: ´Y a mí, ¿a mí qué me sucederá? ¿Cómo será mi Cruz?´ No sabemos. No sabemos, ¡pero estará! Debemos pedir la gracia de no huir de la Cruz. ¡Eso es verdad! Eso nos da miedo. Pero seguir a Jesús termina allí. Me vienen a la mente las últimas palabras que Jesús ha dicho a Pedro, en esa coronación pontificia en el Tiberíades: ¿Me amas? ¡Alimenta! ¿Me amas? ¡Alimenta!... Pero las últimas palabras eran esas: te llevarán donde no quieres ir. La promesa de la Cruz. María, muy cercana a Jesús, en la Cruz, era su madre, su mamá. Quizá hoy, el día que nosotros la abracemos, será bueno pedirle la gracia no de quitar el miedo - eso debe venir, el miedo de la Cruz... - sino la gracia de no asustarse y huir de la Cruz. Ella estaba allí y sabe cómo se debe estar cerca de la Cruz» (S.S. Francisco, 28 de septiembre de 2013, homilía en misa matutina en la capilla de Santa Marta).
Diálogo con Cristo
Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios.
Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo)
Rezar un rosario pidiendo a María me enseñe a ser fiel a la voluntad de Dios, aunque implique una cruz para mí.
«Tengan siempre como modelo supremo a Cristo crucificado, que supo buscar y abrazar la cruz por amor al Padre y a cada uno de nosotros»