Ausencia
La risa se me va
tras de tus pasos,
mientras mis manos
perfilan en el aire
las amadas aristas
de tu cuerpo.
¡Que frío de ausencia
congelando las puntas
de mis miedos!
Eres ya el hilo roto,
el trazo de mi sombra,
la aguja insistente
que penetra
para clavarme los pies
en el mismo centro
de la tierra.
Y te vas, diciendo
que me libras de cadenas.
Triste destino:
Cambiar la cárcel
por la ausencia.
La Gata Rosa