Te extraño
me falta mirar la diaria sonrisa
que me llevaba al trabajo,
la voz que tranquilizaba
mis aprehensiones,
el guiño de complicidad
con el que entendía
que mis secretos
estaban bien guardados.
Te extraño
y cuando cierro la puerta
antes de ir a la cama,
siento que ya no podré
conciliar tranquila el sueño
porque alguién falta
en la casa.
Te extraño,
y miro tu cama vacía,
el balón quieto sobre la cómoda,
tus dibujos a medias
que esperan tus pinceladas
y esos tenis viejos
que ya no te acompañan.
Te extraño
en la silla vacía,
en el plato de más
que a veces pongo en la mesa,
porque no me puedo acostumbrar
a saberte lejos,
degustando otros sabores
en platos ajenos.
Te extraño
y lo que más me duele,
es que tú también nos extrañas.
La Gata Triste