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Ven y ve el Devocional Hablado
A todos los jóvenes les gusta indagar en el desván. Esta era la ocupación preferida de Nancy cuando visitaba a su abuela. Allí, un descubrimiento aparentemente insignificante, cambiaría su vida: en un baúl lleno de libros se hallaba una Biblia.
El texto, amarillento a causa del tiempo, permanecía muy legible: contaba la vida de Jesús. Pero, ¿qué tiene de interesante Jesús? Al recorrer desprevenidamente el evangelio de Juan, somos interpelados por algunas frases: Alguien pregunta a Jesús: “Maestro, ¿dónde moras?” Jesús le responde: “Venid y ved” (1:38-39). Un hombre se formulaba preguntas acerca de Jesús, entonces Felipe, un discípulo de Jesús, lo invitó: “Ven y ve” (1:46). Una mujer que había encontrado a Jesús, declaró a quienes la rodeaban: “Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo?” (4:29).
“Ven y ve”… Es una invitación. Impelida por la curiosidad, la joven volvió cada día a pasar un momento con la vieja Biblia que poco a poco desveló su secreto. Maravillada por la sabiduría de Jesús, Nancy comprendió que sus milagros daban la prueba de que él era Dios y sus palabras revelaban su pleno conocimiento de cada uno de nosotros. Ella aceptó a Jesús como su único salvador y ahora invita a cada persona: “Ven y ve”, lea el Evangelio.
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