Evita la culpa.
El sentimiento de culpa es algo que te puede estropear los mejores momentos y su erradicación demandará un gran esfuerzo de tu parte. Lo principal en este tema es aprender a distinguir cuándo y de qué debes sentirte legítimamente culpable, y qué debes hacer en ese caso.
Una cosa que debe quedar en claro es que el sentimiento de culpa, sea procedente o no, no soluciona nada por sí mismo. Si yo hice algo de lo que debo arrepentirme, por más culpable que me sienta y por más tiempo que arrastre ese sentimiento, el acto indebido va a seguir siéndolo y nada se va a adelantar en cuando a subsanarlo. De aquí se deduce que el sentimiento de culpa, sea correcto o no, es siempre inútil. Su única función es inducirme a hacer algo para corregir lo mal hecho. Si no tengo intenciones de corregirme o esta corrección es imposible, es inútil sentirme culpable.
En los casos en que realmente tenga razones para sentirme culpable, por ejemplo si he perjudicado indebidamente a otra persona, y lo que he hecho puede ser rectificado, lo que debo hacer es llevar a cabo esa rectificación. Una vez que haya hecho lo posible para solucionar el tema, el sentimiento de culpa desaparecerá por sí solo. Si me siento culpable por haber tratado mal a alguien y esa persona no está disponible para pedirle disculpa, sea porque haya muerto o por otra causa, lo que debo hacer es olvidarme del asunto porque no tiene solución. MARCELA GREGORIO
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