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El significado de la oblación escuchelo aquí
Todos los sacrificios del Antiguo Testamento, de manera figurada, señalan a Cristo y su sacrificio en la cruz del Gólgota. La oblación de flor de harina –el único sacrificio no sangriento– habla de la vida perfecta de nuestro Salvador. Toda su vida fue una completa entrega, un don, un regalo a Dios, incluso antes que la ofreciera por nosotros en la cruz.
La flor de harina habla de la humanidad sin pecado de nuestro Señor. En su vida nunca hubo una disonancia con la voluntad de Dios. En él todo era equilibrado, puro y santo. Dios atestiguó: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”.
El aceite es una imagen del Espíritu Santo. El Señor Jesús fue concebido por el Espíritu Santo. Más tarde, después de su bautismo en el Jordán, el Espíritu Santo descendió sobre él. La Palabra dice que al principio de su ministerio oficial, Jesús estaba “lleno del Espíritu Santo”. Todo lo que él hacía o decía acontecía por el poder del Espíritu de Dios.
El incienso habla del agrado que Dios hallaba en la vida de su Hijo. En cada hora de la existencia de Cristo, Dios podía regocijarse en él. Ese olor agradable subía constantemente de la vida del Señor Jesús hacia Dios.
La sal habla de la influencia que emanaba de su vida santa. Así los seres humanos notaban cuán poco santas eran sus vidas. Pero en lugar de inclinarse ante Dios, aborrecieron y crucificaron a Cristo.
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