Pagina principale  |  Contatto  

Indirizzo e-mail

Password

Registrati ora!

Hai dimenticato la password?

ALLA VAMOS PAMELI
 
Novità
  Partecipa ora
  Bacheche di messaggi 
  Galleria di immagini 
 File e documenti 
 Sondaggi e test 
  Lista dei Partecipanti
 * * * * ♥ * * * * 
 General 
 ADMINISTRACION DEL GRUPO 
 ♥ Mensajes Diarios ♥ 
 * * * * ♥ * * * * 
 Las Promesas de Dios 
 LA PROMESA DE HOY 
 LA BIBLIA 
 * * * * ♥ * * * * 
 SHOLE..."LLamada para bendecirte" 
 Fondos / Sra SARA... 
 Yoly / DETALLITOS CRISTIANOS 
 * * * * ♥ * * * * 
 
 
  Strumenti
 
DEVOCIONA: EL CENTRO DE MI VIDA...
Scegli un’altra bacheca
Argomento precedente  Argomento successivo
Rispondi  Messaggio 1 di 1 di questo argomento 
Da: La Morocha arg4  (Messaggio originale) Inviato: 22/09/2009 22:54


Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia,
ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan.

Hechos 17:30.

Fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir…
con la sangre preciosa de Cristo.
1 Pedro 1:18-19.

 


El centro de mi vida
escuchelo aquí

       ¿Cuál es el centro de mi vida? ¿Gravita todo alrededor de mí mismo, de mis intereses, de mis problemas, de mi salud, de mis deseos de ser considerado o de tener poder? Esto sería una existencia egocéntrica; una existencia en la que sólo me preocuparía por mí.

       La Biblia dice precisamente que los seres humanos sin Dios viven en la vanidad de sus pensamientos, tienen la inteligencia oscurecida y son ajenos a la vida de Dios (Efesios 4:18).

       Cuando el “yo” es el centro, ¿cuál es el lugar de Dios? Él es como un extranjero en quien uno no piensa, o como un patrón con quien sólo se tienen relaciones laborales: si cumplo con mi deber, Dios me debe el cielo como salario, según el principio «de mano a mano». Varias veces Jesús reprochó esa actitud orgullosa, invitando a su auditorio a arrepentirse.

       Arrepentirse sobreentiende una transformación de los pensamientos respecto al “yo”; un cambio de comportamiento en el que la tendencia del “yo” para gobernar la vida es reemplazada por una nueva disposición de sumisión a Dios. Es un sentimiento de humildad ante un Dios soberano que pide obediencia y confianza; es ser consciente de la ofensa que por mis pecados he hecho al Dios santo. 

       En resumen, es aceptar que para salvar mi alma no puedo hacer nada por mí mismo, y comprender que el sacrificio de Jesucristo es suficiente para salvarme.


  


Primo  Precedente  Senza risposta  Successivo   Ultimo  

 
©2025 - Gabitos - Tutti i diritti riservati