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De la Muerte a la Vida para ESCUCHAR ...haga clic aquí...
Una joven argelina huyó de su casa porque quería evitar un casamiento arreglado. Se fue a París y allí vivió momentos muy difíciles. Se halló confrontada a una vida de libertinaje, carente de toda directiva. Entonces se dedicó a la astrología y a la clarividencia. No tenía amigos y sentía un gran vacío. ¡Qué situación tan difícil! La joven deseaba morir, y dos veces trató de quitarse la vida.
En esa época encontró a un antiguo compañero de escuela que le confesó que ahora era cristiano. Durante horas le habló de Dios. Cuanto más hablaba, más aludida y atraída se sentía la joven por ese Dios de amor.
Durante el tiempo en que había ido a la escuela, ese muchacho había tenido grandes problemas, pero decía que ahora Dios había cambiado su vida, y esto era visible en él: estaba radiante y parecía que estaba lleno de paz.
Pero a la argelina esto no le resultaba tan sencillo a causa de la religión de su país. Sin embargo, creyó lo que había oído y estuvo dispuesta a orar a Dios. Era la primera vez que se dirigía a Él, y Dios no dejó su oración sin respuesta. La joven comprendió que nunca más se sentiría sola. De ahí en adelante siempre habría Alguien en quien podía confiar.
Empezó a leer la Biblia y encontró a creyentes con quienes podía conversar. Dios le otorgó nuevas ganas de vivir y finalmente hasta se reconcilió con su familia. Como el rey David, ella pudo decir: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí” (Salmo 51:10-11).
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