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Cómo Ocultar la Cicatriz para ESCUCHAR ...haga clic aquí...
Un pintor famoso tuvo que hacer el retrato de Alejandro Magno. Debía representar al gran conquistador de la manera más digna y fiel. Como éste tenía una cicatriz fea y muy visible en la frente, el artista estaba en un aprieto: Si dejo la cicatriz, pensó él, esto desfigurará al monarca, pero si la quito, la imagen no será fiel. ¿Qué tengo que hacer? Entonces se le ocurrió pintar al rey reflexionando, con la mano sobre la frente y un dedo alargado ocultando la herida.
Así, los hijos de Dios deberían meditar en cómo poner el dedo de amor sobre los defectos o las fragilidades de sus hermanos en la fe. Nuestra inclinación natural es más bien destacarlos o aumentarlos.
Pensemos en nuestro gran modelo, el Señor Jesús, y en su gracia para con sus discípulos. Mientras éstos discutían para saber “quién de ellos sería el mayor” (Lucas 22:24), y algunas horas más tarde ni siquiera fueron capaces de velar con Él “una hora” (Mateo 26:49), Jesús no les hizo reproches; al contrario, les recordó que ellos eran los que habían permanecido con Él en sus pruebas (Lucas 22:28).
Ejercitémonos para distinguir cada rasgo divino que la gracia de Dios coloca en nuestros hermanos. Esto nos llevará a estimarlos y amarlos cada vez más. En lugar de quejarnos de ellos, podremos dar gracias a Aquel que nos los da y quiere bendecirnos por medio de ellos.
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