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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: La Morocha arg4  (Mensaje original) Enviado: 04/10/2010 14:02


¿Por qué me llamáis Señor, Señor,
y no hacéis lo que yo digo?

Lucas 6:46.

Bástale al discípulo ser como su maestro,
y al siervo como su señor
.
Mateo 10:25.

Lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia.
Efesios 1:22.


 


Maestro – Señor – Cabeza de Familia
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        El Señor Jesús es conocido por varios nombres y títulos. Estos títulos aluden a la relación que los suyos tienen con él.

       Cuando se le llama “Maestro”, nosotros somos sus discípulos, es decir, sus alumnos o aprendices. Lo somos durante toda nuestra vida de fe en esta tierra. Él nos dice: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mateo 11:29).

       Él es el Señor y nosotros somos sus “siervos” o esclavos. Como cristianos hallamos la paz interior en la voluntaria subordinación a la buena voluntad del Señor, quien nos compró con su sangre gracias a su amor divino, y nos hizo sus siervos.

       Cuando el Señor Jesús es designado como cabeza, tenemos el privilegio de ser miembros de su Casa, la Iglesia. Como cabeza de familia, el Señor Jesús tiene la autoridad de decidir sobre el orden de su casa, y nosotros hallamos seguridad, tranquilidad y reposo en Él. Con Él podemos sentirnos en casa y gozar confiadamente de su comunión.

       En otros tiempos David dijo al sacerdote Abiatar, quien estaba huyendo: “Quédate conmigo, no temas… pues conmigo estarás a salvo” (1 Samuel 22:23). ¡Cuánto más se puede aplicar esto a nosotros, quienes hemos hallado refugio en el Señor!



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